Entre las oportunidades que un ministro debe aprovechar para dejar gemas de la verdad y principios del Evangelio, está la ceremonia nupcial. Son muchas las personas que asisten a la iglesia por primera vez en ocasión de algún casamiento, sea éste entre adventistas o no adventistas. Hay familiares de los contrayentes, quienes por compromiso, invitación o mera curiosidad asisten a la iglesia en tales ocasiones; por lo tanto, las palabras que se dirigirán a los contrayentes deberán ser cuidadosamente escogidas para que la oportunidad de mencionar alguna o varias de las doctrinas que se citan a continuación pueda ser bien aprovechada:

1. La autoridad de las Sagradas Escrituras.

2. La creación del mundo en seis días y el día de descanso.

3. La entrada del pecado por la desobediencia de nuestros primeros padres.

4. La encarnación del Hijo de Dios; el plan de salvación.

5. La segunda venida de Jesús en gloria.

6. La tierra renovada, el eterno y feliz hogar preparado para la humanidad.

7. La erradicación del mal del universo.

Introducciones sugerentes

 “Muy estimados contrayentes,’ muy amados, queridos jóvenes, apreciados contrayentes, etc.

“La unión matrimonial que habéis realizado de acuerdo con las leyes sociales del país y que ahora deseáis que lleve la aprobación de la iglesia y la bendición de Dios, es la unión más íntima de todas las relaciones humanas. Al elegiros mutuamente para vivir en el santo estado del matrimonio, siendo vuestra vida animada por los mismos ideales y latiendo en vuestros corazones la bienaventurada esperanza en el regreso de Jesús, podéis estar seguros de que Dios os dará su bendición. .La formación del hogar es el acontecimiento de mayor trascendencia en la vida del ser humano, y si está bien orientado, contribuye al mejoramiento de la humanidad, forma una barrera contra los vicios y la corrupción, y constituye un oasis de paz en medio de las tormentas que agitan la existencia del hombre.

“El hogar que hoy llegáis a constituir es una institución divina, y juntamente con el día de reposo, fue dado al hombre en el Edén en los días de su inocencia, antes de que el pecado mancillara su perfección. El relato fiel de las Escrituras nos dice en Génesis 1:31: ‘Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera’. Después de la creación del hombre en el sexto día de la semana, dijo Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo. (Gén. 2:18). (Leer Gén. 2:24.) Hoy vosotros habéis llegado a este momento feliz y esperado, en el cual vuestras vidas serán unidas íntimamente, como lo expresan las Sagradas Escrituras, en una sola carne, para fundar el círculo sagrado del hogar donde los terceros no deben entrar para enterarse de las confidencias que pertenecen sola y exclusivamente a vosotros”. (Luego mencionar los privilegios y las responsabilidades de la vida conyugal.)

La lectura de Efesios 5:25 presenta una hermosa oportunidad de hablar del amor de Jesús, y después se puede preguntar: “Fulano de Tal, ¿comprendes lo que esta indicación del apóstol significa para ti como esposo? ¿Amarás a tu esposa como Cristo amó a su iglesia? (Aquí se puede mencionar cómo Cristo, siendo el príncipe de las cortes celestiales, bajó a esta tierra, haciéndose pobre por su iglesia para limpiarla de sus pecados, a fin de que fuese enteramente suya.) “Si tu relación con tu esposa es similar a la de Cristo con su iglesia, significa que la amarás, te sacrificarás por ella, no impondrás arbitrariamente tu voluntad y tus deseos, serás bondadoso, cortés, te darás por ella como Cristo se dio por la iglesia en aquella dolorosa cruz del Calvario, y tendrás una esposa buena y amorosa que te hará feliz a la vez que cumplirá el mandato de las Escrituras, que dice: (Leer Efe. 5:24). Luego, dirigiéndose a la novia, decirle: “¿Comprendes, Fulana de Tal, ¿lo que este mandamiento significa para ti como esposa? La iglesia, como esposa ataviada espera el regreso del Esposo. Su promesa fue clara: ‘Vendré otra vez’, y si tu actitud es similar a la de la iglesia hacia Cristo, significa que le serás sumisa y obediente, etc. Si ponéis en práctica estos consejos, formaréis el hogar feliz del cual habéis soñado en la primavera de vuestra juventud, y el día de hoy no será para vosotros el fin de vuestra ventura amorosa sino el comienzo de la etapa más feliz de vuestra existencia y un anticipo de los goces del cielo, cuando el pecado y el dolor serán erradicados del universo.

Luego se procederá a las preguntas de práctica, de acuerdo con las sugerencias del Manual para Ministros, concluyendo con una corta bendición.

Sobre el autor: Presidente de la Misión Uruguaya.