: Elementos para hacer efectiva la evangelización

En una oportunidad, un pastor consejero me dijo: “Si tienes estudios bíblicos, tendrás bautismos”. Entonces, nuestra iglesia comenzó a entregar invitaciones para series de evangelismo en nuestra comunidad. Cuando la tarjeta de un interesado vuelve a nuestras manos, respondemos inmediatamente. Como resultado, tenemos bautismos cada trimestre.

Creo que el dicho “el evangelismo no funciona en la sociedad posmoderna” es incorrecto e improductivo. Me gustaría compartir siete elementos que ayudan a hacer eficaz la evangelización.

Cosecha abundante

Cuando comencé mi ministerio, la Asociación me envió a un distrito distante. Todos los pastores con los que conversaba afirmaban que estaba entrando en un área extremadamente difícil. Pero, como siempre me gustaron los desafíos, acepté la nueva responsabilidad. Al llegar, era evidente que las iglesias locales estaban en declive. Comencé a realizar una caminata de oración y me di cuenta de que la ciudad vivía un ciclo de depresión.

Al pedir orientación al Señor, sentí la impresión de tomar la lista telefónica y hacer llamadas evangelizadoras. Tal cual, comencé un “ministerio de lista telefónica”. “¡Hola! Soy el nuevo pastor de la iglesia cercana al hospital comunitario. ¡Tengo tres series de estudios bíblicos para ofrecerte que son increíbles! Una es sobre cómo tener un hogar feliz según la Palabra de Dios. Otra es sobre lo que el Apocalipsis enseña acerca del fin de los tiempos. La última trata acerca de cómo administrar las finanzas y librarse de las deudas siguiendo los principios bíblicos”.

Al día siguiente, agregué esta información: “Además, si sientes el deseo de que alguien ore por tu vida, tus hijos, tus familiares y amigos, o tienes a alguien que necesita una visita en el hospital, cuenta conmigo. Estoy aquí para servir. Que Dios te bendiga”. En la mayoría de las llamadas solo dejaba mensajes en el contestador automático. La primera semana, después de doscientas llamadas, inicié once estudios bíblicos, hice catorce visitas domiciliarias y una visita al hospital. ¡La cosecha fue abundante!

Cuando miras tu comunidad, ¿qué ves? ¿Reconoces el potencial? ¿Visualizas a las personas que necesitan conocer a Jesús? Lo que ves marca una gran diferencia. Cristo vio la cosecha. Como pastores, necesitamos tener los ojos de Jesús.

Presencia del Espíritu

Además de tener los ojos de Cristo, necesitamos reconocer el papel del Espíritu Santo. Podemos predicar de corazón, pero si el Espíritu del Dios vivo no forma parte de nuestras actividades evangelizadoras, nuestros esfuerzos no tendrán éxito. ¿Por qué? Porque sin su presencia no puede haber aumento eclesiástico real. La Biblia es clara: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Cor. 3:6, 7).

Observa que el Espíritu Santo trabajó al lado de Pablo y de Apolos. Como ministros del evangelio, tenemos un papel que desempeñar con el Espíritu Santo. Dios trabaja junto a sus siervos.

Aunque debamos orar y ayunar, siempre llega el momento en el que necesitamos andar por la fe y avanzar con el Espíritu Santo a fin de conducir a las personas a una relación salvífica con Jesús. Me acuerdo de una oportunidad en la que un compañero se opuso a una declaración presentada por un profesor de que todos los pastores deben involucrarse en llevar personas a Cristo.

–Ese no es mi don espiritual –protestó mi amigo.

Mirándolo, el profesor le hizo una simple pregunta:

–¿Dónde dice Dios en la Biblia a algún discípulo, apóstol o pastor que no debe involucrarse en llevar personas a Cristo porque puede no ser su don espiritual? ¡El Espíritu Santo puede transformar una simple presentación del evangelio hecha por un apóstol remiso en un reavivamiento espiritual poderoso!

Trabajo de siembra

El siguiente principio del evangelismo es sembrar el campo de trabajo, que es tu comunidad local. Mis abuelos eran agricultores. Si iban al campo, empezaban la tarea de cosecha y no encontraban nada, la primera pregunta que haría mi abuelo sería: “¿Alguien sembró las semillas?” Muchas veces, las personas intentan varios métodos de evangelismo y no alcanzan las expectativas porque no hubo trabajo de siembra. Es un principio simple: Tú puedes regar el suelo, pero nada crecerá a menos que haya semillas en él. ¿Cómo sembramos? ¡El trabajo previo al evangelismo es fundamental!

Hay muchas maneras de sembrar. Me acuerdo de cuando llegué a mi primera iglesia, después de graduarme en la Facultad. Aunque quería hacer una serie sobre el Apocalipsis, la junta de iglesia recomendó que primero ofreciéramos clases de computación para la comunidad. Si bien me sentí decepcionado, ellos conocían la región mucho mejor que yo. Las clases de informática fueron tan exitosas que tuvimos que realizar dos sesiones con treinta personas cada una. Entonces, invitamos a los alumnos a la serie de evangelización, y obtuvimos óptimos resultados. Las clases de computación fueron la semilla necesaria para atender las necesidades de la comunidad.

Toque personal

Adopto el viejo dicho que reza: “Nunca pongas todos los huevos en la misma canasta”, y atiendo varias áreas. La primera es la más simple. Siempre que recibimos visitantes en nuestra congregación, los saludamos con un caluroso abrazo o apretón de manos. Después, lo acompañamos a una de las clases de Escuela Sabática, que funcionan en pequeños grupos. Creemos que, si vienen a nuestra iglesia por voluntad propia, están buscando no solo una congregación para adorar, sino también una relación más cercana con Cristo. Pedimos al visitante su nombre, dirección de e-mail y número de celular, y le explicamos que tener esa información nos permitirá avisarle acerca de las diferentes actividades que se realizarán.

Cada ministerio de la iglesia es, de hecho, una forma de evangelismo. Esto incluye la recepción de la iglesia, las clases de Escuela Sabática, los clubes de Aventureros y Conquistadores, las Escuelas Cristianas de Vacaciones, el Ministerio de la Salud, entre otros. Todos estos son avenidas que convocarán a personas con intereses diferentes. Uno de los peligros, sin embargo, es comenzar muchos ministerios al mismo tiempo. Comienza con solo uno o dos, y desarróllalos bien antes de pasar al siguiente. La calidad de cada ministerio es fundamental porque todos son partes esenciales del éxito general del crecimiento de la iglesia.

Tenemos series de evangelismo todos los años en septiembre, con gran éxito. ¿Por qué? Porque los involucrados en cada ministerio llevan a sus amigos a las reuniones. Además, cada uno atrae diferentes grupos de personas en la comunidad local, creando amigos y relaciones. Así, cada ministerio realiza el verdadero evangelismo.

Rol de los líderes

Cada congregación es única, así como lo es cada comunidad. Además, cada equipo de liderazgo es distinto. Por eso, me preocupa cuando algunas iglesias intentan reproducir programas específicos, en lugar de concentrarse en seguir los principios básicos de los planes exitosos. La Biblia explica cómo cada congregación tiene una diversidad de dones. “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1 Cor. 12:27, 28). Cada iglesia tiene su propio grupo y modo de liderazgo. A medida que cada congregación descubra de qué se trata, será capaz de maximizar sus puntos fuertes para proclamar el evangelio.

Una de las tareas de los dirigentes es tener una visión inspirada por Dios que pueda ser compartida con todos los líderes y con la congregación. La Biblia muestra que los líderes promueven o impiden el avance del pueblo de Dios. Como pastor, tengo una visión para la iglesia que primero discuto con el ancianato, incorporando sus contribuciones y percepciones. Después de desarrollar una visión para la congregación, la llevamos a la junta de iglesia.

Uno de nuestros objetivos incluye establecer, por la fe, fechas de bautismos. Solo dos veces me decepcioné. La siguiente semana, sin embargo, la persona dio el paso y fue bautizada. Si aún no intentaste lanzar la visión general o definir fechas de bautismo en particular, da el paso de la fe.

Pensamiento sinérgico

Como ya hemos dicho, todos los años tenemos una serie de evangelización en septiembre. Un ministerio de la iglesia es el encargado de organizar cada noche. Ellos entienden que su grupo particular ayudará en la serie porque esta tiene un propósito evangelizador. Así, los diferentes ministerios colaboran entre sí de forma sinérgica. Cuando todos los ministerios trabajan por el mismo objetivo, mejora la robustez general de la congregación. Según escribió Pablo: “Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan” (1 Cor. 12:25, 26).

Importancia de los llamados

Todos los sábados intentamos hacer del culto un ambiente seguro para nuestros invitados. Pero, con ello viene un llamado para que se aproximen al Señor. Cada alabanza, mensaje musical y sermón cierra con un llamado. En una oportunidad me invitaron a predicar una serie de fin de semana en una congregación. Cuando hice un llamado y varias personas pasaron al frente, noté que los miembros de la iglesia se sorprendieron con el hecho.

Después del culto, le pregunté al pastor acerca de esa reacción. Me dijo:

–Pensábamos que esas personas eran estudiantes universitarios que venían a nuestra iglesia de otras congregaciones adventistas.

Durante la comida de confraternización, conversé con algunos de ellos, así como con el pastor, quien comentó:

–Creíamos que ustedes eran miembros bautizados. ¿Por qué respondieron al llamado hoy?

–Es simple, pastor –dijo uno–: ¡Nadie nos preguntó antes! Entonces, cuando se hizo el llamado, aceptamos con alegría.

Descubrí que muchos no toman decisiones simplemente porque no son invitados. Todos los años tenemos nuevos bautismos solo porque invitamos a las personas a aceptar a Cristo.

Pastorado de la comunidad

En parte, tener una iglesia en crecimiento es aceptar la Biblia por lo que ella afirma claramente. Cuando observó a la multitud, Jesús vio que diferentes personas, de diferentes condiciones, aceptaban el evangelio. Reconoció el potencial de “su distrito”. En cada nuevo barrio tienes el privilegio de pastorear, pasear por la comunidad, visitar las diferentes tiendas, comer en sus restaurantes y zambullirte en su singularidad. Entonces, ora y busca maneras de impactar a tu distrito para Cristo. Tú eres el pastor no solo de tu iglesia, sino de tu comunidad. Al visitar sus diferentes rincones, ora, pregúntale a Dios cómo puedes alcanzar a las personas.

El Señor ha sido maravilloso con nuestra congregación. En los últimos cuatro años crecimos de 468 a 715 miembros. Fuimos bendecidos con 289 bautismos y ayudamos a iniciar tres nuevas congregaciones. Creo firmemente que el evangelismo funciona, especialmente en una sociedad posmoderna.

Visión fuerte de liderazgo, dedicación de los tiempos locales, conexión con la comunidad y ejecución detallada son las claves para el éxito del evangelismo. Prepara el campo para sembrar la Palabra de Dios y mantente en constante conexión con el Señor, implorándole que guíe a ti y a tu iglesia a hacer lo mejor para llevar a la comunidad a los pies de Jesús.

Sobre el autor: pastor en Houston, Estados Unidos.