Liderazgo espiritual disruptivo.
Vivimos en una época de evolución tecnológica y revoluciones sociales que han dado lugar a personas muy críticas. Una época de debates virtuales, fake news, polarizaciones políticas y convergencia humanitaria entre las grandes religiones. El ser humano está más espiritualizado, aunque menos propenso a someterse a lo divino; y vive sobre la base de “verdades” producidas en laboratorios.[1]
Estos cambios rápidos y constantes, con impactos profundos en el ámbito social, crearon la necesidad de romper con antiguos modelos de liderazgo. Un nuevo movimiento, disruptivo, propone la visión de que las personas son el medio y el fin de cualquier organización.[2]
Nuevo modo de liderar
El liderazgo disruptivo es la sustitución del modelo de líder-gerente, especializado en la función y en los métodos, por el líder que actúa como un educador social.[3] El foco es el desarrollo personal en una sociedad que se acostumbra a movimientos continuos de quiebre de paradigmas culturales, geográficos, tecnológicos y religiosos.[4]
En este contexto, los líderes espirituales disruptivos abren espacios para que los miembros de la iglesia encuentren su lugar en el servicio cristiano al perfeccionar las competencias espirituales y morales. Para lograr este objetivo, tratan de simplificar el acceso al conocimiento de Dios, a las relaciones saludables y a los ministerios de la iglesia. En este paradigma, cada uno es relevante y trabaja con una agenda individual, pero sin escapar a los pactos comunitarios.
Esto requiere un modelo de liderazgo cíclico, no centralizador. Aunque todo pasa por el líder, también debe ser compartido con los que participan en los procesos que forman el movimiento de la iglesia. La idea es que cada miembro es un líder en una microárea, sincronizado por un sistema que valora la coherencia entre las creencias y la forma de vivir, principalmente en sociedad (compliance).[5]
En este modelo cíclico, el líder comparte la autoridad con sus colaboradores al permitir que los equipos de trabajo elijan, reciban y evalúen a sus nuevos miembros. Con sabiduría, combina personas de experiencia con inexpertos y permite que crezcan a partir de esa relación. Se evalúan las competencias espirituales, morales y técnicas para que cada miembro se sienta adecuado a las funciones que se le asignan.
En resumen, los líderes espirituales disruptivos tratan a cada persona como algo de valor inestimable, y reconoce las historias únicas y las superaciones que las acompañan. En otras palabras, hacen que cada uno importe por lo que es, no por lo que hace. Es un experto en dirigir las experiencias cristianas individuales hacia un movimiento colectivo que se convierte en la fuerza de la iglesia.
Liderazgo disruptivo bíblico
En la Biblia, el desarrollo de Israel se produjo a través de una diversidad de líderes que a menudo actuaron juntos en los mismos tiempo y espacio. Eran reyes, profetas, padres, madres, jefes del ejército, ancianos, jueces, sacerdotes; en fin, una variedad de mujeres y hombres llamados a edificar el pueblo de Dios.
Uno de los ejemplos de líder espiritual disruptivo en las Escrituras es Moisés. En su vejez, se vio desafiado a cambiar sus creencias sobre sus cualidades para dirigir al pueblo hebreo. Sabiamente, formó un equipo con sus hermanos para superar sus debilidades. Se enfrentó al faraón, la mayor autoridad de la época, teniendo al Señor como consejero y utilizando un cayado como herramienta de trabajo.
Su liderazgo estuvo marcado por el sentido de dependencia de Dios y la reverencia a su nombre. A través de Moisés, el Señor abrió el Mar Rojo, entregó su Ley escrita en tablas de piedra a los israelitas, proporcionó agua de la roca y pan del cielo. El gran profeta innovó al adoptar la sugerencia de su suegro y establecer una estructura judicial basada en la formación de grupos para administrar las demandas presentadas por el pueblo de Israel (Éxo. 18).
Tras siglos de esclavitud, los israelitas experimentaron una gran revolución dirigida por Moisés. A partir del Éxodo, comenzaron a vivir en una nueva condición social, como ciudadanos libres de una nación dirigida por Dios. Por desgracia, con el tiempo, despreciaron la orientación divina, optaron por imitar a las naciones circundantes y acabaron en el exilio.
Sin embargo, el Señor suscitó líderes que estaban dispuestos a enfrentar los temores, las ansiedades y los cambios de manera audaz. Deseaban influir en todos los pueblos para que hicieran la voluntad de Dios, adorándolo y siéndole obedientes (Sal. 22, 66, 71; Isa. 51:4; Jon. 1-4; Hag. 2:7; Zac. 2:11).
Cómo ser un líder disruptivo
Permítete ser conocido. No dejes que tu posición ejerza más autoridad que tu testimonio personal. Tu iglesia ¿te conoce, realmente? ¿Conoce tus miedos, traumas y sueños? Conocer y ser conocido es fundamental para quien desea tener un liderazgo espiritual disruptivo.
Sé una persona visionaria. Dennos Gabor afirmó que “la mejor forma de predecir el futuro es crearlo”. ¿Te sientes listo para eso? ¿Cuál es el tamaño de tu iglesia y la dimensión del liderazgo que ejerces sobre ella? El líder visionario es sensible a la voz del Espíritu Santo, conoce el pasado de la iglesia y mira el futuro con optimismo. Además, invierte la mayor parte de su tiempo en educar a las personas para que piensen bíblicamente.
Ten propósitos. Otra característica del líder espiritual disruptivo es la importancia que le da al propósito. Para él, el futuro no se trata solo de tiempo, sino un lugar de realizaciones. Es un visionario constructor de puentes, incluso andando en terrenos moralmente movedizos. Para pensar en el futuro, huye de una postura inmediatista o presa del pasado. Así, no se limita a los resultados antiguos, actitud que lleva a la obsolescencia y conduce a la iglesia a una curva espiritual descendente.
Diversifica las formas de actuación. El cristianismo nació centrado en la predicación de la Palabra y el testimonio acerca de Jesús. A medida que ampliaba su influencia y comprometía a la gente, diversificó el servicio social a través de los dones espirituales. Temas como la salud, la educación, la adoración y la beneficencia cobraron importancia en el movimiento del cuerpo de Cristo. Así, más personas participaron en el camino cristiano como bendecidores o bendecidos (1 Cor. 12, 13).
Sé innovador. La innovación es el resultado de la mente que sabe analizar los escenarios y las tendencias, reteniendo lo que es bueno para la comunidad de fe. El líder innovador se especializa en satisfacer las necesidades de los miembros y de la comunidad, utilizando recursos diferentes y efectivos. Tiene la sensibilidad de reunir información sobre todas las personas que están a su cargo. Al saber cómo tratar a cada uno de ellos, el líder se convierte en un catalizador para la maduración de la iglesia.
Valora la tecnología. El líder espiritual disruptivo busca conocer las nuevas tecnologías para utilizarlas en beneficio del cumplimiento de la misión de la iglesia. Por eso, trata de descubrir cómo se pueden utilizar las nuevas tecnologías de forma estratégica para proclamar el mensaje del evangelio y beneficiar a la comunidad en general. Piensa en cómo el cristianismo ha influido en los rumbos de nuestra sociedad: mientras que el número de cristianos protestantes ha crecido en muchos países sudamericanos, la inmoralidad, la violencia y las adicciones no han disminuido en la misma medida. ¿Qué es lo que no funciona?
El proceso disruptivo
Todos los miembros de la iglesia necesitan ser desafiados a crecer en Cristo mediante la transformación de sus mentes por el Espíritu Santo (Rom. 12:1-3). Por lo tanto, el papel del líder espiritual disruptivo es inspirarlos para que avancen en este propósito, advirtiéndoles que no se dejen abatir por una serie de acciones irreflexivas. Para que este proceso se produzca, es necesario seguir algunos pasos.
Crece espiritualmente. Invierte en tu relación con Dios. Dedica tiempo a oír su voz, conversar con él y ser moldeado de acuerdo con su querer.
Concéntrate en las personas. Lleva a la iglesia a vivir una experiencia de servicio. Ayuda a los miembros de iglesia a visualizar las necesidades de las personas y a saciar a los que sienten hambre y sed de justicia. Sé simpático y sensible con aquellos que están abiertos a conocer más a Dios y su Palabra.
Multiplica líderes. Reconoce el potencial de liderazgo de cada miembro y valora al colectivo. Oye al equipo y trabaja para que sus componentes estén en armonía y vivan los sueños de la iglesia. Esto ampliará los resultados y hará que la misión sea personalizada.
Ten una fecha de caducidad. El líder espiritual disruptivo marca su despedida en el acto de toma de posesión. Esto significa que trabaja intencionalmente con el fin de preparar a los miembros para que continúen el camino tras su marcha. Su trabajo es llevar a la iglesia a mantenerse espiritualmente renovada para que alcance nuevos discípulos independientemente de su presencia. Después de todo, si cada miembro entiende su papel en el cuerpo de Cristo y aprende a trabajar en unidad de pensamiento y acción, el liderazgo espiritual disruptivo dará lugar a una comunidad espiritual disruptiva, lista para impactar en la sociedad y preparar a las personas para la segunda venida de Cristo.
Sobre el autor: líder de Ministerio Personal, Escuela Sabática y Comunicación para la región central de Minas Gerais, Brasil.
Referencias
[1] Zigmunt Bauman, Modernidade e Ambivalência (Rio de Janeiro, RJ: Jorge Zahar, 1999).
[2] Sandro Magaldi y José Salibi Neto, Gestão do Amanhã: Tudo o que você precisa saber sobre gestão, inovação e liderança para vencer na 4ª revolução industrial (San Pablo, SP: Editora Gente, 2018).
[3] Peter Senge, A Quinta Disciplina (San Pablo: Best Seller, 1992).
[4] Thomas S. Kuhn, A Estrutura das Revoluções Científicas (San Pablo, SP: Perspectiva, 1997), pp. 201-230.
[5] Marshall Hargrave, Compliance Department. Disponible en <bit.ly/3zPLcdq>, consultado el 23/6/2021.