La asistencia a los cultos de los sábados no es motivo de preocupación para los pastores. La gente asiste normalmente a la Escuela Sabática y al culto, aunque algunos estén desarrollando el peligroso hábito de llegar al templo después de la Escuela Sabática.

Los programas evangélicos de los domingos por la noche ya constituyen un desafío mayor. No tanto, sin embargo, como los cultos de oración del martes o miércoles de noche. En la mayor parte de las congregaciones dan pena realmente. Con poca asistencia, con mensajes insípidos, lamentos, falta de música atractiva, etc., aunque se explique la situación con el hecho de que algunos tienen que trabajar, viajar o estudiar durante la semana.

Una nueva propuesta

La iglesia de Villa Dr. Laurindo, en Tatuí, Sao Pablo, no era diferente de las demás en cuanto al problema que estamos discutiendo. Pero resolvió reaccionar para intentar poner en práctica una nueva propuesta, que implica una programación más dinámica y participativa, e incluso familiar.

En junio del año pasado, el anciano responsable de la programación del mes desarrolló un culto más participativo. El modelo que se puso en práctica no tenía nada que no se pueda hacer en cualquier parte: conservó los himnos y la presentación de agradecimientos, los pedidos especiales de oración y los momentos de oración. El período dedicado a la homilía pasó a ser un testimonio a cargo de una familia. Conviene recordar que la familia indicada se hace responsable de toda la programación. Todos los miembros ocupan la plataforma. Si algunos de ellos cantan o saben tocar algún instrumento, participan con mucho gusto. Los padres, hijos, jóvenes, niños y adultos participan del programa.

Los testimonios se refieren a las manifestaciones de la bondad de Dios en relación con la vida familiar. Una bendición especial, la solución de algún problema relacionado con la salud o las finanzas, relatos de conversiones, etc. formaban el temario de los cultos. La reacción fue sumamente positiva. Entre las ventajas resultantes están el aumento de la asistencia (todos los familiares tenían interés en ir a la iglesia, además de los miembros que se deleitaban con las narraciones), la inspiración que otros oyentes confesaban haber recibido al identificarse con los mismos problemas y su posible solución, y el fortalecimiento de la

fraternidad (algunos dijeron que se sentían felices de poder conocer mejor a otros hermanos, o a alguien que consideraban más o menos distante).

Al final alguien hace la aplicación bíblica de todo lo que se dijo, para que la Palabra de Dios siempre esté en su debido lugar de importancia en el culto.

Evolución

Los meses siguientes revelaron que este proyecto era sólo el embrión de un sistema que continúa con buenos resultados hasta hoy. AFAM tomó en sus manos la responsabilidad de atender en esa misma iglesia los cultos de oración de mitad de semana, y así se implantó una nueva programación. El bosquejo de dicho culto incluye los siguientes puntos:

Bienvenida

Himno

Oración

Oración respondida, o sea el relato de la experiencia de una oración contestada, a cargo de alguien escogido previamente. Algunas experiencias realmente causan impacto en los oyentes.

Pedidos de oración. Todos los presentes reciben a la entrada un pequeño formulario en el cual escriben sus pedidos. En el momento indicado se los invita a ponerlos sobre una especie de altar armado sobre la plataforma. Mientras llevan sus pedidos, todos entonan un himno referido a la oración.

Oración intercesora por los pedidos hechos. Una persona invitada previamente eleva esta oración. Toda la congregación se debe arrodillar.

Momento musical

Oración intercesora por las familias. Algunas familias reciben el sábado una tarjeta mediante la cual se les avisa que en la próxima reunión de oración de mitad de semana serán especialmente recordadas, y se las invita a estar presentes en el culto. En el momento adecuado se las invita a pasar a la plataforma. Una persona previamente seleccionada las presenta y eleva una oración en favor de ellas. El grupo se arrodilla para la oración, mientras los demás permanecen reverentemente sentados. Se han probado algunas variantes como, por ejemplo, oraciones en favor de una unidad de la Escuela Sabática o de los niños de la iglesia. El procedimiento siempre es el mismo. En el caso de los niños, se aprovecha la oportunidad para explicar el significado de la oración. También se puede establecer un día de oración en favor de las visitas, o por los vecinos de la iglesia.

Himno

Oración

Lectura antifonal

El modelo funcionó de tal manera que desde el mes de agosto de 2000 hasta el momento sigue en. vigencia. Todavía no asiste el cien por ciento de los miembros, pero es innegable que la frecuencia aumentó considerablemente en relación con lo que sucedía antes.

De cualquier manera, son ideas que pueden servir en otros lugares. Finalmente, como predicadores y líderes, antes de discutir con los miembros y condenarlos al fuego del infierno porque no aparecen en los cultos, tal vez deberíamos preocuparnos por ofrecerles algo más atrayente de lo que se ve en general.

Sobre el autor: Director de Ministerio, edición brasileña.