Una estrategia que garantiza el mantenimiento y el crecimiento de los Grupos Pequeños.

Antes de presentar un plan para la implantación y el funcionamiento del programa de Grupos pequeños en nuestro territorio, se hace necesario dejar en claro dos fundamentos. El primero de ellos es la visión de los Grupos pequeños en la División Sudamericana: “Que los Grupos pequeños sean la estructura espiritual y relacional básica y de las acciones relacionadas con el pastoreo, el discipulado y la participación de los miembros, de acuerdo con sus dones espirituales en el cumplimiento de la misión; constituyéndose en un estilo de vida de cada adventista del séptimo día y que los departamentos de la iglesia y sus programas sean facilitadores en el desarrollo de los Grupos pequeños, y que estos sean el vehículo adecuado del programa de la iglesia”.[1]

Esta declaración nos desafía a hacer del Grupo pequeño la base para la atención de la iglesia en los aspectos espiritual, relacional y misionero. No debe ser solo un programa, sino un estilo de vida de los miembros y la estructura a través de la cual el pastor atienda y discipule a su rebaño.

El segundo fundamento tiene que ver con la comprensión de la iglesia con respecto al propósito de su existencia. “La iglesia de Cristo fue organizada con propósitos misioneros”.[2] Por eso, Russel Burrill dice que, antes de la implantación de los Grupos pequeños, deben ocurrir dos cosas en la iglesia: redescubrir la pasión evangelizadora y sentir la necesidad de salvar personas. También debe comprender la verdad bíblica de que todos los creyentes son ministros, y que el pastor es el orientador y quien los capacita para el ministerio.[3]

Eso significa que el Grupo pequeño no es un fin en sí mismo, sino el medio establecido por Dios para llevarnos al fin deseable, que es la madurez espiritual de cada creyente y la salvación de personas a través del testimonio y de la predicación del evangelio. Sin la visión clara de un ministerio individual y sin el intenso deseo de salvar a los pecadores, los miembros no estarán dispuestos a comprometerse con los Grupos pequeños.

Paso a paso

Aquí están los pasos sugeridos para la implantación y la consolidación de los Grupos pequeños, de acuerdo con el foro de Grupos pequeños:[4]

Considerando que todo proceso de cambio es difícil y desafiante, y que los cambios demandan tiempo, esfuerzo y mucha determinación; y considerando esta visión acerca de los Grupos pequeños, proponemos:

Que la iglesia en todos sus niveles, a partir de la iglesia local, dé prioridad a la implantación y a la consolidación de los Grupos pequeños en su plan de trabajo.

Necesitamos implantar los Grupos pequeños gradual y sistemáticamente en todos los niveles de la iglesia y crear mecanismos para fortalecerlos cada vez más. Eso incluye la preparación de materiales, entrenamientos, y el compromiso individual de cada pastor y líder de la iglesia, para alcanzar el ideal de una iglesia en Grupos pequeños.

Que el cambio sea gradual y progresivo.

El cambio de visión debe preceder al cambio de comportamiento; por eso, no podemos implantar los Grupos pequeños indiscriminadamente. El proceso requiere tiempo, y una estrategia gradual y progresiva. Primeramente, el pastor debe incorporar la visión y, después, transmitirla a los líderes de la iglesia y los potenciales líderes de Grupos pequeños. La transición debe ocurrir de iglesia en iglesia.

Que los pastores trabajen con el plan de implementación y consolidación a través de Grupos pequeños prototipos.

El sistema de Grupo pequeño prototipo (modelo) ha demostrado ser más eficaz en el proceso de implementación y consolidación de los Grupos pequeños. El pastor forma un Grupo pequeño con los potenciales líderes de grupos pequeños, implanta la visión en ellos y, al mismo tiempo, enseña por teoría y práctica cómo deben liderar un Grupo pequeño. Después, esos líderes inician su propio Grupo pequeño, siguiendo el modelo presentado por el pastor.

Que la iglesia mantenga la visión permanente de una iglesia en Grupos pequeños, a través de foros, festivales, retiros espirituales, materiales y testimonios.

Para que los Grupos pequeños sean consolidados, la visión debe ser siempre realimentada. De allí la necesidad de mantener un cronograma de actividades y materiales que fortalezcan el proceso. En la División Sudamericana, hemos producido libros sobre este asunto. También hemos organizado foros y otras reuniones de análisis del tema, como el liderazgo de la iglesia en el continente. Las Uniones y los Campos también han buscado la manera y ampliar la “visión” en la vida diaria de la iglesia.

Que haya un esfuerzo intencional y constante en la búsqueda de la multiplicación de los Grupos pequeños.

El mejor camino para aumentar el número de Grupos pequeños y hacer participar a toda la iglesia es a través de la multiplicación de los que ya están consolidados. Para eso, el Grupo debe estar preparado para multiplicarse, lo que incluye un buen proyecto misionero e inversión en la formación de nuevos líderes.

Resultados prácticos

Este es el tercer año desde que la Asociación Sul-Rio-Grandense inició una nueva fase en el proyecto de Grupos pequeños. Según el Pr. Herber Boger, director de Ministerios Personales, todo comenzó con los llamados Grupos pequeños de pastores, un prototipo formado por pastores deseosos de entrar en el proceso.

Inicialmente, se realizaba una reunión semanal con material apropiado para el cambio de valores y para que ellos mismos pudiesen experimentar los beneficios prácticos de la vivencia en un Grupo pequeño. Después de tres meses, el encuentro se hizo quincenal. Simultáneamente, los pastores hacían lo mismo con líderes en sus iglesias, escogidos por el pastor, recomendados por la comisión y aceptados por votación de la iglesia. Durante los tres meses de funcionamiento del Grupo pequeño prototipo con los líderes, el pastor visitaba mensualmente a cada líder con el objetivo de ayudarlo a preparar el ámbito espiritual y familiar, y la capacidad de liderazgo. De uno a tres meses después, según los líderes iban sintiéndose seguros, pasaban a liderar sus propios Grupos. El proyecto fue planificado para cuatro años y cada pastor busca implantar los Grupos pequeños en dos iglesias por semestre. El seguimiento se realiza a través de reuniones regulares y retiros espirituales con líderes.

Actualmente, el Campo tiene 1.030 Grupos pequeños, de los cuales 840 realizan evangelización de Semana Santa. El promedio de 1 Grupo cada 25 miembros es uno de los mejores de nuestro territorio. El año pasado, fueron bautizadas 2.200 personas en la Asociación, y la mayoría fue fruto del trabajo de los Grupos pequeños.

La experiencia exitosa también se repite en otras regiones de Sudamérica. Dice el Pr. Marcos Nunez, de la Asociación Planalto Central: “Es el método más funcional de continuación de Grupos pequeños que haya experimentado. Así que transfiero la visión y los valores a los líderes. En mi ministerio, los Grupos pequeños han facilitado la comunión, la misión y la vida en comunidad”.

Carlos Fernández, que pastorea el distrito de Villa Mitre, en el sur de la Rep. Argentina, reúne quincenalmente a sus líderes, y dice que “asisten a las reuniones y son los que realizan el mejor trabajo”. La mitad de los miembros participa de los Grupos pequeños.

Bill Quispe, director de Ministerios Personales en la Misión del Oriente Peruano, concuerda: “La estrategia de implantación y mantenimiento de los Grupos pequeños se basa en el Grupo prototipo con los futuros líderes y, después, en la reunión mensual con ellos”.

Por lo tanto, la estrategia eficaz de implantación y consolidación de Grupos pequeños abarca un proceso que incluye el Grupo pequeño prototipo, seguido de reuniones regulares con los líderes, y la constante alimentación de la visión a través de retiros, festivales y grandes encuentros. El estudio regular de libros relacionados con el tema es primordial, además de los testimonios de personas que están viviendo la experiencia. También es fundamental llevar a la iglesia a una experiencia de “Comunión y Misión” cada vez más profunda, lo que preparará a los miembros para aceptar los desafíos de hacer del Grupo pequeño un estilo de vida personal. ¡El resultado será la multiplicación de Grupos pequeños y la consiguiente preparación para el regreso de Jesús!

Sobre el autor: Director de Ministerio Personales de la División Sudamericana.


Referencias

[1] Declaración de visión elaborada elabora en el 2o Foro de Grupos pequeños de la División Sudamericana, realizado en Brasilia, del 2 al 5 de noviembre de 2008, y votada por la Comisión Directiva de la DSA.

[2] Elena G. de White, Obreros evangélicos, p. 479.

[3] Russell Burrill, Como Reavivar a Igreja do Século 21, p. 160.

[4] 2o Foro de Grupos pequeños de la División Sudamericana, Brasilia, del 2 al 5 de noviembre de 2008.