Los predios de las iglesias cristianas deben reflejar nuestro deseo genuino de cuidar del bienestar y la seguridad de las personas, especialmente de los niños.

 Recuerdo haber visitado una congregación, hace algunos años, en la que la alfombra estaba rota; las lámparas de luz, quemadas; y la pintura de la pared se encontraba en condiciones precarias. El edificio estaba mal cuidado, y eso creó en mí una impresión muy negativa. De cierta manera, sentí que aquel no era un lugar seguro y no me sentí cómodo en aquel espacio.

 La idea de la iglesia como un farol tiene más que un sentido metafórico o estrictamente espiritual. Una congregación atrayente para los miembros y la comunidad debe tener un edificio bien cuidado, con miembros que ofrezcan excelente hospitalidad. Debe ser un lugar en el que los participantes saben que tendrán un espacio para estacionar, no tropezarán ni se caerán por culpa de un piso inadecuado, y podrán participar del culto en un ambiente limpio y apropiado.

 Las prioridades de una congregación son frecuentemente definidas a partir de la percepción de su liderazgo. De esa manera, si nuestras iglesias quieren ser más eficaces en la administración de riesgos, debemos aumentar nuestro conocimiento acerca de los aspectos prácticos que favorecen la cultura de la prevención de accidentes.

 ¿Qué puedes hacer tú, como pastor, para promover una cultura de la seguridad en tus congregaciones? ¿Cuáles son los pasos que debes seguir con el fin de capacitar a los miembros voluntarios para asumir tareas que garantizarán que los edificios de las iglesias no sean vistos como descuidados y vulnerables? El primer paso es reconocer que la seguridad y el mantenimiento continuos deben ser una prioridad de los dirigentes locales. Por eso, discute ese concepto con una comisión de cada una de tus iglesias y compromete a los líderes en el proceso de promoción de la seguridad como algo fundamental.

 El segundo paso es designar a algún responsable en cada congregación que pueda sugerir cambios y liderar proyectos que mejoren la administración de riesgos, en colaboración con los demás líderes y miembros de la iglesia. Dependiendo del tamaño de la congregación, recomiendo que se forme una comisión de seguridad. Ese grupo debe mapear los problemas y garantizar que sean corregidos. Además de esto, trabajar en equipo ayuda a involucrar a más personas en el proceso de cambio de cultura referente a la seguridad. Para facilitar el trabajo de la comisión, sugiero que sean considerados los siguientes puntos:

 Protección infantil: Garantiza que esté en funcionamiento un plan eficiente de protección a los niños y que todos los miembros lo conozcan.

 Autoinspección: Inspecciona periódicamente las instalaciones de la iglesia; por lo menos, una vez al año. Si consigues realizar esta tarea más veces, mejor. La Adventist Risk Management–Sudamericana pone a disposición de forma gratuita, en su página de Internet, un manual que podrá ayudar a tu iglesia para que realice esa inspección (https://goo.gl/LfAsnL). Presenta una lista de los puntos que debes observar, tales como seguridad eléctrica, tanque bautismal, cocina, salas, salón social, entre otros.

 Mantenimiento preventivo: Certifícate de que el mantenimiento sea consignado en la agenda y se realice regularmente, que el edificio esté preparado para soportar cambios estacionales de temperatura, en caso de que se localice en una región sujeta a patrones climáticos potencialmente serios. Mantén al día los registros de mantenimiento y reparaciones.

 Plan de emergencia: El plan de emergencia es un proceso continuo que debe incluir los tipos de emergencias que tu congregación puede enfrentar. Debes estar seguro de que sea adecuado, efectivo, practicado y ajustado, de acuerdo con las necesidades.

 Recuerda: es tu responsabilidad, como pastor, dar el primer paso para tratar estas cuestiones con los responsables de tus iglesias. En tus próximas comisiones, incluye el punto de agenda: “Seguridad y administración de riesgo” en cada reunión.

Sobre el autor: vicepresidente de Adventist Risk Management, Inc., en los Estados Unidos.