En este número de Ministerio Adventista damos énfasis al tema de la mayordomía. Los pastores adventistas predican y enseñan la mayordomía porque ésta es, en última instancia, la práctica de una vida cristiana consagrada. Ser mayordomo fiel es ser cristiano fiel.

            Pero hay otra razón para que los ministros adventistas prediquen y enseñen la mayordomía: porque es uno de los secretos para sobrevivir en la crisis final. Según el Apocalipsis, llegará el momento, al final del tiempo, cuando el cristiano será privado de todo apoyo humano y dependerá únicamente de Dios para todo lo necesario -incluso el pan y el agua- en la hora más sombría de la historia. ¡Cuánta fe requerirá esa dependencia! Sólo quienes hayan aprendido a depender de Dios en las cosas pequeñas en los días de calma, podrán confiar en él en la hora de crisis. El pueblo de Dios debe aprender a sobrevivir, paso a paso, antes que llegue la crisis. Una fiel mayordomía de los recursos nos ayuda a poner a Dios en primer lugar y a confiar en que él proveerá y cuidará de nosotros, como dice la promesa: “Este habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras” (Isa. 33:16). Si damos a Dios ahora un diez por ciento de nuestros recursos, aprenderemos a confiar en su provisión y liberación cuando tengamos que darle el ciento por ciento, es decir, todo.

            Es lo que esperamos al publicar, en tres partes, el estudio titulado Los fundamentos de la mayordomía del Dr. Ángel Manuel Rodríguez, comenzando con este número.

            Sentimos la necesidad de una fundamentación teológica más completa de la mayordomía; y este estudio cumple esa expectativa. Algunos otros artículos que completan este número contribuyen igualmente a iluminar diversos aspectos del tema y a la consecución de este objetivo. Esperamos que nuestros amables lectores disfruten la lectura de este número en particular de Ministerio Adventista.