Era un joven alto y bien parecido el que me esperaba en el aeropuerto de South Bend, Indiana, para conducirme hasta la entrevista que tendría en la Universidad Andrews. Pronto comprendí que era un estudiante del último año de teología. Me preguntó en qué consistía mi trabajo, y escuchó atentamente cuando le dije que era secretario de la Asociación Ministerial de la Asociación General. En el trayecto, el joven arrojó un par de interrogantes: “¿Qué significa ese departamento? ¿En qué consiste la función de la Asociación Ministerial?” Considero que es un interrogante que merece una respuesta.

 Sea lo que fuere lo que estamos haciendo, lo venimos realizando desde 1922. Por eso cumplimos sesenta y cinco años. Esta es una buena edad para detenerse y reflexionar sobre lo realizado. También es una buena edad para hacer nuevos planes de modo que los demás sepan que aún no se ha jubilado.

 Intentaré responder el interrogante del estudiante con respecto al propósito de la Asociación Ministerial. En este sexagésimo quinto aniversario echemos un vistazo retrospectivo para considerar lo ya realizado, y luego raicemos hacia adelante, hacia donde vamos.

Una mirada al pasado

 La Asociación Ministerial recibió la autorización el 26 de marzo de 1922 durante una sesión del Congreso de la Asociación General. La moción sugería que su propósito era fortalecer el ministerio evangelizador de tres maneras: reunir información relacionada con la obra y los problemas de los pastores, establecer un medio para compartir información, y estimular a los jóvenes que se estaban preparando para la labor ministerial.[1]

 A. G. Daniells había sido presidente de la Asociación General por 21 años. Ya era tiempo de que se produjera un cambio, razón por la cual no se lo reeligió. Sin embargo, a los 64 años, en ninguna manera estaba preparado para jubilarse. Por lo tanto, el 25 de septiembre de 1922, fue elegido como secretario ministerial, y así nació la Asociación Ministerial.

 La justificación por la fe reconvirtió a Daniells. Durante el tiempo de su presidencia en la Asociación General, desde 1901 a 1922, Daniells había capeado la crisis de Kellog, se habían trasladado las oficinas de la Asociación General a Washington D.C., y se había difundido enormemente la obra de ultramar. Daniells fue el instrumento que desarrolló nuestra actual organización y formó los departamentos. Había llegado a ser “mister machinery” [el hombre maquinaria].

 Más tarde admitió que las presiones administrativas lo habían hecho descuidar su propia experiencia espiritual. La eficiencia en la administración había ocupado el primer lugar. Ya libre de la presidencia, surgieron en él sentimientos de rechazo y sintió la tentación de criticar al nuevo liderazgo. Sintió que recuperaría su espiritualidad si ayudaba a nuestros pastores. Entre 1923 y 1924 estudió y volvió a estudiar los principios fundamentales del mensaje adventista.[2]

 Daniells no había participado de la reunión de la Asociación General en 1888, por lo que no había escuchado el énfasis en la justificación por la fe. En ese tiempo había estado trabajando como misionero en Nueva Zelanda. Más tarde se lamentó por su desconocimiento de los principios básicos de la justificación por la fe. Mientras estudiaba el tema, su artículo favorito llegó a ser el que escribió Elena de White el 22 de marzo de 1887 en la Review, publicado antes de las sesiones de 1888. El artículo comenzaba diciendo: “Un reavivamiento de la verdadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de nuestras necesidades. Buscar esto debiera ser nuestra labor primera”. Más tarde, preguntaba: “¿Cerrarás la puerta al bendito Salvador? ¿Por qué no estás preparado para su presencia?” El mismo Daniells no había permitido esta obra durante toda su vida. Al estudiar, larga e intensamente, los temas de 1888, gradualmente se sintió atraído por su Señor. La Justicia por la fe llegó a ser una realidad gloriosa y una experiencia personal con Cristo.

 Refiriéndose a la relación estrecha con Cristo, le escribió a L. E. Froom en 1927: “Creo en ella porque la experimenté en mi propia vida. Llegó a mí cuando estaba en medio de un grupo de zarzas en Nueva Zelanda y atravesaba una crisis en mi trabajo en esa zona. Permaneció en mí durante años, y se manifestó efectivamente en los corazones de los demás. Pero los siguientes años de tareas administrativas me robaron esa conciencia de la permanencia de Cristo, e hicieron de mí un formalista. Ahora estoy regresando a esa comunión con mi Señor…

 “A lo largo de cuarenta largos años, el Señor ha estado tratando de guiarme en esa experiencia pentecostal para transmitirme eficacia en la evangelización, pero hemos caído en una trampa tras otra y desvirtuamos los propósitos del Señor. El ‘institucionalismo’, el ‘ administrativismo ’ el ‘financialismo’, el ‘misionalismo’ en el extranjero, uno tras otro nos han atrapado tan fuertemente que nunca logramos el bautismo, el aspecto más importante de todos”.[3]

 La mayoría de los dirigentes de la Asociación General elegidos en 1888 apoyaban la justificación por la fe. O. A. Olsen, que reemplazó a G. I. Butler como presidente, la aceptó y la predicó. En el año 1890, se le dio mucho énfasis a esta doctrina. Elena de White tomó posición junto con los “jóvenes”, Waggoner y Jones, y viajó con ellos a los camp meetings y a las iglesias predicando la justificación por la fe. Muchos que originalmente se opusieron, cambiaron de pensamiento o desaparecieron como dirigentes.

 Sin embargo, cuando comenzó el siglo XX y se afrontaron conflictos internos, decreció el resplandor de la nueva llama. Se necesitaba una reorganización durante la presidencia de Daniells. Pero si se acusa a Daniells por enfatizar en los aspectos de organización que ensombrecieron el énfasis en la justificación por la fe entre los años 1900 y 1910, también se le debe acreditar el énfasis y la marcada preocupación que puso en esta doctrina cuando dejó la presidencia y se transformó en secretario ministerial en 1920. La recién nacida Asociación Ministerial puso todo su entusiasmo y le dio la prioridad a la justificación por la fe.[4]

 La Asociación Ministerial en los días de Daniells. Daniells comenzó su trabajo para la Asociación, realizando seminarios sobre justificación por la fe. Viajó extensamente durante 1923, 1924 y 1925. Estos seminarios se realizaron en el Sudeste, en el Oeste y en el Noreste de los Estados Unidos. Para 1926 ya había escrito Christ our Righteousness, el primer libro de la Asociación, que se transformó en el libro de texto para los seminarios que se realizaron por todo el mundo. Al surgir estos temas se produjo un reavivamiento. Hombres como L. E. Froom, Meade McGuire, Taylor Bunch y Carlyle Hynes captaron el espíritu de reavivamiento de Daniells, aceptaron el mensaje de la justificación por la fe y, a través de su ministerio, multiplicaron su éxito.[5]

 En 1922 Daniells recibió una invitación para continuar desempeñando parcialmente algunas tareas administrativas como secretario de campo de la Asociación General conjuntamente con la labor como secretario ministerial. En 1926, abandonó la responsabilidad administrativa. La Asociación Ministerial lo necesitaba completamente. En 1926 L. E. Froom se unió a Daniells en esta responsabilidad, y pronto lo siguió Meade MacGuire, ambos lo hicieron como secretarios. En 1927 ya había un secretario ministerial en cada división del mundo.[6]

 L. E. Froom había estado estudiando y dando conferencias sobre el Espíritu Santo. En 1928, la Asociación Ministerial editó su segundo libro, se tituló, The Coming of the Comforter [La venida del Consolador].

 Los concilios y los seminarios tenían sus limitaciones. Aunque contaban con tres hombres en la Asociación, y otros los apoyaban dando conferencias, el campo mundial no podía ser atendido. Se necesitaba imperiosamente un medio de comunicación escrito.

 Primeramente, la Asociación Ministerial envió una serie de boletines mimeografiados. A menudo incluían mensajes que se ofrecían en los seminarios. Las diferentes especialidades ministeriales reclamaban el consejo práctico y la aplicación de métodos exitosos en sus respectivas áreas. Se prepararon separadamente listas de suscriptores y boletines para los pastores, para los evangelistas, para los cantantes evangelistas, para los instructores bíblicos, para los profesores de Biblia, para los capellanes de los sanatorios, y otros.

 Pero esto no funcionó bien. La misma Asociación no estaba convencida de que este método fuera efectivo. Porque cada especialidad quería conocer qué se le informaba a los demás. Se comenzó a sugerir que se publicara una revista. Este era el sueño de la Asociación.

 En un principio los administradores de la Asociación General vieron a este proyecto como a una pesadilla. “No podremos solventar otra publicación”, argumentaban, “para esto sería suficiente una página o dos en la Review”. Pero como los reclamos por los boletines aumentaron, éstos también resultaron costosos. Por otra parte, el campo reclamaba una publicación. En enero de 1928 se editó el volumen 1, número 1 de The Ministry. Ya en 1930, su circulación se acercaba a los 2.500 números.

 Froom realizaba la mayor parte del trabajo editorial. El escribió en el primer artículo de The Ministry: “En 1888 arribamos a una nueva época de este movimiento. Llegó la hora de que seamos heraldos de una verdad descuidada, el mensaje de la ‘justificación por la fe’ en el marco del triple mensaje angélico. Fue con este mensaje culminante, y con el acompañamiento de la experiencia requerida, que comenzó el fuerte clamor. Se lo debe escuchar. Es el que coronará y completará nuestra labor. Débil en un principio, está destinado a expandirse hasta que ruja como un trueno que penetre todo oído humano.

 “La ‘justificación por la fe’ no es un eslogan ni una frase atrayente. Tampoco es únicamente una doctrina que busca recibir el simple asentimiento de la mente. Es una experiencia viviente que debe transformarse en una realidad personal en todos los que triunfarán con esta iglesia. No es algo ajeno a este movimiento; es su misma esencia, -‘es el meollo del mensaje del tercer ángel’. No minimiza las verdades distintivas que hacen de nosotros un pueblo diferente; clarifica e intensifica estas verdades en una época signada por la apostasía, y las hace brillar con el resplandor de la luz del cielo. Les otorga el poder espiritual. Inviste al movimiento y a su mensaje con su poder culminante”.[7]

 La Asociación en los años recientes. En los 65 años de su existencia la Asociación Ministerial de la Asociación General contó con sólo seis secretarios: A. G. Daniells (1922-30), I. H. Evans (1931-41), L. E. Froom (1941-1950), A. R. Anderson (1950-1966), N. R. Dower (1966-80), J. R. Spangler (1980-1985), W. F. Breese (1985- ).[8]

 Cuando murió Daniells, en la Asociación Ministerial había un secretario y dos secretarios asociados que atendían a 2.355 pastores, en una proporción de 1 cada 785. En 1985 había un secretario, tres secretarios asociados, un secretario asistente y dos asistentes editoriales. Los presupuestos para viajes son un poco menos de cinco y se procura atender a 15.685 pastores, un promedio de 1 cada 3.137.[9] El personal de la Asociación General no está creciendo en la misma proporción que el número de pastores en el campo- y no necesita hacerlo.

 Aunque los secretarios ministeriales de las divisiones fueron elegidos casi en el principio de la Asociación Ministerial, por 1942, Oliver Montgomery dijo: “No hay secretarios ministeriales en las uniones ni en las asociaciones, pero se están haciendo los contactos directamente con las asociaciones, las instituciones y los obreros”.[10] A causa de que casi todas las asociaciones y las uniones ya cuentan con sus secretarios ministeriales que llevan a cabo sus propios programas, y dado que ahora los pastores sextuplican el número que había cuando la Asociación Ministerial comenzó, ya no es posible ni propio para la Asociación Ministerial de la Asociación General hacer el impacto que hizo a través de los concilios y seminarios. Ahora, también el Biblical Research Institute brinda orientación con respecto al estudio y la defensa de nuestras doctrinas de un modo mucho más directo que la Asociación Ministerial.

 Como es cada vez menos real o posible servir al pastor en forma individual en la experiencia de campo desde Washington, es mucho más importante y necesario que nuestra obra de campo se concentre en entrenar a los secretarios ministeriales de la división, de la unión y de la asociación, que son los que pueden atender directa e individualmente al pastor. Una cosa es cierta, el pastor necesita ayuda para revivir su relación personal con Cristo tanto hoy como cuando la Asociación comenzó con su énfasis total en Cristo, nuestra justicia. Esta necesidad debe ser atendida por la Asociación Ministerial en un nivel elevado y con métodos más efectivos.

 En 1941 la sesión de la Asociación General recomendó que uno de los tres secretarios de la Asociación Ministerial fuera “un evangelista experimentado y de éxito”, y que otro se destacara por ser un “calificado y experimentado instructor bíblico”. Si los primeros años de la Asociación los signó el énfasis en la justificación por la fe y en un segundo plano la evangelización, en los años más recientes los marcó el énfasis en la evangelización y en la justificación por la fe.[11]

Mirando hacia adelante

 ¿Qué es lo que está haciendo ahora la Asociación Ministerial? A principios del quinquenio el personal de la Asociación Ministerial de la Asociación General pasó muchos días trabajando en forma grupal ordenando planes y objetivos para 1985-1990. Permítanme compartir con ustedes algunos de nuestros proyectos e inquietudes.

 Cosecha 90. La evangelización sigue siendo lo principal. Durante este quinquenio el énfasis de la Asociación Ministerial se puso en Cosecha 90. Al finalizar 1986, luego de los primeros seis trimestres que finalmente serían veinte, sobrepasamos en un 22.5% el blanco total de dos millones de almas, bautizamos 607.162, es decir 157.162 más que nuestro blanco. Estamos invitando a cada pastor a que conduzca, por lo menos, un ciclo evangelizador durante cada año y a cada hermano que trabaja en las oficinas y tiene una credencial ministerial o una licencia, también le pedimos que se enrole en dos o más series evangelizadoras durante el quinquenio.

 ¿Estamos creciendo tan rápidamente como lo hicimos hace 65 años? A principios de 1922 teníamos 198.088 miembros. Al fin de ese año, éramos 208.771. Lo que indicaba un crecimiento de 316.203, es decir un 6.70%. ¡Ahora estamos creciendo mucho más que entonces!

 La revista ministerial. Las primeras ediciones de The Ministry alcanzaron o sirvieron a 2.500 lectores. Hoy cada dos números se edita uno con el proyecto P.R.E.A.C.H., y llega a 230.000 pastores de todas las denominaciones.

 En la columna “Ahora”, se enumera el porcentaje de los artículos que actualmente planificamos publicar en el curso de un año sobre cada tema. En la columna “Antes” se compara ésta con el espacio destinado a los artículos de esa área en la primera edición de esa revista en enero de 1928:

Tema                                                     Antes                      Ahora

La vida espiritual del pastor                    17%                     20%

La relación de la familia del pastor         0%                       10%

La esposa del pastor                                 6%                      10%

Teología                                                  17%                     20%

Destreza profesional                               39%                      20%

Temas de actualidad                               5%                        10%

Diálogo                                                  11%                          5%

Misceláneas                                            5%                            5%

                                                              100%                       100%

 Es notable el parecido entre “Antes” y “Ahora”. A lo menos, en el primer número The Ministry dedicó mucho más espacio que antes a tratar temas relativos a la familia y también a la capacidad profesional y al diálogo.

 El libro doctrinal. Desde sus comienzos la Asociación Ministerial publicó, de vez en cuando, libros de ayuda para los pastores. Actualmente, estamos preparando un libro doctrinal diseñado para los pastores y otros profesionales, tanto adventistas como no adventistas. Este libro no fue preparado para teólogos y no teólogos separadamente, sino para ambos grupos. Esperamos que sea de ayuda para los pastores no adventistas que se interesaron en nuestra iglesia a través de nuestra revista o asistiendo a alguno de los casi 100 seminarios que P.R.E.A.C.H. realizó anualmente para ellos.

 La educación continuada. Este programa se revigorizó por un voto tomado durante el Concilio Anual de Río en 1986. Las organizaciones empleadoras están obligadas a proporcionar el sistema de educación continuada para sus pastores. Cuando se renuevan las licencias ministeriales la junta que lo trata deberá constatar el registro de educación continuada del pastor. Si éste no alcanzó un promedio de 20 horas reloj en el plan de educación continuada por año, la organización empleadora debe ayudarlo a lograrlo.

 La esposa del pastor. Abrigamos la esperanza de trasladar Shepherdess International (la Asociación Ministerial Área Femenina) para que deje de ser un programa piloto temporario y se transforme en un programa formal que atienda a las esposas de los pastores. Ya son siete las divisiones que tienen consejeros en esta área. Todas las asociaciones, excepto tres, de la DNA y casi el 50% de los campos y misiones de ultramar ya cuentan con organizaciones locales de la Asociación Ministerial Área Femenina.

 Centro de recursos para los pastores. Este nuevo centro posee ahora la serie de filmes “Good News for Today” y Multi-Visual Productions. Este servicio ayuda a los campos locales a adaptar las diapositivas a su lenguaje y su cultura. Actualmente, una división está trabajando con seis adaptaciones. Vendemos proyectores que no son caros para que se utilicen en las zonas remotas del mundo. Entre otras herramientas para servir al ministerio se ofrecen los certificados de Ordenación ministerial, los Certificados bautismales, y los de Profesión de fe.

 Ya se concluyó el manuscrito del nuevo manual de bautismo. Se base en todas las 27 doctrinas fundamentales de la iglesia, como se encuentran en el Manual de Iglesia. Dicho manual pronto estará disponible a través del Ministerial Supply Center [Centro de recursos para los pastores], junto con el renovado folleto Let’s get Acquainted [Conozcámonos], que presenta informaciones útiles acerca de la organización, los programas, y la comunión de la iglesia para con los nuevos miembros.

 Formación individual. Con todo el encomiable énfasis que en los años recientes se puso en la preparación académica del pastor para que sirva en el ministerio, hemos descuidado uno de los mejores programas educacionales disponibles para el ministerio que recién comienza -la formación individual. Hay cosas que se pueden aprender mejor en un aula, pero hay otras habilidades, como la predicación o tocar el piano, que se aprenden mejor practicándolas. Quizás seamos injustos con nuestros colegios al criticarlos tan severamente por no enseñar suficiente práctica. Pero la realidad es que la práctica se aprende mejor en la experiencia de campo, enseñada por un maestro- modelo en el marco de la relación persona a persona. A esto le llamamos formación individualizada.

 Esperamos preparar un curso para los supervisores de estos alumnos a fin de que los ayude a ser mejores maestros-modelo. También estamos planificando preparar una serie de mini-cursos diseñados en videocasetes para presentar la labor ministerial al alumno. Podrán asistir tanto el alumno como el supervisor, o un grupo de alumnos dirigidos por su secretario ministerial.

 Mejorando la función pastoral. Hemos preparado y recomendado una descripción de tareas para el secretario ministerial y se la está arreglando para que involucre a todo el campo mundial. El plan consiste en la preparación de un Ministerial Secretary’s Handbook [Manual del Secretario Ministerial] de tal manera que el secretario del campo local y sus administradores dispongan fácilmente de sugerencias mientras planifican cómo puede el secretario servir mejor a su campo.

 La descripción de tareas sugiere: “Se espera que el secretario ministerial sea el pastor de los pastores, el abogado y el amigo. El secretario ministerial representa a su presidente delante de los pastores del campo local. Y lo más importante, él representa a los pastores ante el presidente. Su labor no consiste en interferir en la disciplina de un pastor si ésta es necesaria, ni en defender los errores del pastor. Sin embargo, el espíritu del campo se eleva y los ministros se involucran más en el ministerio si pueden sentirse libres de venir ante el secretario ministerial con la certeza de que él siempre los apoyará como personas, no importa cuál sea el problema. Si es posible, lo ideal es que la secretaría ministerial no sea una responsabilidad del presidente. El interés pastoral del presidente por sus obreros es encomiable, pero el empleador no debiera ser el vínculo entre el empleado y empleador”.

 Este es un tema muy delicado y asumimos esta posición sólo después de buscar mucho consejo. El secretario ministerial no debiera trabajar en oposición con el presidente. Su responsabilidad es la de apoyar y cooperar con él. Al mismo tiempo, una de sus mayores responsabilidades es la de asistir al pastor en forma personal. Él es el vínculo entre el presidente y el pastor. Esto significa que él representa al pastor ante el presidente, así como al presidente delante del pastor. El secretario ministerial está con un pie en la oficina del presidente y con el otro en el estudio del pastor, haciendo lo mejor para coordinar el programa que cada uno tiene. Muchos pastores consideran a su secretario ministerial como a alguien que tiene los dos pies en la oficina del presidente, mientras que con su dedo se ocupa de señalar a los pastores.

 Los viajes a ultramar. Quisiéramos incrementar progresivamente nuestros viajes a ultramar hasta que a fines del quinquenio dediquemos, a lo menos, un 60% de nuestro tiempo destinado a viajes, fuera de Estados Unidos. Durante 1986 sólo lo hicimos en un 39%.

 Un viaje a ultramar, a causa de su costo, debiera incluir un período de vahas semanas y esto generalmente significa establecer compromisos con varios campos locales. Esta actividad generalmente necesita mucho tiempo, especialmente en las divisiones, por lo que no quedan muchas oportunidades de atender estos pedidos.

 Los viajes domésticos, por ser menos costosos, pueden ser por un evento patrocinado por un campo local. Estos son mucho más sencillos de combinar y cada año atendemos cientos de estos pedidos. Pero creemos que no es equilibrado que dediquemos el 61% de nuestro tiempo de viajes en una división que tiene el 14% de la feligresía.

 El Concilio Ministerial Mundial. En el intento de reducir de algún modo los gastos que durante 1985 hizo la Asociación General, el pastor Neal C. Wilson convocó a todo el personal de la Asociación General y los invitó a compartir sugerencias para lograrlo. Uno de los empleados aventuró la siguiente pregunta: “A la luz de los millones de dólares que le cuesta a la iglesia, ¿por qué no eliminamos la sesión de la Asociación General?” La respuesta del pastor Wilson fue algo así: “Aunque es costosa, es absolutamente esencial que los representantes de la iglesia mundial se reúnan cada pocos años para alcanzar el consenso con respecto a nuestros planes de acción, si es que queremos continuar siendo una iglesia mundial”.

 Estoy convencido de que esto es así. También estoy convencido de que es esencial que los representantes de la iglesia mundial se reúnan cada pocos años para reafirmar nuestras creencias doctrinales fundamentales si queremos seguir siendo una iglesia mundial. Por esta razón, estamos planificando un Concilio Ministerial mundial para 1990, no como un apéndice menor de las sesiones del Congreso de la Asociación General, sino como una oportunidad de permitir que nuestros dirigentes mundiales se sienten a los pies de nuestros más delicados estudiosos de la Biblia y reafirmen su confianza en las doctrinas que nos unen como pueblo.

Mirando a lo alto

 Hemos mirado hacia atrás y también hacia adelante, pero en este sexagésimo quinto aniversario de la Asociación Ministerial queremos poner, por encima de todo, nuestro deseo de ayudar a cada pastor adventista para que mantenga su mirada puesta en el Cielo.

 L. E. Froom, editor de The Ministry, viajó a Glendale, California, enviado por la Asociación Ministerial para que pasara las últimas seis semanas de la vida de Daniells junto al lecho del anciano pastor. Ambos terminaron el libro The Abiding Gift of Prophecy [El permanente don de profecía]. Diez días antes de la muerte de Daniells, Froom le preguntó si quería enviar un mensaje a través de las páginas de The Ministry como despedida del ministerio adventista. Daniells bosquejó lo que quería decir, y Froom se lo llevó a su habitación y le hizo las últimas correcciones. El 21 de marzo de 1935, Froom se lo trajo de nuevo para su aprobación definitiva, pero ya Daniells empeoraba rápidamente.

 Parecía una imposición que siquiera lo leyera, pero Daniells quería escucharlo. A mitad de la lectura, Froom deslizó una mirada y vio que las lágrimas corrían por las mejillas del patriarca. Froom concluyó la lectura con un “Amén”. Y Daniells, con todo el entusiasmo que podía emitir su cansado y viejo corazón, dijo “Amén y Amén”. Así fue como Froom agregó el segundo “Amén” en el manuscrito, y esa es la forma en la que aparece en The Ministry. Daniells murió el 22 de marzo.[12]

 Concluimos con dos porciones de esa recomendación a los pastores:

 “Les encargo a todos, solemnemente delante de Dios, que sean fieles a la elevada tarea ministerial, fieles en esperar a vuestro Dios, y fieles a las grandes verdades del movimiento adventista… La iglesia necesita enormes avances espirituales, y ustedes son los únicos que lo pueden hacer… Dios anhela que se produzca un reavivamiento espiritual y una reforma en nuestras filas, y esto podrá producirse a través de un genuino ministerio espiritual…

 “Me dirijo hacia mi descanso seguro en la bendita esperanza que sustento sin que flaquee a través de los años. Mi Dios conoce mi corazón. Mi confianza está puesta en El. Hagamos un pacto en esta hora solemne de encontrarnos en el reino de nuestro Señor que pronto vendrá. Amén y Amén”.[13]

Sobre el autor: es el secretario ministerial de la Asociación General.


Referencias:

[1] “Establishment and Charter”. The Ministry, enero de 1928, pág. 32.

[2] L. E. Froom, Movement of Destiny (Washington, D. C., Review and Herald, 1971), pág. 377.

[3] Carta de A. G. Daniells a L. E. Froom. Archivos de la Asociación General.

Washington, D. C., 13 de marzo de 1927.

[4] Froom, Ibid., págs. 375-408.

[5] Ibid., pág. 395

[6] Carta de A. G. Daniells, Archivos de la Asociación General. Washington, D. C., 7 de enero de 1927.

[7] “Irresistible Power – in a Movement Whose Time Has Come”, The Ministry, enero de 1928, pág. 5.

[8] Del informe de la comisión de nombramientos en las sesiones de la Asociación General, Archivos de la Asociación General, Washington, D. C.,

[9] 123rd Annual Statistical Report 1985, Compilado por la Oficina de Archivo y Estadística, Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Washington, D. C

[10] Oliver Montgomery, Church Organization and Administration (Washington. D. C., 1942), pág. 232.

[11] Don Neufeld. ed, Seventh-day Adventist Encyclopedia (Washington, D. C., Review and Herald, 1966), pág. 799.

[12] “Intímate Story of the ‘Charge’ ”, The Ministry, mayo de 1935, pág. 2.

[13] “Farewell Charge to the Advent Ministry”, The Ministry, mayo de 1935, pág. 1.