¿Puede un pastor proveer el alimento espiritual que supla las necesidades de cada oveja en particular? 

Las leyes de la genética sugieren la existencia de 300 billones de cromosomas diferentes en los seres humanos. Para todo propósito práctico, eso significa que cada persona es, verdaderamente, única en su género. Estudios de mellizos realizados en la Universidad de Minnesota sugieren que nuestro comportamiento es influido más por los genes de nuestros padres que por la orientación que ellos nos dan. Considerando, tanto el impacto de nuestra herencia genética como el comportamiento aprendido, nunca deja de asombrarme que dos personas puedan concordar en algo. Y, sin embargo, se espera que los pastores no sólo pastoreen a un rebaño compuesto de individuos tan heterogéneos, sino que también los alimenten. ¿Qué puede uno hacer para alimentar a un rebaño tan ampliamente diverso? ¿Puede un pastor proveer el alimento espiritual que supla las necesidades de cada oveja en particular?  

¿Espiritualidad o antigüedad?  

En primer lugar, los pastores deberían ser cuidadosos en no confundir la espiritualidad con la antigüedad de las personas en su rebaño. Aun cuando ciertos miembros hayan estado en el redil durante largo tiempo, no significa que la dieta que se escoja sea apropiada para todas las demás ovejas. El haber vivido más tiempo no necesariamente lo hace a uno espiritualmente superior. La antigüedad puede calificar al individuo para la jubilación, e incluso para obtener un descuento en un hotel, pero no necesariamente para identificarla como una persona espiritualmente madura. Los individuos espiritualmente maduros son controlados por el Espíritu Santo (Efe. 5:18), manifiestan los frutos del Espíritu (Gal. 5:22, 23), conocen la Palabra de Dios, y se gozan en caminar con Dios permanentemente. Algunos cristianos disfrutan de su caminar con Cristo, sólo si es en la misma bien trillada senda que otros consideran una rutina.  

Estudiar los diferentes tipos de personas 

“Todos necesitamos estudiar el carácter y los modales para saber tratar juiciosamente con los diferentes intelectos, para poder emplear nuestros mejores esfuerzos en ayudarles a comprender correctamente la Palabra de Dios y a vivir una verdadera vida cristiana… Se le debe mostrar a la persona su verdadero carácter, debe comprender sus propias peculiaridades de disposición y temperamento, y ver sus flaquezas”1 

¿Cómo estudian los pastores el carácter y el temperamento de sus ovejas para alimentarlas? Dedicar tiempo para conocer el tipo de temperamento contribuirá apreciablemente en la aceptabilidad del “alimento” que usted sirve. Comprender la forma en que cada miembro de su rebaño se relaciona con Dios determinará no sólo el alimento que usted provea, sino también la cantidad y sus métodos para alimentarlos.  

Sanguíneos  

Los sanguíneos, como el apóstol Pedro, son espontáneos, gente indisciplinada que realmente tiene que luchar para ser consistente en su vida espiritual (o cualquier otro aspecto de sus vidas, por esa causa). La televisión puede llegar a convertirse en un amo cruel para los sanguíneos, quienes sienten un deseo vehemente de estímulos externos. Un pastor debe encontrar formas de lograr que los asuntos espirituales sean interesantes y satisfactorios. Si les es inmediatamente disfrutable, los sanguíneos se alimentarán con frecuencia de la Palabra de Dios. Sin embargo, la mayoría de ellos sienten que alimentarse de una lección de la Escritura prescrita (y a menudo predigerida) es aburridor y pronto buscarán nuevos estímulos en otra parte.  

Los sanguíneos despiertan por lo general, de excelente humor y van a la iglesia silbando alegremente. Es importante para ellos salir de la iglesia por lo menos tan contentos como cuando llegaron. Muchas veces su versículo favorito de la Biblia es “orad sin cesar” (1 Tes. 5:17), que interpretan como el acto de conversar espontáneamente con Dios las 24 horas del día. 

Consecuentemente, sus vidas de oración suelen ser superficiales e insatisfactorias. No les gusta especialmente gastar tiempo para hablar con Dios a solas cuando en todas partes abundan personas interesantes que esperan ser descubiertas. Los sanguíneos confían que las reuniones de la iglesia sean ocasiones gozosas cuando los cristianos se acerquen para regocijarse en el Señor. 

Para pedir en calidad de préstamo una expresión del escritor evangélico Marcos, los sanguíneos hacen todo inmediatamente. Ellos son los más probables candidatos para caminar en el agua cuando se sienten espiritualmente motivados. Desafortunadamente, son los que más probablemente tenderán a salirse por la puerta trasera cuando el Espíritu ya no los mueva más. Si los sanguíneos no encuentran gozo en la iglesia, lo buscarán en cualquier otra parte. 

Sugerencia. Presente a sus miembros sanguíneos el desafío de encontrar respuestas a los problemas comunes de la Biblia. Ofrézcales la oportunidad de compartir sus hallazgos con el resto del grupo. Los sanguíneos y su grupo saldrán enriquecidos de esta experiencia. Anímelos a quedarse después de las reuniones de la iglesia para platicar con sus amigos y también a visitarlos en sus hogares. Enséñeles durante los cultos que Jesús también es su Amigo. Tome tiempo para alegrarse en el culto y sonría de verdad cuando cante acerca de la salvación. Finalmente, involúcrelos en la ganancia de almas a fin de mantener sus vidas espirituales bien afinadas. 

Coléricos 

Los coléricos, como el apóstol de los gentiles, de voluntad férrea, son gente auto disciplinada cuya rutina diaria puede quedar totalmente cubierta de un consistente estudio de la Biblia. Fue necesaria una experiencia como la del camino a Damasco para llamar la atención de Pablo; por lo tanto, no deberíamos asombrarnos si algunos coléricos de nuestras iglesias tienen una agenda que difiera de la nuestra. Ellos responden positivamente al colirio de nuevas percepciones desarrolladas en las verdades espirituales conocidas y comprobadas. Por amor a ellos, asegúrese de que el alimento espiritual de la iglesia sea fresco pero identificable. 

Los coléricos, como Marta, se inclinan más a servir a su Señor que a pasar tiempo hablando con él. Su espíritu de autosuficiencia no les permite considerarlo todo con Dios. Pueden manejar la mayor parte de los problemas de la vida solos (¡al menos eso es lo que piensan!) Sólo los grandes problemas hallan cabida en su lista de oración: los proyectos y los sub -proyectos pueden resolverse por sí mismos. 

Los coléricos visionarios están más orientados hacia los proyectos, y pueden tanto destruir como edificar una iglesia con su autoconfianza. Es difícil decir si su fe está puesta en Dios o en ellos mismos. Raramente perturbados por las dudas teóricas, a los coléricos les resulta fácil avanzar por fe (o presunción). 

Sugerencia. Involucre a los coléricos en la planeación y ejecución de todas las actividades de la iglesia. Si no tiene planes de utilizarlos, ellos diseñarán sus propios planes. Comparta con ellos la importancia de tener siempre -incluyendo las reuniones de oración- a mano una libreta y un lápiz para anotar todas las ideas que Dios haga brillar en sus mentes. Si algún asunto aflora mientras oran, sugiérales que hagan una breve pausa para anotarla, y luego que continúen conversando con Dios. ¡Finalmente, asigne a cada uno de sus coléricos un proyecto diferente y observe el comienzo de esas actividades! 

Melancólicos 

Los melancólicos, como el gran líder Moisés, son los más aptos para ser consistentes en sus estudios, lecturas, incluso memorización de la Palabra de Dios. Por lo general se interesan en todo lo que es bueno para ellos, y una vez que se convenzan de que necesitan a Dios, lucharán incansablemente para relacionarse mejor con su voluntad. Sin embargo, puesto que tienden a ir de más a menos, los melancólicos pueden llegar a ser piedras de tropiezo espirituales para otros si se detienen en su peregrinación espiritual a considerar algún punto de vista oscuro. 

De todos los temperamentos, los melancólicos tienen la vida de oración más consistente, activa y abarcante. ¡Oran por todo! En verdad disfrutan de la comunión con Dios. Es más probable que los melancólicos, como los profetas, programen un tiempo específico cada día para estar con Dios, y realmente esperan con ansias esa cita. La soledad y la contemplación seria son naturales para los auto contemplativos melancólicos. Sin embargo, tal introspección puede crear problemas en sus vidas y en sus relaciones sociales dentro de la familia. La crítica y la calumnia por heridas reales o imaginarias con frecuencia pueden llegar a ser habituales para los melancólicos de pensamiento negativo. Sus actitudes críticas perjudican a veces sus vidas de oración, porque deciden mejor recordar pasadas heridas que experimentar una verdadera comunión con Dios. El consejo de Pablo “dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18) es probable que haya sido escrito específicamente para los melancólicos. 

Los melancólicos llenos del Espíritu son imparables, pero a los que se conocen bien, no es fácil moverlos. Los perfeccionistas melancólicos, naturalmente dotados de habilidades analíticas, muchas veces se convierten en miembros de iglesia deprimidos a quienes usted debe animar. Como no siempre son capaces de vivir de acuerdo con sus elevadas expectativas, a los melancólicos les cuesta creer que Dios puede amarlos con sus imperfecciones. Los pesimistas melancólicos, al sentirse indignos, se quejan con frecuencia ¿por qué yo?” El clamor optimista de los sanguíneos y coléricos puede ser “¿por qué no yo?” 

Sugerencia: Pida a cada uno de sus melancólicos que lleve un diario espiritual de oraciones contestadas y de victorias logradas en el Señor. Este registro será una fuente constante de ánimo para contrarrestar la melancolía que de suyo es negativa. Anímelos a poner su atención en las peticiones positivas que llevan en oración y que no intenten usar a Dios como un genio mágico para enfrentar cada día a sus enemigos. Los melancólicos raras veces se sienten totalmente perdonados, por lo mismo muchas veces se estancan en su vida de oración, y piden a Dios que les perdone por enésima vez. Sus mensajes desde el púlpito acerca de la certeza de la salvación en Cristo son verdaderamente “alimento a tiempo” para los melancólicos. Utilice la vivida imaginación de los melancólicos para visualizar a Jesús tomándolos de la mano y diciéndoles “bien hecho, siervo bueno y fiel”. 

Flemáticos 

Los flemáticos, como el padre Abrahán son, por lo general, los mejores miembros de cualquier rebaño. Hacen amigos fácilmente y son queridos por todos. Sin embargo, casi siempre tienden a postergar todo, incluyendo el estudio de la Biblia y la oración. Creen que ello es importante, pero cosas y más cosas siguen amontonándose en sus vidas hasta que ya no encuentran tiempo para Dios. Jamás se les ocurriría asistir a la iglesia sin sus Biblias, pero tienden a usarlas poco durante la semana. 

Un enemigo en la vida de oración de los flemáticos es la modorra. En cualquier momento que se colocan en una postura pasiva, el sueño se convierte en un intruso, que los desconecta de la línea vital con Dios. Para contrarrestar esta tendencia, algunos flemáticos han aprendido a orar mientras caminan para mantenerse despiertos. 

Salir de la barca y caminar sobre las aguas es un comportamiento que nadie esperaría de los flemáticos. Prefieren indudablemente bogar con seguridad dentro del bote, especialmente cuando alguien más rema. El temor y las preocupaciones son los dos principales destructores de la fe de los flemáticos. De ahí que, cuando se hace el llamamiento para salir del bote, es probable que encuentren una multitud de razones para mantenerse dentro de él. Los flemáticos encuentran oportuno señalar que Pedro finalmente se hundió por intentar caminar sobre las aguas, dando entender con esto que siempre es mejor mantenerse dentro del bote. 

Sugerencia: Involucre a sus flemáticos en el servicio de Dios y de otras personas. Son tan inclinados a tratar a la gente, que necesitan impartir una clase, dar estudios bíblicos a los nuevos conversos, o de otra manera se auto edifican, si es que su fe ha de crecer. Las listas de oración son esenciales para todos, pero particularmente para los compasivos flemáticos. A diferencia de los sanguíneos y coléricos les encanta la rutina. El estudio de la Biblia y la oración muchas veces se convierten en hábitos de toda la vida iniciados en la niñez. De todas las combinaciones de temperamentos, es más probable que los flemáticos se conviertan en hombres y mujeres de oración. Es probable que usted necesite empujar con gentileza a sus flemáticos para que se animen a salir del bote, algo así como la mamá águila saca a sus polluelos del nido mediante amorosos empujones. Simplemente esté allí para levantarlos si ve que empiezan a querer hundirse. Ayúdeles a resucitar espiritualmente si llegan a tragar mucha agua. 

Temperamentos específicos se combinan en la Iglesia Adventista 

En una encuesta de más de 9,000 inventarios de temperamentos, acumulados personalmente por mi esposa en centenares de iglesias adventistas de los Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica, es evidente que las iglesias adventistas tienden a atraer (o retener) combinaciones particulares de temperamentos. En cada iglesia donde hicimos la encuesta (excepto una que fue aplicada en el Día de Visitas), el número total de diversas mezclas de temperamentos fue del siguiente orden: colérico, melancólico, flemático y sanguíneo. 

Los coléricos y los melancólicos dominaban convincentemente a las iglesias encuestadas. Es posible que estos dos temperamentos opuestos se atraigan mutuamente en la familia de la iglesia, más o menos como lo harían en un matrimonio. Para comentar, a los dominantes coléricos les encanta formular reglamentos y encargarse de todo. Por su parte, a los introspectivos y perfeccionistas melancólicos les encanta obedecer reglas y sentirse culpables. Ambos son adictos al trabajo, pero por razones diferentes. 

En tercer lugar, los flemáticos hacen un espectáculo menos sensacional, mientras que los bromistas sanguíneos vienen en un distante cuarto lugar. Al parecer, hay poca tolerancia en nuestras iglesias coléricas-melancólicas para los inconsistentes, externamente motivados y fácilmente distraídos sanguíneos. Aun cuando aquellos sanguíneos, como el apóstol Pedro son, por lo general, los primeros en responder durante un llamamiento evangelístico son más tarde reemplazados o rehuidos por los coléricos y melancólicos, que los consideran faltos de entereza y de carácter, faltos de independencia y débiles. 

Mantener a cada uno en la senda 

Los pastores han sido llamados para pastorear y alimentar a todo el rebaño de Dios con una variedad de alimento espiritual. Mantener a un rebaño tan divergente en la senda angosta y ascendente no es tarea fácil. Quizá el consejo inspirado dado a una familia biológica alentará a los pastores que tratan de entender y pastorear a la familia espiritual de la iglesia: “Con frecuencia existen en la misma familia notables diferencias de temperamento y carácter, pues está dentro de los planes de Dios que se relacionen personas de temperamentos variados. Cuando esto sucede, cada miembro del hogar debiera considerar como sagrados los sentimientos y los derechos de los otros y debiera respetarlos. De esta manera se cultivarán la consideración mutua y la tolerancia, se suavizarán los prejuicios y se alisarán las asperezas del carácter. Podrá lograrse la armonía, y la combinación de los diversos temperamentos será un beneficio mutuo”2 

Sobre el autor: Es director de vida familiar en el Pacific Health Education Center, en Bakersfield, California, EE. UU.