La libertad religiosa es un principio fundamental de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La iglesia y sus miembros hacen la voluntad de Dios al poner en alto los principios de la libertad religiosa.[1] El Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, ayuda a la iglesia a cumplir esta misión:

  1. Definiendo y explicando la libertad religiosa.
  2. Defendiendo la libertad religiosa de individuos, de instituciones de la iglesia, y de la iglesia como un todo.
  3. Educando y preparando a los miembros de la iglesia, líderes responsables, y otros, con respecto a los movimientos actuales y proféticos que impactan la libertad religiosa.

El mejor y el peor tiempo

            El principio de este quinquenio fue marcado por el colapso del comunismo totalitario en Europa Oriental y la Unión Soviética, y el desarrollo de incipientes democracias y economías de mercado en esos países. Es un “tiempo grande y terrible”. Por una parte, vemos singulares y emocionantes nuevas oportunidades para el avance de la misión; por otra, encontramos en algunas partes del mundo una resistencia monolítica y nacional contra el “evangelio eterno”. Para usar las palabras de Charles Dickens, vivimos tanto en el “mejor” como en el “peor” tiempo. Aun cuando las Naciones Unidas proclaman a 1995 como el Año Internacional de la Tolerancia -un concepto que nosotros apoyamos, permanecen todavía millares de ejemplos de intolerancia étnica y religiosa.

Violaciones a la libertad religiosa

            Si bien algunas de las fuerzas enemigas de la libertad religiosa han sido vencidas -al menos por el momento-, no podemos dormimos en nuestros laureles. Todavía existen muchas violaciones a la libertad religiosa: los adventistas del séptimo día pierden sus empleos porque no trabajan en sábado. Cada día se producen interferencias en reuniones de evangelismo público en diferentes ciudades, incluyendo amenazas de muerte. Los pastores adventistas han sido arrestados por predicar el mensaje. Existen problemas crónicos por la obligatoriedad de asistir a la escuela en sábado. En cierto país, la Iglesia Adventista del Séptimo Día está proscrita por la ley. En otros países, no se pueden celebrar servicios públicos. Los medios masivos de comunicación difunden comentarios tendenciosos y a veces denigrantes, causados casi siempre por las actividades fanáticas y anticristianas de los grupos margina les del adventismo.

Señales de peligro en el horizonte

            Mientras agradecemos a Dios por la optimista situación de la libertad religiosa en muchos países, notamos señales de peligro en el horizonte de la libertad religiosa:

  1. Resurgimiento de la mentalidad de iglesia-estado en Europa Oriental y otros lugares.
  2. El creciente estatus geopolítico del Vaticano.
  3. La progresiva aproximación entre católico-romanos y evangélicos conservadores, a fin de ejecutar ciertas agendas político morales que podrían amenazar la separación de la iglesia y el estado.
  4. La intensificación de la oposición de la mayoría de las iglesias en ciertos pases al evangelismo y proselitismo de las iglesias minoritarias. Esto se ve en los esfuerzos que se hacen por establecer leyes limitando tales esfuerzos evangelísticos y a través de las ridículas acusaciones contra las iglesias minoritarias.
  5. Un creciente nacionalismo en el cual los países se identifican con una religión y amenazan a las religiones minoritarias proclamando la “soberanía nacional” y oponiéndose a reconocer “los derechos humanos universales”.
  6. La falta de comprensión de la libertad religiosa en muchas de las cuarenta naciones que tienen una mayoría musulmana. En la mayor parte de estos países la conversión de los musulmanes al cristianismo es socialmente inaceptable. En algunos países está legalmente prohibido y sujeto a severas penas legales.
  7. El despertar de las religiones orientales con la concomitante percepción de que el cristianismo en general, y el adventismo en particular, son expresiones del imperialismo occidental que amenaza la integración cultural y religiosa de la nación.
  8. El surgimiento del fundamentalismo intolerante y el fanatismo dentro de todas las grandes religiones como una reacción miope y militante contra la modernidad, el secularismo y la decadencia moral.
  9. Las fuerzas del secularismo antirreligioso que luchan por desterrar a la religión de la vida de la sociedad, para que lo que ellos consideran irrelevante actividad litúrgica no más se realice dentro de los templos o lugares de adoración. Hay quienes ven a las escuelas de iglesia y a las instalaciones de salud, que son propiedad de la iglesia, como disociadoras de la moderna ingeniería social y contrarias a la comunidad.
  10. La creciente intromisión del gobierno en las corporaciones religiosas a través de legislaciones o regulaciones que podrían potencialmente limitar la misión de la iglesia.

Agenda general de la libertad religiosa

            A pesar de las reducciones hechas en el personal, el departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa ha seguido su objetivo de fortalecer la libertad religiosa. Ha promovido el libre ejercicio de las actividades religiosas del individuo y de las iglesias. Ha establecido relaciones con los gobiernos y oficiales de las iglesias y una presencia en las Naciones Unidas en Nueva York y en Ginebra. El Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa usa la defensa de la libertad religiosa como una oportunidad para relacionar a la gente con el adventismo (eliminando las falsas impresiones con respecto a la iglesia), y trabaja a través de las Asociaciones Internacionales de Libertad Religiosa. Celebra seminarios, congresos y reuniones de obreros, y asimismo se une con organizaciones e individuos que tienen objetivos similares en el campo de la libertad religiosa. Promueve la revista Liberty y Conciencia y Libertad (incluyendo sus ediciones en otras lenguas).

Congresos

            Abrimos nuevo terreno en este quinquenio con respecto a los congresos de libertad religiosa. En 1992, se celebró un exitoso congreso en Tirana, Albania, después de la caída del régimen comunista en ese país. Este fue el primer congreso sobre los derechos humanos celebrado en Albania: la única nación en la historia que se autoproclamó como una república atea. Los ministros del gobierno y los dirigentes de la iglesia hablaron en el congreso. Desde entonces, se han organizado varias iglesias adventistas del séptimo día en Albania.

            En 1993, se convocó el primer congreso de libertad religiosa para toda el área del Pacífico en Suva, Fiji. Destacadas figuras religiosas y políticas participaron en él. La cobertura de la prensa fue positiva. Marginalmente, se discutió y criticó la ley dominical promovida por algunos segmentos de la sociedad fijiana.

            En octubre de 1994, se convocó una conferencia sobre libertad religiosa en la Isla de Malta. El propósito del congreso fue inducir a los musulmanes y a los cristianos de la cuenca del mediterráneo a que dialoguen sobre la libertad religiosa. Los adventistas participaron activamente. El director del departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Asociación General sirvió como secretario de la misma. La conferencia de Malta logró establecer importantes contactos entre intelectuales cristianos y musulmanes, con miras a lograr mejores perspectivas y una mejoría del precario clima de libertad religiosa existente en el sur y este del mediterráneo.

Se modifica el equilibrio de la libertad religiosa

            En Norteamérica la Derecha Religiosa (por falta de un nombre mejor) ha estado ganando terreno. Siendo que un buen número de sus candidatos ganó en las elecciones de noviembre de 1994, el equilibrio de la libertad religiosa está cambiando en el congreso de los Estados Unidos. El tema de la oración en las escuelas impuesta por la ley y el sostén financiero de las escuelas de iglesia de parte del Estado se ha movido hacia el frente de la lucha. El interés por acomodar el libre ejercicio de la religión puede haber disminuido. El departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Asociación General, en coordinación con la División Norteamericana, monitorea tales corrientes en la arena donde se libra la lucha por la separación de la iglesia y el estado.

Merecido tributo

            Para concluir este informe, deseo rendir tributo a todos los colegas de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Asociación General y sus divisiones, cuya dedicación y profesionalismo hacen que el trabajo del director sea satisfactorio. El Dr. Gary Ross ha sido un reconocido observador del escenario congresional; el Dr. Samuel Young ha hecho importantes contactos con las Naciones Unidas, especialmente con las organizaciones religiosas no gubernamentales; el Dr. Gianfranco Rossi ha sido una valiosa influencia en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra; el abogado Mitchell Tyner ha aplicado su calidad de experto en cuestiones legales y administrativas a varios casos de empleos y manejo de las conferencias; y el pastor Ray Coombe fue la clave del éxito en el congreso de la región del Pacífico. Clifford Goldstein ha usado sus habilidades de escritor en apoyo y promoción de la libertad religiosa. Otros han contribuido en muchas formas, como por ejemplo al organizar las asociaciones nacionales de libertad religiosa.

Puertas cerradas y abiertas

            Hace cinco años en la sesión de Indianápolis, declaramos que estamos viviendo en el tiempo kairos, la palabra del Nuevo Testamento para referirse a un tiempo especial de oportunidad divina. Este es todavía el caso. Las puertas se han abierto en países donde una vez estuvieron cerradas. Sin embargo, dichas puertas se están volviendo lentamente hacia atrás para dar lugar a una posición más restringida. Ahora mismo los desafíos que afronta nuestro departamento son mayúsculos, mientras que las oportunidades concedidas a la iglesia parecen ¡limitadas. Algunos problemas son complicados, pero debemos cumplir en una forma eficiente el mandato final del evangelio de un Dios cuyos propósitos no conocen “ni premura ni demora”.[2] Al igual que los dirigentes de la Iglesia, pioneros en la causa de la libertad religiosa, tenemos un sueño: estar en armonía con los principios, las providencias, propósitos y programas divinos, anticipando el prometido final de la controversia por la libertad religiosa y el establecimiento del sempiterno reino de Dios.


Referencias

[1] Elena G. de White, Testimonies for the Church, tomo 5 (Pacific Press Publishing Assoc., Mountain View, CA.), pág. 714.

[2] Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, pág. 23.