La esposa del pastor tiene la oportunidad de ampliar el círculo de sus amistades más allá de la iglesia, si lo desea, y establecer buenas relaciones afuera, al igual que los demás miembros femeninos de su congregación.

¿Siente la esposa del pastor la necesidad de cultivar nuevas amistades, además de sus amigas de la iglesia? Una forma creativa para satisfacer este deseo y compartir su fe al mismo tiempo es cultivar relaciones amistosas con las damas de su comunidad.

Yo he decidido tener nuevas amigas fuera de mi iglesia. Esas amistades añaden vigor, fortaleza y significado a mi vida personal. Si usted todavía no ha formado ese tipo de relaciones, permítame darle algunos consejos al respecto.

Para comenzar

1. Forme parte de un grupo de servicio. Hace unos dos años puse un anuncio en el periódico local, en el que invitaba a las madres que no trabajaban fuera de su casa, a que se unieran a mi grupo de servicio. El anuncio que puse en la sección religiosa no me costó nada, y la respuesta fue abrumadora. Cerca de 30 madres, frustradas, solitarias, y ahora muy agradecidas, me llamaron. Nuestro grupo ha crecido hasta tener un número aceptable de personas; entre las ocho y diez de la mañana se reúnen cada miércoles en mi casa. Todas estas damas, excepto una, son miembros de otras denominaciones. Juntas hemos hecho algunas cosas emocionantes: comidas informales, fiestas navideñas, una fiesta de cosecha, intercambio de regalos, y actualmente un pequeño grupo de estudios bíblicos. Y nos ha ido más que bien: nos regocijamos con una nueva mamá, anticipamos el pronto alivio de otra que está esperando, y le infundimos aliento y ayuda emocional a una que ha sufrido repetidos abortos. A las damas que han sido miembros fieles, con las cuales el grupo puede contar siempre, no me hago a la idea de abandonarlas. Los grupos de servicio no sólo ayudan a otras personas, sino que también fortalecen la vida personal de uno mismo.

2. Sea amigable. ¡Otro medio para hacer amistades fuera de la iglesia es ser amigable! Esto suena fácil, ¿verdad? La mejor manera de empezar es con sus vecinos. Cuando nos mudamos a un nuevo lugar, nos gusta llevarles, de cuando en cuando, una buena pieza de pan a nuestros vecinos. La Navidad pasada yo hice pastelitos, me puse mis botas, y fui de puerta en puerta con mis paquetes de pastelitos apilados en el trineo de mi hijo.

Cuando voy de compras, trato de hacer contacto con las vendedoras y hablar con ellas. En una tienda, a la cual voy muy a menudo, conozco a Jenny por su nombre y ella me conoce también. Siempre me detengo a platicar con ella, y la he invitado a las reuniones de mi iglesia.

Trate de hacerse cliente de un salón de belleza o estilistas y siga yendo allí. Por lo general, siempre hay suficiente tiempo para iniciar una conversación, y ésta es una buena oportunidad para compartir su fe. La última vez que me corté el cabello pude decirle a mi estilista que yo era vegetariana, y le hablé acerca de la necesidad de cuidar nuestra salud mediante la práctica de buenos hábitos de vida.

¿Siempre ve a los mismos verificadores en las tiendas de abarrotes? Dígales una palabra amable. ¿Quién sabe si alguno de ellos no aparecerá de repente en uno de los seminarios de Apocalipsis de su esposo?

Cuando llegamos a Davenport visitamos muchas tiendas y centros comerciales de la ciudad. En una tienda de artículos para acampar conocimos a una joven pareja que era dueña del negocio. Fueron muy

amigables con nosotros, y cuando descubrieron que mi esposo era pastor, mostraron interés en nuestras creencias religiosas. Nosotros hicimos de esa tienda un lugar al cual volvíamos frecuentemente. ¿Resultado? Hemos llegado a ser buenos amigos, y a menudo nos visitamos mutuamente en nuestros hogares. Teresa es más o menos de mi edad y viene a la iglesia una o dos veces al mes. Hace poco mi esposo dedicó a su hijita en la iglesia un sábado por la mañana.

3. Presente seminarios o clases de cocina. Un breve seminario o unas clases de cocina le darán una emocionante oportunidad de hacer amigos y evangelismo. Muchos tipos de seminarios están a nuestro alcance sobre temas que van desde el estrés hasta la paternidad responsable. Hace poco expuse la nueva escuela de cocina de Mark y Ernestina Finley. Sharon, una señora joven, se interesó particularmente en el vegetarianismo. Yo la invité a cenar en mi casa un viernes por la noche. Después de la cena dijo: “Sentí una atmósfera tan cálida aquí que me gustaría visitar su iglesia”. Me llamó la semana pasada y todavía está pensando asistir.

4. Unase a una cooperativa de alimentos. Pregunte si hay alguna cooperativa de alimentos en su barrio. Esta es una forma muy práctica de conocer a señoras que están tratando de hacer lo mismo: administrar una casa y ahorrar dinero.

Usted puede conocer a personas con intereses o preocupaciones similares inscribiéndolas en cursos de educación o de entretenimientos. Revise la lista de universidades o colegios superiores de la zona donde usted vive. Yo estoy planeando tomar un curso de capacitación en CPR (resucitación cardiovascular) pronto, y también me gustaría tomar algunas clases donde pueda aprender a escribir material para los niños. Quizá usted querría una clase de ejercicios o asistir a un club de gimnasia. Ello debería abrirnos nuevas oportunidades para hacer amigas.

¡Cualquiera puede hacerlo!

Ahora que ya le he dado algunas ideas, probablemente esté pensando: “Bueno, para ella decirlo es fácil, puesto que probablemente es comunicativa y amigable-. ¡Falso! Soy por naturaleza tímida. He tenido que obligarme a mí misma a ser amigable, aunque a medida que lo hago, se me vuelve más fácil. Hacer amigos, simplemente por el placer de tener amigos, a la larga resulta producente. No trate de hacer una amiga sólo para ganar a un nuevo creyente. Y si en el proceso gana un alma, entonces regocíjese y alabe al Señor por la doble recompensa.

Joan es una de mis mejores amigas, miembro de mi equipo de servicio. Ella ha sufrido cinco abortos en 23 meses. Le envié el libro El camino a Cristo, con una breve nota destacando las citas del capítulo, “El privilegio de la oración”, donde Elena G. de White dice: “Presentad a Dios vuestras necesidades, tristezas, gozos, cuidados y temores” (pág. 100). También le aseguré que oraría por ella diariamente. Me llamó más tarde para decirme lo emocionada que estaba al leer el libro y cuán contenta se sentía de haberme conocido. También me dijo que la cita le dio una perspectiva completamente distinta de Dios. Yo agradezco al Señor por esa oportunidad, y le he pedido que me dé otras semejantes.

Sí, hacer amigas en su comunidad le fortalecerá y alentará. Todas necesitamos tener algo más que amigas ocasionales.

Hacer amigas en la comunidad puede contribuir a la testificación por precepto y ejemplo. Nuestro Señor así lo hizo, ¿por qué no nosotros?

Las relaciones sociales

Bendiciones de la sociabilidad. – El pueblo de Dios no cultiva bastante la sociabilidad cristiana…. Los que se encierran en sí mismos y no están dispuestos a prestarse para beneficiar a otros mediante amigable compañerismo, pierden muchas bendiciones; porque merced al trato mutuo el entendimiento se pule y refina; por el trato social se formalizan relaciones y amistades que acaban en una unidad de corazón y en una atmósfera de amor agradables a la vista del cielo.

Especialmente aquellos que han gustado el amor de Cristo deberían desarrollar sus facultades sociales; pues de esta manera pueden ganar almas para el Salvador. Cristo no debería ser ocultado en sus corazones, encerrado como tesoro codiciado, sagrado y dulce, que sólo ha de ser gozado por ellos; ni tampoco debieran ellos manifestar el amor de Cristo sólo hacia aquellos que les son más simpáticos… En todo momento y en todas partes, manifestó Jesús amante interés en la familia humana y esparció en derredor suyo la luz de una piedad alegre…

Si nos colocamos entre relaciones cuya influencia tienda a hacemos olvidar lo que el Señor requiere de nosotros, invitamos la tentación y debilitamos nuestra fuerza moral al punto de no poder resistirla. Llegamos a participar del espíritu y de las ideas de aquellos con quienes tratamos, y a considerar las cosas sagradas y eternas como inferiores a las ideas de nuestros amigos. Quedamos, en resumen, leudados como lo desea el enemigo de toda justicia…

El que es firme en la fe puede hacer mucho bien; puede comunicar bendiciones del orden más elevado a aquellos con quienes trata, pues la ley de Jehová está en su corazón. Pero no podemos asociarnos voluntariamente con los que están pisoteando la ley de Dios, y conservar nuestra fe pura y sin mancha. Nos contagiará el espíritu de ellos y a menos que los dejemos, quedaremos al fin vinculados con ellos, para compartir su condenación.

Por sus relaciones con los idólatras y la participación que tuvieron en sus festines, los hebreos fueron inducidos a violar la ley de Dios, y atrajeron sus juicios sobre toda la nación. Así también ahora Satanás obtiene su mayor éxito, en lo que se refiere a hacer pecar a los cristianos, cuando logra inducirlos a que se relacionen con los impíos y participen en sus diversiones. “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo”. Dios exige hoy de su pueblo que se mantenga tan distinto del mundo, en sus costumbres, hábitos y principios, como debía serlo el antiguo Israel.

Párrafos escogidos de El hogar cristiano, págs. 414-417.

Sobre el autor: Selene Peck es ama de casa, madre de un niño de tres años y esposa de pastor. Escribe desde Davenport, lowa.