Participación de los niños en el servicio de culto

“Y ahora, despacito y calladitos, vayan a sentarse con sus papás, y déjenlos escuchar el sermón”.

¿Alguna vez escuchaste estas palabras o algo por el estilo en boca de la persona encargada del momento de adoración infantil? ¿Ese es todo el alimento que los niños recibirán en el culto de adoración o puede haber algo más para ellos?

Si le preguntas a cualquier niño cuál es la parte más aburrida de los cultos en la iglesia, seguramente te contestarán “el sermón”. El sermón ¿es para ellos también? ¿Cuándo y cómo lograrán escuchar y aprender por lo menos algo del sermón, si no lo pensamos para ellos también?

Inclusión de los niños en la adoración corporativa

Si vamos a las Escrituras, podemos ver que la adoración en el pueblo de Israel era corporativa e inclusiva. En las distintas épocas de su historia, podemos ver que los niños eran considerados parte del “rebaño”, del pueblo de Dios (Éxo. 10:9; Deut. 6:6-9; Sal. 78:2-7; Neh. 8:2, 3, 8). Cuando Jesús estuvo aquí, en la Tierra, valoró e incluyó a los niños en su ministerio (Mar. 10:13-16; Mat. 18:1-14; Mat. 21:14-16; Juan 6:9; El Deseado de todas las gentes, cap. 56). Los apóstoles también los incluyeron en sus cartas, que eran leídas en las iglesias (1 Juan 2:12-14; Efe. 5:1-4). Y en la iglesia primitiva también se incluía a los niños en la adoración (Hech. 16:32-34). En el libro de Apocalipsis leemos acerca de cómo la adoración en el cielo será corporativa e inclusiva (Apoc. 7:9-10).

Elena de White también instó a las iglesias y a los predicadores a tener en mente a los niños en las reuniones de adoración. Escribió: “En cada sermón dígase algo que sea de beneficio para ellos [los niños]. El siervo de Cristo puede tener amigos duraderos entre estos pequeñitos, y sus palabras pueden ser para ellos como manzanas de oro en canastillos de plata”.[1]

Otras razones que apoyan la inclusión de los niños en la hora de la adoración corporativa son: (1) La espiritualidad comienza en la niñez. La Escuela Sabática solo provee una hora semanal de formación espiritual. Esto es muy poco, si lo comparamos con el total de horas de la semana. En el hogar y en la iglesia, debemos aprovechar cada oportunidad posible para nutrir su crecimiento espiritual. “En cada oportunidad conveniente, cuenten a los niños la historia del amor de Jesús”.[2] (2) La niñez es un período de formación. Las decisiones que se toman en esta etapa afectarán el resto de su vida.[3] Sus experiencias espirituales infantiles afectarán su juventud y su adultez también, ya sea en un sentido positivo o en uno negativo. (3) Es una oportunidad de dar a los niños un sentido de pertenencia y que se sientan valorados como parte de la iglesia.

Cómo planificar un culto inclusivo

Al planificar el culto de adoración, piensa en los niños, comenzando y terminando a tiempo para evitar el cansancio y la distracción de servicios muy largos. Presenta sermones cortos.[4] Planifica algunos himnos infantiles o que sean conocidos para ellos, e incluye a los niños en tu oración.

También puedes pedir la participación de algunos niños o jovencitos en las distintas secciones del culto; por ejemplo: en la lectura bíblica, en las partes musicales, recogiendo las ofrendas, en la oración, no solo en el Día del Niño Adventista, sino en otros momentos del año.

Al preparar tu sermón, piensa en incluir relatos o ilustraciones sencillos con las cuales los niños se puedan identificar. Háblales directamente a ellos en algún momento, o presenta alguna aplicación apropiada a la experiencia de los niños.

También puedes pensar en alguna actividad relacionada con el tema, que los niños puedan completar o hacer a medida que escuchan el sermón. (Puedes ver algunos ejemplos más adelante.)

Los niños pierden interés rápidamente si nadie valora lo que hicieron. Al saludarlos a la salida, pídeles y admira sus creaciones. Ocasionalmente, puedes entregarles un recuerdo a los que participaron. Dedica una parte de la cartelera de la iglesia para exponer los dibujos de los niños, o puedes exhibirlos en la puerta o en otro espacio. Renueva la “exposición” cada semana. Usa estas obras de arte para ilustrar algún sermón, como portada de un boletín, etc.

Consideraciones prácticas

Para que la participación de los niños en el culto de adoración sea de bendición para ellos y para el resto de los miembros, no supongas que porque están presentes todos los sábados saben qué hacer y cómo hacerlo. Practica su parte con ellos (sea la lectura bíblica, recoger las ofrendas, dirigir un canto, etc.). Avisa al encargado del audio para que disponga los micrófonos necesarios y a la altura de los niños. Pide a algunos adultos que acompañen a los niños para apoyarlos y guiarlos en lo que se les ha pedido hacer. Agradéceles luego no solo de manera verbal, sino, si es posible, a través de una tarjeta o un mensaje escrito de reconocimiento.

Ten en cuenta que no todas las iglesias están preparadas para que los niños participen de manera tan visible en la hora del culto, así que quizá sea necesario hacer un trabajo previo con los adultos de la congregación para que valoren la participación de los niños.

Ideas para que los niños participen en el culto de adoración

Música

  • Pueden participar en el grupo de directores de canto. Pueden formar equipo con algún adulto o algún joven, o armar un grupo de niños que dirijan los himnos.
  • Si algún niño está estudiando un instrumento musical, puede preparar y ejecutar la melodía de algún himno mientras los niños pasan al frente para el momento de adoración infantil. Si está más adelantado, puede presentar una ofrenda musical en alguno de los cultos de la iglesia. Los que estudian piano pueden colaborar como pianistas comenzando en el culto de oración.

Lectura bíblica

  • Forma un grupo de lectura bíblica que se ocupe de esta parte antes o durante el sermón de manera creativa. Puedes incluir a personas de todas las edades en este grupo, comprendiendo a los niños. Cada semana este equipo de lectura leerá los textos de manera variada. Por ejemplo:
    • Lectura antifonal (dos grupos alternan la lectura de los versículos).
    • Lectura responsorial (un lector “solista” y el grupo o la congregación responden leyendo el siguiente versículo).
    • Lectura del mismo texto en diferentes versiones de la Biblia. El grupo se divide la lectura y cada uno lee una parte.
  • Al comenzar el sermón, di qué textos vas a usar o colócalos en un Powerpoint para que los chicos puedan buscarlos y marcarlos con un señalador (o Post-it) en sus Biblias, y luego estén atentos para encontrarlos cuando el predicador lo indique.
  • Invita a varios niños o preadolescentes a que sean los lectores de todos o la mayoría de los textos bíblicos usados en el sermón. Pueden pasar a la plataforma si la lectura de los textos se hará en un solo momento del sermón, o estar sentados en la primera fila y leer su parte cuando el predicador se lo indique. Nota: Los lectores se sentirán mejor y cumplirán mejor su tarea si la lectura no es improvisada. Entrega los textos con anticipación para que puedan practicarlos y leer de manera más fluida y expresiva.

Oración

  • Pide a algún padre o madre que haga la oración de consagración (primera oración) junto con su hijo.
  • Algunos jovencitos pueden pasar a orar, expresando cada uno una parte de la oración ACAS (alabanza, confesión, agradecimientos, súplicas).
  • Pide con anticipación a los niños que dibujen algo por lo cual están agradecidos a Dios, y en el momento de la oración, pueden pasar con sus dibujos a agradecer a Dios. Un adulto o un joven puede terminar la oración.

Escucha activa

  • Para preescolares: Prepara tarjetas con la imagen de un objeto clave que mencionarás en el sermón. Entrégalas a la entrada a los niños, y pídeles que levanten su tarjeta cada vez que mencionas esa palabra.
  • Elige 4 o 5 palabras clave y díctalas a los niños al comienzo del sermón. Pídeles que hagan una marquita al lado de la palabra cada vez que el predicador la mencione.
  • Anímalos a escribir todas las referencias bíblicas que menciona el predicador. Adicionalmente: Después de anotar la referencia, el niño puede escribir el versículo en su cuaderno, o puede subrayar los versículos mencionados en su Biblia.
  • Abecedario de palabras clave: Los niños escriben en forma vertical todas las letras del abecedario (o se les puede proveer la hoja con las letras). Escribirán al lado de cada letra palabras clave que el predicador menciona durante el sermón, que comienzan con esa letra. Importante: Usa una sola de estas ideas por vez, y ve variando las actividades. A veces, al final del sermón, los niños necesitarán una segunda actividad.

Arte

  • Anima a los niños a participar con todo tipo de dibujos, escritura creativa, poemas, historias, oraciones, en respuesta al sermón de esa mañana. Es una manera de participar en el culto que al niño le resulta placentera y familiar. Por ejemplo:
    • Provéeles una tira de cartulina y anímalos a diseñar un señalador para marcar el texto bíblico en sus Biblias.
    • Proponles dibujar la historia bíblica que el predicador lee o relata.
  • Sugiere a los niños que ilustren una estrofa de uno de los himnos que se canten ese día (himnos que contengan muchas ideas concretas). Ej.: “Yo canto el poder de Dios” (Himnario Adventista, N° 64), “El mundo es de mi Dios” (N° 65); con historias de la vida de Jesús: “¡Oh, buen Maestro, despierta!” (N° 414), u otros.

Sobre la autora: Magíster en Educación, esposa de pastor, exdirectora de AFAM y Ministerio Infantil.


Referencias

[1] Elena de White, Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática (Buenos Aires: ACES, 2015), p. 74.

[2] Ibíd.

[3] ___________, El evangelismo (Buenos Aires: ACES, 2015), p. 582.

[4] ___________, Obreros evangélicos, (Buenos Aires: ACES, 2016), pp. 176, 177.