Última parte de la conferencia que dictó el Dr. Timm en el Encuentro de Teólogos de la Asociación General celebrado en Crecía y Turquía, entre el 20 de abril y el 7 de mayo del año 2002, y en la Primera Conferencia Internacional acerca de Elena de White y la Historia de la Iglesia Adventista, celebrada en Battle Creek, Michigan, Estados Unidos, desde el 15 hasta el 19 de mayo del año 2002.

Para fortalecer nuestra confianza en el don profético de Elena de White, necesitamos actuar más directamente en el ámbito de las iglesias locales. En este aspecto, podríamos sugerir muchas estrategias prácticas, pero por ahora me gustaría destacar sólo seis de ellas.

Evaluar en forma más efectiva el perfil general y el compromiso con los escritos de Elena de White de los profesores que ejercen en el sistema educacional adventista. Se debería prestar especial atención a los profesores de los seminarios teológicos y de los colegios de entrenamiento pastoral que preparan a las nuevas generaciones de ministros de las iglesias. Sería lamentable si, en el área de la preparación de ministros, se perdiera la confianza en el don profético de Elena de White.

Desarrollar estrategias más eficaces para fortalecer la fe de millares de nuevos conversos (incluso niños y jóvenes) que se unen a diario a la Iglesia Adventista en todo el mundo, de modo que puedan comprender mejor quién es Elena de White y cuál es su función. Los bautismos de numerosos nuevos conversos con escaso conocimiento doctrinal conspiran contra el futuro de la iglesia y de su identidad doctrinal.

Desarrollar estrategias más eficaces para estimular la lectura de los escritos de Elena de White entre los miembros de la iglesia que, sencillamente, ahora no los están leyendo. La ignorancia de muchos miembros de iglesia con respecto a Elena de White es, sin duda, uno de los desafíos más grandes que enfrenta la iglesia de hoy en diferentes partes del mundo. Se necesitan discusiones adicionales para desarrollar estrategias más eficaces al respecto.

Proporcionar los libros de Elena de White a precios accesibles para los habitantes de los países en vías de desarrollo o que enfrentan crisis económicas. Algunos ministerios independientes están inundando esos países con ejemplares de los libros de Elena de White vendidos a precios irrisorios. Eso ha producido, por lo menos en algunos lugares, una verdadera crisis de credibilidad con respecto a la administración de la iglesia. Algunos obreros, incluso, han dejado de servir a la causa para unirse a esos ministerios. Producir esos libros en algunos de esos países puede ser mucho más barato que importarlos de países con una economía fuerte.

Proporcionar respuestas más convincentes a las preguntas más importantes que la iglesia debe enfrentar hoy en todo el mundo con respecto a Elena de White y sus escritos. Esas preguntas se refieren no sólo a las fuertes críticas a Elena de White y su ministerio profético, sino también tienen que ver con el uso de muchas de sus declaraciones fuera de contexto, y dudas acerca de si merecen confianza o no las compilaciones oficiales de sus escritos. No basta que las respuestas a esas preguntas ya estén en inglés; se las debe traducir a otros idiomas, de acuerdo con las verdaderas necesidades de cada zona geográfica del campo mundial. Estoy cada vez más convencido de que la iglesia debería crear importantes páginas en Internet relacionadas con Elena de White y sus escritos, en los idiomas más representativos del mundo adventista. Es cierto que, además del inglés, ya existen algunas páginas web relativas a este tema en otros idiomas. Pero incluso esas páginas podrían enriquecerse considerablemente, para que sean más eficaces y útiles tanto para los pastores como para los miembros de las iglesias.

Inmunizar a los miembros de la iglesia contra las interpretaciones distorsionadas de los escritos de Elena de White. Creo que ha llegado el momento en el que los pastores adventistas debemos enseñar a los miembros de las iglesias que no conviene leer todos los materiales disponibles respecto de este tema, porque su enfoque tiende a destruir la fe. Bajo el rótulo de Democracia y la excusa de que “debemos examinarlo todo y retener lo bueno” (1 Tes. 5:21), muchas teorías tergiversadas se han abierto paso en la iglesia. El “conocimiento más amplio” que le ofreció la serpiente a Eva en el Jardín del Edén no le sirvió de mucho entonces, y tampoco nos sirve a nosotros ahora (Gén. 3). El mismo rey David también afirmó que no estaba dispuesto a poner delante de sus ojos “cosa injusta” (Sal. 101).

Desarrollar estrategias en las iglesias locales para fortalecer la confianza en el ministerio profético de Elena de White. Una buena estrategia para animar a los hermanos a leer los escritos de Elena de White es la de adoptar cada año uno de sus libros como “el libro del año” En la División Sudamericana, este plan ha dado muy buenos resultados. En el año 2003 se adoptó, como libro del año, la obra de Herbert Douglass titulada Mensajera del Señor. El plan era que el libro se estudiara durante las reuniones de los miércoles de noche y en los Grupos pequeños, con la ayuda de una guía de estudios y con un disco compacto con explicaciones presentadas con el programa denominado Power point.

Otro plan que puede fortalecer la confianza de los adventistas en la conducción profética de Elena de White es el establecimiento de Centros de Estudios Elena de White en instituciones importantes (la lista de los existentes aparece en el Anuario Adventista) y minicentros Elena de White (en escuelas adventistas e iglesias locales). En la Rep. del Brasil ya había, hacia fines del año 2001, 18 minicentros White, con el propósito de poner a disposición de los miembros de las iglesias materiales relacionados con el estudio de la Biblia, los escritos de Elena de White y la historia de la Iglesia Adventista.[1]

Resumen

Esta serie de artículos presentó inicialmente una breve descripción histórica acerca del desarrollo, en el transcurso del tiempo, de importantes asuntos relacionados con Elena de White. Las primeras dudas y criticas relacionadas con su ministerio profético fueron sistematizadas por D. M. Canright entre 1888 y 1919, y así estableció la plataforma ideológica para todas las futuras críticas que se le han hecho a Elena de White.

Pero, desde los comienzos de la década de 1970, esas críticas encontraron un eco cada vez más amplio en algunos círculos académicos adventistas. A mediados de la década de 1980, algunos ministerios independientes y diversas personas comenzaron a criticar a los dirigentes de la iglesia por no aceptar sus interpretaciones particulares respecto de los escritos de Elena de White; y, en 1998, prácticamente todas esas críticas comenzaron a difundirse por todo el mundo en forma muy efectiva por medio de Internet. Como resultado de esto, tanto los adventistas como los no adventistas están expuestos a una red sumamente desafiante de críticas sistemáticas al ministerio profético de Elena de White.

En el contexto actual, la Iglesia Adventista tiene que responder en forma más contundente a estas tres preguntas:

• La creencia en el don profético de Elena de White, ¿es opcional o es un requisito para los adventistas de la actualidad?

• ¿Debe la Iglesia Adventista administrar el bautismo y recibir como miembros a gente que no acepta el don profético de Elena de White?

• ¿Qué puede hacer la iglesia para reducir al mínimo los efectos negativos de las lecturas distorsionadas de los escritos de Elena de White por parte de sus miembros?

Se debería desarrollar estrategias prácticas para fortalecer, en las iglesias locales, la confianza en el don profético de Elena de White.

Vivimos en un momento en el que la naturaleza y la función del ministerio profético de Elena de White están siendo seriamente cuestionados, y las opiniones al respecto se están polarizando cada vez más. Por un lado, están los que desearían reemplazar la Biblia por los escritos de Elena de White; y, por el otro, se encuentran los que tienden a descartar esos escritos como si se tratara de un fenómeno cultural, propio de los Estados Unidos del siglo XIX.

Además de los que se unen abiertamente a uno u otro grupo, están los que observan sin comprometerse, mientras aguardan cómo terminará la contienda (1 Sam 2:12-36). Los miembros desean y necesitan saber exactamente qué creemos y cuál es nuestra posición. No es tarea fácil ser un verdadero profeta en este tiempo, e incluso un mero portavoz de un profeta, pero Dios ha prometido proteger a los que son fieles a su comisión. Como dice 2 Crónicas 20:20: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”

Sobre el autor: Doctor en Teología. Profesor de Teología Histórica en el Centro Universitario Adventista de Sao Paulo, y director del Centro White en Ingeniero Coelho, Sao Paulo, Rep. del Brasil.


Referencias:

[1]  Ver Alberto R. Timm, “Minicentros White no Brasil”, Revista Adventista (Brasil)(diciembre de 2000), pp. 12-14; “Bibliotecas proféticas”, Revista Adventista (Brasil) (diciembre de 2001), p. 25.