Era pleno verano. El sol cálido habla madurado los granos y había secado las espigas de trigo. Con la cosecha en su punto máximo, los campos zumbaban con el oscilar de las guadañas y los jornaleros rezongaban mientras apilaban las pesadas gavillas sobre carros tirados por bueyes.

Cierto muchacho había estado ayudando a su padre todo el día. Este trabajo era nuevo para él, pero hizo lo mejor que pudo para mantenerse a la par de los otros trabajadores. Puede ser que se sobre exigió. Puede ser que ese día no tomó suficiente agua o no comió adecuadamente. Quizá trató de trabajar al sol sin acostumbrarse primero a ello. Cualquiera haya sido la razón, de repente se tomó la cabeza y se quejó ante su padre: “¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!” (2 Rey. 4: 19).

El dolor no se disipó; y no sólo continuó, sino que empeoró. Entonces el hombre envió a su hijo a la casa, pero el daño ya estaba hecho; murió mientras estaba en el regazo de su madre. Es muy probable que ese niño haya sufrido lo que hoy conocemos como insolación, con su correspondiente dolor de cabeza.

El dolor de cabeza ha sido reconocido a lo largo de la historia de la humanidad, y su tratamiento ha concitado el interés de todas las culturas. Incluso hay registros arqueológicos de trepanaciones (perforaciones craneanas con instrumentos semejantes a taladros) realizadas en el África. Probablemente se debieron a problemas en la cabeza; quizás al dolor de cabeza.

Cuando describimos las funciones de la cabeza, de inmediato surge lo superlativo. Cada uno de los cinco sentidos tiene su centro en el cerebro, y éste tiene el deber especial de mantenernos informados y alerta. El cerebro es la corona de la coronación creadora de Dios.

Los bastoncillos y conos que están detrás de los globos oculares iluminan el cerebro con imágenes visuales de colores vivos y detalles muy finos. Los oídos captan y transmiten sonidos hacia el cerebro para ser grabados para una posible acción. El sentido del tacto es tan delicado que aun un minúsculo pelo alojado en el interior de los párpados inferiores provoca espasmos de disconformidad y dolor. El sentido del olfato nos permite anticipar y apreciar la más deliciosa de todas las experiencias —comer un buen alimento—, incluso antes que nuestros labios lo saboreen.

En verdad, el cerebro es uno de los más significativos dones de Dios a la humanidad. La cabeza es la sede del cerebro, un prototípico microcomputador que contiene más de 50 mil millones de células nerviosas interconectadas. Así, cuando la cabeza está adolorida o confusa, sentimos ansiedad por volver a la normalidad.

Dolor de cabeza simple

Para entender el dolor de cabeza, y sus posibles consecuencias, se requiere un examen de las estructuras que están dentro y fuera de la cabeza porque ellas son las que pueden causar el dolor de cabeza. Como nos podemos imaginar, la cabeza es una estructura muy compleja, integrada con varias clases de tejidos que difieren en funciones. El cráneo o calavera, que da contorno y solidez a la cabeza, por lo general no provoca dolor. Las células nerviosas componen los tejidos a través de los cuales los cinco sentidos —audición, visión, gusto, olfato y tacto— registran sus sensaciones en el cerebro. Los órganos que median para estos sentidos —ojos, boca, orejas y nariz— pueden ser los focos del dolor.

Muchos músculos se conectan con la cabeza. Los involuntarios pueden producir dolor en cualquier parte del cuerpo, incluso en la cabeza. Los vasos sanguíneos, que son otro componente de la cabeza, llevan alrededor de un quinto de la sangre de cada latido de corazón a esta importantísima parte del cuerpo. Dichos vasos están cubiertos con tejidos fibrosos que, cuando están tensionados, pueden causar ciertas clases de dolores de cabeza. Otras estructuras, tales como los senos craneales, los dientes y las diversas articulaciones, también pueden causar dolor.

Con tantos culpables potenciales, ¿cómo podemos determinar cuál de ellos nos está causando el dolor de cabeza? ¿Cómo puedo determinar si el dolor significa algún problema grave o es sólo una molestia que puedo controlar con una aspirina de vez en cuando?

Quizá lo más importante es saber que la vasta mayoría de los dolores de cabeza no indican un problema serio. En realidad, la gran mayoría son dolores de cabeza nerviosos. De todas maneras, existen otras causas para el dolor de cabeza: infección de los senos, dolores de muelas, reacciones alérgicas, migraña y problemas más serios, como los tumores cerebrales.

Dolor de cabeza nervioso

Para determinar un dolor de cabeza nervioso es importante tener en cuenta los siguientes factores: naturaleza, localización y extensión en tiempo de los últimos dolores. Además, los factores que inician, incrementan, disminuyen o alivian el dolor.

Como su nombre lo indica, el dolor de cabeza nervioso es el resultado de la tensión en los músculos de alrededor de los hombros, del cuello o de la cabeza. No necesariamente se remite a la tensión del entorno en que vivimos.

Los músculos situados en la espalda están interconectados. Esto significa que un músculo situado en las nalgas eventualmente diseminará su disconformidad en todo su recorrido hasta la cima de la cabeza. Por lo tanto, cualquier cosa que cause una tensión o compresión en algunos de los músculos de la espalda, de los hombros o del cuello, a la larga producirá espasmos musculares y dolores que se sentirán como dolor de cabeza.

Si una mujer pasa muchos años inclinada sobre una pileta de mano o fregadero puede suceder que su cabeza se proyecte hacia adelante. En esta posición, llamada “cabeza adelantada”, los músculos de la parte posterior del cuello son empujados hacia adelante hasta que se quejan por la tensión, produciendo espasmos dolorosos.

Las largas horas consumidas escudriñando libros, o sentados en reuniones, pueden producir las mismas consecuencias. En este caso, lo que provoca el dolor no es la simple posición de la cabeza sino la limitada extensión de movimientos.

El estrés de las reuniones, realizadas como consecuencia de los constantes desafíos de la vida, también causa tensión en los músculos. Este estrés puede provenir de intervenir en reuniones de junta de iglesia, en un encuentro con un policía por problemas de tránsito, o simplemente en la planificación de las vacaciones familiares. En cualquier situación que se requiera concentración y esfuerzo mental, los músculos que rodean los maxilares, el cuello y los hombros frecuentemente se tensan en forma inconsciente. Los conflictos internos y las irritaciones también incrementan la tensión de los músculos.

El enfoque de la visión también puede causar dolor de cabeza nervioso. El cristalino, esa parte clara y transparente del ojo que enfoca los rayos de luz que vienen del exterior, impresiona la parte posterior del globo ocular y nos permite ver. Este cristalino consigue engrosarse o afinarse tanto como las circunstancias lo demanden, de manera que la visión se agudice. Si su visión ocular necesita corrección porque el globo ocular no tiene la ubicación correcta, o porque lo que usted está leyendo está demasiado cerca, los pequeños músculos que controlan el cristalino no son tan eficientes como deberían ser y causan estrabismo. Además, los músculos internos y periféricos del globo ocular y del cuero cabelludo se contraen, y producen dolor. Estos problemas se pueden corregir rápidamente con anteojos

Cómo controlar el dolor de cabeza nervioso

El dolor de cabeza nervioso se puede describir de diversas maneras. Algunas veces se lo siente como una faja constrictora alrededor de la cabeza. En otros casos se lo siente como un peso sobre la coronilla de la cabeza, o incluso como una sensación que imita el atontamiento, y lleva al que la padece la sensación de que está por caerse hacia un lado u otro.

La mayoría de las veces existe un punto disparador en algún lugar en los músculos del cuerpo. El punto disparador es un sitio sensible en al menos uno de los grupos musculares alrededor de los senos o el cuello, donde la presión digito puntual hará que el dolor de cabeza empeore. Encontrar este punto, o estos músculos, es la llave para solucionar el dolor de cabeza.

El masaje suave de los músculos doloridos, especialmente en los alrededores del área sensible, reducirá el dolor. Es así de simple. El masaje concentra la atención sobre el músculo y le permite estirarse y relajarse alternativamente. Si el masaje está precedido por vapor caliente (como el que proviene de tinajas con agua caliente) el efecto será aún mejor.

Pero la mejor manera de controlar el dolor de cabeza nervioso es tratarlo a tiempo, o, si es posible, prevenirlo. Actualmente la prevención es sumamente simple, y requiere de algunas pocas reglas:

  1. Mantenga la postura correcta. Esto significa pararse derecho, sentarse erguido, y evitar permanecer mucho tiempo en posiciones anormales. Si de repente se encuentra sentado desmañadamente sobre su silla, o está con su barbilla sobre el pecho, o mirando fijamente un objeto por un período de tiempo prolongado, inmediatamente cambie de posición o enfoque; incluso si eso significa levantarse y moverse alrededor de la habitación.

2.   Asegúrese de que la visión está corregida apropiadamente. En muchos aspectos, vale la                                pena controlarse la vista con un oculista. Esto es especialmente seguro si hay una visión con problemas de la cual usted no se da cuenta y que le ocasiona insistentes dolores de cabeza.

  • Vigile la dieta. En algunas personas, los colorantes, el azúcar o los anticonceptivos han estado vinculados a dolores de cabeza. Si bien es cierto que no se conoce con exactitud qué mecanismos están por detrás de esto, puede ser que tales sustancias hagan que los músculos más sensibles prolonguen sus períodos de malestar.

4  Sea cuidadoso con la almohada. Los dolores de cabeza matutinos pueden estar asociados con dormir de espaldas con una almohada debajo de su cabeza. En esta posición, el cuello está inclinado hacia adelante y produce el mismo efecto que estar de pie con la cabeza hacia adelante. Dormir sobre el estómago o hacerlo sin la almohada puede corregir el problema.

Ejercite el cuello. El movimiento del cuello es necesario para mantener los músculos dóciles y relajados. Nunca mueva su cabeza con un movimiento circular sobre el cuello. En su lugar mueva la cabeza lentamente, en toda su extensión, como cuando dice “sí”. Puede ayudarse tratando de poner cada oreja sobre el hombro cercano; primero de un lado, deliberada y lentamente, y luego del otro, vez tras vez hasta sentirse cómodo. Entonces rote su cabeza de manera que la barbilla toque primero el hombro derecho, luego el izquierdo. Todos estos movimientos debería repetirlos por lo menos tres veces cada vez. Esta serie de ejercicios se puede desarrollar en cualquier tiempo y lugar y son especialmente útiles si el cuello comienza a tensarse después de horas de estudio o de escribir a máquina.

Preste atención a estas simples reglas y se mantendrá libre de todo dolor de cabeza nervioso.

Otros tipos de dolores de cabeza

Desafortunadamente hay otras causas más serias para los dolores de cabeza. Con frecuencia, los síntomas de estos dolores no se distinguen claramente del simple dolor de cabeza nervioso; sólo un médico puede hacerlo. En general, si algún dolor de cabeza se extiende más de unas pocas horas, o tiene signos o síntomas asociados como los descriptos más abajo, debería ser controlado por su médico tan pronto como sea posible.

Los dolores de cabeza producidos por la migraña tienden a ser recurrentes, palpitantes y episódicos. Regularmente se los encuentra en un lado de la cabeza y parecen relacionarse con disturbios en el flujo sanguíneo hacia la cabeza. Frecuentemente asociados con los dolores de cabeza están las náuseas y los vómitos, los que pueden estar precedidos por síntomas visuales que incluyen el centelleo de luces, estrellas o formas geométricas. Estos dolores de cabeza son muy severos cuando atacan, y comúnmente son mal interpretados como nerviosos. Íntimamente relacionados con éstos están los dolores de cabeza en ramillete, que pueden surgir en cualquier momento del año y afectan predominantemente a los hombres de edad media. Como su nombre lo indica, ocurre en racimos o grupos. Por lo general, para estos dolores de cabeza se necesita el cuidado médico.

Los dolores de cabeza alérgicos pueden ocurrir como resultado de comer alimentos a los cuales usted es sensible. Estos dolores no son causados por verdaderas alergias, sino que en realidad son reacciones corporales a ciertos químicos u otras sustancias que contienen los alimentos. Observando qué clase de dolor de cabeza tiene después de exponerse a alimentos u otras sustancias, usted puede hacer su propio diagnóstico, comúnmente sin tener que consultar al médico.

Los problemas bucales, que varían desde dientes con abscesos hasta problemas de las articulaciones tempo-mandibulares, también pueden causar dolores de cabeza. Estos se pueden identificar si su modelo de dolor de cabeza está asociado con el comer o la masticación. Ante la ausencia de un dolor dental obvio, golpear ligera y suavemente cada diente con un objeto firme a menudo ayuda a localizar un diente con absceso. En cualquier caso, hacerse ver por el dentista puede revelar una mordida anormal u otra anormalidad dental que puede causar dolores de cabeza.

Los problemas de los senos frontales se pueden expresar en dolores de cabeza. Los senos son áreas huecas en los huesos craneanos que drenan en la cavidad nasal. Si las aberturas de drenaje están obstruidas por una infección, se formará tanta presión dolorosa como liquido acumulado haya en el lugar. Estos dolores de cabeza suelen estar acompañados por una congestión total de la nariz, fiebre y una larga serie de infecciones nasales y resfríos. El tratamiento definitivo sólo es posible mediante un médico.

Muchas veces quien tiene agudos dolores de cabeza puede preguntarse si la causa será alguna anormalidad o tumor cerebral. Estos problemas son raros y se diagnostican por dolores de cabeza repentinos, agudos o prolongados en una persona con buena salud. Además pueden estar asociados con soñolencia, y no se alivian con medidas comunes. Luego pueden aparecer visión doble y debilidad o parálisis de ciertas partes del cuerpo.

Si ocurren algunos de estos síntomas, se debe recurrir inmediatamente al médico.[1]

Otras causas de dolores de cabeza incluyen la elevada presión sanguínea, las infecciones del cerebro (tales como la meningitis o encefalitis), la depresión, la medicamentación y los daños cerebrales. Obviamente, estos dolores de cabeza requieren de diagnóstico y tratamiento médicos.[2]

Medicamentos y dolores de cabeza

Tratar los dolores de cabeza es un negocio multimillonario. La mayoría de las personas que experimenta un dolor de cabeza, inmediatamente se toma una aspirina o cualquier otra sustancia novedosa parecida. La aspirina no hace nada para reducir el espasmo muscular del dolor de cabeza nervioso; todo lo que hace es alterar la percepción del dolor y reducir cualquier inflamación que se pudiera presentar.

Obviamente, en el tratamiento lo primero es encontrar la fuente del dolor y corregirla. La medicación debería ser usada sólo como una medida temporaria mientras procuramos atención médica y eliminamos la causa del dolor.

“Por medio del estudio del organismo humano podemos aprender a corregir lo que puede estar equivocado en nuestros hábitos, los cuales, si son dejados sin corregir, traerán un resultado seguro: la enfermedad y el sufrimiento que hará de la vida una carga pesada. La sinceridad de nuestras oraciones se puede probar sólo por la energía de nuestro esfuerzo por obedecer los mandamientos de Dios”.[3]

Ante la ausencia de causas serias, muchos dolores de cabeza son el resultado de la tensión muscular. La delegación de autoridad, el adecuado ejercicio físico, la provechosa lectura distractora y un modelo de descanso apropiado pueden ayudar a reducir su frecuencia.

Seguir estos principios, con una confianza profunda y permanente en la providencia divina para guiar y sostener la vida, puede ser la respuesta para vivir con la cabeza que funciona en su máxima eficiencia y con un mínimo de incomodidad.

Sobre el autor: Richard L. Neil, doctor en medicina, es profesor asociado de promoción de la salud y educador en la Escuela de Salud de la Universidad de Loma Linda. Este artículo fue provisto por el departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General.


Referencias

[1] S. A. Schroeder, M. A. Krupp y L. M. Tlerney, Current Medical Diagnosis and Treatment 1988 (Norwalk, Apple- ton & Lange, 1987).

[2] 2T. M. Harrison, et al… Principies of Internal Medicine (Nueva York, McGraw-Hill, 1980).

[3] Elena de White, Counsels on Health (Mountain View, Pacific Press Publ. Ass., 1951), pág. 504.