NUESTRA MISIÓN Y NUESTRO MODELO
En una de las primeras asambleas ministeriales de la era cristiana, Jesús confió a sus apóstoles y a los misioneros de todas las edades, la razón de ser de su ministerio: “Por tanto id, y doctrinad a todos…” (Mat.28:19, 20).
Jesús nos legó por su ejemplo los mejores métodos para cumplir el sagrado cometido. El usaba la predicación como un arma poderosa para atraer a las multitudes. Pero no descuidó la parte medular del quehacer evangélico. Dice la Sra. Elena G. de White: “La obra de Jesús se componía mayormente de entrevistas personales. Manifestaba una fiel consideración por el auditorio de una sola alma” (Evangelismo, pág. 45).
San Pablo, el más aventajado discípulo del maestro en ¡as lides evangélicas, aprendió el gran secreto del éxito. Era un predicador extraordinario, pero no olvidó de anunciar el Evangelio por las casas. (Hech. 20:20)
LA IMPORTANCIA DEL EVANGELISMO PERSONAL
El método básico para ganar almas es el evangelismo personal. Los demás métodos son medios para atraer al público y luego llegar a sus hogares. Sin evangelismo personal, los demás medios son casi ineficaces. Pero, el evangelismo personal por sí solo puede rendir abundantes frutos. Por eso la Sra. de White en sus escritos nos previene contra el peligro de relegar ese método y le confiere primerísima importancia. “Esta labor de casa en casa, para buscar las almas, para recoger a las almas perdidas, es la obra más esencial que pueda realizarse” (Id., pág. 280). “De igual importancia que el esfuerzo público es la obra de casa en casa en los hogares de la gente” (Id., pág. 278). “Unas pocas palabras habladas en privado a menudo harán más bien que todo lo que ha hecho el discurso” (Id., pág. 279).
¿CÓMO DAR MAS ESTUDIOS?
El secreto para dar más estudios estriba en la sabia organización de nuestro tiempo y actividades.
El pastor puede ganar preciosas horas si organiza su iglesia y confiere responsabilidades a los dirigentes y miembros más capaces de la misma. No debe ocupar su tiempo con detalles que otros pueden realizar. Dios no nos confió esas minucias, sino la trascendental misión de ir a los hogares y ganarlos para Cristo.
La obra esencial del instructor es dar estudios bíblicos. Sus compromisos en ese sentido son sagrados; nada ni nadie puede dispensarlo de esa tarea. Para ganar tiempo y poder dar más estudios, conviene que el instructor ordene sus estudios por zonas. Conviene asimismo que aproveche las horas más adecuadas para encontrar a los interesados —el mediodía, de noche y los sábados y domingos.
Un pastor sabio explotará ese filón extraordinario que constituyen nuestros obreros voluntarios. Si se prepara a quince de ellos para que den dos estudios por semana, tendremos el trabajo equivalente al de un instructor bíblico.
El obrero perspicaz procurará explotar todos los filones posibles, a fin de conseguir estudios. “Dichosos vosotros que sembráis sobre todas las aguas” (Isa. 32:20). “Visitad tantos lugares como os sea posible” (Id, pág-317).
Algunos filones valiosos: Nombres obtenidos en las conferencias. Interesados de reuniones de barrio y filiales. Apóstatas. Alumnos de la Escuela Radio postal. Clientes promisorios de colportores. Donantes de la Recolección, etc. Un filón extraordinario es el que nos pueden proporcionar nuestros miembros de iglesia al darnos direcciones de familiares, vecinos e interesados. Incluso pueden ofrecer sus casas para invitarlos a reuniones o estudios bíblicos.
Un obrero sagaz de esta asociación anota los nombres y direcciones de todas las personas con quienes se relaciona. Luego cultiva esa huerta de nombres regalando revistas, haciendo visitas e invitando las personas a nuestras reuniones, tratando por todos los medios a su alcance de despertar su interés y luego acrecentarlo. Cuando considera que una persona está “madura”, trata de concretar el estudio bíblico. Trabajando de esta manera, constantemente acrecienta su huerta con nuevos nombres.
LAS CONFERENCIAS PROVEEN ESTUDIOS
Las conferencias evangelísticas bien planeadas y desarrolladas atraerán mucho público de diverso grado de interés, pero esto es recién el comienzo del trabajo. “Cuando los discursos se dan desde el púlpito, la obra recién ha comenzado. Entonces el pastor debe, por un esfuerzo personal, si es posible, trabar relación con cada uno de sus oyentes” (Id., pág.112).
Técnica para concertar estudios: Un mes antes de comenzar las conferencias se efectúa una vigorosa campaña de ablandamiento del territorio. Acostumbramos hacer una encuesta en la cual el público elige el tema que más le agrada. Con este sistema conseguimos centenares de nombres, las personas se interesan y se sienten ligadas a la campaña.
Luego se presentan los temas introductores de los cuales se ofrecen resúmenes cuya entrega da lugar a visitas al público en sus hogares. En la tercera semana presentamos el tema sobre la Biblia y la ofrecemos en venta al público a un precio especialmente rebajado. Desde la plataforma anunciamos que será entregada personalmente junto con una hoja explicativa, presentamos a los instructores bíblicos y planteamos algunos interrogantes que referimos a los instructores. En los días que siguen se lleva la Biblia a los hogares y se da un pequeño estudio con la hoja especial, procurando que sea tan interesante que la persona desee escuchar más. Con este método hemos concertado decenas de estudios en pocos días. Además enviamos un formulario ofreciendo la Biblia a los que han dejado de asistir y a los que contestaron la encuesta. Siempre concertamos algún estudio de entre este grupo.
Plan de ciclos consecutivos. En lugar de dar un ciclo largo y languideciente, lo dividimos en tres o cuatro partes. Cada parle comienza con dos o tres temas introductorios y propaganda intensa. De esta manera siempre hay personas con quienes concertar estudios bíblicos. Este sistema ayuda asimismo a celebrar bautismos periódicos.
Reuniones secundarias. Paralelamente al ciclo principal, se celebran reuniones en salones, clubes y casas de hermanos e interesados. Después de presentar dos o tres temas generales, se debe concertar estudios.
Plan de estudios en forma de lecciones. Usamos un conjunto de 25 lecciones o estudios que denominamos “Curso Bíblico del Hogar”. Las lecciones son cristocéntricas. Cada estudio está dividido en tres o cuatro partes y contiene entre ocho y doce textos, y una hoja de comentarios. La característica principal de estas lecciones es que constan de preguntas y un espacio después de cada una de ellas para que el alumno las conteste.
Damos el estudio y dejamos la hoja para que durante la semana el interesado la repase y conteste las preguntas. En la próxima visita corregimos la lección anterior, contestamos las preguntas que hayan surgido y seguimos adelante. De esta manera el interesado estudia a fondo la lección dos veces y se entusiasma al ver que contesta acertadamente las preguntas. Los mejores candidatos de nuestra experiencia evangélica los hemos preparado con este sistema de estudios.
FASES DEL EVANGELISMO PERSONAL
1. Concertación del estudio. Hay dos maneras de hacerlo: a) Directa. Cuando encontramos una persona con interés definido, concertamos el estudio en forma inmediata y directa. b) Indirecta. Muchos no conocen la Biblia ni tienen interés en las cosas espirituales. Corresponde despertar su interés. En estos casos el estudio se concertará en forma indirecta. Conversamos sobre temas que nos llevan a la Biblia; en otras palabras, damos el estudio sin llamarlo por el nombre hasta que la persona demuestre interés y entonces concretamos el estudio.
2. Consolidación del estudio. Cuando la persona se haya interesado vivamente y esté habituada a nuestras visitas, ha llegado el momento de establecer día y hora y tornar la visita en un estudio formal.
3. Instrucción. Durante varios meses se instruye cabalmente al candidato. Se estudian todas las doctrinas, teniendo cuidado de que el interesado las comprenda cabalmente y las ponga en práctica en su vida.
4. Decisión. Es progresiva. En cada estudio se van obteniendo decisiones parciales, pero llega el momento en que el interesado deberá tomar una decisión definitiva por la verdad.
5. Unión con la iglesia. Después de concluida la instrucción y lograda la decisión, conviene hacer un repaso general de la doctrina. Después se toma el examen final y se bautiza al catecúmeno.
6. Conservación. Es, lamentablemente, la parte más descuidada. Seguramente es una de las razones de tantas apostasías. Por eso conviene poner en práctica el sistema de los estudios post bautismales. Es bueno planear la atención dedicada e integral del nuevo miembro de parte de los oficiales de la iglesia y el pastor.
TÉCNICAS VALIOSAS
Dar estudios de buena calidad. “Depende en gran medida de la manera como realizamos el trabajo, el que veamos almas ganadas como resultado de nuestros esfuerzos” (Evangelismo, pág. 99). Hay que evitar el peor enemigo de los estudios que son la monotonía y el profesionalismo hueco. Para el interesado cada estudio que damos es nuevo y vital para su experiencia espiritual. Cada estudio debiera ser una verdadera obra de arte. “Dirigid estudios bíblicos sencillos y llenos de vida, que tengan una correcta influencia sobre la mente” (Id., pág. 317).
Sobre todo, debemos cuidar de que el estudio sea claro y comprensible. “Haced claras vuestras explicaciones; porque sé que son muchos los que poco entienden de las cosas que se les dice. Hablad como niñitos, recordando que hay muchos de edad madura que son tan sólo niñitos sin comprensión” (Id., pág. 131).
Incluir a la familia. Si logramos que toda la familia del interesado asista a los estudios, con el mismo esfuerzo y tiempo triplicaremos los resultados. Para lograr interesar a la familia son de gran ayuda las proyecciones de vistas luminosas en colores.
Mantener un buen plantel de estudios. Podemos tener nuestro tiempo completamente ocupado, pero si una gran proporción de los estudios son mediocres o los interesados no tienen mayor interés, los resultados finales serán magros. Por eso conviene tener un plantel de estudios de óptima calidad que rindan abundantes frutos.
Plan de concertación continua. Varios factores van disminuyendo la cantidad de estudios. Por eso conviene concertar estudios en forma continua para que de esa manera ten- gamos siempre nuestro tiempo repleto de buenos estudios que rendirán una cosecha abundante para el Señor.
CONCLUSIÓN
En la solemne y sublime tarea que Dios nos ha confiado, el éxito será proporcional a la atención y dedicación que prestemos a la obra personal. Por otra parte, es la tarea que proporciona las mayores satisfacciones de nuestro ministerio.
Trabajemos con fervor por las almas, asemejándonos lo más posible al maravilloso Maestro de la obra personal que fue nuestro Señor Jesucristo.
Sobre el autor: Evangelista de la Asociación Bonaerense