“Pastor, ¿cómo la lee?”

Quizás usted pueda citar la Escritura como lo hizo el experto en la ley a quien Jesús examinó, pero ¿cómo la lee en público? Espero que no lo haga como el Pastor Inútil.

Dios dice que su Palabra no retornará vacía, pero, de la manera como este predicador la lela, me pareció que hubiera sido mejor que esa parte del culto quedara vacía. ¿Por qué? Veamos.

Cierto sábado el Pastor Inútil tomó su Biblia y dio la referencia con voz apagada, sin repetirla. Para cuando logré encontrar el libro, él ya estaba leyendo con dificultad y tanteando el rumbo a través del pasaje. Yo no había oído cuál era el capitulo o versículo, así que no pude encontrar dónde estaba leyendo. Por lo tanto, cerré mi Biblia y traté de escuchar.

Lela con poca expresión, tropezando con palabras simples y pronunciando mal algunas no muy conocidas. Incluso se rió nerviosa y tontamente cuando mutiló un nombre hebreo. De inmediato una risita entre dientes partió de un divertido oyente, lo que provocó una mueca y un encogimiento de hombros en el pastor —la única vez que levantó sus ojos durante la lectura.

En ese momento vinieron a mi mente las palabras de un profesor de inglés de mi alma mater. Recordé que estaba en cierta clase y ola cómo aconsejaba a los aspirantes al ministerio: “Algunos de ustedes planean ser pastores. Caballeros, no descuiden la lectura de la Biblia a su congregación; antes bien, nunca suban al púlpito sin practicar la lectura del trozo que han elegido. Si lo leen correctamente, darán dos sermones a sus oyentes”.

¿Desea dar dos sermones a su congregación la próxima semana? Entonces, para perfeccionar su lectura oral de las Escrituras, le sugiero tenga en cuenta los siguientes diez puntos.

  1. Siéntase cómodo con su Biblia. Manéjela con reverencia. Asegúrese de que la impresión es clara para leerla desde el púlpito, y use un señalador para evitar la búsqueda chapucera y torpe.
  2. Estudie el significado y el contexto. Verifíquelo en un buen comentario. Si necesita esclarecimiento, bosqueje unas pocas palabras como introducción.
  3. Estudie la estructura de la oración. Los signos de puntuación están allí por alguna razón. Además, fíjese dónde serían más efectivas las pausas, para no tener que tragar aire en el medio de una frase.
  4. Familiarícese con las palabras. Lea yrelea el pasaje en voz alta. Esto es muy importante si usará una versión nueva, estando más acostumbrado a la versión Reina-Valera revisada.
  5. Verifique la pronunciación. No pronuncie las palabras de la manera acostumbrada en el lenguaje coloquial.
  6. Varíe las inflexiones de la voz. Comience por graduar el tono de su voz ligeramente más bajo que cuando habla normalmente.
  7. Articule claramente. Lea con entendimiento y entusiasmo. Grabar la lectura podrá ayudarlo a descubrir sus puntos débiles.
  8. Mire a la congregación con frecuencia. Si teme perder el lugar de la lectura, use un dedo para señalar su curso. Practique en privado delante de un espejo.
  9. Recuerde repetir la referencia. Y anuncie qué versión está usando. Mientras da tiempo al auditorio para encontrar el pasaje, eleve una oración silenciosa por la iluminación del Espíritu Santo.

Pastor, cuando se ponga en pie para leer, sepa que:

Está leyendo la Palabra viviente, el mensaje de Dios a la humanidad que ha sobrevivido las edades;

el único Libro cuyo Autor siempre está presente cada vez que es leído.

“¿Cómo la lee usted?”

Sobre la autora: Emily Moore, esposa de pastor, escribe desde Vicksburg, Michigan, Estados Unidos.