En su libro El evangelismo, página 409, Elena de White escribió: “Nuestros ministros deben procurar acercarse a los ministros de otras denominaciones. Oren por estos hombres y con ellos, pues Cristo intercede por ellos. Tienen una solemne responsabilidad. Como mensajeros de Cristo, debemos manifestar profundo y ferviente interés en estos pastores del rebaño”. Fiel a su misión, la Iglesia Adventista desarrolla proyectos dirigidos a cumplir este mandato, y el Pr. Anthony Kent, secretario ministerial asociado de la Asociación General, es coordinador de las actividades.
Nacido en Australia, el Pr. Kent cursó Teología en el Seminario de Avondale y trabajó como pastor de iglesias, secretario ministerial y evangelista en su país y en la División del Pacífico Sur. En 2005, fue integrado al equipo de la Asociación Ministerial de la AG. De su casamiento con Débora, nacieron sus hijas Chelsea y Georgia.
Durante un encuentro de pastores de las instituciones de la Unión Central Brasileña, habló sobre lo que se está haciendo para alcanzar a estos “pastores del rebaño”, además de otros temas.
Ministerio: Según Elena de White, debemos acercarnos a los pastores de otras denominaciones. ¿Qué es lo que la iglesia ha hecho en este sentido?
Kent: Existe el proyecto PREACH (sigla en inglés de “Proyecto para alcanzar a cada clérigo en su hogar). Este proyecto fue instituido en la década de 1980 y prevé la distribución de la revista Ministry a clérigos de otras denominaciones en todo el mundo. Hacemos esto regularmente cada dos meses. También realizamos el Seminario de Crecimiento Profesional, vía satélite. Es en este punto que los proyectos PREACH y Educación continua se encuentran. Ofrecemos la educación continua no solo a los pastores adventistas, sino también a los de otras iglesias. Siempre invitamos a expositores reconocidos y altamente capacitados, que han conquistado la apreciación de los participantes. Hay 10.000 pastores matriculados en el seminario, pero aproximadamente 25.000 asisten a él, independientemente de la matrícula.
Ministerio: Este programa de aproximación a los clérigos, ¿incluye también a los católicos?
Kent: Claro. No puedo decirle ahora el número exacto de participantes, pero más del 75% de ellos son de otras denominaciones y muchos son sacerdotes católicos. Otra cosa que hemos hecho es aprovechar la realización de congresos de otras iglesias, para exponer nuestro material en los stands disponibles para ello. Esta es una oportunidad de oro para establecer contactos con los demás pastores. También invitamos a renombrados eruditos de otras denominaciones a escribir artículos en nuestra revista.
Ministerio: ¿De qué manera reaccionan los clérigos a este abordaje?
Kent: Los que reciben la revista, incluso los sacerdotes católicos, nos escriben demostrando apreciación, y hasta contribuyen financieramente a su producción. En uno de los congresos mencionados, cierto erudito, autor de un comentario bíblico, visitó nuestro stand y nos hizo saber que también guarda el sábado. Actualmente, en la India, hay centenas de pastores adventistas que anteriormente pertenecían a otras denominaciones. En los últimos años, en México, 14 pastores fueron bautizados. Muchos de ellos trajeron consigo sus antiguas iglesias. En los Estados Unidos, tenemos algunos ejemplos, pero nada comparable con lo que sucede en la India. En Papúa Nueva Guinea, un evangelista nuestro estaba predicando para casi siete mil personas. En determinada noche, fue impulsado a hacer un llamado específico a los pastores de varias denominaciones que allí estaban. Siete de ellos pasaron, asumiendo el compromiso de vivir y enseñar en sus iglesias lo aprendido en las reuniones.
Ministerio: Los pastores de otras denominaciones y los sacerdotes católicos conocen el pensamiento adventista en relación con lo que ellos enseñan. ¿Cómo superar esa barrera?
Kent: Debemos aproximarnos a ellos con un deseo sincero de compañerismo, dialogar con ellos, orar por ellos y junto con ellos. Jesucristo puede ayudarnos a alcanzar corazones y vidas. Mi abuelo fue evangelista en un tiempo en que la propaganda era muy cara. Entonces, hacía invitaciones personales de casa en casa. En cierta ocasión, golpeó la puerta de un sacerdote que, muy enojado, lo expulsó. Mi abuelo salió y, ni bien dobló la esquina, fue alcanzado por otro sacerdote que estaba en la casa. Había escuchado todo y estaba avergonzado. Ese sacerdote pidió disculpas a mi abuelo y quiso saber qué estaba ofreciendo. Escuchó la explicación y prometió que asistiría a las conferencias en otra ciudad. De hecho, cumplió la promesa y fue bautizado. Después, estudió en nuestro seminario en Avondale y, más tarde, trabajó como evangelista junto con mi abuelo. La relación con otros pastores debe formar parte de nuestra agenda, y Dios los colocará en nuestro camino.
Ministerio: Las divisiones que poseen un sistema de comunicación ¿pueden realizar el Seminario de Crecimiento Profesional vía satélite?
Kent: El seminario realizado por la Asociación General está disponible para todas las divisiones. Es transmitido por el Hope Channel para todo Norteamérica, Europa, sudeste de Asia y los países del Pacífico. También está disponible en Internet y en DVD. Me quedaría sorprendido si aquí en Sudamérica, con el Canal Nuevo Tiempo, dijeran que no pueden hacer un seminario así. Pero sugiero que inicien relaciones de larga duración enviando a los pastores ejemplares de la revista Ministerio. Busquen oportunidades para el encuentro informal con líderes clave, invitándolos a un almuerzo o una cena, por ejemplo, con el fin de construir puentes de confianza. Eso tiende a crecer hasta que haya comprensión y aceptación.
Ministerio: ¿De qué manera el pastor local puede participar de un trabajo de esta naturaleza?
Kent: El pastor distrital puede hacer mucho. Hace muy poco tiempo, participé de un Seminario de Crecimiento Profesional, en Filipinas, junto con profesores de nuestro Seminario Teológico en ese país. Presentamos temas que, sin despertar prejuicios, interesaran a los pastores de otras denominaciones. Por ejemplo, liderazgo cristiano, la salud del pastor y predicación bíblica, entre otros. Escogimos un lugar neutral, ofrecimos una comida especial, y la respuesta fue muy calurosa. Uno de nuestros pastores locales entró en contacto con varios colegas de otras denominaciones, almorzó con cada uno de ellos y los invitó al seminario. Todos estuvieron presentes. No debemos ser inmediatistas con respecto a los resultados finales de este trabajo, pues algunas personas demoran más para reaccionar y tomar alguna decisión.
Ministerio: Con respecto a la educación continua, algunos pastores creen que es difícil desarrollar un programa de esta naturaleza, diciendo que están sobrecargados. ¿Cuáles su consejo a! respecto?
Kent: Este es un reclamo legítimo de los pastores. Normalmente, las expectativas colocadas sobre ellos son muy grandes. Pero el buen pastor coloca esas expectativas en su orden de prioridades y conseguirá tiempo que debe ser invertido en su crecimiento vocacional. Eso no significa, necesariamente, un curso formal en busca de algún título, pero sí que debe crecer más y más, con el fin de ser un mejor siervo de Jesús y de su causa.
Ministerio: En su opinión, ¿cuáles son los mayores desafíos del trabajo pastoral?
Kent: No tengo dudas con respecto a la veracidad de las palabras de Jesús, en el sentido de que la mies es mucha, pero los obreros son pocos. La carga que se coloca sobre un pastor, individualmente, es muy grande. Creo que uno de los mayores desafíos del pastor es la sobrecarga, con su correspondiente sentimiento de que la tarea nunca termina. Siempre existe algo que se puede hacer, el trabajo siempre está sin acabar. Otra cosa: todavía existe mucho individualismo, las personas viven cerradas en sí mismas. Este es un desafío creciente. ¿Cómo alcanzar a estas personas? Tienen necesidad de Cristo y necesitan ser alcanzadas. Es preciso crear formas de alcanzarlas. Este es el gran desafío evangelizador de las metrópolis.
Ministerio: Las estadísticas mundiales señalan que muchos pastores están abandonando su trabajo. Esto ¿también afecta al ministerio adventista?
Kent: Infelizmente, sí. Los pastores adventistas no son inmunes a las influencias y las amenazas que alcanzan a todas las personas. Cuando escuchamos acerca de dificultades y preocupaciones que los pastores de otras denominaciones están enfrentando, normalmente, hay una increíble semejanza con los desafíos que también enfrentamos nosotros. Podemos
hasta ser tentados a pensar que somos únicos, pero enfrentamos los mismos desafíos. Cuando pastoreaba iglesias, siempre buscaba oportunidades para aproximarme a los colegas de otras denominaciones. Entonces, nos ayudábamos y nos fortalecíamos unos a otros en momentos de dificultades. Esa fue una experiencia sorprendentemente bendecida.
Ministerio: Tal vez, algunas regiones ofrezcan más facilidad para esa aproximación. Pero en otras hay mucha hostilidad en relación con los pastores adventistas, que a veces son vistos como “lobos” en busca de ovejas ajenas.
Kent: En todo el mundo es así. Pero los especialistas en crecimiento de iglesia afirman que, si la oveja está bien alimentada, no procurará otras pasturas. Las personas vienen a la Iglesia Adventista porque están en busca de alimento más sólido en la Palabra de Dios. En el caso de que no reciban el alimento completo que buscan, ellas vendrán, independientemente de que nos acerquemos o no a sus pastores. Hace poco tiempo, hablé con un pastor evangélico en Irlanda. Su iglesia está creciendo y, como sabemos, ese es un país muy católico. Entonces, le pregunté: “¿Cómo los trata la Iglesia Católica, en vista de que la mayoría de sus miembros de iglesia está conformada por ex católicos?” Me respondió: “Estamos conquistando a aquellas personas que simplemente desean algo más”. Esto es verdad en todos los casos.
Ministerio: Teniendo en mente las exigencias cada vez mayores del mundo actual, ¿qué consejos tiene para el pastorado adventista?
Kent: Tenemos que reconocer que nuestros pastores son importantes y valiosos. Ellos mismos necesitan tener conciencia de esto. Muchas personas dependen de ellos y los observan. Por eso, como pastores, no solo debemos comenzar a ejercer bien nuestro ministerio, sino asimismo terminar bien. Eso no significa limitar el ejercicio de la vocación hasta la jubilación, sino ejercerlo hasta el último suspiro. Lamentablemente, muchos pastores están fogueándose en aguas poco profundas. Una investigación entre pastores de todas las denominaciones hecha por Arch Hart, del Seminario Teológico Fuller, en California, determinó que, entre cuatro pastores, solo uno termina bien su ministerio. Es decir, tres cuartos de los pastores no están terminando bien. Los pastores pueden sentirse víctimas de malos tratos, cometer errores, dejar de mirar a Cristo, y centrarse en el dinero, el poder y los problemas sexuales. Esas son las aguas “rasas” que pueden tragarnos. Pero Jesucristo, su iglesia y su pueblo desean y esperan que terminemos bien. Necesitamos tener a Jesucristo como centro de nuestra vida. Necesitamos pasar tiempo diario con la Palabra, construir relaciones sanas y sólidas con Dios y con el rebaño. Pablo estaba obsesionado por la idea de terminar bien. Hablaba de terminar la carrera con alegría, pelear la buena batalla. Al terminar bien nuestro ministerio, aun cuando seamos llamados al descanso de la muerte, dejamos un legado permanente, como Daniel y Esteban, y como Elíseo, cuyos huesos fueron instrumentos para resucitar un muerto. En un viaje, lo más importante es llegar seguros a destino. El ministerio es un viaje. Necesitamos llegar bien a nuestro destino.