Creo en el ministerio de la página impresa. He servido como ministro de ella, he dado clases de entrenamiento y seminarios de motivación para colportores, y trabajado estrechamente con ellos en la obra pastoral y evangelística. De hecho, nunca inicio una serie de evangelismo en una ciudad si antes no me precede un equipo de colportores, abriendo brechas con nuestras publicaciones. También creo que cada candidato al pastorado debería tener experiencia en el colportaje, como prerrequisito para ingresar en el sagrado ministerio.
Los pastores debemos reafirmar el valor del “trabajo de los libros” y restaurar nuestra confianza en este vital ministerio. En muchos países los ministros de la página impresa son los únicos adventistas que todavía visitan hogares y tocan puertas en forma sistemática. Si bien sus horas de trabajo se alargan y son arduas, y su recompensa pecuniaria es limitada, la mayoría de los colportores mantiene en alto el criterio de que la ganancia de almas es su gran objetivo y su verdadera recompensa.
¿Por qué creo en el ministerio de la página impresa? Primeramente, porque es un excelente ejemplo de misión global. Cada vez que entran en un hogar, los ministros de la página impresa penetran en un territorio todavía no alcanzado. No sólo venden libros a las familias, sino que oran en los hogares que visitan, inscriben a los interesados en los cursos por correspondencia, dan estudios bíblicos, traen a sus interesados a las reuniones evangelísticas y a los cultos de la iglesia, y ganan almas para Jesús y su iglesia. Los colportores, en rigor, sirven como pastores asociados, y gracias a su valiosa contribución, la iglesia crece, y es más efectiva en el cumplimiento de su misión. Por otro lado, lo menos que los pastores podemos hacer, es apoyarlos para que su obra sea más amplia y productiva. He aquí siete formas de lograrlo:
1. Reconozca la importancia de los ministros de la página impresa. Su obra es eminentemente de carácter espiritual. Los libros que colocan en los hogares tienen poder para guiar a las familias a la cruz. Circulan incontables historias de quienes llegaron a relacionarse con Jesús y su iglesia a través de la lectura de un libro vendido por los colportores. Además, su ministerio fructifica en forma progresiva. Algunos reaccionan inmediatamente cuando leen algo que llama su atención. En otros, la semilla espiritual sembrada tarda años en germinar.
2. Reclute colportores. Pida al director de publicaciones de su asociación que le ayude a reclutar y entrenar colportores para su iglesia. No todos han sido llamados para ser ministros de la página impresa, y no todos tienen la habilidad de enfrentarse a la gente. Hable acerca del ministerio de publicaciones como una opción viable para las profesiones de la venta de carros o bienes raíces. Prácticamente en cada distrito hay personas cuya madurez espiritual y habilidad innata para tratar con la gente los convierte en candidatos potenciales. Ubique a tales individuos y anímelos a considerar que Dios podría usar sus talentos en el ministerio de publicaciones.
3. Ore con los colportores. Planee su horario y sus actividades de modo tal que, por lo menos una vez a la semana, pueda orar con aquellos cuyo trabajo consiste en ponerse en contacto directo con el público. Los colportores oran con docenas de personas diariamente, pero ellos rara vez escuchan que su nombre sea presentado ante el trono celestial, a menos que su pastor busque la oportunidad de tener compañerismo espiritual con ellos. Muestre interés en su obra. Pregúnteles cómo les va en su trabajo.
4. Recomiéndelos con sus amigos. Los pastores se ponen en contacto con tantas personas que podrían, sin lugar a dudas, recibir con gusto la visita del colportor. El éxito que tienen hoy en día las librerías cristianas demuestra el interés del público. Nuestros libros y revistas son de la más alta calidad y atraen fácilmente el interés de quienes se ponen en contacto con ellos. No vacile en sugerir a aquellos a quienes conoce que usted tiene un amigo que puede ayudarles significativamente en el aspecto espiritual. Ofrézcase a servir de intermediario en el arreglo de una cita entre su contacto y el colportor. Usted cosechará los resultados de su recomendación al ver que comienzan a asistir a su iglesia.
5. Apoye a los colportores. Haga planes de incluir en el presupuesto de su iglesia fondos para revistas y libros pequeños que los colportores puedan entregar a aquellos que no compran los libros en una visita inicial. Yo conozco a una familia de la iglesia que provee la gasolina para que el colportor pueda hacer varias visitas. En otra iglesia, los miembros distribuyen tarjetas y folletos que, a la larga, contribuyen al incremento de las ventas del colportor. De esta manera, logran que el colportor ocupe un buen tiempo visitando a las personas en sus hogares. En esto consiste su servicio misionero.
6. Anime a sus miembros a leer. Muchos de nuestros miembros no leen en sus hogares porque carecen de material de lectura de carácter espiritual. Promueva nuestras revistas evangelísticas y hable con entusiasmo de nuestros libros en sus sermones. Por ejemplo, la serie El conflicto de los siglos, de Elena G. de White, no debería faltar en ningún hogar adventista. Mientras prepara a los conversos para el bautismo, enséñeles cómo establecer el culto familiar. Instrúyalos para que empiecen a formar una buena biblioteca espiritual. Sugiérales que su colportor local puede contribuir a su crecimiento espiritual.
7. Dé crédito por el éxito. Cuando alguien se bautiza como resultado del ministerio de un colportor, invítelo a presentar al candidato o a participar de un modo significativo en darle la bienvenida al nuevo converso a la familia de la iglesia. Al afirmar públicamente a los colportores, reafirma la confianza en la obra de publicaciones en la mente de sus miembros, y ellos apoyarán entusiastamente lo que usted afirma.
Creo en el ministerio de publicaciones porque los colportores han hecho más efectivo mi propio ministerio. ¡Usted también puede experimentarlo!