¿Cómo puede usted contribuir y participar más en la edificación y el crecimiento de su congregación?
Es posible que usted sienta que no está siendo suficientemente útil como anciano de iglesia. ¿Cómo puede contribuir y participar más en la edificación y el crecimiento de su congregación?
1. Fortaleciendo la adoración. En vez de criticar el anquilosamiento que probablemente caracterice sus servicios regulares de adoración, proponga alternativas positivas y novedosas. Considere que las actividades podrían crear una atmósfera de alabanza, acción de gracias, adoración, afirmación, compañerismo y comunión en el santuario. Trate de poner en marcha un plan “experimental” de “rejuvenecimiento” en consulta con su pastor y sus colegas ancianos. Tal vez usted mismo se sorprenda al descubrir cuán ansiosos están ellos por superar cualquier debilidad existente en los servicios regulares de la semana.
2. Visitando a los miembros activos. Pídale a otro anciano, a un diácono o diaconisa, que le acompañe en un programa de visitación sistemática a los miembros. Procure hacer una cita primero. Ya en la casa, escuche los asuntos vitales de los miembros de la familia y el testimonio de la conversión de cada uno. Lea un pasaje bíblico con ellos y eleve una oración.
3. Visitando a los miembros inactivos. Todas las iglesias tienen miembros que no asisten a las reuniones. Usted, como subpastor de la congregación, debe visitarlos y tratar de traerlos de vuelta al redil. Es posible que se encuentren alejados y sufriendo por alguna experiencia dolorosa con la iglesia, de modo que debe estar preparado para oír muchas expresiones amargas y airadas. En vez de discutir con ellos, escuche con simpatía. Recuerde que su enojo es contra la iglesia y no contra usted personalmente. Pida a Dios que le inspire la forma de inducirlos a que perdonen a la iglesia. Esto podría producirles un tremendo alivio y mucho aliento. La amistad e interés en su bienestar que usted les demuestre puede ayudarles a volver a una relación activa con Jesús y a una mayor participación con la familia de Dios.
4. Visitando a los interesados. Un anciano puede contribuir también a la edificación de la iglesia visitando a los que todavía no son miembros pero que tiene interés en los asuntos espirituales. Quizá algunos de ellos son familiares de los miembros bautizados. Revise el libro de visitas donde están registrados los nombres de aquellos que han visitado la iglesia o asistido a una actividad evangelística el año anterior. Visite a estas personas e invítelas a aceptar a Cristo y luego participar en la comunión de la iglesia. Es probable que encuentre nuevos interesados a quienes dar estudios bíblicos. Pero no todos los ancianos tienen dones para el evangelismo y la enseñanza; en tal caso, convendría
que invitara a alguien más que le acompañe para dirigir el estudio bíblico.
5. Desarrollando sus habilidades mediante la
capacitación. El Espíritu Santo capacita a cada discípulo de Cristo dotándolo de dones espirituales para el servicio. Estos deben ser desarrollados. Los ancianos deberían ponerse al tanto de los cursos de capacitación existente y aprovecharlos. El primero de los recursos es el pastor. Dios pone un pastor dentro de la iglesia para entrenar y desarrollar a los miembros para el ministerio en diversas áreas: visitación, estudio bíblico personal, administración y liderazgo en la adoración. Acompañar a su pastor en la visita no sólo capacita, sino provee un maravilloso compañerismo. Es probable que su asociación tenga algún programa de capacitación para ancianos. Hace poco, la División Norteamericana empezó a promover los seminarios Learning to Care, diseñados para desarrollar las habilidades para la visitación tanto de los pastores como de los miembros laicos. Pida a su pastor información acerca de los pasos para inscribirse en el próximo seminario de capacitación en su distrito.
Todas las iglesias tienen miembros que no asisten a las reuniones. Usted, como subpastor de la congregación, debe visitarlos y tratar de traerlos de vuelta al redil.
6. Estudiando y leyendo. Hay muchos buenos libros y otros materiales que le pueden servir como fuentes de lectura interesante e información sobre la obra del anciano de iglesia. Aquí le damos algunas sugerencias. Para la predicación, cualquiera de los que siguen: Expository Preaching Without Notes, por Charles W. Koller, Between Two Worlds, por John Stott. Para fortalecimiento de la adoración, lea O Come, Let Us Worship, por Roberto G. Rayburn, y Sing a New Song, por Raymond Holmes. Libros sobre la administración de la iglesia, abundan. Dos que recomendamos son, Twelve Keys to an Effective Church, por Kennon L. Callanhan, y The Art of Management for Christian Leaders, por Ted W. Engstrom y Edward R. Dayton.
Un curso por correspondencia sobre la obra del anciano de iglesia está disponible en el Home Study International Institute, 12500 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904.