Consideraciones de Pablo acerca del liderazgo cristiano.
La epístola a Filemón es de la autoría de Pablo, uno de los mayores líderes de la iglesia cristiana.
Después de Cristo, es el mayor personaje del Nuevo Testamento. Escribió 14 epístolas (si entre ellas incluimos el libro de Hebreos) y transformó la “secta de los nazarenos” (Hech. 24:5) o del “Camino” (Hech. 24:14) en la iglesia cristiana (Hech. 11:26), convirtiendo esa secta judía en una iglesia mundial. Era políglota, doctor en Teología y ex fariseo. Poseía una vasta cultura judía y griega.
En su carta a Filemón, escrita en una prisión, nos enseña preciosas lecciones de liderazgo y de cómo debe ser el trato entre líderes, liderados, colegas y compañeros de viaje.
De acuerdo con esa epístola, estas son las características del buen líder:
- Elogia con sinceridad: Pablo dice que Filemón es “amado” y “colaborador” (ves. 1); que Arquipo es un “compañero de milicia” (vers. 2); y vuelve a elogiar a Filemón por su fe y su amor: “Porque oigo del amor y de la fe que tienes” (vers. 5).
- Reconoce el esfuerzo de los demás: El buen líder le da el crédito a quien corresponde. Pablo reconoció el buen trabajo de Filemón junto a la iglesia bajo sus cuidados: “Porque por ti […] han sido confortados los corazones de los santos” (vers. 2)
- Pide, en lugar de ordenar: Dice el apóstol. “Aunque tenga mucha libertad en Cristo para mandarte […] más bien te ruego por amor…” (vers. 8, 9).
- Reconoce las propias limitaciones: “Siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero” (vers. 9).
Espera lo mejor de los demás: “El cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil [significado del nombre de Onésimo]” (vers. 11). “Confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo” (vers. 21). “Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre” (vers. 15).
Se pone en el lugar del otro: “El cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo” (vers. 12). “Recíbele como a mí mismo” (vers. 17). “Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta […] yo lo pagaré” (vers. 18,19).
Se comporta ética y lealmente; “Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese […] pero nada quise hacer sin tu consentimiento” (vers. 13,14).
Se olvida de los errores del pasado: “No ya como esclavo, sino […] como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti” (vers. 16).
Es servicial: “Si me tienes por compañero, recíbele” (vers. 17). Pablo se coloca en el mismo nivel de “compañero” con Filemón, listo a ayudar a Onésimo y a recibir ayuda de Filemón.
Es optimista: “Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido” (vers. 22). A pesar de estar preso, Pablo era optimista con respecto a su absolución y liberación.
Las características de liderazgo de Pablo son dignas de imitar y necesarias para el éxito de todo líder, en cualquier área. Que Dios nos ayude a desarrollarlas.
Sobre el autor: Editor de la Casa Publicadora Brasileira.