Como integrar los alumnos a la iglesia
1. Identificados pero no integrados:
a) Muchos miembros de iglesia la abandonan después del “primer amor”, no porque les falte comprensión de las doctrinas, sino por falta de integración con el grupo humano que forma nuestra hermandad. En otras palabras, se identificaron con nosotros, pero no se integraron a la iglesia.
b) Con los alumnos, debemos lograr ese delicado proceso en forma paulatina. Así, al unirse a la iglesia, llegarán a ser miembros felices de su nuevo ambiente espiritual y social.
c) Para el que “está en Cristo… las cosas viejas pasaron” y “todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17). “La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza una vida enteramente nueva” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 155).
d) Siendo así, debemos recordar que los alumnos, futuros miembros de iglesia, deberán cambiar sus hábitos, comidas, bebidas, vestuarios, diversiones, música, lecturas, día de reposo, etc., y muchos de ellos hasta perderán su relación amistosa con sus propios familiares “para ganar a Cristo” (Fil. 3: 8). En tales circunstancias cuán necesaria es una buena integración, puesto que deberemos ser para ellos casa, hermanos, hermanas, madres, hijos y heredades. (Véase Mar. 10:30.)
e) A través del estudio por correspondencia de las doctrinas, la mayoría de los alumnos aceptan intelectual- mente las verdades de la Biblia. Por ejemplo, reconocen la validez del sábado como día de reposo, pero no se animan a guardarlo, o encuentran difícil hacerlo, porque el ambiente familiar, social o de trabajo les es adverso. Como todo ser humano, el alumno vacila ante lo que no conoce suficientemente, alberga algunos prejuicios, teme el “qué dirán” de sus familiares y amigos, tiende a ser conservador y evita hacer decisiones bruscas que le traigan situaciones conflictivas. Lucha solo contra su conciencia, y a menudo hace consultas por carta.
f) Así, pues, los alumnos constituyen un grupo humano disperso, sin conexión entre ellos y menos aún con la iglesia. Y en el caso de los que son atendidos en forma personal, a menudo todo lo que conocen de nuestra hermandad es al cartero misionero que los visita.
g) Por lo tanto, el Señor tiene un grupo de hijos fuera de la iglesia a quienes está guiando hacia la verdad, y otro que ya está en el redil, al cual debe integrarse el primero. El grupo de alumnos que se encuentra afuera está separado por un abismo de temores, incomunicación y prejuicios que debemos eliminar.
h) En consecuencia, la finalidad del presente trabajo es presentar algunas maneras mediante las cuales podemos salvar ese abismo e integrar a los alumnos al seno de la iglesia.
2. Las graduaciones de alumnos:
a) El objeto de la graduación bien organizada (véase la primera parte de este trabajo), es integrarlos al grupo humano de la iglesia local. Nunca serán buenos adventistas quedándose en casa; por lo tanto, teniendo en cuenta esa realidad, es desventajoso entregarles el diploma en forma particular. (Si no hubiera planes de graduación, por supuesto, habrá que entregar de inmediato el diploma y atender sus consultas. Y si no concurriera al acto de graduación, llevárselo lo más pronto posible al domicilio.)
b) De modo que la finalidad de esos simpáticos actos es romper la inercia del alumno para que se familiarice con la iglesia y venza un prejuicio más.
3. Integrarlos a los planes de Evangelismo:
a) Deseamos que los alumnos se relacionen con los miembros de iglesia. Para muchos alumnos les será muy grato encontrar amigos con los mismos ideales cristianos que ellos ya aceptan.
b) Por lo tanto, para campañas de evangelización como las de Semana Santa, día de los muertos, y ciclos especiales de predicación para el público, con mucho placer la Escuela Radiopostal enviará la nómina de alumnos de la zona, si son solicitadas con tiempo. (Un mes y medio por lo menos, antes de la fecha de iniciar el ciclo.)
4. Integrarlos a las actividades de OFASA:
a) Los corazones humanos tienen un gran sentido de solidaridad y se sienten felices ayudando a los necesitados.
b) Se podría invitar especialmente a las damas. Para ello la Sociedad Dorcas de la iglesia deberá trazar planes bien definidos con el fin de ayudar en alguna villa, orfanato, hogar de ancianos, etc. Organizar todo. Poner fechas, establecer lo que se hará en cada etapa. Nombrar comisiones a las que se integren las alumnas, etc.
c) Sería muy bueno si hermanas de buen criterio las buscaran en sus domicilio y luego las presentarán dándoles una calurosa y afectuosa bienvenida.
5. Integrarlos a las actividades recreativas:
a) Los jóvenes de la iglesia podrían hacer un trabajo misionero de primer orden, invitando a sus reuniones recreativas a los alumnos jóvenes: “Eduquemos a los jóvenes para que ayuden a los jóvenes… Miles de corazones pueden alcanzarse de la manera más sencilla” (Evangelismo, pág. 443). ¿Qué cosa hay más sencilla que jugar y recrearse con otros? “Mediante las relaciones sociales es como el cristianismo llega en contacto con el mundo… El poder social santificado por el Espíritu de Cristo debe ser aprovechado para ganar almas para el Salvador” (Testimonios, tomo 4, pág. 555).
b) Para iniciar esta actividad, podría organizarse un simpático programa con motivo del “día del estudiante por correspondencia”. Convendría que fuese temprano en el año (¿abril?), a fin de hacer un trabajo sostenido durante el año.
c) Llegará por lo tanto el momento oportuno para invitarlos a una escuela bíblica “en vivo” (escuela sabática, día de las visitas).
d) Esta asociación de nuestros jóvenes con los alumnos de la Escuela Radiopostal podría dar origen a otras formas de integración como la asistencia a campamentos, a nuestros colegios, etc.
e) Debemos ganarnos el afecto de ellos: “Ganaréis su confianza y luego habrá bastante tiempo para las doctrinas. Ganad el corazón, preparad el terreno y luego sembrad la semilla” (Obreros Evangélicos, pág. 126).
6. Integrarlos a nuestra organización visitando instituciones:
a) Especialmente después de una graduación, resulta provechoso organizar una excursión para visitar algunas instituciones adventistas con los alumnos y sus familiares. Deben ser incluidas en el grupo varias familias de la iglesia, de buen criterio.
b) Este plan tiene dos ventajas:
a’. Los incidentes de un viaje permiten el conocimiento mutuo, la camaradería y la amistad franca sin convencionalismos. En otras palabras, facilita la integración de los alumnos al grupo humano de la iglesia local.
b’. El alumno obtendrá una visión más amplia de la organización adventista al visitar nuestras instituciones y comenzará a sentirlas como suyas, identificándose con nuestra causa. Todo eso le ayudará a medir la importancia de nuestro movimiento, y facilitará su decisión para unirse al mismo,
c) Para que estas visitas cumplan al máximo su finalidad y para evitar toda nota desagradable, conviene organizarías minuciosamente. La organización incluirá también los arreglos previos con los administradores de nuestras instituciones a fin de que la impresión resulte óptima, y el personal de las mismas quede con la satisfacción de haber hecho una obra misionera de gran valor.
7. El afecto cristiano en la integración de las almas con la iglesia:
a) En los puntos precedentes hemos destacado algunos de los muchos medios que Dios pone a nuestra disposición para incorporar los alumnos de la Escuela Radiopostal a la iglesia. Podríamos mencionar las actividades de las escuelas de iglesia, etc.
b) Cada uno de estos medios resultará verdaderamente eficaz cuando nuestros hermanos puedan expresar un cálido afecto en su trato con las nuevas almas que se acercan a la iglesia. Tal afecto será el resultado de un corazón que irradie gozo, por la presencia permanente de Cristo.
c) Dice la sierva del Señor: “Si quisiéramos humillarnos ante Dios, ser amables, corteses y compasivos, se producirían cien conversiones a la verdad allí donde se produce una ahora” (El Ministerio de la Bondad, pág. 91. La cursiva es nuestra).
d) Por lo tanto, el afecto cálidamente humano manifestado en las labores misioneras, centuplicará la ganancia de almas y la iglesia será así la encarnación del cariño y amor de Cristo por los seres humanos. “El mundo tiene una clamorosa necesidad de una revelación de Cristo Jesús en la persona de sus santos” (Testimonios para los Ministros, págs. 466, 467. La cursiva es nuestra).
8. Integrarlos como miembros de iglesia
a) Hemos oído hablar muchas veces de los “carpinteros de Noé”. Estuvieron con él, se identificaron con su obra, trabajaron en la gran construcción, pero no entraron en el arca. No se integraron definitivamente al pueblo de Dios. No deseamos eso para nuestros alumnos.
b) Creemos que, si se van integrando en forma paulatina, harán con toda naturalidad su gozosa decisión. Se bautizarán, no para encontrar a Cristo, sino porque ya lo han encontrado. Se bautizarán, no para entrar en la iglesia como si ésta les fuera algo extraño, sino porque ya se sienten parte de la misma.
9. Integrarlos a la obra misionera:
a) Nuestra obra en favor de los alumnos no termina con el bautismo. La sierva del Señor dice: “Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como misionero. El que bebe del agua viva, llega a ser una fuente de vida. El que recibe llega a ser un dador” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 166). “El que es hijo de Dios debe desde entonces considerarse como eslabón de la cadena arrojada para salvar al mundo. Es uno con Cristo en su plan de misericordia y sale con él a buscar y salvar a los perdidos” (Id., pág. 386). “A todos los que reciben la vida de Cristo, se les ordena trabajar para la salvación de sus semejantes. La iglesia fue establecida para esta obra” (Id., pág. 761).
b) Por lo tanto, para su desarrollo espiritual, debe asignársele una tarea. ¿Qué mejor entonces, tanto para él como para la iglesia, que integrarlo a las Unidades Evangelizadoras?
c) Si lo integramos a la actividad misionera, permanecerá como un miembro fiel y un cristiano feliz.
10. La integración definitiva:
a) Finalmente deseamos que todos los alumnos puedan formar parte de la multitud de redimidos que “entrarán por las puertas de la ciudad” (Apoc. 22:14), integrándose así definitivamente a la gran familia de Dios.
b) Anhelamos también que su iglesia disfrute de una verdadera experiencia cristiana, para que los hombres vean en ella una revelación de Jesucristo, que les señale la meta gloriosa de la tierra nueva.
Sobre el autor: Director de la Escuela Radiopostal de la Unión Austral.