Implicancias de la creación y del diluvio en el primer mensaje angélico.

Implicancias de la creación y el diluvio en el primer mensaje angélico [1]

Un estudio reciente del Nuevo Testamento hecho por Jon Paulien, profesor de Nuevo Testamento,[2] muestra que el lenguaje de la última parte de Apocalipsis 14:7, “adorad a aquel que hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”, alude al lenguaje del cuarto Mandamiento en Éxodo 20:11.[3] En parte, el pasaje de Apocalipsis logra esta significativa alusión enumerando, en el mismo orden, cuatro de los términos idénticos que aparecen en el texto de Éxodo. Paulien ofrece la siguiente conclusión en relación con la certeza de la alusión: “La evidencia acumulativa es tan fuerte, que un intérprete podría llegar a la conclusión de que no existe una alusión directa al Antiguo Testamento en Apocalipsis que sea más cierta que la alusión al cuarto Mandamiento en Apocalipsis 14:7.

Cuando el autor de Apocalipsis describe la apelación final de Dios a la raza humana, en el contexto del engaño del tiempo del fin, lo hace en términos de un llamado a adorar al Creador en el contexto del cuarto Mandamiento”.[4]

Construyendo sobre la conclusión de Paulien, este ensayo ofrece el diagrama en la página contigua, para ilustrar cómo la alusión también parece endosar una creación literal, histórica, de seis días. Aunque no se vuelve a escribir una porción de la Escritura, la línea punteada en el diagrama indica la fuente bíblica para la inserción, entre paréntesis, del importante concepto implicado en las primeras cuatro palabras de alusión en Apocalipsis 14:7. El mensajero podría haber dicho simplemente: “adoren a su Hacedor”, pero eso no señalaría al método de Creación de seis días. La necesidad crítica, en el tiempo del fin, de una alusión que sugiera el método de Creación de seis días se trata en la sección de aplicación de este ensayo.

El diluvio bíblico

La alusión de Apocalipsis 14:7 a Éxodo 20:11 termina con una frase notable: “fuentes de las aguas”.

La singularidad especial de la frase hace surgir preguntas que llevan a una comprensión más profunda de su significado. En virtud de que el pasaje de Apocalipsis comienza y continúa con un paralelismo verbal exacto del lenguaje de Éxodo 20:11, se podría decir que es inesperada y sorpresiva la frase “fuentes de las aguas”, que no se encuentra en el pasaje correspondiente del Antiguo Testamento. Una pregunta central que confronta al intérprete parece ser: Si Apocalipsis 14:7 es una alusión paralela verbal clara del pasaje de Éxodo, ¿por qué el mensajero angelical no completa la alusión utilizando la frase esperada “y todas las cosas que en ellos hay”, que se encuentra en Éxodo 20:11? ¿Por qué rompe el mensajero su método de paralelismo al insertar una frase sin paralelismo y específica: “fuentes de las aguas”?

La importancia de la frase no paralela, “fuentes de las aguas”, se subraya aún más por el hecho de que su diferenciación, en Apocalipsis 14:7, del lenguaje de Éxodo 20:11 se presenta en agudo contraste con un modelo bíblico establecido e ilustrado en otros lugares de la Escritura, en los que los escritores se refieren en algún grado a Éxodo 20:11. Por ejemplo, en el contexto de describir la bondad de Dios como el que establece libres a los prisioneros, David (como el primer ángel de Apocalipsis 14) articula las siguientes palabras, precisamente como se encuentran en Exodo 20:11: “[…] aquel que hizo los cielos, la tierra, el mar”, pero termina declarando lo lógico, “y todas las cosas que en ellos hay”, del pasaje de Éxodo (Sal. 146:6).

En un contexto similar, los creyentes del Nuevo Testamento que expresan gratitud por la amorosa bondad de Dios desplegada al  haber sanado al mendigo cojo, mencionan  la misma porción de Éxodo 20:11 y añaden  la frase lógica “y todas las cosas que en ellos hay” (Hech. 4:24), de la misma forma en que lo hace David. Nuevamente, cuando se produce la sanidad del hombre cojo de Listra, que revela el poder de Dios, Bernabé y Pablo citan las mismas palabras de Éxodo 20:11 y completan su referencia al pasaje de Éxodo con el esperado “y todo lo que en ellos hay” (Hech. 14:8, 15). Así que, discernimos un patrón típico utilizado por los escritores bíblicos cuando se refieren o citan Éxodo 20:11. Evidentemente, no se sienten libres de desviarse del vocabulario del cuarto Mandamiento.

En forma remarcable, la alusión en Apocalipsis 14:7 sigue un sendero diferente.

El típico patrón bíblico ilustrado más arriba se rompe únicamente en Apocalipsis 14:7. Toda referencia o alusión paralela bíblica a Éxodo 20:11, que comienza con las palabras “quien hizo” y llega a la palabra “mar” para continuar luego, nunca se desvía después de eso, del vocabulario exacto de Éxodo, excepto en Apocalipsis 14:7. ¿Por qué? ¿Se está comunicando algo de importancia teológica? ¿Está Dios, a través del ángel, señalando alguna verdad teológica relevante, mediante una alusión de alguna manera sutil, que de otra manera se perdería si Éxodo 20:11 fuera presentado en forma paralela total y exacta?

De mayor importancia aún, ¿por qué en este pasaje del tiempo del fin podría seleccionar Dios las “fuentes de las aguas” como mención especial y no algún otro objeto creado entre “todo lo que en ellos hay”? La investigación independiente de varios eruditos puede, cuando se la reúne, contribuir a una respuesta teológica y geológicamente significativa a estas preguntas.

El erudito bíblico David Auné indica que el término “fuentes” de Apocalipsis 14:7 no se refiere a construcciones artificiales sino más bien a fuentes de agua natural que fluye debajo de la superficie.[5] Esta calificación apoya la demanda de Apocalipsis 14:7, en el sentido de que las “fuentes de las aguas” son realidades creadas por Dios y no por seres humanos.

Wilhelm Michaelis considera varias explicaciones posibles para las “fuentes de las aguas” mencionadas en Apocalipsis 14:7. Al final, él se pregunta si no se referirá más bien a las “fuentes del abismo” de Génesis 7:11 y 8:2.[6] Nosotros podemos añadir, si me lo permiten, que esto sugeriría en Apocalipsis 14 una referencia al relato del juicio del diluvio del Génesis, dentro del pasaje de juicio de Apocalipsis.

La posibilidad presentada más arriba parece mucho más plausible cuando uno considera que la palabra griega pigas, utilizada en Apocalipsis 14:7 para “fuentes”, también se utiliza en “fuentes del abismo” (Gén. 7:11), en la versión griega del Antiguo Testamento (LXX). Por otra parte, el concepto “fuentes de las aguas” es un concepto universal que incluiría las “fuentes del abismo”, las cuales fueron creadas por la sabiduría divina (Prov. 8:27, 28, 30) y fueron rotas en el Diluvio (Gén. 7:11). Aquí, la frase del escenario de juicio de Apocalipsis 14, “fuentes de las aguas”, comienza a revelar su importancia.

En su reciente tesis doctoral, titulada “El simbolismo del agua en Juan: Una interpretación escatológica”, Wai-Yee Ng insinúa que, “[…] El uso del simbolismo del agua en Juan […] implica una alusión implícita más bien que una citación explícita. Hace notar que “Apocalipsis está […] lleno con temas del Antiguo Testamento, y los dos libros [Apocalipsis y el Evangelio de Juan] se unen en la formulación de una tipología que nos recuerda la Creación”.[7] Estas conclusiones invitan al lector a buscar cuidadosamente un significado posiblemente teológico en la alusión de Apocalipsis 14:7.

En relación específica con el simbolismo del agua en Apocalipsis, Ng muestra que hay tres grupos de pasajes sobre el “agua”: “Uno relacionado con calamidades, uno de la promesa de salvación de Dios y otro sobre la consumación”.[8] Ello indica que la referencia a las fuentes, o manantial de aguas, en Apocalipsis 14:7, es un pasaje perteneciente al grupo de calamidades.[9] Dado el contexto inmediato de juicio divino anunciado por el mensajero en Apocalipsis 14, esta ubicación resulta apropiada y útil para los propósitos de este ensayo. El autor sugiere que, comprendida dentro del contexto de calamidades, la referencia a las fuentes de aguas en el contexto inmediato de juicio divino puede tener la intención de recordar o implicar un evento ya ocurrido de juicio divino, el diluvio bíblico, cuando las fuentes del abismo fueron rotas. Si es así, el uso de “fuentes de las aguas”, en el contexto de Apocalipsis 14:7, sirve para fortalecer el anuncio del juicio de parte del ángel, recordando que el Señor es, en realidad, un Dios de juicio, y que los oyentes, por lo tanto, debieran tomar el mensaje con la mayor seriedad.

Recientemente, el teólogo Oleg Zhingankov exploró el posible significado de “fuentes de las aguas” en Apocalipsis 14:7. Entre otras sugerencias útiles, él observa que el uso de la frase “fuentes de las aguas” conlleva la idea de una creación literal y un juicio venidero […]. El hecho del juicio inevitable se confirma por la referencia a otro evento histórico global, el Diluvio’ .[10] Aquí, Zhingankov  indica que la frase “fuentes de las aguas” se emplea para recordar el diluvio del Génesis como una evidencia confirmadora de la realidad del Juicio anunciado por el ángel en Apocalipsis 14:7.

Henry Morris, científico y estudiante de la Biblia, también indica que el ángel utiliza las palabras “ ‘fuentes de las aguas’ […] por su asociación con el juicio anterior del gran diluvio, cuando ‘fueron rotas todas las fuentes del grande abismo’ ” (Gén. 7:11).[11] “El llamado del ángel”, dice Morris, “les recordó a los hombres que, como Dios creó todas estas cosas y luego las destruyó una vez anteriormente por causa de los pecados del hombre, así todavía es capaz de controlar todas las cosas, y que otro gran juicio divino era inminente”.[12] De los comentadores estudiados, Morris desarrolla las conexiones más explícitas y amplias entre la frase “fuentes de las aguas” de Apocalipsis y el diluvio bíblico.

Reflexionando sobre el uso que hace el ángel de “fuentes de las aguas” en Apocalipsis 14:7, David Fouts, profesor de Antiguo Testamento del Bryan College, observa que interpretar las palabras del ángel como recordando el Diluvio es “ciertamente sostenible en el contexto de juicio en Apocalipsis 14”.[13] Incluso se pregunta si no se podría realizar un paralelismo entre el uso que hace el ángel de “fuentes de las aguas”, como lo considera Morris, “con las palabras de nuestro Señor Jesús en Mateo 24:36 al 39, en donde los juicios del tiempo del fin están ligados con el de Noé y el Diluvio”.[14]

Más recientemente, en la tesis doctoral titulada “Teología y juicio en Génesis 6 al 9”, Chun Sik Park analiza, entre otras cosas, varios pasajes bíblicos, acerca de los cuales consideró que tratan del tema del juicio en relación con el Diluvio, incluyendo Apocalipsis 14:7.[15] Él ofrece la siguiente conclusión en relación con el pasaje de Apocalipsis: “Apocalipsis 14:7 tiene una conexión terminológica con la narrativa del diluvio del Génesis (las ‘fuentes de abismo’, Gén. 7:11; las ‘fuentes de las aguas’).[16] Park, perspicazmente, discierne la conexión concentrándose en dos dimensiones del poder creador de Dios: mientras que todas las cosas que en ellos hay (Exo. 20:11) refleja el poder creador global de Dios desplegado en la Creación, la frase correspondiente ‘las fuentes de las aguas’ (Apoc. 14:7) refleja el despliegue del poder global destructivo de Dios en el Diluvio”.[17]

La investigación combinada de estos eruditos sugiere que las “fuentes de las aguas”, en Apocalipsis 14:7, señalan al diluvio de Dios; por eso confirma su realidad histórica, para poder recalcar la verdad de que el Señor es un Dios tanto de juicio como de misericordia. Él es paciente, “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Ped. 3:9). Pero, todos deben tomar seriamente la realidad histórica del Juicio de Dios, como fue anunciada por el ángel.

Aplicación práctica contemporánea

Se desprenden importantes implicaciones espirituales, teológicas sistemáticas y geológicas, de las conclusiones expresadas más arriba. En la ciencia posmoderna, y aun en círculos evangélicos, el método evolucionista de largos períodos del origen de las especies es una obstinada negación de un diluvio global (junto con las fatales consecuencias espirituales y teológicas, que aparecen más abajo, que los acompañan).[18] Esto significa que los individuos que estén vivos en el tiempo del fin necesitan conocer la verdad acerca del método de la Creación y si el Diluvio fue una parte real de la historia de la tierra. Lo que necesitamos saber es lo que comunica Dios: que el Señor resucitado haya utilizado, en su último mensaje a la humanidad, un lenguaje que endosa un método de creación realizado en seis días y que afirma el diluvio bíblico, permanece como una respuesta divina poderosa, apropiada para este tiempo, en que se elaboran teorías de una macro evolución, con su rechazo del diluvio del Génesis. Este hecho salvaguarda las verdades bíblicas centrales identificadas en el siguiente comentario.

Un método de creación histórico de seis días es crítico para evocar la verdadera adoración, porque una creación histórica, breve y reciente preserva la bondad de Dios, quien, por eso, no creó utilizando la muerte, el sufrimiento, la enfermedad y la rapiña en una forma cruel y demoníaca a través de millones de años antes de la entrada del pecado, como propone el evolucionismo. De esta manera, se demuestra que Dios es profundamente digno de adoración. Además, una Creación de seis días lo considera al sábado como un monumento de una Creación acabada más bien que un mundo en el proceso de ser creado.

Un Diluvio global permanece como un complemento necesario del método bíblico de Creación. La catástrofe divinamente iniciada puede responder por la formación de grandes porciones de la columna geológica después de la entrada del pecado y de la muerte, y de esta manera indica que las columnas fosilíferas geológicas no requieren millones de años para su desarrollo. Esto significa que la misma posibilidad de una creación de seis días está preservada por los resultados básicos del diluvio. Además, el Diluvio del Génesis es una salvaguarda para otras enseñanzas bíblicas cruciales, tales como la autoridad de la Escritura y, sobre todo, la validez de una Expiación basada sobre la verdad de que, en la historia de la tierra, la muerte no precede al pecado sino que es su paga.

Espiritualmente, al fin del tiempo, tenemos la necesidad  profunda  de conocer la verdad sobre los dos temas claves en la historia de la tierra discutidos más arriba: la Creación y el Diluvio, porque la forma en la que se contestan estas preguntas puede ya sea establecer o minar la fe viviente en Dios.

De aquí que la reafirmación, en el tiempo del fin, de parte de Jesucristo, de los conceptos de la Creación de seis días y del Diluvio del Génesis, en el mensaje del primer ángel en Apocalipsis 14, es realmente notable, glorificando la sabiduría, la previsión, la fidelidad, la amorosa bondad y el poder de Dios. Desde esta perspectiva, el pasaje puede entenderse como un llamado ferviente de Dios a todos para aceptar estas significativa alusión de Dios, en Apocalipsis 14:7, a Éxodo 20:11 puede facilitar una adoración agradecida y amante hacia el Creador.

En esta época, a la que miraron con anticipada esperanza los profetas, ¿podemos nosotros hacer menos que estudiar juntos, orar juntos y buscar comprender los mensajes que Dios ha transmitido, a fin de capacitarnos para enfrentar los desafíos del tiempo del fin?

Sobre el autor: Doctor en Teología, es Profesor del Seminario Teológico de la Universidad Andrwus, Estados Unidos.


Referencias

[1] El autor expresa su aprecio a Roland Hegstad por las sugerencias en relación con una versión anterior de este ensayo.

[2] Jon Paulien es director del Departamento de Nuevo Testamento del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día, Andrews University, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos.

[3] Ver Jon Paulien “Revisiting the Sabbath in the Book of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 9(Spring-Autumm 1998), pp. 179-86.

[4] Ibíd., p. 185.

[5] David Edward Auné, “Revelation 6-16”, in Word Biblical Commentary (Waco, Tex.: Word, 1998), t. 52B, pp. 828-829.

[6] Wilheim Michaelis, “Fountains of Waters”, En Gerhard Kittel, ed., Theological Dictionary of the New Testament (Grand Rapids. Mich.: Eerdmans, 1954-1967), t. 6, pp. 112-117.

[7] Wai-Yee Ng, Water Simbolism in John: an Eschatological Interpretation (New York: Peter Lang, 2001), p. 194. Ng escribió su tesis en el Westminster Theological Seminary, en Philadelphia, bajo la dirección de Moisés Silva, en este momento profesor de Nuevo Testamento, con la distinción Mary Rockefeller, en el Gordon-Cornwell Theological Seminary, South Hamilton, Massachusetts, Estados Unidos. Ng sirve como profesor asociado de Estudios Bíblicos en China, en el Gradúate School of Theology en Hong Kong, China.

[8] Ibíd., p. 187.

[9] Ibíd.

[10] Oleg Zhingankov, “Significaxice of the ‘Fountains of Waters in Revelation 14:7”, un manuscrito no publicado escrito en el Seminario Teológico Adventista, Andrews University, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos (revisado en 2004), p. 31).

[11] Henry M. Morris, The Revelation Record (Wheaton, Ill.: Tyndale House Publishers, 1983), p. 266.

[12] Ibíd.

[13] David M. Fouts, comunicación personal al autor (enero 13, 2003).

[14]  David M. Fouts, comunicación personal al autor (febrero 11, 2003).

[15] Chun Sik Park, “Theology of Judgment in Génesis 6-9”(Ph.D. diss., Andrews University, 2005).

[16] Ibíd., p. 368.

[17] Ibíd., p. 347.

[18] Por ejemplo, ver Mark A. Noli, The Scandal of the Evangelical Mind (Grand Rapids, Mich.: William B. Eerdmans Publishing Company, 1994), pp. 158-208; Davis A. Young, The Biblical Flood (Grand Rapids. Mich.: William B. Eerdmans Publishing Company, 1995), p. 311.