La reunión de oración de los miércoles de noche es de un valor vital para todo adventista. De cuánta importancia es qué cada miembro de iglesia sea fiel en asistir a esa reunión de mitad de semana.

En la página 100 de “El Camino a Cristo” se nos da este consejo:

“Haced cuanto podáis para que haya una comunión continua entre Jesús y vuestra alma. Aprovechad toda oportunidad de ir donde se suela orar. Los que están realmente procurando estar en comunión con Dios, asistirán a los cultos de oración, fieles en cumplir su deber, y ávidos y ansiosos de cosechar todos los beneficios que puedan alcanzar. Aprovecharán toda oportunidad de colocarse donde puedan recibir rayos de luz celestial.”

Muchos de nuestros pastores y hermanos de iglesia están verdaderamente preocupados y se esfuerzan por encontrar alguna manera de aumentar la asistencia a la reunión de oración. El pastor H. Rampton de nuestra iglesia de Launceston, parece haber encontrado la manera de lograrlo. Él nos escribe:

“Hace ocho semanas comenzamos nuestras clases nocturnas de adiestramiento de Portadores de Luz con diecisiete presentes. Tales clases se celebraban en la noche de nuestra reunión de oración. A pesar de que estábamos en pleno invierno en Tasmania, alcanzamos un promedio de 22 presentes cada noche. Esto significó un aumento de alrededor de un 30 % de la asistencia habitual a las reuniones de oración. La gente está disfrutando inmensamente de las reuniones, por lo menos así me lo manifestaron. En nuestro grupo hay dos personas no adventistas que asisten con regularidad y quienes se han interesado en el mensaje. Están cobrando interés en nuestras clases. El 17 de octubre completaremos nuestro curso y entregaremos un certificado a cada uno de los que hayan asistido regularmente.”

¡Así se trabaja! En efecto, nunca he visto que este método fallara. Siempre que se han efectuado tales cursos en conexión con la reunión de oración, la asistencia ha aumentado.

 Otro curso que también resulta compatible con la reunión de oración es el de El Arte de Enseñar. Las lecciones que se presentan en él son espirituales, prácticas y educativas. Al fin de cualquiera de estos dos cursos, los que asistan estarán más fuertes espiritualmente y mejor preparados para compartir su fe con los vecinos no adventistas. Y aquellos que hayan completado su curso de El Arte de Enseñar serán mejores maestros de escuela sabática.

 El texto empleado en estas clases es “El Arte de Enseñar,” preparado por el Departamento de Escuelas Sabáticas de la Asociación General. El libro de texto que se emplea en el otro curso es “Adiestrando Portadores de Luz,” preparado por el Departamento de Actividad Misionera.

Pastores, ¿por qué no organizáis uno de estos dos cursos y lo ponéis en marcha inmediatamente? Pronto se echarán de ver sus buenos resultados.

Sobre el autor: Director de Escuelas Sabáticas y Actividad Misionera de la Unión Australasiana.