Las ilustraciones más efectivas son aquellas que forman parte de la experiencia personal, o que uno ha observado en los viajes y encuentros con otras personas. Esas ilustraciones prácticas aumentarán a medida que se cultive el hábito de observarlo todo en busca de ilustraciones. Las siguientes sugestiones podrán ser de utilidad:
1. Cuando caminéis por diferentes lugares, permaneced alerta; llevad una libreta y anotad las ideas que os vengan. Con frecuencia los pensamientos de un momento dan por resultado una buena ilustración.
2. Buscad los incidentes que se producen con las personas con quienes tratáis, y los sucesos en que actuáis como observador.
3. Reparad en los acontecimientos repentinos, o en las experiencias insólitas o dramáticas.
4. Las revistas, periódicos y libros con frecuencia presentan ilustraciones de verdades espirituales prácticas. Por ejemplo, hace un tiempo leí lo siguiente en una revista: “El maíz depende por completo del hombre para sobrevivir. No tiene la habilidad de volver a sembrarse sin la intervención humana.” Esto presenta un problemita para los evolucionistas, o bien es una buena sugestión de la parte que desempeña el hombre en la obra de Dios.
5. Las galerías de arte, los museos y las poesías proporcionan buenas ilustraciones.
6. A veces se encuentran ilustraciones en la lectura de los sermones de los grandes predicadores; o bien en las conferencias a que se asiste. Cuandoquiera que se obtenga material de esta naturaleza, se ha de trabajar para estamparle el sello personal, y se ha de expresar en palabras propias.
7. Las mejores ilustraciones son las que producen una comprensión más plena del significado de la verdad expresada en un sermón o conversación, y que no son añadidas simplemente con la intención de crear interés.