El Post, periódico publicado en la capital norteamericana, informó hace unos años acerca de un “misterio” científico. Según Howard Simons, uno de los reporteros del Post, ciertos “fósiles que se están formando en un singular) lago del estado de Nueva York tienen un notable parecido con fósiles de 100 millones de años de antigüedad encontrados en los lechos lacustres prehistóricos de Nevada. Los fósiles son bacterias no mineralizadas. Hasta ahora, tales bacterias habían sido encontradas en la caliza negra del Cañón de Newark, cerca de Eureka, Nevada. Se convirtieron en fósiles antes de que se formasen las Montañas Rocallosas, cuando todavía los últimos dinosaurios recorrían Norteamérica”.

 El Sr. Simons basa su información en datos proporcionados por W. H. Bradley geólogo del gobierno de los Estados Unidos. Al ser entrevistado, después de que publicara los resultados de sus descubrimientos en la revista Science, el Sr. Bradley hizo una descripción del Lago Verde próximo a Siracusa, Nueva York, donde está ocurriendo el proceso de fosilización. Dijo que el fondo de este lago de agua dulce contiene lodo negro lleno de células bacteriales negras y de cristales de calcita. Siendo que en el tercio más profundo del lago las aguas están estancadas, existen allí condiciones ideales para que se realice el proceso de fosilización. Su hipótesis es que los cristales de calcita han embalsamado y están embalsamando a las bacterias.

 El Sr. Bradley saca dos conclusiones de sus observaciones hechas en el Lago Verde: 1) Que entre 100 a 130 millones de años atrás, el Cañón de Newark, en Nevada, debe haber presentado las mismas características que las actuales del Lago Verde; y 2) que las bacterias no-mineralizadas de Nevada fueron fosilizadas hace más de 100 millones de años, mientras que las bacterias que se encuentran en los cristales de calcita del Lago Verde se han fosilizado durante la última década, posiblemente hasta un año atrás.

 Nos preguntamos si no podría haber ocurrido en el Cañón de Newark el mismo proceso rápido que hoy se observa en el Lago Verde, sólo pocos años después del diluvio. (Adaptado de Review and Herald, 5-12-63).