INTRODUCCIÓN

  1. Aparente contradicción en Pablo. Fil. 3:12, 15.
  2. “No que ya sea perfecto”.
  3. “Los que somos perfectos”.
  4. Pocas declaraciones bíblicas han sido causa de mayor escándalo que ésta.
  5. Están los que niegan y están los que afirman la posibilidad de la perfección.
  6. Procuremos allanar la dificultad. El corazón del tema es la justicia de Cristo.

“Es precioso el pensamiento de que la justicia de Cristo nos es imputada, no por ningún mérito de nuestra parte, sino como don gratuito de Dios. El enemigo de Dios y del hombre no quiere que esta verdad sea presentada claramente; porque sabe que si la gente la recibe plenamente, habría perdido su poder sobre ella” (Obreros Evangélicos, pág. 169).

I. EN QUE SENTIDO NO SOMOS PERFECTOS

  1. No somos perfectos en CONOCIMIENTO
  2. En lo relativo al mundo natural. Ej.: Lo que desconocemos es mucho más que lo que conocemos.
  3. En lo relativo a Dios. Job 37:22, 23.
  4.  

“La revelación que de sí mismo dejó Dios en su Palabra es para nuestro estudio, y podemos procurar entenderla. Pero más allá de ella no debemos penetrar. El hombre más inteligente podrá devanarse los sesos en conjeturas respecto a la naturaleza de Dios, pero semejante esfuerzo será estéril. No nos incumbe resolver este problema. No hay mente humana capaz de comprender a Dios. Nadie debe permitirse entrar en especulaciones respecto a la naturaleza de Dios. Aquí el silencio es elocuencia. El Omnisciente trasciende toda discusión” (El Ministerio de Curación, pág. 336).

  • Deberíamos dedicar más tiempo a considerar lo relativo a la paternidad de Dios.
  • En lo relativo a la Trinidad, encarnación y pecado.

“Es imposible para las mentes finitas comprender la obra de la redención. Su misterio supera al conocimiento humano” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 144).

  • “Misterio de la piedad” (1 Tim. 3:16).
  • “Misterio de la iniquidad” (2 Tes. 2:7).
  • “Los tiempos o las sazones” (Hech. 1:6, 7).
  • “Las cosas secretas pertenecen a Jehová” (Deut. 29:29).
  • “No hará nada… sin que revele sus secretos” (Amos 3:7).
  • No conocemos lo íntimo de las providencias de Dios
  • “Nubes y oscuridad alrededor de él. Justicia y juicio son el asiento de su trono” (Sal. 97:2).
  • “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora: más lo entenderás después” (Juan 13:7).

“Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 197).

¡Cuán grande es la medida de nuestra ignorancia y cuán insignificante nuestro conocimiento!

  • No estamos libres de errar
  • Casi siempre es una consecuencia de lo primero. Conocemos “en parte” (1 Cor. 13:12).
  • En cuanto a la salvación el Espíritu Santo nos “enseñará todas las cosas” (Juan 14:26).
  • Cuando se trasladan estas verdades a la esfera de lo humano entonces fallamos.

Pablo dice en cuanto a Pedro que “le resistí cara a cara, porque era de condenar” (Gál. 2:11).

  • Pablo con Bernabé “hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro” (Hech. 15:39).
  • No somos ni infalibles ni inerrables ni impecables.

“Ningún apóstol o profeta pretendió haber vivido sin pecado. Hombres que han vivido lo más cerca de Dios, hombres que sacrificaron sus vidas antes que cometer a sabiendas un acto pecaminoso, hombres a quienes Dios honró con luz divina y poder, confesaron su naturaleza pecaminosa” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 448; la cursiva es nuestra).

  • No estamos libres de debilidades
  • “Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mat. 5:22).
  • Cada persona tiene debilidades personales originadas en el ambiente o heredadas.
  • Nos referimos a las debilidades corporales y funcionales internas que no son de naturaleza moral.

“Si bien no podemos aspirar a una perfección de la carne, podemos tener una perfección cristiana del alma… A través de la fe en su sangre, todos podemos ser hechos perfectos en Cristo Jesús” (Elena G. de White, Gen. Conf. Bulletin, 23 de abril de 1901).

  • No podemos vernos libres de tentaciones.

“Las tentaciones vendrán sobre nosotros, pues es mediante ellas como hemos de ser probados durante nuestro tiempo de gracia sobre la tierra. Dios nos pone a prueba para que se revele lo que hay en nuestros propios corazones. No hay pecado en tener tentaciones, pero el pecado llega cuando cedemos a la tentación” (Testimonies, tomo 4, pág. 358).

II. EN QUE SENTIDO SOMOS PERFECTOS

  1. Sentido del vocablo “perfecto” – TELEIOS
  2. Es un adjetivo que tiene el sentido de: pleno desarrollo, maduro, completo, luchando para alcanzar un blanco.

“En cada grado de desarrollo, nuestra vida puede ser perfecta; pero si se cumple el propósito de Dios para con nosotros, habrá un avance continuo. El Espíritu de Cristo, al trabajar en el corazón, lo conforma a su imagen” (Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 50, 229).

  • Para “perfeccionar a los santos” (Efe. 4: 2), en carácter, conocimiento y obra.

“Todavía no somos perfectos; pero es nuestro privilegio separarnos de los lazos del yo y del pecado y avanzar hacia la perfección” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 451).

  • No sólo perfección del carácter, pero perfección de la obra” (Fil. 1:6).
  • “El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez” (Heb. 5:11-14).

“Cuando Satanás sea destruido no habrá nadie que tiente más a obrar el mal; nunca necesitará repetir la expiación, y no habrá peligro de otra rebelión en el universo de Dios… El plan de salvación que pone de manifiesto la justicia y el amor de Dios, proporciona una eterna salvaguardia contra la defección en los mundos no caídos, como también entre los que serán redimidos por la sangre del Cordero” (Comentario de Elena G. de White, en el SDA Bible Commentary, tomo 5, pág. 1132).

  • Evidencias de la perfección cristiana
  • En su pensar es equilibrado, no es fanático.
  • Veamos las características de un cristiano “maduro”:
  • Sus intereses son amplios, variados y procura crecer en todas las direcciones posibles.
  • Busca una reforma interior y ésta se refleja en la conducta y hábitos exteriores de su vida.
  • Se muestra humilde en sus opiniones. Él sabe que tiene mucho que aprender de la Palabra y de los Testimonios.
  • Es tolerante con las ideas ajenas aun cuando no coincidan con las propias. Muestra amor, paciencia y bondad hacia los demás.
  • Estudia el mensaje para beneficio propio y también para beneficio de otras personas.
  • Da atención a las citas del espíritu de profecía que iluminan todo tema de importancia. No es unilateral o parcial en sus conclusiones.
  • Humildemente acepta sus errores cuando se enfrenta con las pruebas que así lo muestran.
  • Somete sus sentimientos e impulsos al buen juicio y a la razón santificada y acepta la voluntad de Dios.
  • Es capaz de hacer estudios que requieran habilidad para distinguir lo bueno de lo malo. Rechaza lo malo y acepta lo bueno.
  • Trata de hacer discípulos para Cristo, no los atrae hacia su propia persona. Siempre los conduce al Señor Jesús.
  • Veamos ahora las características del fanático:
  • Concentra su interés en uno o dos puntos con exclusión de todos los demás temas aunque tengan la misma importancia que los anteriores.
  • Está más preocupado con los hábitos exteriores de la vida cristiana. Le importa más lo relacionado con ropa y comida que enunciar los principios básicos de la fe.
  • Se siente satisfecho y hasta orgulloso de sus realizaciones en lo que atañe a la conducta exterior.
  • Es pronunciadamente criticón y tiene la tendencia de condenar a los que no participan de sus ideas.
  • Cuando estudia la Biblia o los Testimonios lo hace concentrando su esfuerzo en la búsqueda de declaraciones que prueben sus propias ideas.
  • Cita únicamente aquello que armoniza con sus propios puntos de vista, y deja de citar aquello que no respalda sus ideas.
  • Tenazmente sostiene sus ideas aun cuando se le haya demostrado por estudio honrado que está errado.
  • Se deja gobernar por impulsos y sentimientos mientras que la razón y el juicio equilibrado quedan descartados.
  • Con frecuencia se muestra voluble y va de un extremo a otro.
  • Trata de llamar la atención hacia su propia persona y se esfuerza por conseguir seguidores.

III. QUE ES LA SANTIFICACION

  1. Cuando el cristiano peca
  2. ¿Qué ocurre cuando un cristiano que aspira a vivir una vida justa cae en falta?

“Aun si somos vencidos por el enemigo, no somos arrojados, ni abandonados, ni rechazados por Dios” (El Camino a Cristo, pág. 64).

“Yo di mi vida por estas almas. Sus nombres están esculpidos en las palmas de mis manos. Pueden tener imperfecciones de carácter, pueden haber fracasado en sus esfuerzos; pero se han arrepentido y las he perdonado y aceptado” (Profetas y Reyes, pág. 433).

“Cuando estamos revestidos por la justicia de Cristo, no tendremos ningún gusto por el pecado, pues Cristo obrará dentro de nosotros. Quizá cometamos errores, pero aborreceremos el pecado que causó los sufrimientos del Hijo de Dios” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 422).

  • “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos” (l Juan 2:1).
  • ¿Cuándo llegaremos a la perfección plena?

“La santificación no es obra de un momento, una hora, o un día, sino de toda la vida… Mientras reine Satanás, tendremos que dominarnos a nosotros mismos y vencer los pecados que nos rodean; mientras dure la vida, no habrá un momento de descanso, un lugar al cual podamos llegar y decir: Alcancé plenamente el blanco. La santificación es el resultado de la obediencia amante prestada durante toda la vida” (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 447, 448).

  • “Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien” (Rom. 7:18).

“Ningún apóstol o profeta pretendió haber vivido sin pecado. Hombres que han vivido lo más cerca de Dios, hombres que sacrificaron sus vidas antes de cometer a sabiendas un acto pecaminoso, hombres a quienes Dios honró con luz divina y poder, confesaron su naturaleza pecaminosa” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 448; la cursiva es nuestra).

  • “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor” (Gál. 6:14).

“Nosotros no podremos decir estoy sin pecado, hasta que éste nuestro cuerpo sea transformado a la semejanza del cuerpo glorioso de Jesús. Pero si nosotros perseveramos en seguir al Señor, la bendita esperanza es nuestra y estaremos delante de él sin mancha ni contaminación, completos en Cristo” (Signs of the Times, 23 de mayo de 1888).

  • Algunos opinan que podemos llegar al estado de absoluta perfección aquí y ahora.

“A los que se han esforzado tanto por alcanzar por la fe la así llamada carne santificada, quiero decirles: No podéis obtenerla. Ninguno de vosotros posee ahora carne santificada. Ningún ser humano en la tierra tiene carne santificada. Es una imposibilidad” (Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 36).

  • -Fil. 3:20, 21; Rom. 8:14-23.
  • En qué consiste la santificación
  • El blanco que Dios nos propone es la santidad. Esa es la voluntad de Dios para nosotros (1 Tes. 4:3). Sin la santidad “nadie verá al Señor” (Heb. 12:14).

“El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento humano. El blanco a alcanzarse es la piedad, la semejanza a Dios” (La Educación, pág. 16).

  • ¿Cómo interpretar esta declaración?

“[Cristo] es el ejemplo perfecto y santo que nos ha sido dado para imitar. No podemos igualarnos con el modelo, pero no seremos aprobados por Dios si no lo copiamos y, de acuerdo con la habilidad que Dios nos ha dado nos asemejamos a él” (Testimonies, tomo 2, pág. 549; la cursiva es nuestra).

  1. Imitar el modelo perfecto.
  2. De acuerdo con la habilidad que Dios nos dio.
  3. Nunca llegaremos a ser como él.
  4. ¿Cómo copiar el modelo?

“La voluntad debe colocarse de parte de la voluntad de Dios. Por vosotros mismos, no podéis someter a la voluntad de Dios vuestros propósitos, deseos e inclinaciones; pero si estáis dispuestos a someter vuestra voluntad a la suya, Dios cumplirá la tarea por vosotros” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 116).

“La justicia de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados; es un principio de vida que transforma el carácter y rige la conducta. La santidad es integridad para con Dios: es la entrega total del corazón y la vida para que revelen los principios del cielo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 509; la cursiva es nuestra).

“Porque la santificación consiste en la alegre ejecución de los deberes diarios en perfecta obediencia a la voluntad de Dios” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 339).

  • Así que Dios nos considera perfectos ahora si nuestra voluntad está totalmente puesta de su parte, aunque algunos aspectos de nuestra vida no se hayan perfeccionado todavía.

“Cuando el corazón anhela obedecer a Dios, cuando se hacen esfuerzos con este fin, Jesús acepta ese anhelo y esfuerzo considerándolos el mejor servicio que el hombre puede ofrecer, y suple la deficiencia con sus propios méritos divinos” (Meditaciones Matinales, pág. 258).

“El Padre no considera vuestro carácter deficiente, sino que os ve revestidos de mi perfección. Soy el medio por el cual os llegarán las bendiciones del Cielo. Todo aquél que me confiesa participando de mi sacrificio por los perdidos, será confesado como participante en la gloria y en el gozo de los redimidos” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 323, 324).

IV. FUENTES DE PERFECCIONAMIENTO

  1. Por el estudio de la Palabra de Dios
  2. “El hombre de Dios sea perfecto…” (2 Tim. 3:16, 17).

“Las verdades de la Biblia así recibidas elevarán la mente de su mundanalidad y degradación. Si la palabra de Dios fuera apreciada como debiera serlo, tanto los jóvenes como los mayores poseerían una rectitud interior, una fortaleza de principios que los capacitaría para resistir la tentación” (Conducción del Niño, págs. 478, 479).

  • Las palabras… “son espíritu y son vida” (Juan 6:63).

“Recibida en el corazón, la levadura de la verdad regulará los deseos, purificará los pensamientos, dulcificará la disposición. Aviva las facultades de la mente y las energías del alma. Aumenta la capacidad de sentir, de amar” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 83).

  • Por la contemplación de Jesús
  • “Puestos los ojos en Jesús” (Heb. 12:1, 2).

“Estudiar el carácter de Dios. Contemplando a Cristo, buscando con fe y oración podéis llegar a ser como él” (Consejos para los Maestros, pág. 308).

“Dios extiende su mano para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de Cristo, a fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 99).

  • “Esta es la victoria que ha vencido…” (1 Juan 5:4).

“En Cristo, Dios ha provisto medios para subyugar todo rasgo pecaminoso y resistir toda tentación, por fuerte que sea” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 396).

  • La entrega diaria de nuestro ser a Dios
  • “Vive Cristo en mí”. “Cada día muero” (Gál. 2:20; 1 Cor. 15:31).
  • “Bástate mi gracia” (2 Cor. 12:7- 10).

Nota: Este estudio sobre la perfección cristiana fue presentado por el pastor Salim Japas, durante el Retiro Ministerial celebrado del 27 al 29 de octubre de 1972, en el campamento Elías Burgos de Puerto Rico.

Sobre el autor: Director del curso Teológico del Colegio de las Antillas