La División Sudamericana sirve a un área de más de 3.577.365 km2 que se extienden desde el verde esmeralda de la cuenca del Amazonas en la línea ecuatorial, hasta el legendario Estrecho de Magallanes en el punto más austral del continente, y desde la costa del Pacífico con los imponentes Andes que forman la columna vertebral de las Américas, hasta las playas bañadas por el sol en el Atlántico. En este vasto territorio encontramos gigantescos sistemas hidrográficos, selvas impenetrables, valles y planicies dilatadas, montañas casi inaccesibles, desiertos áridos, playas deliciosas y fértiles campos de cultivo.

Dentro de esos límites viven aproximadamente 180 millones de personas que forman un inmenso y único caleidoscopio étnico. Esas almas son las que constituyen la razón de nuestra existencia como denominación en ese sector del mundo. Nuestro gran objetivo es alcanzarlas con el poder redentor de Cristo.

El año próximo cumpliremos el nonagésimo aniversario de la avanzada adventista en Sudamérica. En 1891 tres colportores, provenientes de los Estados Unidos, E. W. Snyder, C. A. Nowlen y A. B. Stauffer, comenzaron la obra diseminando el Evangelio por medio de la página impresa, en un esfuerzo por conquistar un continente que durante siglos se había intoxicado con el vino de Babilonia.

La experiencia de esos tres colportores y de otros pioneros que siguieron sus pasos se describe apropiadamente con las palabras del apóstol Pablo en 2 Corintios 4: 8, 9: “Atribulados en todo, mas no angustiados… perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos”.

En medio de lágrimas, luchas y esperanzas, esos obreros prepararon el terreno virgen para la gloriosa siembra de la fe. Los abundantes frutos cosechados durante casi noventa años testifican del éxito de sus labores.

A medida que las nuevas generaciones de misioneros extranjeros y obreros nacionales continuaron desde donde ellos dejaron, la proclamación de la “esperanza bienaventurada” ha proseguido hacia adelante ininterrumpidamente. Como resultado, ahora somos un ejército de más de 470.000 miembros unidos en torno del estandarte del mensaje del tercer ángel.

La División Sudamericana ha recorrido un largo camino desde los “días de las cosas pequeñas”, cuando aquellos tres ministros de la página impresa, hombres motivados por una extraordinaria visión misionera, se sintieron impulsados a comenzar la obra de ocupación y conquista de un continente para Cristo.

Crecimiento impresionante

En el presente puede ser que algunos no crean en milagros. Pero se puede apreciar el tremendo crecimiento de la obra adventista en Sudamérica únicamente cuando se lo examina en términos de un milagro forjado por el Espíritu Santo obrando por medio de un pueblo dedicado y fiel, y de un ministerio motivado por una consumidora pasión por las almas perdidas en el pecado. ¿De qué otra manera podríamos explicar el fenómeno del crecimiento y desarrollo de la evangelización que, partiendo de 1950 con 50.000 miembros, alcanzó a más de 465.000 fieles creyentes en 1980?

Por décadas la División Sudamericana ocupó un modesto lugar en el campo mundial. Nuestras victorias eran limitadas. Pero en este continente Dios tenía “en reserva un firmamento de escogidos que brillarán en medio de las tinieblas para demostrar claramente a un mundo apóstata el poder transformador que tiene la obediencia a su ley” (Profetas y Reyes, pág. 140).

Quizá fue esta declaración del espíritu de profecía la que motivó a que el pastor R. R. Fighur, uno de los primeros presidentes de esta división, dijera en 1950 a los delegados al 47° Congreso de la Asociación General: “Sudamérica mira definidamente hacia adelante, hacia un futuro muy cercano, cuando podrá informar diez mil bautismos en un año”.

Hablar en aquel entonces de diez mil conversiones en un año era como hablar de un sueño visionario, un objetivo imposible. Sin embargo, unos pocos años después, las esperanzas, aspiraciones y deseos del pastor Fighur se convirtieron en una feliz realidad.

Con gozo y gratitud a Dios nos complacemos en informar que durante los últimos cinco años fueron añadidas 205.434 almas a la iglesia por medio del bautismo y por profesión de fe. Estos nuevos creyentes representan la acción coordinada de ministros y laicos por igual, quienes sembraron la buena semilla con gozo, lágrimas y oraciones, y ahora, gracias a la obra divina, pueden ser testigos del fruto de sus labores.

Sorprendente espíritu de dadivosidad

Estamos sorprendidos de que nuestro pueblo continúe demostrando un espíritu de dadivosidad tan increíble. A pesar de la continua y persistente inflación que caracteriza a la economía de los países sudamericanos, y a pesar de la amenaza de una recesión económica en los mismos, durante el último quinquenio ingresaron 77 millones de dólares en concepto de diezmo en la tesorería del Señor. Esto representa un incremento del 122%; más del doble del total recibido durante el quinquenio anterior. Con esos recursos pudimos -por la gracia de Dios-  reforzar las estacas” estableciendo sólidamente la iglesia en muchos lugares, y “alargar las cuerdas” iluminando nuevos sectores con la esperanza adventista.

Se podría evaluar la fidelidad de los adventistas en nuestra división con el tic-tac del reloj: 29,66 dólares de diezmo cada minuto, día y noche. Esto significa la impresionante suma de 77.997.428 dólares en cinco años. La exhortación: Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Prov. 3: 9) fue puesta en práctica por nuestros leales miembros, como demostración de su consagración a Dios y a su causa.

Una iglesia cada 56 horas

Junto con este estimulante y rápido aumento de la membresía, se construyeron y dedicaron 773 nuevas iglesias al culto divino y durante este último período de cinco años a la evangelización; lo que significa que cada 56 horas y 41 minutos, había una nueva iglesia

Podemos señalar que el 70% de esas iglesias tienen sus puertas abiertas y sus luces encendidas todos los domingos de noche a lo largo del año, para llevar a cabo inspiradoras reuniones evangelizadoras.

Centenares de otros lugares de cuito están ahora en proceso de construcción en todo el territorio a fin de satisfacer las demandas de una iglesia en pleno crecimiento. En estos momentos vemos cómo se está escribiendo la versión moderna de Los Hechos de los Apóstoles.

Predicadores laicos inflamados con el mensaje

Como era de suponer, lo primero que hicieron los pioneros después de arribar a Sudamérica fue organizar una escuela sabática. La primera se realizó en una pequeña aldea cerca de Diamante, Argentina. Desde ese humilde comienzo la obra de la escuela sabática creció hasta tener ahora más de 480.000 miembros. A esto podemos añadir otros 30.710 alumnos que participan regularmente en las 8.687 escuelas sabáticas de extensión. Las ofrendas de este departamento de la iglesia durante los últimos cinco años ascendieron a más de siete millones de dólares.

El entusiasmo para trabajar en favor de los perdidos -tan evidente entre los adventistas de nuestra división se ejemplifica apropiadamente en la vida del hermano Arquibal Lima, jefe de diáconos de la Iglesia Central, en Manaus, Amazonas, Brasil.

Sintiendo la ardiente responsabilidad de proclamar el poder redentor de Cristo, se unió a otros hermanos y formaron un pequeño equipo misionero. Con un notable sentido de misión, el hermano Lima y sus amigos -que compartían su ideal- evangelizaron un sector de la ciudad (Compensa), y levantaron una iglesia que alberga a 255 miembros de escuela sabática. Cuando ese grupo se afianzó, el equipo se trasladó a otro barrio de la ciudad (Alvorada), donde trabajaron y oraron diligentemente. Como resultado de esa labor se estableció una iglesia de aproximadamente 300 miembros. Fueron entonces a un tercer sector de la ciudad (Alvorada I) y después de desplegar allí sus esfuerzos con toda dedicación, levantaron una nueva iglesia con 180 miembros. Después que la obra quedó bien establecida en ese lugar el equipo no se detuvo. En otro distrito (Compensa II), después de un período de consagrada actividad evangelizadora, se levantó una nueva iglesia, con 55 miembros.

A Dios sea la alabanza por el entusiasmo de nuestros predicadores laicos quienes, como el hermano Lima, están ocupados en proclamar su fe con extraordinario poder.

En 1979 la Unión Brasileña del Sur organizó una gigantesca cruzada misionera para las iglesias que hay dentro de su territorio. Dejaron en seis millones de hogares una publicación especialmente preparada para la campaña, que contenía un resumen del mensaje adventista. Durante el quinquenio los miembros de la Unión Brasileña del Este distribuyeron diez millones de folletos que contenían el mensaje del inminente regreso de Cristo. Los frutos de estas dos grandes campañas misioneras están ahora transformándose, como recompensa, en una abundante cosecha.

Modernos métodos de evangelización

La obra de la radio ocupa un creciente lugar de importancia en Sudamérica como un medio efectivo en la ganancia de almas. La Voz de la Esperanza, Una Luz en el Camino y otros programas locales se transmiten ahora a través de 554 emisoras.

La Escuela Radio postal está jugando un papel importante como instructora bíblica del movimiento adventista. Nuestras diez escuelas bíblicas por correspondencia atienden con regularidad a 46.361 alumnos. Otros 84.500 oyentes de La Voz de la Profecía están bajo el cuidado directo de nuestras iglesias. En total, se han graduado 67.452 alumnos de los diversos cursos bíblicos por correspondencia que ofrece la escuela.

Los programas de televisión Una Luz en el Camino en castellano y Fe para Hoy en portugués, se televisan semanalmente a través de 21 diferentes canales.

Mientras estamos preparando este informe, las enormes y modernas prensas de nuestras casas editoras en San Pablo y Buenos Aires están trabajando al máximo, consumiendo toneladas de papel y lanzando libros, revistas y folletos que contienen la luz de la verdad para este tiempo.

En realidad, hubiera sido imposible llevar adelante la obra de nuestras casas editoras sin la figura heroica y a veces legendaria del ministro de la página impresa. Durante el quinquenio que estamos considerando, aproximadamente 2.000 colportores regulares y 1.000 colportores estudiantes vendieron libros y revistas por un total de 44.116.893 dólares.

Esta imagen cobra una significación especial cuando la consideramos a la luz de la declaración inspirada: “Más de mil personas se convertirán en un sólo día, la mayor parte de las cuales adjudicarán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones’’ (El Colportor Evangélico, págs. 209, 210).

Revolucionario programa educacional

Los últimos cinco años fueron testigos de una sorprendente revolución en nuestro programa educacional. A fin de satisfacer las urgentes demandas de una iglesia en expansión, se construyeron decenas de nuevas escuelas y se ampliaron los medios con que contaban las instituciones ya existentes.

Ahora tenemos 578 escuelas primarias, 26 colegios secundarios y 5 colegios superiores. En esos centros educacionales hay 3.712 docentes y otros obreros que guían a las nuevas generaciones por la senda recta.

Más de 80.000 estudiantes de estos tres niveles están recibiendo los incomparables beneficios de una educación cristiana. Este abultado número de alumnos constituye una brillante promesa para el futuro de nuestra iglesia mientras diariamente están siendo modelados por los apóstoles de nuestra esperanza adventista.

Resultados de cinco días de Bautismo de Primavera

Se dice que el futuro pertenece a la generación más joven. Para nosotros, en Sudamérica, esta declaración tiene un tremendo significado porque, como resultado del explosivo crecimiento demográfico, el 55% de la población tiene menos de 21 años de edad.

Esta nueva fuerza se hace sentir en el seno de nuestra iglesia y exige nuestra atención. En un esfuerzo por ganar a esta nueva generación para Cristo, se han delineado objetivos especiales y se están llevando a cabo diversos programas. Durante cierto número de años hemos tenido en nuestro calendario denominacional un día especial: el día del bautismo de primavera, dedicado exclusivamente al bautismo de jóvenes y adolescentes. Esta actividad ha probado reiteradamente ser una de las más destacadas para brindar a nuestros jóvenes la oportunidad de echar su suerte con la familia de Dios por medio de la preciosa experiencia del bautismo.

Los resultados de este día especial de bautismo durante los últimos cinco años son como sigue:

1975————- 9.575

1976———— 9.001

1977———— 8.467

1978———— 8.024

1979————–10.134

¡Un total de 45.201 jóvenes bautizados en cinco días especiales! Esta cifra impresionante refleja los verdaderos frutos de la incansable tarea cumplida por los administradores, pastores y miembros de iglesia, acicateados por el supremo deseo de guiar a nuestros jóvenes a la cruz de Cristo.

Misión de misericordia

Nuestros 16 sanatorios son conocidos por la calidad del cuidado médico que se brinda en ellos y por la elevada capacidad profesional de sus obreros. Tenemos 243 médicos aproximadamente 130 de dedicación denominacional exclusiva, que están sirviendo en nuestras instituciones médicas. Más de 2.500 obreros y empleados trabajan en el programa médico de nuestra división.

Docenas de enfermeros graduados en nuestras escuelas en San Pablo, Brasil, y Villa Libertador San Martín, Argentina se han consagrado al amante ministerio en favor de los enfermos, y suministran un compasivo cuidado a los pacientes que vienen a nuestros sanatorios en busca de la curación de las enfermedades del cuerpo y de las angustias del alma.

Las trece lanchas que surcan el mayor río de Brasil están dedicadas a la misión de prestar atención médica y dental a los necesitados. Nuestras 26 clínicas, 14 de las cuales son móviles, cumplen también con el mismo estilo de asistencia social.

Deseamos brindar nuestro reconocimiento a los esforzados obreros de nuestras lanchas y clínicas móviles quienes, en su labor de amor y sacrificio, a menudo trabajan bajo circunstancias adversas mientras cuidan al herido, dan consuelo al que sufre y comparten la bendita esperanza con los afligidos.

En los últimos cinco años ha sido sorprendente ver cómo se desarrollaba la obra de la alimentación saludable. La compañía de alimentos de nuestra división tiene cuatro fábricas, tres restaurantes vegetarianos, una docena de locales de venta directa y un bar, en los que trabajan aproximadamente 750 empleados.

Los productos que elaboran son conocidos por su calidad y pureza, y por esa misma razón gozan de una excelente aceptación en el mercado. El beneficio neto obtenido por las diversas ramas de la compañía de alimentos de la división durante el último quinquenio fue de 8.254.233 dólares.

Los resultados que han experimentado nuestros restaurantes vegetarianos nos llenan de entusiasmo y confianza. Además de excelentes ganancias financieras, han probado ser un eficaz medio de salvar almas para Cristo. Por esta razón se están trazando planes definidos para añadir más restaurantes, con lo cual se fortalecerá la cadena a través de todo el campo.

La obra no es nuestra

A pesar de las’ controversias ideológicas y de las crisis económicas que frecuentemente agitan a los países sudamericanos, podemos repetir con gozo las palabras de Samuel: “Hasta aquí nos ayudó Jehová”.

Se han superado circunstancias adversas, se han derribado barreras, y el mensaje adventista ha penetrado en nuevos lugares.

Al dirigir nuestra mirada a la obra que es necesario hacer, nos damos cuenta de que deberemos intentar cosas aún más grandes para Dios en el futuro.

Con una dedicación más grande, una consagración más profunda y una completa dependencia del Espíritu Santo, podemos confiar en una generosa y abundante cosecha. La obra no es nuestra, sino del Señor. El mismo Dios que nos guió hasta aquí, continuará guiándonos y conduciéndonos hasta el triunfo final.

Sobre el autor: Informe de la División Sudamericana presentado por el pastor Enoch de Oliveira, entonces presidente de dicho campo, el 22 de abril de 1980 en el congreso de la Asociación General.