Estos pensamientos en cierne para sermones, en ningún sentido pretenden ser bosquejos. Únicamente son sugestiones dirigidas a los predicadores que disponen de escaso tiempo, a fin de proporcionarles un pensamiento clave o dos que puedan utilizar en una emergencia.

Cosas firmes y permanentes

1. Una revelación permanente en la Palabra de Dios. “La palabra profética más permanente” (2 Ped. 1:19.)

2. Una promesa firme mediante la fe. “Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme a toda simiente.” (Rom. 4: 6.)

3. Una elección y vocación firmes a través de la obediencia a Cristo. “Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.” (2 Ped. 1:10.)

4. Una confianza firme. “Porque participantes de Cristo somos hechos, con tal que conservemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza.” (Heb. 3:14.)

5. Una firme ancla del alma. “La cual [esperanza] tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo.” (Heb. 6:19.)

6. Una confianza firme. “La cual casa somos nosotros, si hasta el cabo retuviéremos firme la confianza y la gloria de la esperanza.” (Heb. 3:6.)

7. Una esperanza firme. “Y nuestra esperanza de vosotros es firme.” (2 Cor. 1:7.) — F. E. Marsh, 1000 Bible Outlines (Zondervan, 1953), pág. 376.

Actitudes hacia la segunda venida de Cristo

1. La actitud del mundo: escepticismo. (2 Ped. 3:4, 5.)

2. La actitud de Satanás: ira. (Apoc. 12:12, 17.)

3. La actitud del siervo malo: negligencia. (Mat. 24:48, 49.)

a. Incredulidad en el corazón.

b. Falta de preparación para encontrarse con Dios.

c. Actitud no cristiana hacia los semejantes.

4. La actitud de los creyentes impacientes y desanimados: el Señor “tarda” su promesa. (2 Ped. 3:9.)

5. La actitud del Padre celestial: aguarda “con paciencia.” (Sant. 5:7, 8.)

6. La actitud de Cristo: espera anheloso. (Heb. 10:12, 13.)

7. La actitud del cristiano verdadero: de esperanza bienaventurada. (Tito 2:13; Luc. 12:36, 37.)

a. Un incentivo que lo impulsa hacia la vida santificada. (1 Juan 3:3.)

b. Vive y trabaja para la venida de Cristo y el reino “sin pecado.” (Heb. 9:28: 2 Ped. 3:12-14: Heb. 10:23-25.)

c. Observa una actitud cristiana. “En los días de los cristianos primitivos se habría considerado una especie de apostasía el no anhelar el regreso del Señor.”—Massillon.

d. Las actitudes cristianas incluyen: la espera vigilante. (Luc. 12:36, 37; 1 Cor. 1:7). el testimonio y el trabajo (Heb. 10:23-25; Efe. 5:16-20), la oración, la purificación, la preparación (Apoc. 22: 20; 1 Juan 3:3; Mat. 24:44), y el amor (2 Tim. 4:8).

e. La primera venida de Cristo: el acontecimiento más importante del pasado. La segunda venida: el hecho más trascendental del futuro. Su venida personal a nuestros corazones: el mayor hecho evangélico del presente (Apoc. 3: 20).

Los requerimientos del Señor

Textos: Deut. 10:12, 13; Miq. 6:8.

El Señor requiere:

1. La declaración de Moisés. (Deut. 10:12, 13.)

a. Fe, con su piadoso temor: “Que temas a Jehová tu Dios.”

b. Lealtad: “Que andes en todos sus caminos.”

c. Amor: “Que lo ames.”

d. Servicio: Que “sirvas a Jehová tu Dios.”

e. Obediencia: “Que guardes los mandamientos de Jehová.”

2. La declaración de Miqueas. Miq. 6:8.

a. Justicia: “Hacer juicio.” (En la V. M.: “Hacer justicia.”)

b. Misericordia: “Amar misericordia.”

c. Humildad: “Humillarte.”

d. Compañerismo: “Humillarte para andar con tu Dios.”

(Adaptado de dos bosquejos para sermones, de Jerónimo O. Williams, “Seed for Sermons” (Broadman Press, 1946). págs. 95, 125.)

Los necios más grandes del mundo

Textos: Ecl. 10:3; Prov. 17:12.

1. El necio que niega a Dios. (Sal. 14:1.)

Los ateos, los agnósticos; todos aquellos que rechazan a Dios en sus corazones. Todos los que se adoran a sí mismos, y los que adoran las deidades de hechura humana. (Jer. 5:4, 7.)

2. El necio espiritualmente ignorante. (Sal. 92:5, 6; Prov. 10:21.)

Todos los que no atesoran la verdadera sabiduría. (Prov. 17:16; 18:2; 15:14; 11:29; Sal. 94:8.)

3. El necio que habla demasiado. (Ecl. 5:1-3; 10:14; Prov. 15:2.)

El necio charlatán. (Prov. 10:8) y su verbosidad irreflexiva (Prov. 29:11), que proclama la necedad de su corazón (Prov. 12:23).

4. El necio contencioso. (Prov. 18:6, 7.)

5. El necio insensato y enredador. (Prov. 20:3; 10:23.)

6. El rico inescrupuloso y el necio egoísta. (Jer. 17:11; Luc. 12: 20, 21.)

7. El necio perezoso y negligente. (Ecl. 4:5.)

8. El necio que desprecia la instrucción. (Prov. 1:7, 22; 15:5; 17:10.)

9. El necio que se aíra. (Ecl. 7:9; Prov. 12:16; 14:16; 27:3.)

10. El necio que se justifica a sí mismo. (Prov. 12:15; 14:16; 26:12; 2 Cor. 12:6.)

11. El necio que peca voluntariamente. (Sal. 107:17; Prov. 13:19; 14:9.)

12. El necio indiscreto. (Prov. 7:4-6.)

13. El necio engañoso. (Prov. 14:8: Ecl. 5:4,5.)

14. El necio que carece de provisión de aceite para su lámpara. (Mat. 25:2, 4, 8.)

El creyente adventista profeso que carece del Espíritu Santo. La tragedia de la llama que se extingue.