La música que se ejecuta en los servicios de bodas realizados en nuestras iglesias revela una amplia diferencia de opiniones. Pareciera que hay poquísimo acuerdo respecto de este tema. Cada pastor y cada congregación están en libertad de determinar la conducta que seguirán en las ceremonias nupciales llevadas a cabo en Ja iglesia local. El autor de estas líneas presenta los principios siguientes sin el ánimo de cambiar esta clase de control, pero lo hace con la esperanza de que se mejore la norma general adoptada para la música de bodas.

Sin duda todos concordarán con que en nuestras iglesias no debiera usarse sino música religiosa o sagrada en cualquiera de los servicios. La iglesia está dedicada al culto de Dios, y ejecutar música secular en un lugar de adoración no está en armonía con la santidad de la iglesia.

Muchas personas no logran discernir entre lo secular y lo sagrado cuando entran en el terreno de la música. Y esto se debe mayormente a que la música es abstracta, a que carece de palabras. La mayor parte de los entendidos distinguen claramente estos dos aspectos de la música. Reconocen que hay estilos y clases de música apropiados para la iglesia.

Por lo que acabamos de decir, nos damos cuenta de que la música empleada en la ceremonia de bodas debiera pertenecer al grupo de las composiciones musicales sacras. Debiera ser la música que se asocia con la religión. Debiera estar libre de conexiones con lo secular.

Una boda puede considerarse desde diferentes ángulos. La joven pareja que se une en matrimonio se siente inclinada a dejarse absorber por el amor romántico. Luego viene la santidad de la unión de las dos vidas. Este es el punto de vista de la iglesia que llevará a cabo la ceremonia que pide la bendición de Dios sobre esa unión. Aquí se destaca el lado religioso de la ocasión. Es un momento serio, solemne y digno, y debiera estar en armonía con la naturaleza religiosa de la iglesia. Además, está el lado social de la boda, que es una ocasión cuando los amigos de la pareja le desean felicidad y prosperidad en su nueva vida.

Algunas veces las ceremonias nupciales realizadas en la iglesia revelan una falta completa de comprensión de estas diferentes fases de la boda, y como resultado, el servicio es una confusión de lo secular con lo sagrado. Las manifestaciones de cariño de la pareja nunca debieran hacerse ante los asistentes a la boda. Un beso prolongado al final de la ceremonia tiene un corte sentimental y es de muy mal gusto. Los que se aman de veras no necesitan dar realce a esta parte de la ceremonia mediante indebidas exageraciones.

Himnos y canciones

Los cantos de amor, muchos de ellos tradicionales, son en gran parte de naturaleza secular, y destacan el aspecto romántico y secular del amor. Es mejor omitirlos de la ceremonia efectuada en la iglesia, pero pueden encontrar su lugar en la recepción llevada a cabo posteriormente.

Debieran ocupar su lugar en la iglesia los himnos religiosos, que hablan de la dirección de Dios y que piden su bendición sobre el servicio.

La música instrumental

Toda la música instrumental que se ejecute debiera ser de naturaleza religiosa. Cuando se desarrolla un corto programa antes de la ceremonia nupcial, todas las composiciones ejecutadas debieran ser religiosas, apropiadas para el ambiente de la iglesia. Aun las marchas tradicionales son puestas en tela de juicio por muchos, que señalan que hay otra música que puede servir para el mismo fin. Una procesión no es lo mismo que una marcha, y en la procesión no es necesario guardar el paso con la música. Aquí no se marcha, sino que se camina lentamente, sin la intención de guardar un paso militar. La procesión puede resultar algo hermoso y efectivo cuando los participantes entran ordenadamente en el santuario a los acordes de un himno o de otra música sacra.

La novia, por tradición, planea la ceremonia nupcial, pero haría bien en consultar al pastor y al organista de la iglesia en cuanto a la ceremonia que se llevará a cabo en el templo. Debiera seguir sus consejos para que su boda esté en armonía con la santidad de la iglesia. Además de esto, es conveniente que se siga el consejo del pastor tocante a la decoración, a la toma de fotografías, etc.

Sobre el autor: Profesor de órgano y Teoría de la Sierra College.