EI aborto —tema de este número especial de la revista MINISTERIO– es, hoy por hoy, uno de los temas más candentes de nuestro tiempo. No tanto en América Latina, es cierto, pero sí en un mundo que está cada vez más cerca de nosotros por causa de la infósfera que compartimos, y también por la interdependencia que hace que también los problemas nos sean comunes.
Por otra parte, nuestra iglesia acaba de promulgar una declaración oficial acerca del aborto y el cuidado de los moribundos que, aunque se hizo necesaria en forma más específica por problemas suscitados en otras regiones del mundo, nos afecta a todos, por lo cual nos conviene conocer más a fondo la problemática de este asunto. Publicamos en este número también la noticia al respecto que apareció en la Revista Adventista de febrero de 1993, para conocer el significado y el sentido de la declaración. Los artículos publicados en este número presentan los diversos aspectos de la cuestión del aborto para que nosotros como pastores podamos comprender el problema en profundidad.
Hemos publicado artículos sobre este tema con cierta frecuencia. De particular interés resulta el artículo Historia de las pautas sobre el aborto de George B. Gainer, publicado en el número de Septiembre-octubre de 1992, donde se puede apreciar el camino que hemos recorrido hasta llegar a la declaración adoptada en el Concilio Otoñal de 1992.
También el artículo El concepto cristiano de la vida de Miroslav M. Kis, publicado en el mismo número de MINISTERIO puede sernos muy útil para comprender mejor el debate sobre el aborto porque nos presenta con claridad y profundidad el concepto cristiano de la santidad de la vida.
Con toda esta información podemos tener una amplia perspectiva con respecto a este problema que toca los más hondos resortes de la vida de la nación, de la iglesia y de las personas por lo cual es un problema profundamente humano. Con esta perspectiva podemos convertirnos en ministros bien informados, de convicciones firmes, que sepan dar razón de la posición que adoptan y que den un sonido certero a la trompeta.