Siendo que yo mismo soy “hijo de pastor”, siempre pensé que sabía exactamente cómo debían criarse los hijos de los pastores. Sin embargo, en vista de que no tengo hijos, rara vez he cedido a mi inclinación a aconsejar pastoralmente a los padres en cuanto a la mejor forma de educar a sus hijos.

Últimamente he estado más y más preocupado porque cada vez son menos los hijos de pastores que siguen el ejemplo de sus padres en la decisión de ser ministros. El hecho de crecer en la casa pastoral les da a los ministros jóvenes una experiencia y una ventaja adicionales, y yo desearía que más hijos de pastores aceptaran el llamamiento al ministerio.

Por tanto, cuando la directora de Ministerios Infantiles, Virginia Smith, compartió hace poco conmigo siete principios para ayudar a los hijos de pastores a disfrutar la casa pastoral, le pedí permiso para compartir con ustedes esas ideas prácticas. Como madre de dos hijos de pastor que como adultos están directamente involucrados en la misión de Cristo, Virginia habla como experta en el asunto y por experiencia personal.

  1. Sea amigo de sus hijos. Esto es especialmente importante para los padres. La manera de llegar a ser amigos de sus hijos es seguir el mismo método para llegar a serlo de cualquier otra persona. Invierta tiempo para estar con ellos. Rememore con ellos los buenos tiempos que pasan juntos. Aprenda a conocer a sus hijos como personas y respete su individualidad. Recuerde que ellos no son posesión suya. Ellos pertenecen a Dios, y él tiene un plan para sus vidas. Al involucrarse en sus vidas a través de una estrecha relación, usted los ligará con su propia vida, y ellos llegarán a amar las cosas que usted ama: su trabajo, sus prioridades, sus objetivos, etc.

            Los estudios demuestran que los padres que pasan suficiente tiempo con sus hijas, edifican un cerco protector contra el sexo premarital porque las jovencitas experimentan una relación apropiada con un varón en el hogar. Otro gran beneficio es que también las protege del uso de drogas y de otros comportamientos destructivos.

  • Apoye la obra del ministerio. Es esencial que la esposa del pastor apoye las diversas actividades propias del ministerio. Sus hijos reflejarán esas mismas actitudes hacia los desafíos que necesariamente afectan a las familias pastorales. Cuando surjan interrupciones en su familia, luche para destacar la importancia de la obra pastoral hacia aquellos a quienes beneficiará.

            Cuando el pastor salga de viaje, la esposa puede y debe planear actividades agradables con sus hijos. Si ambos padres deben viajar, haga arreglos temporales para que sus hijos reciban el cuidado adecuado. Planee una buena supervisión mientras usted está lejos, provista por alguien que pueda comprender bien las necesidades emocionales de sus hijos. Luego organice una actividad especial para celebrar su retorno cuando la familia vuelva a reunirse. Cuando estén juntos de nuevo, compartan mutuamente lo ocurrido en su ausencia y ayude a sus hijos a entender la importancia de su viaje. También escuche detenidamente sus informes, quejas u observaciones.

            Recuerde, la información más importante sólo podrá lograrse después que hayan hablado mucho tiempo con usted. Ésta información vital puede darse lentamente, de modo que tome tiempo para procesar sus experiencias. Si nota que el comportamiento de sus hijos ha cambiado durante su ausencia, es probable que algo malo haya ocurrido. Sea un buen amigo, de suerte que ellos tengan plena confianza para contarle sus experiencias.

  • Establezca normas elevadas y ayude a sus hijos a alcanzarlas. Si usted llena la vida de sus hijos con la Biblia, estudio, música, arte, estudio de la naturaleza y deportes, habrá poco tiempo para la televisión y juegos de computadoras o para desviarse hacia actividades de índole dudosa. Su hogar se convertirá en un centro de felicidad, y en consecuencia será el lugar más atractivo para sus hijos.

            Del mismo modo, asegúrese de impartir oportunamente la educación sexual a sus hijos. Comience temprano y responda naturalmente a su curiosidad con información apropiada para su edad y comprensión. No suponga que debe esperar hasta que sean mayores. Si actúa así, su primera exposición ante la sexualidad seguramente será inexacta e impura.

  • Involucre a sus hijos en el servicio a los demás. Ayúdelos a elegir tareas que puedan disfrutar y a encontrar una misión y un objetivo en lo que hacen. Anímelos a participar con usted en las actividades de la iglesia. Al compartir tareas ministeriales juntos, crecerá su confianza. La investigación demuestra que los niños aprenden más y más rápidamente cuando participan activamente. De este modo se involucrarán en la vida de la iglesia por su propia elección y la religión no les parecerá aburrida. Cree para sus hijos actividades apropiadas para su edad que le ayuden a escuchar y a participar durante los cultos de la iglesia. Su objetivo es ayudarles a decidirse, por su propia iniciativa, a involucrarse en la obra de Dios.
  • Invite a sus hijos a aceptar a Cristo. No suponga que ellos “descubrirán’’ una forma de relacionarse con Jesús por su propia cuenta. Deles alimento espiritual sólido y regular a través de los cultos familiares y hable con ellos periódicamente acerca de su creciente amistad con Jesús.
  • Proteja a sus hijos de los miembros. Interpóngase entre ellos y los miembros que suelen criticar y esperan demasiado de los hijos de pastores. Permita que sus hijos sepan que usted espera buen comportamiento de ellos, pero que tampoco los abandonará cuando se equivoquen. Discuta cada incidente con sus hijos y simpatice con sus dolores y frustraciones.
  • Dé a sus hijos amor incondicional. Sea con ellos como Jesús es con todos nosotros. Es probable que después que sus hijos hayan pasado la edad en que usted puede controlar todas sus actividades hagan decisiones que no le gustarán. Para entonces, usted no tendrá más que dos responsabilidades: orar por ellos y seguir siendo su amigo. Una vez que lleguen a la edad adulta, no espere controlar sus decisiones, sus carreras, o sus hogares. Su oportunidad de influir sobre su futuro está aquí y ahora Sus años formativos le dan a usted la oportunidad de impactar sus vidas para el presente y la eternidad.