Introducción

I. “¿Quién es éste?” (Mat. 21:10).

A. La entrada triunfal de Cristo en Jerusalén.

  1. Los discípulos buscan un asna. (Vers. 2.)
  2. El cumplimiento profético. (Vers. 4, 5.)
  3. Jesús entra cabalgando como rey. (Vers. 7, 8.)
  4. Las multitudes lo proclaman rey. (Vers. 9.)
  5. Toda la ciudad fue conmovida. (Vers. 10.)
  6. “Este es Jesús”. (Vers. 11.)

II. ¿Quién es Jesús, fue un hombre bueno o es Dios?

A. Esta es una cuestión de autoridad.

  1. “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?” (Mat. 21:23-27).

B. La evidencia de la divinidad de Cristo anterior a su nacimiento.

  1. Su parte activa en la creación. (Gén. 1:1, 26, 27; véanse también Heb. 1:110; Juan 1:1-3; 1 Cor. 8: 6; Hech. 3:9; Col. 1:16.)
  2. Su conducción activa de los hijos de Israel. (1 Cor. 10:4.)

C. Evidencias de su preexistencia halladas en las Escrituras.

  1. Ha existido desde el principio. (Miq. 5:2.)
  2. “Antes que Abrahán fuese, yo soy”. (Juan 8:58.)
  3. “Aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. (Juan 17:5; véase también vers. 24.)
  4. “El cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. (Apoc. 13:8.)

D. Jesús se atribuyó la divinidad. Evidencias de su vida.

  1. Sus enseñanzas testifican de su divinidad. (Juan, 7:46; Mat. 7:29.)
  2. Sus milagros testifican de su divinidad. (Juan 3:2.)
  3. Su nacimiento testifica de su divinidad. (Luc. 1:35.)
  4. Su poder de perdonar los pecados testifica de su divinidad. (Luc. 7:47; 5:20, 21.)
  5. Su poder sobre la muerte testifica de su divinidad. (Luc. 1:79; Hech. 2:32.)
  6. Su vida sin pecado y su muerte vicaria testifican de su divinidad. (Isa. 53:8, 10.)
  7. Su resurrección y ascensión al cielo testifican de su divinidad. (Hech. 2:30, 36.)

E.  El testimonio de Dios concerniente a su Hijo

  1. “El Verbo era Dios”, o literalmente del griego: “Dios era el Verbo”. (Juan 1:13.)
  2. “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. (Mat. 3:17.)
  3. A Cristo se lo llama Dios. (Heb. 1:8; véanse Col. 2:9; Fil. 2:5-10.)
  4. “El santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. (Luc. 1:35.)

III. Una pregunta muy importante. (Mat. 16:15)

A. “¿Quién decís que soy yo?”

  1. Implicaciones de esta pregunta:

a. Hay dos posibilidades: Cristo es Dios o bien era sólo un hombre. Si es Dios entonces debemos servirle como a Dios, pero si era únicamente un hombre no le debemos más que a otros grandes maestros.

b. Si Cristo era únicamente un hombre, entonces él no hizo un sacrificio expiatorio por nuestros pecados y las Escrituras no son más que una fábula.

  1. Toda nuestra fe está basada sobre la divinidad de Jesús.

B. Confesemos nuestra fe en Jesús así como lo hizo Pedro. “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. (Mat. 16:16.)

IV. Declaraciones que apoyan

“Cristo el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno sólo con el Padre eterno, uno sólo en naturaleza, en carácter y en propósito; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios” (Patriarcas y Profetas, pág. 12).

“Sin embargo, el Hijo de Dios era el soberano reconocido en el cielo y gozaba de la misma autoridad y poder que el Padre” (El Conflicto de los Siglos, pág. 549).

“Las palabras pronunciadas respecto a esto [Juan 1:3] son tan decisivas que nadie necesita quedar en la duda. Cristo era Dios esencialmente, y en el más elevado sentido. Estaba con Dios desde la eternidad, Dios sobre todo, bendito para siempre” (Review and Herald, 5 4 1906, pág. 8).

“La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 489).

Sobre el autor: Director del departamento ministerial de la Unión Noreste de la India.