Cómo evitar extremos en la utilización de los recursos de la informática durante el sermón

En tiempos posmodernos, es posible observar en los púlpitos de muchas iglesias algunos cambios que son motivo de serias preocupaciones. El uso de los recursos audiovisuales, especialmente presentaciones en PowerPoint, en algunos casos se ha mostrado abusivo, pues ha sustituido el lugar de la Biblia como centro de la predicación. Otros se han centrado en experiencias personales, anécdotas, o en un mensaje meramente existencialista que coloca al hombre por sobre la doctrina y la revelación bíblica. Algunos predicadores ya no leen la Biblia con la congregación, durante la predicación. Pablo escribe a Timoteo: “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Tim. 4:2).

Entiendo que las personas son diferentes y que se deben utilizar diversos métodos para alcanzarlas. Pero, en ninguna circunstancia la Biblia debe ser sustituida en la predicación.

Las presentaciones visuales deben ser utilizadas, pero para seminarios o temas de evangelización en que haya necesidad de refuerzo en la enseñanza. En lo referente a los sermones, pueden ser evitadas, o entonces deben ser usadas dentro de las técnicas en que el uso de PowerPoint sea un apoyo para el predicador, y no el centro de todas las atenciones. En esas presentaciones, algunos puntos deben ser considerados:

  • Una cita bíblica jamás debe ser proyectada antes de una llamada realizada en una diapositiva anterior. De tal manera que todos lean la Biblia, y luego entonces el predicador debe colocar en la siguiente diapositiva el texto para confirmar lo leído.
  • La diapositiva debe contener solo alusiones a los temas que serán abordados, sin explicarlos. La explicación es realizada por el orador.
  • Algunos predicadores se limitan a leer las diapositivas durante todo el tiempo, lo que constituye un error. El mayor elemento de comunicación no es la diapositiva, sino el predicador.
  • El uso de citas es apropiado para las diapositivas, pues el predicador puede solicitar la participación de la congregación en la lectura. Esto fortalece lo aprendido.
  • Durante la presentación, el predicador debe mantenerse mirando a la congregación. Por eso, la pantalla de la notebook debe servirle de apoyo visual.

Sabemos que hay personas extremadamente visuales, y que la predicación audiovisual ejerce un impacto significativo en su comprensión. Pero, los predicadores necesitan cuidar de no irse a los extremos y abandonar la Biblia. Somos amonestados: “Los ministros no han de predicar las opiniones de los hombres, no han de relatar anécdotas o realizar representaciones teatrales, no han de exhibir el yo; mas, como si estuvieran en la presencia de Dios y del Señor Jesucristo, han de predicar la Palabra. No introduzcan liviandad en la obra del ministerio, sino prediquen la Palabra de una manera que deje la más solemne impresión en los que la escuchen”.[1]

Al abrir la Palabra de Dios en el púlpito, los predicadores están en una posición de gran responsabilidad. Por lo tanto, “prediquen la Palabra” como Cristo, el Hijo de Dios, predicaba la Palabra. Eso producirá éxito en la evangelización. En otra amonestación oportuna, se nos advierte: “Habríais tenido más gavillas para el Maestro si hubierais predicado constantemente la Palabra”.[2]

El orador necesita prepararse; lo que significa vivir en comunión con Dios, estudiar la Biblia, conocer las técnicas de predicación y de preparación de sermones y, principalmente, tener amor por los pecadores. Estos factores son decisivos en el púlpito. Y la utilización equilibrada de recursos audiovisuales apenas servirá de apoyo, y evitará distorsiones en la predicación bíblica.

Sobre el autor: Secretario ministerial de la Asociación Paulista Central, Rep. del Brasil.


Referencias

[1] Elena G. de White, El evangelismo, pp. 154,155.

[2] Ibíd., p. 156.