El término “audiovisual” manifiesta su importancia y llama la atención a la necesidad y la importancia de ser aplicado en la apasionante tarea de la presentación de la verdad evangélica.

Nadie puede cuestionar ni poner en duda que la enseñanza por parte del instructor, del conferenciante, del pastor, del maestro (como querramos llamarle), y el aprendizaje por parte del oyente, se facilitan si hacemos agradable y atrayente la presentación que nos proponemos, usando audiovisuales.

Conquistaremos los sentidos del oído y de la vista para penetrar al corazón y la mente con nuestro objetivo primordial, esto es, el impacto de la verdad en la vida del individuo y de las masas.

Al vocablo “audiovisual” se lo define de la siguiente manera:

a. “Método de enseñanza que utiliza preponderantemente los sentidos… en especial el auditivo y visual, mediante el comentario de espectáculos instructivos (proyecciones, películas y objetivos artísticos, etc.)” (Larousse Ilustrado, “audiovisual”, pág. 114).

b. “Sistema diseñado para ayudar en el aprendizaje o la enseñanza al hacer uso de los sentidos auditivo y visual” (Webster Dictionary, “audiovisual”, pág. 74).

c. “Que se refiere conjuntamente al oído y a la vista, o los emplea a la vez. Dícese especialmente de los métodos didácticos que se valen de grabaciones acústicas acompañadas de imágenes ópticas” (Diccionario de la Real Academia Española (1984), t. 1, pág. 151).

Si bien es cierto que en los días de Jesucristo no existían los medios audiovisuales tecnificados que tenemos hoy a nuestro alcance, su ministerio y enseñanza se caracterizó por el uso de los símbolos. Cuando la oportunidad y la ocasión lo exigían, el Maestro por excelencia llamó la atención a los “lirios del campo” mostró las alegres “aves del cielo” y tomó en sus brazos a una inocente criatura para enseñar aspectos imperecederas que constituyen el Evangelio.

“Cuando las multitudes que lo seguían aumentaban, cuando llegaba a un lugar adecuado, les hablaba, simplificando sus discursos con el empleo de parábolas y símbolos” (E. G. de White, El evangelismo, págs. 151, 152).

La razón de la urgencia de su uso

Grandes masas humanas compuestas por niños, jóvenes y adultos son atraídas por el bullicio y el colorido de la música de las discotecas, los programas de televisión y el cine comercial, que en conjunto tienden a avasallar la conciencia y la personalidad del individuo para hacer aún más difícil que ellos respondan a una invitación de dedicar un poco de tiempo a escuchar un discurso o un seminario mediante los cuales queremos llegar a ellos con “la verdad que salva”.

Lo más triste del caso es que el maestro del engaño está usando los mejores métodos audiovisuales para apartar al hombre de los llamados del Espíritu Santo para evitar que todos se entreguen y acepten el Evangelio de la gracia.

Por consiguiente, se hace muy pero muy urgente el llamado de arrebatar de las manos del archiengañador algunos métodos audiovisuales legítimos que él usa ilegítimamente, para usarlos en nuestras presentaciones públicas, atrayendo así a la personalidad humana al mundo de la atracción verdadera que es nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

El espíritu de profecía y la discusión del método

“. . . ellos los cuadros tienen un efecto notable al ser presentados a la gente en vindicación de la verdad. El Señor los usa para impresionar las mentes. Se me ha dado instrucción clara y distinta en el sentido de que deben usarse cuadros en la presentación de la verdad. Y esas ilustraciones deben hacerse más impresionantes por medio de las palabras que muestran la importancia de la obediencia” (El evangelismo, pág. 152).

“… tales métodos serán usados cada vez más en la terminación de la obra” (ibíd., pág. 153).

“Mediante el uso de diagramas, símbolos y representaciones de varias clases, el ministro puede expresar la verdad con claridad y nitidez. Estos son medios auxiliares y están en armonía con la Palabra de Dios” (ibíd., pág. 154).

Los audiovisuales son métodos auxiliares que no deben reemplazar la presentación de la verdad. La verdad, tal cual está en Cristo, es la atracción central, no los audiovisuales.

¿Quiénes pueden y deben usarlos?

a. Los pastores

b. Los evangelistas

c. Los maestros y profesores

d. Los Instructores bíblicos

e. Los predicadores laicos

f. Los colportores

¿Por qué algunos no usan los audiovisuales, y para no hacerlo presentan excusas como las siguientes?

“No tengo presupuesto, ni medios para conseguirlos”. (Algunos son sinceros al esgrimir esta disculpa.)

“Es mucho el trabajo y el tiempo necesarios para prepararlos”. (¿No será para justificar su falta de dedicación a su labor?)

“No se adapta a mi personalidad ni a mi forma de presentar mis exposiciones”. (Sin embargo, una buena presentación se torna mejor con la ayuda de ellos.)

En otras palabras, no encontramos razones valederas ni disculpas que puedan ser aceptadas para rechazar este método.

Diferentes tipos de audiovisuales que se pueden utilizar:

1. Un pizarrón.

2. Franelógrafos o metalógrafos (pizarra magnética).

3. Luz negra y proyectores.

4. Diagramas y cuadros en cartón y en tela.

5. Películas sonoras (culturales y religiosas).

6. Proyecciones con uno o más proyectores de diapositivas (lo más usado hoy).

7. Sistema de multimedia, con dos, tres, seis o más proyectores, etc.

El sistema audiovisual comúnmente llamado multimedia

Es un medio para encauzar la mente del individuo con el propósito de un aprendizaje más definido y que ayude a tomar decisiones duraderas y estables.

El que escribe usa este método, con excelentes resultados para la evangelización pública, para ilustrar sus conferencias y retener al público por seis o más semanas.

Hasta aquí mismo ninguno de los asistentes se ha quejado de que sea impropio, inculto o carente de atractivo, por lo contrario, los comentarios son óptimos y demasiado buenos.

El escritor M. Griffin se expresa al respecto: Un programa de multimedia puede ser más efectivo que un sermón directo, como un medio para que la audiencia acepte nuevas ideas” (The Mind Changers, pág. 53).

Este conocimiento nos ayudará a eliminar tensiones, aunque las apariencias revelen que no todos están prestando atención.

Pensamientos finales

“Manifiesten los obreros de Dios tacto y talento, e ideen medios originales por los cuales comunicar la luz a los que están cerca y a los que están lejos” (El evangelismo, pág. 153).

“La obra en las grandes ciudades debe realizarse de acuerdo con las disposiciones de Cristo y no según los principios que rigen las representaciones teatrales. No es la representación teatral lo que glorifica a Dios, sino la presentación de la verdad en el amor de Cristo” (ibíd., pág. 154).

Esto quiere decir que el obrero de Dios debe idear nuevos métodos, que estén dentro del marco del respeto, la decencia y la exaltación del mensaje evangélico.

Aunque son métodos importantes de ilustración y retención de la verdad, no son el centro de la exposición y del mensaje, sino que el centro es la verdad tal cual está en el Evangelio, Jesucristo.