Evidencias que confirman la comprensión adventista acerca de la fecha del Día de la Expiación

Desde hace algún tiempo, los críticos de la Iglesia Adventista vienen cuestionando la validez del 22 de octubre de 1844 como la verdadera fecha para el Día de la Expiación, fijado por el texto bíblico el décimo día del séptimo mes (Tishri) en el calendario judío. De acuerdo con el argumento crítico, los judíos de 1844 no celebraron el Día de la Expiación el 22 de octubre sino el 23 de septiembre; es decir, un mes antes de la fecha que sostenían los milleritas. Uno de sus exponentes afirma: “La pretensión adventista contradice directamente la fecha judía (‘el sistema mosaico’), porque el Día de Expiación, en 1844, en realidad cayó el 23 de septiembre. […] Las enciclopedias y los almanaques judíos del siglo XIX, los modernos calendarios computarizados, los cálculos astronómicos, la documentación histórica, y hasta las fechas en las lápidas establecen más allá de toda duda que, en 1844, el Día de Expiación cayó el 23 de septiembre. En lo que concierne a los judíos rabínicos, el 22 de octubre es simplemente una fecha errónea”.[1]

Armados de estas supuestas evidencias, los críticos intentan probar que los milleritas estaban equivocados en la fecha del 22 de octubre, y la Iglesia Adventista del Séptimo Día no tiene fundamento para indicar que en ese día comenzó el Juicio Investigador. Por otro lado, es sabido que los milleritas no se valieron del calendario rabínico para realizar sus cálculos cronológicos, sino del calendario judío caraíta. Ante esto, los críticos afirman que para 1844 los caraítas celebraron el Día de la Expiación en el mismo día en que lo indicaba el calendario rabínico, y que, de haber una diferencia en el cálculo, esta diferencia pudo “haber sido de sólo ‘un par de días’, no de un mes completo”.[2] De esta manera, el argumento se reduce a afirmar que el cálculo caraíta que sostiene el 22 de octubre de 1844 como el Día de la Expiación fue simplemente un invento de Samuel Snow que no puede ser sostenido más.

¿Es verdad todo esto? ¿No existe evidencia para sostener el 22 de octubre, como se afirma? Responderemos a estas preguntas en este artículo.

Calendario judío

La Escritura indica que el primer mes en el calendario religioso judío era el mes de Abib (Deut. 16:1). En este mes, de acuerdo con Levítico 23:6 al 15, se debía celebrar la Pascua, la presentación de los primeros frutos de la cosecha y la fiesta de los panes sin levadura. Para que esto sea posible, cada año el mes de Abib debía caer en el tiempo en que la cosecha estuviera madurando en el campo, en la estación de primavera.[3]

Pero las estaciones son marcadas por el año solar, mientras que los meses en el calendario judío son lunares; esto quiere decir que dependen directamente de las fases de la luna.[4] Así, un mes hebreo es el espacio comprendido entre una luna nueva y la otra, es decir, un periodo de 29 o 30 días. Por esta razón, el año hebreo comprende un ciclo de 354 o 355 días, lo que significa una diferencia de 11 días con el año solar. Puesto que el calendario judío estaba atrasado con relación al año solar, existía el riesgo de que el mes de Abib llegara más pronto, en una época en que la cebada aun no estaría lista para la cosecha. Sin embargo, este desfase era corregido añadiendo un decimo-tercer mes al calendario judío, conocido como Adar II. Esto significa que, algunas veces, el año judío tenía 12 meses y otras veces 13.

De acuerdo con este calendario, el Día de la Expiación debía celebrarse el décimo día del séptimo mes, en el denominado mes de Etanim o Tishri, que contado a partir de Abib, corresponde a los meses de septiembre y octubre en el calendario gregoriano, como puede verse a continuación:

Otro aspecto a tomarse en cuenta para comprender el calendario judío tiene que ver con el inicio de los meses. El mes judío empezaba con la observación del cuarto creciente a la puesta del sol del día 29 del mes, después de la luna nueva. La luna nueva es invisible al observador, pero en cuestión de varias horas, o en uno, dos o cuatro días, aparece un “tenue cuarto creciente […] poco después de la puesta del sol”.[5] Después del avistamiento del cuarto, los observadores oficiales lo comunicaban al cuerpo sacerdotal, quienes daban por iniciado el mes oficialmente, que era comunicado con señales de fuego transmitidas “de cerro en cerro, para que todo Israel pudiese comenzar junto el nuevo mes”.[6] Si ese día alguna condición atmosférica no permitía ver el cuarto creciente, entonces el mes empezaba al siguiente día después de la puesta del sol, o sea después del día 30, sea que se viera la luna o no.

Calendario rabínico

A partir del siglo IV d.C. (359 d.C.), el calendario judío fue reformado en un calendario que se basó exclusivamente en cálculos matemáticos, y no en el avistamiento de la luna cerca del tiempo cuando la cebada estaría lista para cosechar. Esto sucedió cuando el rabino Hillel II especificó los años en los que se añadiría un Adar II 7 veces en un ciclo de 19 años.[7] “Este ciclo de 19 años se conoce como el ciclo metónico”,[8] nombre que deriva del matemático griego Metón.[9] El principio de este ciclo consiste en que cada 19 años la luna nueva y la luna llena vuelven a caer en los mismos días del año solar.

De acuerdo con la Enciclopedia judía, fueron las persecuciones las que provocaron esta reforma en el calendario.[10] Puesto que a los judíos expatriados se les hacía imposible conocer el estado de la cosecha en Jerusalén para conocer el tiempo de la celebración de las fiestas, el judaísmo tuvo que suplir esta deficiencia con este calendario reformado, de modo que los judíos pudieran celebrar sus fiestas independientemente del estado de la cosecha. Esto llegó a producir algunos cambios en las fechas en que las fiestas judías debían celebrarse.

De esta manera, desde siglo IV d. C. en adelante, el judaísmo rabínico que acepta la Tanakh y el Talmud como enseñanzas autoritativas adoptó este calendario reformado, y de acuerdo con este calendario efectivamente el Día de Expiación en 1844 cayó el 23 de septiembre.

Los milleritas y el calendario caraíta

Como lo afirma Juárez Rodrigues de Oliveria, “los mileritas eran bien conscientes de que, en 1844, el 1° de Tishri, para los judíos ortodoxos, era el 14 de septiembre y que su Yom Kippur era el 23 de septiembre ese año”.[11] Por ejemplo, notemos la siguiente referencia de un periódico millerita denominado The Midnight Cry: “En esta ciudad, los judíos observaron el lunes, 23 de septiembre, como el décimo día del séptimo mes, pero en esto, por supuesto, ellos siguen el cómputo de los judíos rabínicos, y ellos están probablemente un mes adelantados”.[12]

La declaración muestra que los milleritas estaban bien informados del calendario rabínico, y sin embargo seguían creyendo que el Día de la Expiación en 1844 terminaría el 22 de octubre. Es más, debe notarse que la última oración de la cita anterior muestra que no solo proclamaban una fecha diferente sino también aun tenían razones para creer que el calendario rabínico estaba “probablemente un mes” adelantado.

Fue el millerita Samuel Snow quien enfatizó desde la primavera y el verano de 1844 que el décimo día del séptimo mes “podría terminar alrededor del 22 de octubre”, no de acuerdo con el cálculo rabínico, sino de acuerdo con el calendario caraíta.[13]

El término caraítas significa literalmente “seguidores de la Escritura”.[14] Se denomina así al movimiento judío conservador que a partir del siglo VIII d.C. se resistió a aceptar el Talmud, incluidas las interpretaciones y los comentarios midráshicos aceptados por los judíos rabínicos, abogando en su lugar por una estricta adherencia solo a las enseñanzas de la Escritura. En este sentido, se puede decir que los caraítas eran los protestantes dentro del judaísmo.

Una de las cosas que los caraítas rechazaron del judaísmo rabínico fue su calendario, porque sigue un cálculo, y no las Escrituras, para comenzar el año. Los caraítas optaron por aplicar el método bíblico de contar los años tomando en cuenta el avistamiento de la luna y de la cebada en el campo. “Al hacer esto, ellos algunas veces guardaban sus festivales un mes más tarde que los judíos rabinitas”.[15]

El artículo de Calman

En armonía con lo anterior, existe un artículo escrito en 1836 y publicado en abril de 1840, en el American Biblical Repository, por el rabino judío Calman, que había ido como misionero a los judíos de oriente patrocinado por individuos privados. En el momento de escribir el artículo, estaba a punto de volver a Jerusalén desde Beirut donde él había ido a recuperar su salud. Este documento fue citado parcialmente el 5 de diciembre de 1843 en Signs ofthe Times, y el 20 de marzo de 1844 en Advent Herald. Calman afirma: “Quiero empezar por afirmar un hecho de gran importancia, del que yo era totalmente ignorante antes de que yo llegara a este país (Palestina), que probará que las estaciones de los festivales, designados por Dios para la nación judía, se han anulado y subvertido por la ley oral de los escribas y fariseos […]. En la actualidad, los judíos en la Tierra Santa no tienen el menor respeto a esta temporada nombrada e identificada por Jehová, sino que siguen las normas prescritas en la ley oral, al añadir un mes a cada segundo o tercer año, y así hacer que el año lunar corresponda con el solar. Y cuando llega el día 15 de Nisán (nisán) según este cálculo, ellos comienzan a celebrar la citada fiesta, aunque el chedesh haabib puede haber pasado, o incluso no haber llegado. En general la verdadera (fiesta) se produce después de que ellos han celebrado todo el mes, que no es más que revertir el mandamiento en la ley, que manda que el chedesh haabib precede al festival y no el festival al chedesh haabib […]”.[16]

Calman, testigo presencial en Tierra Santa, menciona cómo el judaísmo rabínico no respetaba el orden festivo de acuerdo con la cosecha, sino por un cálculo prefijado. Esto daba como resultado que las fiestas de Abib fueran celebradas hasta un mes antes de la fecha verdadera. Por lo tanto, en 1836, los judíos caraítas de Tierra Santa celebraron el inicio de año (abib) un mes más tarde que los judíos rabínicos, en el tiempo de la cosecha de cebada. Esta información de un testigo presencial fue una fuerte evidencia para que los mileritas objetaran la llegada del Día de la Expiación el 23 de septiembre y la favorecieran un mes mas tarde.

Los críticos suelen objetar que el artículo de Calman fue la opinión de un solo hombre, pero eso de ninguna manera desacredita la confiabilidad de su testimonio. No obstante, existe un artículo en The Midnight Cry que confirma que el calendario rabínico celebra el inicio de año un mes antes de que la cebada esté lista para la cosecha en Jerusalén, basado en el testimonio de muchos viajeros: “Los cálculos rabínicos hacen que el primer día de Nisán comience con la luna nueva más cercana al día en que el sol entra en Aries, en el equinoccio invernal. Sin embargo, se debería observar que los judíos caraítas mantienen que los rabinos han cambiado el calendario, de modo que, para presentar los primeros frutos el 16 de Nisán, sería imposible si el tiempo se calcula de acuerdo con los cálculos rabínicos, puesto que la cebada no está en la espiga en Jerusalén hasta un mes más tarde. El informe de muchos viajeros confirma la posición de los caraítas”.[17]

Los caraítas en 1844

Los críticos se basan en el testimonio de un judío caraíta llamado Nehemías Gordon para sostener que los caraítas en 1844 celebraron el Día de la Expiación el 23 de septiembre y no el 22 de octubre. Pero estas declaraciones deben ser analizadas a la luz de la evidencia aquí presentada, sin dejar de notar que su testimonio confirma que la diferencia entre el cálculo rabínico y el caraíta era real y tenía una diferencia de, por lo menos, un mes, como puede verse a continuación: “En la Edad Media, los caraítas sostenían apasionadamente que el año bíblico comienza cuando madura la cosecha de cebada en Israel (época llamada ‘Abib’ en la Biblia). Originalmente, el calendario rabínico había seguido esta práctica, pero alrededor del siglo IX, adoptaron un ciclo de 19 años de intercalación (años bisiestos), que se aproxima a Abib, pero que dista mucho de ser exacto. A menudo, esto causaba una diferencia de un mes entre el calendario caraíta y el calendario rabínico”.[18]

Luego, Nehemías Gordon cita un documento de Shlomoh ben Efedah Hacohen (escrito en 1865) donde se afirma que para ese tiempo los caraítas ya habían adoptado el ciclo rabínico: “Y en cuanto a este largo tiempo en que la búsqueda de Abib fue abandonada hasta en la tierra de Israel, y ellos [los habitantes de Israel] han intercalado años usando el sistema mencionado más arriba [es decir, el ciclo rabínico de 19 años], como nosotros lo hacemos fuera de Israel [esto es], contra la decisión legal del Rav [es decir, Baschyatchi] y del Hachamim [mencionado en el pasaje de Aderet Eliyahu citado más arriba] quizá para unir a todas las comunidades y para evitar un desacuerdo entre ellos y nosotros al fijar el año”. De acuerdo con esto, Nehemías Gordon concluye que, para 1865, los caraítas “en todas partes habían estado usando el ciclo rabínico de 19 años. Por lo tanto, el Yom Kippur debió haber sido celebrado por los caraítas a finales de septiembre de 1844, según el ciclo rabínico de 19 años, y no a finales de 1844”.[19]

Sin embargo, como lo ha observado correctamente Pickle, esta cita comprueba que “en algún punto entre 1641 y 1860, los caraítas en Palestina empezaron a usar el cálculo rabinita”. Más exactamente, el artículo de Calman de 1836 y el testimonio de muchos viajeros demuestra que los caraítas de Jerusalén continuaban celebrando la fiesta de Abib según el método bíblico, entre 1836 y un tiempo antes de 1860. Así, Pickle está en lo correcto cuando dice que “es enteramente posible que ellos lo estuvieron todavía (haciendo) en 1844”.[20]

Así, no es de extrañar que los caraítas que se encontraban lejos de Tierra Santa hayan adoptado el cálculo rabínico por la dificultad de conocer el estado de la cosecha en Jerusalén, y hayan celebrado el Día de la Expiación el 23 de septiembre, y no un mes mas tarde de acuerdo con la cosecha. Por tanto, cuando el crítico asegura que los caraítas celebraron el Yom Kippur junto con los judíos rabínicos, simplemente se refiere a esta adopción tardía, ignorando lo que sucedía entre los caraítas de Jerusalén entre 1836 y 1860.

El cálculo millerita

Puesto que el calendario rabínico tenía una diferencia de “hasta un mes” con el método de los caraítas de Jerusalén para contar el inicio de año, los milleritas tenían buenas razones para esperar el Día de la Expiación un mes después de la fecha propuesta por el cálculo rabínico. El siguiente documento contiene la posición millerita de las fiestas judaicas: “El año sagrado judío comienza con una luna nueva en la primavera. De acuerdo con el calendario común judío, el presente año sagrado empezó el 19 o 20 de marzo, y la Pascua fue el 4 de abril, pero si esto era demasiado temprano para la cosecha de cebada en Judea, entonces el año debió haber comenzado un mes mas tarde; es decir, cerca del 18 de abril. Haremos una lista de los más importantes festivales judíos; sobre esta base, calcularemos cada mes empezando cerca de un día después del cambio de luna:

“Como la luna nueva cambia en la noche del 11 de octubre, no será visible hasta el 13, siendo ese el tiempo más probable para el comienzo del mes del séptimo mes”.[21]

Después de una argumentación radical en la que el crítico defiende el 23 de septiembre de 1844, sorprende que poco antes de concluir su exposición, por alguna razón permite la posibilidad de un cálculo caraíta diferente del de su posición, pero va a ocultarse detrás de una declaración mal interpretada de Elena de White.

“Pero, primero, reconozcamos que es posible que algunos cálculos calendarios caraítas de hace un millar de años hayan estado errados por más de uno o dos días. Es posible que una comunidad aislada de caraítas haya errado radicalmente y celebrado uno de los días festivos anuales en el tiempo equivocado, quizás hasta semanas antes o después de la fecha celebrada por los restantes judíos caraítas y judíos rabínicos. Cualquier cosa es posible, porque ninguna comunidad caraíta es inmune a errores matemáticos más de lo que lo sería una comunidad de adventistas. Pero, recuerde, Elena de White nunca mencionó un calendario caraíta. Ella confirmó el 22 de octubre de 1844 basándose en el calendario judío mosaico -el que siguen los judíos rabínicos-, que da el 23 de septiembre como el 10 de Tishri en 1844”.[22]

Como lo han demostrado los testimonios externos de Calman, y los muchos testigos, no existe error matemático en los caraítas. Existe, sí, el error del crítico al usar mal, a su favor, una cita de Elena de White. La cita a la que Cleveland alude es una declaración del libro El conflicto de los siglos en la que Elena de White declara que “bajo el régimen mosaico, la purificación del Santuario […] caía en el décimo día del séptimo mes judío (Lev. 16:29-34)”.[23] Cleveland interpreta que, dado que ella dice “régimen mosaico”, entonces los cálculos milleritas debían basarse en el calendario rabínico, y no en algún cálculo caraíta.

Lamentablemente para el crítico, el calificativo “mosaico” no alude al calendario rabínico, sino al método bíblico de contar las fiestas; es decir, al método que los caraítas habían adoptado desde el siglo VIII hasta algún momento antes de 1860, rechazado por los judíos rabínicos. Por tanto, esta cita de Elena de White, en lugar de favorecer la crítica, en realidad la refuta.

Aunque existen otros mecanismos para determinar la validez del 22 de octubre de 1844, este artículo se ha limitado a describir la línea de evidencia que los milleritas tenían a su alcance para preferir el 22 de octubre en lugar del 23 de septiembre. Si bien no podemos hablar de un calendario caraíta físico como el calendario rabínico, los cálculos de los caraítas de Jerusalén, que mantenían la diferencia de un mes con el calendario rabínico, existieron hasta la década de 1840, y los milleritas estaban bien informados de ellos. Fue basados en estos cálculos de Tierra Santa que los milleritas tuvieron buenas razones para esperar el Yom Kippur en una fecha diferente del judaísmo rabínico. Por tanto, la arrogancia crítica, que argumenta que Samuel Snow fue un mentiroso que embaucó a los milleritas, queda al descubierto cuando se la analiza bajo el peso de la evidencia existente, y no bajo presuposiciones mal intencionadas.

Sobre el autor: Director de la Escuela Adventista de Teología del Ecuador.


Referencias

[1] Sidney Cleveland, White Washed [consultada el 7 de febrero de 2008, cursiva en el original. www.ellenwhiteexposed.com.

[2] Ibíd., cursiva en el original.

[3] “Abib, que generalmente coincide con nuestro mes de abril, significa ‘mes de las espigas’, porque los cereales estaban entonces en espiga” (Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1991], 1.1, p. 562).

[4] Esta dependencia puede observarse por los términos hebreos que se usan para designar el mes: luna y luna nueva.

[5] C. Mervyn Maxwell, El misterio del futuro revelado (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1991), p. 257.

[6] Nichol, t. 2, p. 107.

[7] Estos meses deberían ser el tercero, sexto, octavo, undécimo, decimocuarto, decimoséptimo y decimonoveno de cada período de 19 años.

[8] Ver página web http://www.fortunecity.com/westwood/chanel/270/kronos/calendarios.htm (consultada el 7 de febrero de 2008).

[9] Metón fue un “astrónomo griego. Descubrió que la suma de 235 meses lunares es igual a 19 años solares, lo que le permitió establecer el llamado ciclo de Metón, según el cual cada 19 años hay siete bisiestos y 12 de 12 meses lunares cada uno”. (Biografías y Vidas. Página web: http://www. biografiasyvidas.com/biografía/m/meton.htm [consultada el 10 de febrero de 2008]).

[10] Jewish Encyclopaedia, http://www.jewishencyclopedia.com/view.jsp?artid=43&letter=C (consultada el 10 de febrero de 2008).

[11] Juárez Rodrigues de Oliveira, Chronological Studies Related to Daniel 8:14 and 9:24-27 (Engenheiro Coelho, SP: Imprensa Universitária Adventista, 2004), p. 92.

[12] The Midnight Cry (3 de octubre de 1844), p. 101.

[13] Alberto R. Timm, El Santuario y el mensaje de los tres ángeles (Lima: Editorial Imprenta Unión, 2004), p. 38.

[14] The Karaite Komer. Página web. http://www.caraítas.org/Karaite-Komer/caraismo.html (consultada el 10 de febrero de 2008).

[15] Rodrigues, p. 88.

[16] El artículo se encuentra publicado en la web por Bob Pickle en http:// www.pickle-publishing.com/papers/karaite-reckoning-1844.htm (consultada el 10 de febrero de 2008).

[17] The Midnight Cry (11 de octubre de 1844), p. 117 (la cursiva no está en el original).

[18] Nehemías Gordon http://www.ellenwhiteexposed.com/español.htm (cursiva no está en el original).

[19] Ibíd.

[20] Karaite Reckoning vs. Rabbanite Reckoning. Was October 22 the Right Date, or Was it September 23? Página web: http://www.pickle-publishing.com/papers/karaite-reckoning-1844.htm (consultada el 10 de febrero de 2008).

[21] The Midnight Cry (11de octubre de 1844), p. 117; citado en Rodrigues, p. 93.

[22] Cleveland, ibíd.

[23] Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana) p. 452.