Ninguna misión por más elevada que sea cumplida por el hombre en favor del hombre, puede tener una finalidad más encomiable que aquella destinada a proclamar las excelencias de la Biblia. La peligrosidad del momento que vive la civilización del siglo XX escapa a la posibilidad de describirla mediante el lenguaje humano. Solamente el verbo vibrante de los profetas y de los apóstoles puede pintar el resquebrajamiento moral y espiritual que está soportando la humanidad. La aparente paz que viene precediendo a un torbellino a punto de desencadenarse que podría tener consecuencias irreparables e imprevisibles. es posible mediante el imperio del temor. Pero todo tiene un límite. El fracaso de todas las ideologías promovidas por los hombres para dar estabilidad a la sociedad más privilegiada de la historia, es tan evidente que el disgusto colectivo cobra tonalidades de tragedia. El fracaso del hombre es la oportunidad de Dios. De ahí que todo afán destinado a adecuar el mensaje bíblico a las necesidades del hombre moderno, merece el calor que emana de la pasión que tiene como única finalidad llevar a los pecadores a la cruz de Cristo. El momento es psicológico. Si hubo alguna vez un tiempo propicio para hablar de “la locura de la predicación, ese tiempo es ahora. “Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer” (Hab. 3:2).

PROGRAMACION DEL CICLO

El Uruguay es un país que ofrece peculiaridades muy simpáticas. Su sistema legislativo defiende sin retaceos los derechos del hombre. En razón de su aversión a todo sistema totalitario, ha sido defensor incansable de la libertad y la paz. La bondad de sus habitantes se manifiesta de muchas maneras. Es un pueblo accesible, pero en lo atinente a la religión, es muy indiferente. Sin embargo, atentos al hecho de que el Evangelio debe ser predicado en todo el mundo, se programó un ciclo con la debida antelación. Estaría a cargo del pastor Salim Japas, evangelista de la Unión Austral.

El gran problema que se nos planteó fue el inconveniente que encontraríamos en la búsqueda de un salón adecuado y bien ubicado. Creíamos que un local de 500 butacas sería suficiente. Los días fueron transcurriendo sin encontrar local alguno, hasta que apareció la sorpresa. En la Avda. Agraciada, a una cuadra del Palacio Legislativo, ubicamos el Cine Astor. La platea contaba con 1.000 butacas y además había un hall contiguo, apropiado por las actividades del evangelismo infanda ¿Qué hacer? Después de asesorarnos decidimos alquilarlo. Estábamos convencidos de que Dios estaba guiando todas las cosas y a nosotros también.

Después de haber resuelto uno de los problemas más difíciles que siempre se plantean en las grandes ciudades, programamos una concentración de las iglesias montevideanas. El sábado 16 de marzo se cristalizó nuestro deseo en el Cine Trafalgar. El pastor Japas tuvo a su cargo el sermón. La presencia de varios pastores de la división y de la Unión Austral dio realce al acto. El mensaje fervoroso, ilustrado por maravillosas conversiones verificadas en otros lugares, como resultado de la predicación del Evangelio, fue emocionante y convincente. Por la tarde hubo otra concentración en la Iglesia Central. Así el pastor Japas expuso con claridad su método de trabajo. Destacó que dicho plan contemplaba la incorporación incondicional de toda la feligresía. La respuesta fue positiva. El espíritu de colaboración, buena voluntad y simpatía, permitió respirar un ambiente cordial. Los hermanos se habían identificado con el plan. Todos estábamos agradecidos a nuestro Padre celestial por su manifiesta bondad y dirección.

LA FELIGRESÍA EN ACCIÓN

Se imprimieron 20.000 ejemplares de la encuesta destinada al público. Dicho material incluía entre otras cosas llamativa-, trece temas diferentes. La sugestividad de los títulos destinados a despertar la curiosidad y el interés de los entrevistados tuvo el efecto deseado. Para la distribución de este material fueron organizados los miembros de las diferentes iglesias de Montevideo. Cada hermano que tomó parte en la encuesta recibió una presentaron por escrito para memorizar. Durante cuatro sábados consecutivos, 160 hermanos distribuidos de dos en dos, cubrieron el territorio escogido con antelación. Durante e-e período el encargado de prensa y propaganda fue estimulando el trabajo mediante un boletín. donde se publicaban los incidentes más sobresalientes recogidos por los obreros voluntarios.

Cuando terminó este trabajo, el encargado de estadísticas comprobó que 6.561 personas habían dado su nombre y dirección y 1.439 ejemplares de la encuesta habían sido entregados por los hermanos a familiares, amigos y ex adventistas. De los trece temas ofrecidos, los cinco más solicitados fueron: Los Niños y la Educaron, La Delincuencia Juvenil, el Secreto de la Felicidad, El Hogar Moderno y el Amor, y El Noviazgo y el Matrimonio.

De las 8.000 cartas-invitación que se enviaron, 5.240 fueron por correo y 2.760 fueron entregadas personalmente por jóvenes obreros voluntarios. También se recurrió a los medios de propaganda tradicionales como volantes, radio, carte.es mura.es, cartulinas, diarios y altoparlantes. En verdad, debido a la escasez de recursos la propaganda fue limitada tanto en su comienzo como durante la primera etapa del ciclo.

20 DE ABRIL, DIA DE ESPECTATIVA

El viernes 19 de noche hubo en todas las iglesias de Montevideo un servicio especial: el de la Santa Cena. La buena asistencia puso de manifiesto el sentido de responsabilidad de los hermanos. El sábado, el tiempo destinado al sermón fue dedicado a la distribución de volantes. El buen ánimo de los hermanos tonificaba el espíritu de cada uno al punto que el entusiasmo, proveniente de la confianza en Dios y de la satisfacción del deber cumplido, era la nota sobresaliente. Todo el personal de la sede de la división y de la asociación se había identificado con la iglesia en una acción unida. Había una pregunta que flotaba en el ambiente: ¿Qué sucederá esta noche?

El momento Legó. La platea estaba colmada. Había unas 1.000 personas presentes. El tema ofrecido, “El Hogar Moderno y el Amor”, fue muy bien recibido. Los conceptos vertidos, aclarados con oportunas y amenas anécdotas, encontraron eco en el público que en forma reiterada exteriorizó su agrado mediante aplausos sostenidos. Durante las primeras cuatro semanas se ofrecieron cuatro temas semanales. Naturalmente, los días de semana el púbico disminuía algo. En verdad, los diez lemas introductorios lograron conquistar la simpatía de la gente. Pero, más que eso. el público comprendió que el orador les presentaba ideas, principios y conceptos básicos para la estabilidad del hogar, fundamentándolos en la necesidad de aceptar la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres mediante el vínculo del amor. Esta idea campeó en todas las conferencias introductorias.

EL MOMENTO DE LA TRANSICIÓN

Había llegado el momento de iniciar el curso de investigación bíblica. La noche anterior a la transición se dieron instrucciones claras referentes a dicho curso. El pastor Japas manifestó a los presentes que harían descubrimientos apasionantes de índole teológica. Que cada uno de los que tomarían parte en el curso tendría a su disposición una hermosa Biblia y los que asistieran a 20 de las 24 clases ofrecidas, recibirían la Biblia como obsequio. El plan fue bien recibido por el público. La noche de la iniciación del curso había una nota distinta que captaba el interés de todos. Dos largas filas a la entrada del cine, se alineaban para recibir el libro de texto, la Biblia. Hubo que llenar una tarjeta de inscripción.

Cuando llegó la hora, la sala estaba prácticamente llena. El público había respondido ampliamente. Todos nosotros elevamos una plegaria de gratitud, íntima y silenciosa, al Señor porque “sólo él hace maravillas”. La unidad en la acción y el anhelo de todos había encontrado eco en los oídos de quien está dispuesto a bendecirnos en la medida en que estamos en condiciones de recibir sus bendiciones.

En el momento de escribir estas líneas ya se ha presentado la sexta lección. Se han inscripto 801 alumnos, de los cuales 462 no pertenecen a la fe adventista. Hay 1.000 Biblias disponibles. Los hermanos prometieron pagar 700 de ellas y por esa razón tienen derecho a inscribirse en el curso. Aquellos que cumplan con los requisitos estipulados, también podrán obtener una Biblia como recompensa.

Este método facilita la comprensión de los temas doctrinales que fundamentan la fe del creyente. Por otra parte, el manejo de la Biblia, requisito necesario en la experiencia del creyente, va inspirándole confianza. Con sus propios ojos va comprobando la veracidad de lo que expone el orador. También permite concretar con facilidad estudios bíblicos, puesto que aquellos que por razones justificadas no pueden asistir a alguna clase de las dictadas durante la semana, pueden recibir un estudio particular de parte de alguno de los instructores.

“NO CON EJÉRCITO NI CON FUERZA”

Lo que humanamente se puede hacer, se está haciendo. Entendemos que no es “con ejército ni con fuerza”, sino con el Espíritu de Dios como se logra la conversión de los corazones. “La ausencia del Espíritu es lo que hace tan impotente el ministerio evangélico. Puede poseerse saber, talento, elocuencia, y todo don natural o adquirido; pero, sin la presencia del Espíritu de Dios, ningún corazón se conmoverá, ningún pecador será ganado para Cristo” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 212).

Que Dios bendiga a la Asociación Uruguaya y la cruzada evangelizadora que en estos momentos se está llevando a cabo en la ciudad de Montevideo.

Sobre el autor: Presidente de la Asociación Uruguaya