Pregunta 19

¿Enseñan los adventistas en sus publicaciones autorizadas que los que adoran en domingo y rechazan en su totalidad la enseñanza adventista, como consecuencia de esto tienen la marca de la apostasía o “la marca de la bestia”? ¿No enseña la Sra. de White que los que guardan el domingo en este momento ya tienen la marca de la bestia?

Nuestra posición doctrinal está fundamentada en la Biblia y no en los escritos de la Sra. de White. Pero puesto que se ha mencionado su nombre, una declaración explícita procedente de su pluma puede aclarar los conceptos. Fue escrita en 1899:

“Nadie hasta ahora ha recibido la marca de la bestia. El tiempo de prueba no ha llegado aún. Hay críspanos verdaderos en todas las iglesias, sin exceptuar la comunidad católica romana. Nadie es condenado hasta que haya tenido la luz y haya visto la obligación del cuarto mandamiento. Pero cuando se ponga en vigencia el decreto que ordena falsificar el sábado, y el fuerte clamor del tercer ángel amoneste a los hombres contra la adoración de la bestia y su imagen, se trazará claramente la línea entre lo falso y lo verdadero. Entonces los que continúen aún en la transgresión recibirán la marca de la bestia” (Evangelismo, pág. 177).

Esta ha sido su enseñanza uniforme a través de los años. Sin embargo, sus detractores han torcido sus declaraciones y las han presentado en forma equívoca. Esta posición es mantenida por la misma autora en El Conflicto de los Siglos:

“Pero los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico; y ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo divinamente instruido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por ’a ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios: rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma: adorará a la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, ‘la marca de la bestia’. Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán ‘la marca de la bestia’” (págs. 502, 503).

“La observancia del domingo no es aún la marca de la bestia, y no lo será hasta que se promulgue el decreto que obligue a los hombres a adorar este sábado idolátrico. Llegará el tiempo cuando este día será la prueba, pero no ha llegado todavía” (Manuscrito 118, 1899).

Entonces, a la pregunta de si la Sra. de White sostuvo que todos los que no observan el séptimo día como día de reposo ahora tienen “la marca de la apostasía”, contestamos definidamente que no.

Tenemos la firme convicción de que millones de cristianos piadosos de todas las confesiones en tiempos pasados, como también los que hoy confían sinceramente en Cristo su Salvador para obtener la salvación, y lo están siguiendo según se lo indican sus mejores conocimientos, están salvados fuera de toda duda. Miles de ellos subieron al cadalso como mártires por Cristo y por su fe. Además, incontables católicos romanos ciertamente estarán incluidos entre ellos. Dios lee el corazón y conoce las intenciones y la comprensión. Estos están entre sus “otras ovejas” (Juan 10:16). Él no se equivoca. El principio bíblico es claro: “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Sant. 4:17).

Los adventistas interpretamos las profecías referentes a la bestia y a la recepción de su marca, como algo que captará la atención pública poco antes del regreso en gloria de nuestro Señor. Entendemos que entonces esta cuestión se convertirá en una prueba mundial.