Era un caluroso día estival de Australia. Yo estaba de visita en la casa del Dr. F. W. Boréham, acreditado escritor y predicador. Lo había conocido años antes, y tenía mucho en común con él porque había leído la mayor parte de sus inspiradores libros. Era para mí un verdadero placer conversar con este sagaz pensador que ha sido un fiel servidor de la causa cristiana durante más de cincuenta años.
Al final de la entrevista oramos juntos. Cuando estaba por despedirme, me dijo: “Vosotros los adventistas estáis muy cerca de nuestros corazones. Naturalmente, en nuestro hogar celebramos el culto de familia. Sí, dos veces al día nos reunimos para orar, pero en el día sábado recordamos especialmente a ese querido pueblo en nuestras peticiones al trono de Dios. Oramos para que, cuando vuestras congregaciones se reúnen para adorar, el Señor las bendiga abundantemente y ayude a vuestros ministros a ensalzar a Jesús delante del pueblo. Y en ese día no oramos solamente por vosotros, sino también lo hacemos por los judíos, para que, cuando celebran sus cultos en las sinagogas o aisladamente, de algún modo el Redentor del mundo se les revele”.
Me alejé de ese hogar hospitalario con esas palabras resonando en mis oídos. ¡Pensar que ese ministro de otra fe oraba cada semana pidiendo la bendición de Dios sobre nuestros creyentes adventistas de todo el mundo! Este pensamiento satisfacía y desafiaba al mismo tiempo. Pero ese bondadoso dirigente cristiano y su familia no oraban solamente por nosotros, sino también por los judíos. Profundos pensamientos ocuparon mi mente, y me hice esta pregunta: “¿Oramos nosotros por nuestros compañeros cristianos en nuestros cultos? Y más aún, ¿ofrecemos oraciones especiales en favor de los judíos los sábados?”
Hace años, la sierva del Señor escribió: “En la proclamación final del Evangelio, cuando se ha de hacer la obra especial por las clases descuidadas hasta entonces, Dios espera que sus mensajeros manifiesten particular interés en el pueblo judío que se halla en todas partes de la tierra” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 275).
“Ha de llegar el tiempo cuando en un solo día habrá tantos convertidos como en el día de Pentecostés, después que los discípulos hubieron recibido el Espíritu Santo” (The Review and Herald, 29-6-1905).
“Debemos deshacernos de nuestra pequeñez y trazar planes más vastos. Debe darse a la obra un alcance más amplio para trabajar por los que están cerca y los que están lejos. Háganse esfuerzos especiales para lograr la instrucción de los judíos” (Manuscrito N9 87, 1907).
“Entre los judíos hay algunos que, como Saulo de Tarso, son poderosos en las Escrituras, y éstos proclamarán con poder la inmutabilidad de la ley de Dios” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 275).
“Los judíos convertidos están destinados a desempeñar una parte importante en los grandes preparativos que han de hacerse en el futuro para recibir a Cristo, nuestro Príncipe” (Evangelism, pág. 579).
En estos días se han enviado más de 6.500 ejemplares de Patriarcas y Profetas a los rabinos de todos los Estados Unidos. Este es un gesto de amistad, y esperamos que sea aceptado como una contribución al estudio de las religiones comparadas y no sea interpretado como un despliegue de propaganda. Los que conocemos este libro nos damos cuenta de su valor y poder. ¿No respaldaremos con nuestras oraciones la obra silenciosa de esos libros? Los dirigentes de la Asociación General hicieron un estudio especial de este asunto, y recomendaron que se lo encomiende al cuidado de los ministros, para que lo hagan objeto de sus oraciones especiales. Tenemos la seguridad de que si se presenta este proyecto a los hermanos y se pide que se ore especialmente por él en los cultos de mitad de semana, se obtendrán maravillosas bendiciones. Estos libros, bajo la dirección del Espíritu de Dios, ayudarán a muchos a descubrir las antiguas verdades en una nueva y gloriosa luz. Tal vez algunos Saúlos de Tarso verán toda la luz de Dios y no serán desobedientes a la visión celestial.
El espíritu con que las uniones de los Estados Unidos han recibido este plan es muy animador. Pedimos que todos nuestros hermanos oren por su éxito.