1. Se acostumbra realizar el servicio de la Santa Cena una vez por trimestre. Se recomienda hacerlo el décimosegundo sábado, pero esto está sujeto a los programas de cada iglesia. Donde fuere posible, este servicio se ubicará en la hora regular del culto divino.
2. Solamente un ministro ordenado o un anciano ordenado pueden conducir la Santa Cena. Un obrero que no ha sido consagrado y que tampoco lo ha sido como anciano de la iglesia local, no está calificado para hacerlo. Un diácono ordenado puede asistir en la distribución de los emblemas pero no puede dirigir el servicio.
3. La Santa Cena debería ser anunciada a la iglesia por lo menos con una semana de anticipación.
4. Se deberá hacer todo lo posible por mantener el horario habitual. En ningún caso debería exceder el tiempo del servicio regular de la iglesia en más de quince o veinte minutos. Hasta donde fuere posible no se harán anuncios. No se deberían escoger himnos largos para iniciar los servicios. Se evitarán las oraciones prolongadas y las lecturas extensas de las Escrituras. El sermón no debería pasar de los diez minutos y bien podría destacar algún aspecto saliente del servicio. Si el pastor o anciano desea dar un sermón más completo acerca de la Santa Cena podría hacerlo el sábado previo.
5. Los diáconos y las diaconisas serán notificados por lo menos con dos semanas de anticipación al servicio, para que así puedan realizarse todos los preparativos. Se verá que todos los utensilios estén impecables y en perfecto orden.
6. Orden del servicio:
a. La ceremonia debiera comenzar de acuerdo con el programa regular de la iglesia local.
b. Al terminar el corto sermón, la congregación debería separarse silenciosamente hacia los lugares designados para el rito de humildad. No debiera haber despedida. El órgano o el piano tocarán suavemente mientras la congregación abandone el templo.
c. La ceremonia del servicio debiera realizarse ordenadamente, con palanganas y toallas limpias. Debiera haber comodidad suficiente para que quienes participen puedan lavarse las manos con jabón y secarse con toallas limpias después del servicio. Algunas iglesias tienen un director de canto que dirige himnos sencillos durante el rito. Todo debiera ser hecho evitando la confusión. Los encargados cuidarán que nadie sea pasado por alto. Se les dará a las visitas y a los niños una atención especial. A los miembros recién bautizados y a los niños que participen por primera vez, se les debiera prestar una atención especial.
d. El organista o pianista seguirá tocando hasta que la congregación se reúna nuevamente.
e. Tan pronto como cada uno esté en su lugar, los ancianos oficiantes, los diáconos y generalmente dos diaconisas, entrarán y se sentarán; los ancianos detrás de la mesa de comunión, los diáconos y diaconisas enfrente.
f. En ese momento puede cantarse un himno o leerse un párrafo apropiado de las Escrituras.
g. Uno de los ancianos encargados pedirá entonces la bendición de Dios sobre el pan. La congregación generalmente participa sentada con la cabeza inclinada.
h. El anciano encargado y los ancianos asociados partirán el pan. Se podrá tener anticipadamente la mayor parte del pan partido en pequeños trozos dejando sólo unas pocas piezas para ser divididas en el momento del oficio divino. Es apropiado leer una parte de la Escritura o hacer un comentario durante este momento.
i. Al darse una señal, los diáconos se pondrán de pie, y a cada uno se le entregará una bandeja con el pan partido. Los diáconos distribuirán entonces el pan entre la congregación de acuerdo con un plan arreglado de antemano. Lo mejor es que los diáconos sostengan la bandeja, y no que la dejen pasar a lo largo de la fila. Pueden ocurrir situaciones embarazosas si la bandeja no es manejada cuidadosamente.
j. Mientras se sirve el pan, sería apropiado escuchar una música suave o comentar un trozo apropiado de la Sagrada Escritura.
k. Cuando los diáconos vuelvan de servir a la congregación entregarán de vuelta las bandejas a los ancianos quienes a su vez servirán a los diáconos y se servirán los unos a los otros.
l. Los ancianos y diáconos se sentarán. El anciano encargado tomará la iniciativa para participar del pan con un comentario apropiado. Seguirán después unos momentos de silencio. El anciano encargado puede terminar esta parte con una breve oración.
m. El procedimiento será aproximadamente el mismo en la distribución del vino. La música durante esta parte del servicio es generalmente más efectiva que los comentarios, por el tintinear de los vasos.
n. De ser posible, la iglesia tendrá portavasos en la parte trasera de los bancos, si no los hubiere, los vasos serán retirados por los diáconos.
ñ. Un himno para el cierre, apropiadamente elegido será seguido por la bendición pastoral. Si los bancos están equipados con porta vasos, el organista o pianista comenzará el preludio para el himno final inmediatamente después de la oración. Esta oración a su vez, seguirá inmediatamente al himno. Esto cubrirá el ruido que se produce al colocar los vasos en los bancos. Si los vasos fueren recogidos por los diáconos, el organista o pianista empezará el preludio del himno de clausura mientras los diáconos estén trayendo de vuelta los vasos por el pasillo.
7. La ceremonia nunca debiera parecer apresurada, pero tampoco debe haber pausas incómodas. El que está a cargo debiera hablar lentamente, con voz bien modulada. Debiera variar los textos que cite de una reunión a otra. La ceremonia debiera ser formal, pero no afectada. Durante ella debe estar presente un espíritu de gozo contenido.
8. Lo más importante de todo: el encargado del servicio habrá de prepararse para la ocasión. Su preparación debiera incluir la oración, el estudio y una cuidadosa organización. Recuerde, nadie en este mundo ha sido llamado a ejercer una función más importante que la de conducir un servicio de Santa Cena.