Por motivos bien diferentes de los de David (cf. 2 Sam. 24; 1 Crón. 21), la División Sudamericana ha votado realizar un censo de la juventud adventista el domingo 8 de octubre de 1972. No deseamos saber cuántos somos para luego confiar en nuestras fuerzas y no en Dios. Necesitamos saber cuántos somos para poder planificar la acción de los Departamentos de Jóvenes y de Educación en beneficio de nuestros jóvenes y niños. Además, necesitamos saber dónde están los profesionales y futuros profesionales jóvenes que la iglesia necesita para cumplir con tareas específicas, en momentos en que la legislación de nuestros países sudamericanos pone más y más énfasis en los títulos de quienes trabajan en nuestras instituciones educacionales y otras.

 Hasta donde sepamos, éste es el primer censo de nuestra juventud planeado para todo el territorio de la división. Bien realizado, será de gran ayuda para el pastor de cada iglesia y distrito, para los directores de jóvenes y educación de las misiones, asociaciones, uniones y la división, como también para los administradores de colegios, hospitales y otras instituciones. Toda la administración de la iglesia en Sudamérica se beneficiará.

 Reconocemos que el buen éxito de este censo dependerá por sobre todo, del interés personal que cada pastor ponga en ejecutarlo cuidadosamente en su iglesia o su distrito. Sabemos que no será una tarea fácil. Pero, si se la planea con cuidado, podrá ser hecho en forma ágil y precisa. Podrá, al mismo tiempo, transformarse en una oportunidad de visitación pastoral de todas las familias de la iglesia, con la colaboración de hermanos capacitados para ello, justamente después del gran bautismo de primavera.

 Cada pastor recibirá desde la misión o asociación los formularios que necesitará usar en su iglesia o distrito, acompañados de instrucciones detalladas en cuanto a la mecánica del censo. Estos formularios deben ser llenados por todos los miembros de iglesia e hijos de miembros de iglesia desde los 35 años de edad hasta los que sólo tienen meses de vida. (Deseamos saber cuántas escuelas primarias más necesitaremos para esos niñitos, cuando lleguen a tener edad escolar). Esta tarea debe realizarse el 8 de octubre. Luego, después de tomar nota de toda la información que le interese para su iglesia o distrito, el pastor debe enviar todos los formularios a la misión o asociación.

 Para agilizar todo el proceso, sugerimos que el pastor declare al 8 de octubre como DÍA DE LA VISITASIÓN MASIVA en su iglesia o distrito. Dos o tres semanas antes el pastor deberá reunirse con ancianos, diáconos, diaconisas y otros hermanos respetables, y distribuir entre ellos el plan de visitación masiva a todas las familias de la iglesia. Estos hermanos saldrán, de dos en dos, en la mañana del 8 de octubre, a censar a la juventud de la iglesia. Conviene que la pareja de visitadores esté formada por un hermano de más experiencia con otro de menos experiencia. Idealmente, ninguna pareja debiera visitar a más de cinco o seis familias.

 Reconocemos que el pastor que tiene a su cargo un distrito no podrá estar en todas partes el día 8 de octubre. En las iglesias y grupos donde no pueda estar, tendrá que pedir que encabece el censo cada primer anciano o jefe de grupo local. Si el pastor ayuda a estos dirigentes locales a entender la mecánica del censo en visitas que les haga durante el mes de septiembre, no habrá mayores dificultades.

 Habiendo distribuido con anticipación la lista de unidades familiares entre las parejas de visitadores laicos, el sábado 7 de octubre, el pastor (o en su defecto el anciano o jefe de grupo local) deberá reunir a todos los visitadores para darles las últimas instrucciones y entregarles los formularios del censo. Conviene que esto sea hecho, en lo posible, el sábado después de la puesta del sol. Siendo que las familias de los visitadores no serán visitadas, ellos mismos deberán censarse (si tienen 35 años o menos) y censar a sus familiares.

 Las visitas a los hermanos en sus casas debieran ser planeadas para el domingo 8 de octubre por la mañana. Para asegurarse que todos los hermanos estarán en sus hogares será necesario pedirles el sábado 7, en la hora de los anuncios, que no salgan de casa hasta que sean censados. (Durante los cinco sábados de septiembre debiéramos anunciar la fecha del censo, creando la necesaria expectativa y preparando el espíritu de colaboración para ese DÍA DE LA VISITACIÓN MASIVA).

 La visita del domingo 8 de octubre debe tener un tono eminentemente espiritual. Si bien se va en busca de datos, se los busca para poder ayudar a nuestra juventud en su preparación para la vida eterna. Los hermanos visitadores tienen la oportunidad magnífica —una vez llenados los formularios—de leer, juntamente con los dueños de casa, una porción escogida de la Sagrada Escritura, y de orar con y por los padres, los jóvenes y los niños que hay en ese hogar. Que nadie se retire sin haber orado. En ocasiones en que hemos podido participar en un plan de visitación masiva, hemos sido testigos de la gratitud de los hermanos por la visita de otros hermanos, laicos como ellos, unidos por la misma esperanza.

 El día del censo viene poco después del bautismo de primavera, bautismo de la juventud. La visita podría muy bien ser aprovechada en cada iglesia y distrito para localizar a los jóvenes y señoritas que todavía no se han bautizado, con miras a estimularlos para un próximo bautismo.

 Pese a todas las precauciones y pedidos de colaboración, habrá hermanos jóvenes que no serán localizados el domingo 8. Sugerimos que se instruya a los visitadores a hacer un segundo y último intento durante la siguiente semana. Pero el sábado 14, a más tardar, todos los formularios deben ser devueltos al pastor, anciano o jefe de grupo que ha encabezado el censo. Si algún joven o niño no pudo ser ubicado finalmente, sugerimos que los visitadores anoten en un formulario su nombre y todos los datos que conozcan de él. En este caso deben aclarar al pie del formulario que el joven no fue encontrado. Aunque la información sea incompleta, deseamos tener la información de todos, todos, nuestros hermanos de 35 años o menos.

 Para evitar duplicaciones, pedimos que se cense sólo a los hermanos que están residiendo el domingo 8 de octubre en el lugar donde se hace el censo. Así por ejemplo, no deben ser incluidos en el censo realizado en la Iglesia de Miraflores, Lima, los hijos de hermanos de esa iglesia que están estudiando en el Centro de Educación Superior Unión. Los colegios deberán censar a todos los jóvenes que están residiendo en ellos el domingo 8. Debiéramos avisar el sábado 7 que los jóvenes que deban viajar inevitablemente el día 8 no olviden de llenar sus formularios del censo antes de viajar (en lo posible), o apenas lleguen a destino.

 Será, necesario pedir a los ancianos y jefes de grupos que dirijan el censo en sus respectivas localidades, que envíen los formularios al pastor el lunes 16 de octubre a más tardar. El pastor los repasará, tomará nota de los datos que le interesen y los despachará en seguida a la misión o asociación. Los formularios deben estar en la misión o asociación el 31 de octubre a más tardar.

 He aquí un desafío y una oportunidad. Desde ahora agradecemos a todos nuestros “compañeros de milicia” por su indispensable colaboración.

Daniel Hammerly Dupuy

Profunda sorpresa y tristeza causó la noticia del deceso de un ministro cuya labor fue ampliamente conocida a través de todo el mundo latino adventista: el pastor y doctor Daniel Hammerly Dupuy.

 Escritor incansable, investigador profundo, evangelista de éxito, profesor versado en innumerables disciplinas, tales eran algunas de las virtudes del ilustre adventista desaparecido.

 La noticia de su deceso llegó a nuestra oficina dos días después de una carta que él nos escribiera, a la que acompañaban tres de sus recientes eruditos trabajos. Estaba lleno de actividad, planes e ideales.

 Las filas del ministerio adventista latinoamericano y estas páginas expresan su profunda tristeza por la pérdida que significa la desaparición del pastor Hammerly. Nos consolamos con la fe en la resurrección de quienes hayan vivido en Cristo.

 Hacemos llegar a su esposa, Angélica Peverini de Hammerly, y a sus hijos nuestro pesar por lo acontecido, así como nuestros votos de asistencia celestial en estos momentos de dolor.