El 24 de mayo de 1954 iniciará sus sesiones el Congreso Mundial de la Iglesia Adventista, en la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos. En esa ocasión serán elegidos los nuevos oficiales y los directores de los departamentos de la Asociación General, como también los de las divisiones del campo mundial. Además, en armonía con Apocalipsis 14:6-12 y los escritos correspondientes del espíritu de profecía, se tomarán medidas para la pronta predicación del Evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo de la tierra.

 La Asociación General acaba de tomar un acuerdo en el sentido de instar a todos los campos del mundo a que realicen una campaña muy especial de evangelización, que abarque todas las iglesias y los grupos del mundo entero, a celebrarse entre el 1º de enero y el 15 de mayo de 1954. Se desea bautizar, como broche de oro de esta campaña, no menos de 35.000 almas en todo el mundo.

 Se ha pedido a todos los campos que hagan llegar telegráficamente los resultados obtenidos hasta el 15 de mayo, a sus respectivas uniones, para que éstas puedan cablegrafiar las cifras finales a la Asociación General. En esta forma podremos dar una nota práctica del fervor cristiano que existe por la salvación de las almas en nuestra División, lo que al mismo tiempo servirá de estímulo a los delegados cuando regresen a sus respectivos campos, para dedicarse con un redoblado amor a la predicación del Evangelio, la terminación de la obra y, sobre todo, al rescate de las ovejas perdidas de la casa de Israel.

 El blanco que corresponde a la División Sudamericana para este período, que se extiende entre el l9 de enero y el 15 de mayo inclusive, es de 2.000 almas. Rogamos a cada unión, campo local, departamento e institución, que trabajen en la medida de sus fuerzas y que oren para que este blanco no sólo sea alcanzado sino también sobrepasado, a fin de que muchas almas puedan ser ganadas para el reino de Dios, y al mismo tiempo podamos hacer llegar a la Asociación General una prueba visible y real de lo que pueden hacer los 1.279 obreros y 65.000 miembros de nuestra División.

 Más adelante damos a conocer el texto del acuerdo tomado por la junta plenaria de la División Sudamericana, como también la distribución de nuestro blanco entre las uniones. Cada unión a su vez tendrá que distribuir su respectivo blanco entre sus diferentes campos, y es de esperar que cada asociación y misión haga lo mismo entre sus obreros, iglesias y grupos.

 Si algún obrero desea cualquier aclaración sobre el referido acuerdo, o algún consejo sobre la mejor forma de realizar este noble propósito, puede dirigirse al que suscribe la presente nota.

 La Asociación Ministerial desea a los lectores de estas líneas las más ricas bendiciones de Dios y la iluminación del Espíritu Santo para que puedan realizar su parte en la salvación de nuevos creyentes, en rescatar del fango del pecado a algún miembro apóstata, y en ayudar a nuestros jóvenes a decidirse por el Maestro.

 Oremos diariamente para que el blanco de 2.000 almas asignado a nuestra División sea alcanzado. Hagamos nuestras las palabras del apóstol: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Fil. 4:13.)

Resoluciones acerca de la obra evangélica para 1954

POR CUANTO existe la necesidad de celebrar frecuentemente ciclos cortos de reuniones de reavivamiento y esfuerzos evangelizadores en todas nuestras iglesias; y

 POR CUANTO tales esfuerzos de reavivamiento y evangelismo combinados son un factor poderoso para consolidar a nuestros miembros en la fe, como también para lograr que se decidan definitivamente los que están en los umbrales del reino pero aún no han hecho definidamente su decisión por Cristo; y

 POR CUANTO por este medio se consigue que muchos apóstatas regresen y cientos de hijos de hogares adventistas se unan a nuestras iglesias,

 SE RESUELVE, 1. Que comenzando con el mes de enero de 1954 se haga un esfuerzo extraordinario en cada campo local para dirigir tales reuniones, de ocho a quince días de duración, en cada iglesia adventista de la División Sudamericana, en un intento supremo de ganar tantas personas como sea posible para la iglesia durante ese período.

 2. Que en la medida de lo posible, se comiencen estas reuniones a principios de enero, en los campos, y que para promover una campaña que abarque a toda la División, se designe el viernes de noche, 5 de marzo, como la fecha en que deben comenzar la mayor cantidad de dichas reuniones, y que se prosiga con esta obra hasta que se alcance a cada iglesia.

 3. Que en todo lugar donde sea posible, los oficiales de la iglesia y los hermanos laicos bien dotados se asocien con los pastores para ayudar en las visitas a los hogares, dar estudios bíblicos, etc.

 4. Que para visitar las iglesias situadas en lugares tan remotos que resulte imposible para el pastor atenderlas durante este período, se les pida a los hermanos laicos consagrados que las visiten en parejas, a fin de dirigir estas reuniones.

 5. Que se tengan a mano con anticipación, las siguientes publicaciones en cada uno de estos esfuerzos de reavivamiento:

 a. Suficientes ejemplares de los ocho números de Mensajes de Esperanza para distribuir gratuitamente.

 b. Biblias para vender.

 c. Libros chicos para vender (que contengan el mensaje).

 d. Libros del espíritu de profecía para vender.

 e. El Amigo de los Niños,

 f. Juventud,

 6. Que se seleccione el material para nuestras publicaciones teniendo en vista esta campaña, por lo que sugerimos que se prepare un número especial de Juventud, de modo que se lo pueda aprovechar en este esfuerzo, y que donde no se publique ningún periódico destinado a la juventud se haga provisión de impresos especiales para distribuir entre nuestros jóvenes.

 7. Que se haga un esfuerzo para celebrar un bautismo en cada iglesia antes de terminar las reuniones.

 8. Que se tomen ofrendas en las respectivas iglesias a fin de financiar en lo posible los gastos que originarán estas reuniones.

 9. Que se abarquen temas como los siguientes:

 a. La Biblia: la Palabra de Dios en la realidad.

 b. Señales del próximo fin.

 c. La segunda venida.

 d. La iglesia triunfante.

 e. La perpetuidad de la ley.

 f. El sábado y su significado.

 g. El nuevo nacimiento.

 h. La justificación por la fe.

 i. La esperanza de la resurrección.

 j. La reforma pro salud.

 10. Que los obreros que trabajan en las oficinas de los distintos campos, como asimismo los que lo hacen en las instituciones, se unan a nuestros pastores, evangelistas y hermanos laicos a fin de dirigir estas reuniones o dar estudios bíblicos.

 11. Que nos fijemos el blanco de ganar 2.000 nuevos miembros en nuestras iglesias en toda la División Sudamericana durante el- período comprendido entre el l9 de enero y el 15 de mayo de 1954.

 12. Que los dirigentes de las uniones se pongan en contacto con los oficiales y las juntas de los campos locales, lo más pronto posible, a fin de tener tiempo suficiente para preparar un plan práctico, bien trazado y completo, que tenga como resultado llevar a cabo las recomendaciones mencionadas anteriormente.

 SE RESUELVE ADEMAS que comenzando con el P de enero de 1954 se haga un esfuerzo supremo para predicar un sermón evangélico en cada iglesia adventista y grupo organizado en toda la División Sudamericana (donde sea posible celebrar reuniones para el público), cada domingo de noche desde esa fecha en adelante.

Duración del evangelismo público

POR CUANTO anualmente se pierden muchas almas para el reino de Dios por la forma en que se realizan ciertos esfuerzos públicos (tanto pequeños como grandes), los cuales a menudo sufren interrupciones en los momentos más decisivos debido a que al obrero a cargo de ellos se le pide que preste atención a otras actividades importantes de la obra, como ser congresos de asociación y de unión, asambleas, vacaciones, etc.,

 POR CUANTO cuando, después de varias semanas, el obrero reasume sus responsabilidades en la obra de ganar almas, encuentra que los que antes estaban profundamente interesados han perdido todo su interés en el mensaje debido a que el enemigo aprovechó de su ausencia para atraerlos mediante los placeres mundanales, etc.,

 POR CUANTO el espíritu de profecía insta repetidamente a la iglesia y a los pastores a realizar esfuerzos mayores y mejor preparados en la obra de salvar almas antes que sea demasiado tarde,

 SE RESUELVE que en cada campo local se celebren esfuerzos públicos en todo lugar posible, comenzando bien a principios del año, de tal manera que el pastor evangelista disponga a lo menos de siete a ocho meses de tiempo indiviso para este propósito, sin que se lo interrumpa con campañas, congresos y vacaciones, a fin de que tengan tiempo suficiente para llevar a la gente a decidirse firmemente a aceptar el último mensaje de misericordia.

 “Un verdadero ministro hace la obra del Señor. Siente la importancia de su trabajo, comprendiendo que mantiene con la iglesia y con el mundo una relación similar a la que mantenía con Cristo.” — “Los Hechos de los Apóstoles,” pág. 238.