¿Cuál es el sentido de la palabra unigénito, usada en Juan 3:16? ¿Quién tradujo la palabra griega monoguenés por unigénito -el único engendrado- siendo que esta palabra no tiene este significado? Este artículo dilucida muy bien esta cuestión, proporcionando auxilio al lector para ayudarle a refutar objeciones que hace un grupo de personas afectas a distorsionar la verdad relacionada con Jesús, el Hijo de Dios.

Si Cristo es el eterno Lógos preexistente, ¿cómo puede ser llamado el unigénito Hijo de Dios en Juan 3:16?

La palabra controvertida en este versículo, en lo relativo a su auténtico significado, es el término griego monoguenés, que necesita ser bien estudiado para tener una cabal comprensión del problema, monoguenés fue traducido en la versión King James (KJV) por unigénito, pero en la Revised Standard Versión (RSV) y en la New English Bible (NEB), por único.

¿Puede traducirse la palabra griega monoguenés indistintamente como unigénito o único? Este problema será discutido a continuación.

La palabra monoguenés aparece nueve veces en el Nuevo Testamento, y cinco de ellas es usada para referirse a Cristo -Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4:9-, y cuatro veces referida a otras personas -Lucas 7:12; 8:42; 9:38; Hebreos 11:17-. Es una palabra compuesta por mónos: uno, solo, único, singular; y guénos: especie. La traducción correcta debe ser “el único de una especie”. No viene del verbo griego guenáo: engendrar, pues de lo contrario tendría dos “n”, sino de guínomai: llega a ser.

El Hijo de Dios llegó a tener existencia humana al recibir vida en forma diferente de los demás seres; por ello es llamado Hijo unigénito (único) (monoguenés).

La palabra griega monoguenés puede significar único cuantitativamente (hijo único) o único cualitativamente (único en su generación, de nacimiento singular, único en su forma de llegar a ser, o nacimiento milagroso). (Véase Juan 1:14, 18; 3:16.)

Es el “Hijo unigénito”, porque Cristo fue el único de la Trinidad que recibió el título de “Hijo con poder” (Rom. 1:4), el poder de Dios (1 Cor. 1:24). Su nacimiento es único en su especie, porque nació teniendo vida propia, es decir, un milagro.

El libro Problems in Bible Translation, publicado por la Asociación General, afirma lo siguiente sobre esta palabra (pág. 202):

“Jesucristo, Dios preexistente, el divino Verbo creador, llegó a ser en un sentido incomparable el Hijo de Dios en su encarnación. Por eso se lo llama monoguenés, el único en su especie, el único en muchos aspectos de su ser y de su vida”.

¿Apoyan los diccionarios y comentarios la declaración anterior?

Lidell and Scott: Único, singular.

Moulton and Milligan: Literalmente el único de su especie, singular, no unigénito.

Arndt and Gingrich: Unico (en el género) de algo que es exclusivamente de su categoría.

H. Cremer, Biblical Theological Lexicon: Específicamente precioso.

Theological Dictionary of the New Testament, tomo 4, pág. 739: Significa el supremo predicado de la majestad; indica la máxima prueba de amor de Dios al mundo. Solamente Juan usa monoguenés para describir la relación de Jesús con Dios. Para esta misma relación Marcos usa: “ huiós mou hó agapetós” -mi hijo amado.

Sería interesante encontrar en el hebreo la palabra que fue traducida en la LXX por monoguenés, porque se ampliaría nuestra comprensión de su verdadero significado. La palabra hebrea equivalente es yachid. En los pasajes donde aparece, como Salmos 22:20; 35:17; Amos 8:10, se la traduce en la KJV, NEB y en la Edición Almeida revisada y corregida como “mi apreciada”, “mi preciosa vida”, “predilecta”, “hijo único”.

En Lucas 7:12; 8:42 y 9: 38, donde se encuentra la palabra monoguenés, fue traducida en la KJV por único. En Hebreos 11:17, donde habla de Isaac, la KJV traduce unigénito y la RSV, único. Sabemos que Isaac no era unigénito porque tenía un hermano mayor -Ismael, y más tarde Abrahán engendró otros hijos a través de Cetura. Isaac no fue hijo unigénito en ningún sentido, pero sí fue un hijo singular, único en su especie, el hijo de la promesa, siendo que Ismael estaba fuera de la promesa (Gál. 4:22, 23). En Génesis 22: 2, 12, en el texto hebreo aparece yachid, y en la LXX monoguenés.

Conclusión

El estudio de la palabra en su formación etimológica, en los autorizados diccionarios y comentarios, en la comparación del hebreo con la LXX, nos lleva a concluir, indiscutiblemente, que monoguenés no significa unigénito, sino muy querido, el único de su especie. Juan, al aplicarlo a Cristo, quería indicar que era incomparable y muy amado.

Una pregunta lógica y natural viene a la mente de cada uno. ¿Quién tradujo monoguenés como unigénito -el único engendrado-, si la palabra no tiene ese significado?

En las primeras versiones de la Biblia al latín este término no fue traducido como unicus, como lo prueba el Códice Vercelence de 365 AC.

El Papa Dámaso pidió a San Jerónimo que revisara las antiguas versiones latinas de las Escrituras, porque había ya muchas variaciones en algunos versículos. En el 385 estaba lista la revisión de los evangelios, donde Jerónimo sustituyó la palabra unicus por unigénitos, en virtud de un interés teológico y no gramatical. La frase que influyó sobre él parece haber sido una declaración célebre del Credo de Epifanio -guenneténta en Theoú Patrós Monoguéne-: Único hijo engendrado de Dios el Padre. Eran necesarias dos palabras de esta frase -guenneténta monoguene- para dar la idea de único engendrado o unigénito; pero esta expresión, unida a otros conceptos del Concilio de Nicea en defensa de la Trinidad, llevaron a Jerónimo a traducir monoguenés, en Juan 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Juan 4: 9; Hebreos 11:17 por unigénitos. Donde no había intereses teológicos conservó la expresión únicus -Lucas 7:12; 8:42; 9:38.

Para comprobar una de las principales; fuentes de donde surgieron algunos de estos conceptos, el lector podrá consultar la excelente monografía, El Único Hijo de Dios, de Dale Moody.

Monoguenés significa único, y si es único; no es creado, pues si lo fuese no sería único, sino uno entre los llamados hijos de Dios por creación.

El unigénitos de la Vulgata influyó sobre los traductores de la KJV de 1611 y también sobre las traducciones castellanas.

En la Biblia son comunes las expresiones: “Hijo de Dios” e “Hijo del Hombre” aplicadas a Cristo. Sabemos que “Hijo de Dios” describe su naturaleza divina, confirmando su divinidad, mientras que “Hijo del Hombre” comprueba su naturaleza humana.

El SDA Bible Dictionary, en la página 1033, nos provee los siguientes datos:

“El título ‘Hijo del Hombre’ nos asegura que el Hijo de Dios vino en verdad a vivir a la tierra como un hombre entre los hombres para poder morir como hombre por los demás hombres”.

Tal vez sería interesante establecer las siguientes diferencias en cuanto a la sintaxis del artículo griego con estas expresiones. Sin el artículo huiós Theoú -Hijo de Dios, se refiere a la divinidad de Cristo (Mat. 4:3; 14:33)-; pero con el artículo hó huiós toú Theoú es un título del Mesías (Mat. 26:63; Mar. 3:11). Lo mismo ocurre con huiós anthrópou -un hijo de hombre, un hombre (Mar. 3:28; Heb. 2:6)-, mientras que hó huiós, tou anthrópou es un título de Mesías (Mat. 8: 20).

Concluiremos con una paráfrasis de Juan 3: 16 hecha por el investigador W. E. Read:

“Porque Dios amó al mundo de tal manera que dio a su Hijo, Aquel que es incomparable y tan maravilloso que nadie puede describir, para que todo aquel que en él cree no perezca, más tenga vida eterna”.