Los esfuerzos en favor de la unidad religiosa nos exigen mayor compromiso con la misión de predicar el verdadero evangelio.

En las últimas décadas, los adventistas han valorado el contacto con otros grupos religiosos, cristianos o no. No obstante, se requiere cuidado. Debemos estar seguros de nuestra propia identidad al dialogar con otros segmentos religiosos. Tenemos un mensaje que compartir, “el evangelio eterno” (Apoc. 14:6), y debemos llevarlo a todos, incluso a aquellos que están satisfechos con su propia experiencia religiosa. En última instancia, todos recibirán la invitación de Dios (Juan 10:16; Apoc. 18:4) y se unirán a Cristo, la esencia del evangelio eterno.

Como contraparte, Satanás también busca reunir a las personas en torno a su último engaño (Apoc. 17:18; 18:3). No extraña, entonces, que el movimiento ecuménico, liderado[1] por la Iglesia Católica Romana, avance a pasos gigantescos. Busca convencer a los religiosos de unirse a su comunidad, aun cuando ella no desiste de sus pretensiones de autoridad, pisoteando incluso la autoridad de la Biblia. El papa Benedicto XVI afirmó que la clave para la verdadera interpretación de las Escrituras es la Iglesia de Roma, por medio de sus “organismos institucionales”.[2] Con esto, la Biblia solo es válida cuando es interpretada por la Iglesia Católica.

Por lo tanto, es inevitable que haya una reducción de perspectivas espirituales a dos movimientos: uno que regresa a la Biblia; y otro, a las tradiciones humanas. Nuestro desafío es predicar el último mensaje, llamando a las personas sinceras a la comunión con la Verdad. Esto cobra urgencia cuando pensamos en las últimas incursiones católicas en el diálogo interreligioso. El propósito de este artículo es analizar cuánto ha avanzado la Iglesia Católica en sus esfuerzos ecuménicos. Hay, por lo menos, dos razones que nos preocupan al respecto: la verificación del cumplimiento de las profecías apocalípticas que apuntan a la unión religiosa encabezada por Roma (Apoc. 13:3,8), y el mayor compromiso con el evangelio verdadero, que debe ser predicado cuanto antes.

Como este tema se ve distorsionado por predicadores sensacionalistas y por exageraciones, nos preocuparemos por la calidad de la información. Recurriremos mayormente a fuentes oficiales de la Iglesia Católica o a periódicos seculares. Por lo amplio del tema, nos concentraremos en tres grupos que son el blanco del esfuerzo ecuménico de la Iglesia Romana: anglicanos, judíos y luteranos.

Anglicanos

Disidente del catolicismo, la Iglesia Anglicana surge como confesión estatal, cuando el rey Enrique VIII (1491-1547) se separó de Roma. Quería casarse con Ana Bolena, ya que su esposa, Catarina de Aragón, no le daba hijos varones. Al ser el divorcio condenado por el catolicismo, el Rey quebró relaciones con el Papado.

La Iglesia Anglicana nunca se ha identificado como auténticamente protestante. Sus rasgos oscilan entre un catolicismo estatal y una fe reformada con moderación. Recientemente, con la decisión del Vaticano de aceptar bajo condiciones especiales a anglicanos conversos, muchos podrán volverse católicos a partir de ahora.

El sitio Zenit divulgó las resoluciones del Papado al respecto.[3] El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Willian Hoseph Levada, explicó que incluso sacerdotes anglicanos que son casados podrían cambiar de confesión religiosa permaneciendo casados y como sacerdotes Convertirse en católico parece ser una buena opción para la mayoría de los miembros de la iglesia fundada por Enrique VIII. Recientes decepciones, como la aprobación de un clero homosexual, ha resultado en que muchos anglicanos abandonen su iglesia.

El episodio recibió atención masiva por parte de los medios; ¿cómo evaluarlo? Se trata de otra iniciativa ecumenista por parte de Roma. En cuanto a este nuevo “contrato”, los ex anglicanos podrán mantener incluso aspectos de su propia tradición… lo que vale es que se coloquen bajo la tutela de la Sede. ¿Cuántos más aceptarán esta invitación al fin de los tiempos?

Judíos

Catalogada por el padre David Mark Neuhaus -secretario general del Vicariato Católico de Lengua Hebrea en Israel- “de sutil evolución”, la comprensión de Benedicto XVI sobre el shabbat essorprendente.[4]

La página web del Vicariato Católico de Lengua Hebrea entrega más detalles sobre el discurso de Benedicto XVI a la comunidad judío-católica en París, en 2008.[5] Destacamos la siguiente sección: “Yo estoy satisfecho de recibirlos esta tarde. Es una circunstancia feliz que nuestro encuentro ocurra en la víspera de la celebración del shabbat, el día que desde tiempos inmemoriales ocupa un lugar simultáneo en la religión y en la vida cultural de Israel. Cada judío piadoso santifica el shabbat mediante la lectura de las Escrituras y la recitación del los Salmos. Como saben, la devoción a Jesús también fue nutrida por los Salmos. Él iba regularmente al Templo y a la sinagoga. Habló allí en día sábado. Él quería enfatizar la generosidad con la que Dios mira al hombre, incluyendo también la organización del tiempo. ¿Acaso no dice el Talmud Yoma (85b), ‘El sábado fue dado a ustedes, no ustedes para el sábado’? Cristo hizo esta pregunta al pueblo de la alianza para reconocer constantemente la inaudita gracia y amor del Creador de todo hombre. A pesar de las razones que nos unen, a pesar de las razones que nos separan, nosotros podemos vivir y fortalecer nuestra fraternidad. Y nosotros sabemos que los lazos de la fraternidad son una invitación constante para conocernos mejor y respetarnos mutuamente”.

Sin duda, el líder católico omitió que el sábado fue sustituido por la observancia espuria del domingo durante la Edad Media Aun así, él dejó entre líneas su intención ecuménica. Según el periódico O Estado de Sao Paulo[6] Benedicto XVI busca “la cercanía personal y de toda la Iglesia Católica” en relación con los judíos. Él prosigue con acciones ecuménicas significativas que, a veces, chocan con sus declaraciones estrictamente dogmáticas. En el caso de los israelitas, el esfuerzo para reconquistarlos se debe, en parte, a un alejamiento provocado por dos factores: el caso Williamson y la intención de beatificara Pío XII.

En enero de 2009, Richard Williamson, obispo sueco ultraconservador, fue rehabilitado por el Papa. Su ordenación había sido “anulada”, pues se había llevado a cabo sin la autorización del Vaticano. Tras su reintegración, se divulgó una entrevista dada anteriormente por Williamson, en la cual él relativizaba el Holocausto. El hecho de que Roma no inhabilitara al obispo causó malestar en la relación entre judíos y católicos, a pesar del mea culpa de Williamson.[7]

Sobre el otro motivo de la crisis, para Benedicto XVI, el papa Pío XII (1876-1958) debiera ser beatificado, que es el primer paso para la canonización. La dificultad estriba en las diversas controversias que sucedieron durante el pontificado de Pío XII (1939-1958). El libro El Papa de Hitler, de John Cornwell, relata el silencio de Pío XII durante el Holocausto. Para muchos, el pontífice de la Segunda Guerra era un antisemita o, en la mejor de las hipótesis, alguien sin mucho compromiso con los derechos humanos.

El papa actual no acepta esta presuposición. Para él, “Pio XII actuó muchas veces de manera secreta y silenciosa visto que, a la luz de la concreta situación de ese complejo momento histórico, intuía que solo de esa manera se podía evitar lo peor y salvar al mayor número de judíos”.[8] Consecuentemente, el deseo de Benedicto XVI de beatificar al papa Pío XII generó manifestaciones contrarias en Israel.

Los dos factores mencionados contribuyeron a los desencuentros entre judíos y Benedicto XVI. Ahora, el Papa intenta una reaproximación con el grupo monoteísta más antiguo del mundo. Desde la perspectiva bíblico-profética, los esfuerzos del Papa confirman el retorno al predominio del poder político-religioso descrito en Apocalipsis 13.

Luteranos

Desde los años 70, luteranos y católicos promueven un diálogo con intenciones ecuménicas, que ha generado algunos documentos que expresan puntos doctrinarios comunes en ambas tradiciones. En parte, este abordaje diverge del principio de Sola Scriptura adoptado por Lutero, que considera la Biblia como regla de fe y única autoridad para definir las doctrinas cristianas. Sutilmente, acallan la verdad bíblica, con la cual deben ser corregidos sus credos tradicionales.

Esto nos lleva a imaginar lo que Lutero diría si presenciase a sus cofrades desarrollando este diálogo. Basta recordar que uno de sus colaboradores más cercano, Felipe Melanchton, fue duramente combatido por los hermanos luteranos al hallarlo demasiado “flexible” en sus diálogos interconfesionales (no espontáneos, sino, convocados por el emperador Carlos V, del Sacro Imperio Germánico). Tal vez los luteranos debieran ser llamados “felipinos”, para hacerles justicia.

Como fuere, el papa Benedicto XVI parece satisfecho con el rumbo del diálogo, cuyo tema es la justificación por la fe; el mismo que impulsó la predicación de Lutero contra los abusos romanos en pleno siglo XVI. El 31 de octubre de 1999, un documento fue firmado por católicos y luteranos, en el que expresan su creencia común en la justificación.

Que nadie piense que la Iglesia Católica asume alguna responsabilidad en los diálogos. El 19 de enero de 2009, ante una delegación finlandesa que representaba intereses ecuménicos, Benedicto XVI expresó su deseo por la unión del cuerpo de Cristo: “La iglesia es este cuerpo místico de Cristo y es guiada continuamente por el Espíritu Santo; el Espíritu del Padre y del Hijo. Solo basándonos en esta realidad encarnacional, se podría comprender el carácter sacramental de la iglesia como comunión en Cristo”.[9] Esta declaración revela el próximo paso: una unión basada en la comprensión de la universalidad del cuerpo de Cristo, una reaproximación que apela a la unidad de la iglesia.

Los movimientos ecuménicos adoptan Juan 17 como su oración diaria, olvidando que la unidad de la iglesia no puede ignorar sus fundamentos, los que se constituyen por la verdad revelada; es en torno a esta que los que aceptar la persona de Jesús habrán de unirse. Sin esta verdad bíblica, todo intento de unidad no constituirá el cuerpo de Cristo. Ahora, Cristo no es otro sino aquel que es revelado; rechazar la revelación, a favor de las tradiciones religiosas, es distorsionar a Cristo.

Unión en la verdad

Entre líneas, en el comunicado papal, se percibe la doctrina católica que define a la iglesia como depositaría de los sacramentos, lo que abre la puerta a otras ideas nocivas, como las indulgencias, la intercesión de los santos y la infalibilidad papal, entre otras. Tales dogmas tienen en común el énfasis en los méritos personales, que tanto Jesús como algunas personas (los santos) alcanzaron. Estos se encontrarían al alcance de la comunidad de fieles por medio de la administración realizada por la iglesia. Por esto, la Iglesia Católica es una confesión esencialmente sacramental, en la que los sacramentos son conductos para la gracia (rituales que operan la salvación).

Solo nos resta esperar para ver los resultados del diálogo entre católicos y luteranos, como el impacto de esto en el cristianismo en general. Si la unión es vital para reavivar un cristianismo fragmentado, entonces esa unión debe darse en un contexto bíblico. Por eso, la misión adventista -que consiste en anunciar el último mensaje de Dios, la verdad presente- para esta generación debe fortalecerse. Solo la presentación de la verdad hará que los creyentes sinceros salgan de “Babilonia”, uniéndose a los que esperan la segunda venida de Jesús.

Sobre el autor: Capellán del Colegio Adventista de Joinville, Santa Catarina, Rep. del Brasil.


Referencias

[1] Si bien la iniciativa ecuménica nace en el protestantismo, el autor se expresa en estos términos basándose en lo que nos predicen las profecías. [Nota del editor].

[2] http://zenit.org/article-23ii2?l=portuguese (05/11/2009).

[3] http://zenit.org/article-23o49Pkportuguese (17/09/2009).

[4] http://zenit.org/article-19636PUportuguese (02/10/2009).

[5] http://www.catholic.co.il/index.phpPoption-com_content &tas=view&id=i46&ltemid=9 (02/10/2009).

[6] http://www.estadao.com.br/noticias/vidae,papa-sauda-festas-judaicas- planeja-visita-a-sinagoga-de-roma.436458.o.htm (17/09/2009).

[7] http://www1.folha.uol.com.br/folha/mundo/ult94u5o9721.html (17/09/2009).

[8] http://www otempo com.br/noticias/uhimas/PidNoticia17187 (09/10/2008)

[9] http://zenit.org/article-2O577Pkportuguese (20/01/2009).