El cristianismo actual vive una crisis de identidad. Entre las muchas causas de este fenómeno se encuentra la exaltación de las tradiciones humanas y de las cosmovisiones posmodernas. El estudio de la Biblia y de sus doctrinas ha perdido terreno ante la experiencia sensorial y los mensajes existencialistas. Es necesario volver a los fundamentos bíblicos de la fe cristiana e indagar cuál es la finalidad de nuestra existencia como pueblo de Dios. Hace algún tiempo, el Dr. Fernando Canale investigó ese problema y presentó conclusiones importantes sobre él.
Fernando Canale nació en Córdoba, República Argentina, y tiene un extenso currículum de servicios prestados a la Iglesia Adventista. Graduado en Teología y Filosofía en lo que hoy es la Universidad Adventista del Plata (UAP), en 1978 obtuvo su maestría en Filosofía en la Universidad Católica de Santa Fe; y en 1983, el doctorado en Teología en la Universidad Andrews, Estados Unidos. Por algunos años, fue pastor en el Uruguay. Como docente de la UAP, dio clases en las facultades de Pedagogía, Filosofía y Teología. En 1985 fue invitado a desempeñarse como profesor de Teología y Filosofía Cristiana junto al Dr. Raoul Dederen, en la Universidad Andrews, donde trabajó hasta su jubilación, en 2013. Actualmente, Fernando Canale se destaca como profesor emérito de la Universidad Andrews.
Ministerio: En su opinión, ¿qué constituye la “identidad adventista”? ¿Cuáles son sus principales características?
Fernando Canale: La identidad adventista es lo que la distingue de toda otra confesión cristiana. Es decir, la identidad es la esencia del adventismo, lo que define su existencia. Responde a la pregunta: ¿Por qué se necesitaba formar una confesión cristiana más? El tema de la identidad, por lo tanto, toca la cuestión de la contribución que el adventismo hace al cristianismo. Además, la identidad es esencial para responder a los tiempos ecuménicos en que vivimos. Si no sabemos lo que somos –cuál es nuestra esencia y contribución al cristianismo en general–, difícilmente podremos evitar ser atraídos y asimilados por el ecumenismo. Ahora bien, lo que define la existencia del adventismo es su teología, no su práctica o su misión, las cuales dependen de la teología. Sin teología no hay identidad, y sin identidad no hay misión. La base fundamental de la teología adventista y, por lo tanto, de su identidad, es el principio de Sola Scriptura, que se afirma en la primera creencia fundamental de la iglesia. La Iglesia Adventista es la única que desarrolla su teología basada solamente en las enseñanzas y los contenidos bíblicos. Por esta razón, los pilares del adventismo son aspectos fundamentales y generales de la Escritura que asumimos siempre al interpretar sus enseñanzas y su misión. Desde el tiempo de los pioneros, estos pilares se identificaron como la doctrina del Santuario; la inmortalidad condicional de los seres humanos; la Ley de Dios, incluyendo el sábado; y los tres mensajes angélicos. Estos principios generalísimos proporcionan los fundamentos macrohermenéuticos sobre los cuales el adventismo interpreta las Escrituras, construye su teología, desarrolla su identidad como iglesia remanente y concibe su misión global. Ser la iglesia remanente significa ser la única iglesia visible verdadera, es decir, que representa fielmente las acciones y las enseñanzas del Dios bíblico revelado en Cristo Jesús.
Ministerio: ¿Cuál es la importancia de tener una identidad confesional?
Fernando Canale: La identidad tiene que ver con el hecho de ser una persona o cosa específica, determinada por un conjunto de señas o características que la diferencian de otras. La identidad asume la existencia de una cosa o sujeto, en nuestro caso, la Iglesia Adventista, y describe las características fundamentales que la distinguen. Eso nos ayuda a entender que nuestra existencia es nuestra identidad, la que expresamos cuando enumeramos las características que nos distinguen en el mundo cristiano, y de las religiones no cristianas.
Por lo tanto, la existencia de la Iglesia Adventista como confesión cristiana implica la existencia de su identidad; es decir, las características fundamentales que la definen como una versión universal del cristianismo. Lo importante no es “tener” una identidad, sino “reconocer” nuestra identidad, ya sea como miembros o como líderes. Es de suma importancia que todos reconozcamos e incorporemos la identidad bíblica del movimiento al que pertenecemos, porque de eso depende la salvación, y la misión de la iglesia, y del cristianismo en general.
Ministerio: En su libro ¿Adventismo secular?, usted aborda algunas crisis de identidad internas de la iglesia. ¿Qué lo motivó a escribir sobre el tema?
Fernando Canale: En mi experiencia como miembro de iglesia, pastor y profesor de Teología, advertí que las nuevas generaciones de nuestra iglesia, en varios lugares del mundo, pasaron a entender la identidad adventista de maneras distintas. Esas nuevas formas de adventismo surgen del abandono progresivo, a lo largo de generaciones sucesivas, del principio de Sola Scriptura. Al punto tal de que algunos rechazaron la inspiración completa de las Escrituras y del Espíritu de Profecía. El principio de “solamente por las Escrituras” ha sido sustituido por el principio de las tradiciones humanas. Eso ha generado una reinterpretación del adventismo, de sus doctrinas, de sus prácticas y de su misión. Todo eso ha modificado la manera en que las nuevas generaciones viven el adventismo en su práctica diaria.
Ese proceso se estableció debido a un progresivo “eclipse de las Escrituras”, no solamente en el ámbito teológico doctrinario, sino también en los del liderazgo, la predicación y la espiritualidad de las nuevas generaciones de adventistas. Todo eso se manifiesta en los cultos, en el momento de la adoración, donde doctrinas y prácticas que contradicen las enseñanzas y el espíritu del adventismo bíblico original se introducen subrepticiamente. Felizmente, ese no es el cuadro general de la iglesia ni lo que se observa en la mayoría de los líderes y miembros alrededor del mundo. Gracias a Dios, la mayoría está arraigada en el principio de Sola Scriptura, que fundamenta la unidad espiritual y la misión de la iglesia. Mi libro ¿Adventismo secular? tiene como objetivo alertar a nuestros dirigentes locales e institucionales de la existencia de esa interpretación minimizada del adventismo, para que juntos regresemos a las Escrituras y superemos esa situación en todos los niveles de la comunidad adventista global.
Ministerio: ¿Cuáles son los principales motivos que llevan a la separación teológica y práctica entre la vida diaria del cristiano y su salvación?
Fernando Canale: Las causas son múltiples y de distinta naturaleza. Por ejemplo, los adventistas más conservadores son doctrinarios. Me refiero a los que aceptan las enseñanzas de la iglesia, pero no estudian la Biblia por sí mismos y, de esa manera, no desarrollan una relación personal con Dios. Para ellos, el estudio de la Biblia y la teología no son necesarios ni para la salvación ni para la misión. Lo importante es proclamar el evangelio y bautizar nuevos conversos. Estudiar la Biblia y profundizar en ella está considerado como una pérdida de tiempo. Solo importa la misión; es decir, predicar y bautizar. Para ellos, los teólogos son los que deben transmitir a las nuevas generaciones las doctrinas ya conocidas y aceptadas. Este abordaje provoca la separación entre la teología y el estudio de la Biblia; entre la administración y el liderazgo pastoral de la iglesia. En la práctica, teología y misión se separan.
Otra causa de separación entre la teoría y la práctica se deriva de la “protestantización” del adventismo. Es el resultado de la convicción de que el adventismo y el protestantismo coinciden teológicamente en todas las doctrinas fundamentales, y solo difieren en aspectos específicos y tangenciales, como la doctrina del Santuario, la interpretación de las profecías y el ministerio profético de Elena de White. En esa tendencia generalizada, el punto central es concebir la salvación como justificación (perdón de los pecados), excluyendo la santificación, a la que se concibe como “frutos o evidencias” de la salvación, que ya fue apropiada en la justificación. Lo importante, entonces, es recibir la justificación que ocurre cuando respondemos a la predicación de la Cruz. El estudio de las Escrituras y de la teología no son necesarios para la salvación, porque solo es necesaria la práctica.
Otra causa que también lleva a la separación entre la teoría y la práctica es la especialización que requiere el progreso constante en la investigación de las Sagradas Escrituras.
Ministerio: ¿Considera que la crisis de identidad en la Iglesia Adventista es una realidad en todo el mundo? ¿Cuál debería ser nuestra preocupación como dirigentes, pastores y miembros en Sudamérica?
Fernando Canale: Aunque la Biblia y el sistema teológico doctrinal que encontramos en la iglesia sean universales, el proceso histórico de recepción ha sido intermediado por distintas personas con experiencias diferentes. Esto hace que existan historias regionales por las cuales la crisis de identidad no afecta al adventismo mundial de la misma manera. Mi libro ¿Adventismo secular? surgió, geográficamente, de la experiencia y la perspectiva de la iglesia en los Estados Unidos y, espiritualmente, de la experiencia en nuestras instituciones educacionales en las que desarrollé mi ministerio. Eso me mostró que existen grandes diferencias en relación con la manera en que la crisis de identidad afecta a la iglesia en distintas partes del mundo. Mientras tanto, en los últimos veinte años, progresiva y rápidamente, las nuevas tecnologías comenzaron a acortar las distancias y, también, las diferencias que existen entre las personas.
Con eso en mente, sugiero que debemos estar alerta, especialmente los dirigentes de la iglesia, cuando escuchamos la presentación de la Palabra de Dios.
Necesitamos regresar a la Biblia en el púlpito, en el hogar y, sobre todo, en la mente y en el corazón. Esto requiere una transformación espiritual y logística de nuestra vida, un reavivamiento y una reforma personales, y también como iglesia, que deben estar centrados en nuestra identidad como iglesia que anuncia el pronto regreso de Jesús por medio del triple mensaje angélico (Apoc. 14:6-12).
Ministerio: ¿Qué pueden hacer los pastores para recuperar y/o fortalecer la identidad de la iglesia?
Fernando Canale: Concentrar su ministerio en la comprensión, el crecimiento espiritual y la aplicación del principio fundamental de Sola Scriptura. Debemos continuar la revolución teológica y misionera iniciada por los reformadores y los pioneros. Necesitamos asumir la responsabilidad de que ese conocimiento nos atañe para desarrollar el carácter de Cristo en nuestra vida ministerial, y en la vida de la iglesia como comunidad y misión. Esa unidad en espíritu y amor es la condición para la misión por la cual Cristo oró al Padre antes de su crucifixión (Juan 17:23).
Ministerio: ¿Cómo podemos evitar el peligro de perder nuestra identidad confesional?
Fernando Canale: No permitiendo la inercia, ni la fusión de doctrinas, ni el abandono de los principios fundamentales de la Palabra de Dios. Solo un retorno paradigmático, profundo y espiritual a las Escrituras como guía, fundamento e inspiración nos salvará de la presión ecuménica de nuestros tiempos, y nos permitirá cumplir la misión final en este mundo.
Sobre el autor: editor asociado de Ministerio Adventista