Si existe una universidad cerca de su campo, es muy posible que algunos estudiantes adventistas asistan a ella. ¿Cómo puede usted suplir sus necesidades?
Aproximadamente ochenta mil jóvenes y señoritas adventistas estudian en diversos colegios y universidades alrededor del mundo. Más o menos la mitad estudia en nuestros propios colegios y universidades, pero la otra mitad asiste a instituciones no adventistas. La mayoría de estos últimos se inscriben en estas universidades porque, o las nuestras no ofrecen las carreras que ellos desean cursar, o simplemente no hay instituciones adventistas de nivel universitario en sus países de origen.
Los jóvenes que estudian en las universidades públicas representan a un sector de nuestra feligresía poseedor de grandes talentos y elevada motivación. Se hallan en una etapa crítica de su vida porque tienen que hacer decisiones de grandes consecuencias. Dentro de unos cuantos años ellos marcarán el curso futuro de nuestra iglesia como dirigentes de influencia en nuestras congregaciones locales y como miembros de juntas de nuestras organizaciones. Sus habilidades profesionales los harán necesarios como miembros del personal docente de nuestras escuelas, de nuestras instituciones de salud o centros administrativos. De hecho, nuestra misión estaría en peligro sin sus dedicados talentos.
Sin embargo, ellos afrontan serios desafíos en esta época: Las teorías naturalistas presentes en la mayoría de los cursos, la influencia de algunos maestros incrédulos, el estilo de vida liberado que muchos defienden en las universidades, presiones políticas y actividades académicas o exámenes en sábado. Algunos de nuestros jóvenes se lanzan a esta lucha sin una preparación adecuada, y encuentran que estos desafíos son demasiado fuertes para su débil fe.
En algunos lugares dirigentes con visión han detectado las necesidades de estos estudiantes y han tomado medidas para suplirlas poniéndoles un capellán, proveyendo becas, apoyando el establecimiento de asociaciones estudiantiles, patrocinando residencias, organizando seminarios y procurando que los estudiantes tomen parte activa en la vida de la iglesia.
Tres departamentos de la Asociación General —Ministerios de la Iglesia, Capellanía y Educación— hace poco unieron sus fuerzas para proveer apoyo continuo a quienes luchan por suplir las necesidades espirituales, intelectuales y sociales de nuestros estudiantes universitarios de todo el mundo. Trabajando a través del comité de MAEU (Ministerio Adventista para Estudiantes Universitarios), han comenzado a instrumentar un programa diseñado para:
- Animar a las misiones y uniones a nivel mundial a establecer regionalmente organizaciones equivalentes a MAEU, con representantes de los departamentos de Ministerios de la Iglesia (área de jóvenes), de Educación, la Asociación Ministerial y los dirigentes de los estudiantes.
- Ayudar a las divisiones y las uniones a organizar seminarios, retiros espirituales para estudiantes, seleccionando temas de interés e importancia e invitando a oradores especializados.
- Cooperar con las divisiones y las uniones ofreciendo talleres para capellanes de estudiantes universitarios, dirigentes juveniles y pastores que ministren en centros universitarios.
- Preparar materiales que sirvan de nutrimento integral y que apoyen las actividades evangelísticas de los estudiantes universitarios y jóvenes profesionales.
Como parte de este programa, MAEU ha comenzado la publicación de la revista DIALOGO para estudiantes universitarios, en cuatro ediciones paralelas (inglés, francés, portugués y español). Esta publicación se ha enviado en forma gratuita a miles de estudiantes universitarios en todas las divisiones. Contiene artículos estimulantes sobre la función de la fe cristiana en el mundo contemporáneo, informes de las actividades de los estudiantes universitarios, entrevistas con algunos profesionales adventistas que han alcanzado el éxito, e ideas prácticas para compartir el Evangelio.
Lo que usted puede hacer
Si usted es pastor adventista, dirigente o administrador que siente una preocupación especial por este creciente sector de su feligresía, ¿qué puede hacer?
Compile una lista de estudiantes universitarios y profesionales o ponga al día sus archivos. Prepare una lista de los estudiantes universitarios de su campo. Haga una lista también de los maestros adventistas. Póngala a disposición de los dirigentes de jóvenes o de educación de su asociación, unión o división, y pida la asesoría y la ayuda de ellos con respecto a los materiales y actividades relacionados con este grupo. Asegúrese de que estos estudiantes sepan que existen estos programas y cursos disponibles en nuestras universidades. Anime a aquellos que puedan hacerlo a transferir su inscripción a nuestras instituciones.
Ayúdeles a organizarse. Si localiza a un número razonable de estudiantes universitarios, invítelos a una reunión. Escuche atentamente sus inquietudes y discuta con ellos las posibilidades de establecer una asociación local o regional de estudiantes universitarios para la edificación mutua y la testificación. Si también hay maestros adventistas, que sirvan como consejeros. Considere un programa de actividades apropiadas para suplir sus necesidades y ayudarles a sentir que en realidad pertenecen a la iglesia. Busque la ayuda y el apoyo de los maestros de nuestras propias universidades.
Alimente la vida espiritual de ellos. Asegúrese de que los estudiantes universitarios sean bienvenidos en su congregación. Es posible que algunos de ellos estén en la periferia de la iglesia y que necesiten una invitación especial. Otros posiblemente son nuevos en la ciudad y están buscando una familia adventista a la cual pertenecer. Organice una discusión en la escuela sabática de jóvenes adultos y asígneles un maestro dinámico y amigable. Mientras se prepara para predicar, tenga en mente a este grupo. Añada a su biblioteca libros básicos y programas audiovisuales relacionados con temas de interés para los estudiantes. Aproveche sus talentos para asignarles posiciones de responsabilidad en su congregación. No se inquiete por algunas preguntas que suelen hacer. Sugiérales programas apropiados de servicio y testificación en los cuales ellos puedan tomar la iniciativa. Recuerde que ellos tienen acceso directo a los futuros dirigentes de la sociedad.
Manténgase en contacto con ellos. Si un joven de su congregación se traslada a otra ciudad para estudiar en una universidad pública, localice una iglesia que le quede cerca y escriba al pastor pidiéndole que lo visite. Generalmente es más fácil retener a estos estudiantes como miembros activos que convertir a profesionales no adventistas. Ayude a los estudiantes universitarios de su iglesia o su campo a mantener el contacto con la iglesia enviándoles publicaciones adventistas tales como, por ejemplo, DIALOGO y otras que sean apropiadas. Envíe el nombre y la dirección de todos los estudiantes y maestros universitarios de universidades a Humberto M. Rasi o a Israel Leito (Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, 12501 Oíd Columbia Pike, Silver Spring, M. D. 20904, USA) y nosotros nos encargaremos de que ellos reciban una copia gratuita de la revista DIALOGO a través de nuestros representantes regionales. Si usted desea recibir una copia, siga el mismo procedimiento.
Provea un ministerio sostenido. Puede ser que muchos universitarios estén tan absortos en sus intensos programas académicos que dediquen poco tiempo a otras actividades dignas de mayor atención. Pero necesitan saber que la iglesia los aprecia y apoya. Haga planes abarcantes. Busque la ayuda de maestros universitarios y otros profesionales de su congregación que han pasado por este tipo de experiencia universitaria. Si en la zona en que usted trabaja hay una concentración de estudiantes universitarios pida a la junta de la asociación que nombre a un capellán o un pastor para atenderlos en forma especial.
Los lectores que estén interesados en este ministerio especializado están invitados a ponerse en contacto con los representantes regionales de MAEU y con Israel Leito o con el autor en las oficinas de la Asociación General.
Jesús, quien nos enseñó a amar a Dios con todo nuestro ser (incluyendo nuestra mente), quiere capacitar a sus seguidores universitarios a fin de que su luz brille intensamente en las aulas seculares, en los laboratorios y en las residencias estudiantiles. Y por sobre todo, desea ver a los sinceros de corazón que están en los planteles universitarios transformados por el poder de su amor y redimidos por la eternidad.
Sobre el autor: Humberto M. Rasi, Ph. D., es director del Departamento de Educación de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.