Poderoso para mover multitudes, débil para manejar su yo. Antes que usted reciba esta carta, podrá notar que el Señor ha visitado una vez más a su pueblo dándome un testimonio. En la visión me fue mostrado que usted no estaba parado bajo una luz clara, y corría el peligro de causar oprobio a la causa de Dios por conducirse de la manera cómo cree que puede conducirse. El designio de Satanás es causar su ruina. Ha estado tratando de mantener su mente en un estado constante de agitación, excitándola para que arroje lodo y suciedad en vez de verter los pacíficos frutos de justicia…

            Hermano R., se me mostró que precisamente ahora usted debería ser muy circunspecto en su comportamiento y en sus palabras. Está siendo observado por enemigos. Es muy débil, aunque aparenta ser un hombre muy fuerte cuando mueve las multitudes. Dado que usted está ahora sin su esposa, se fraguarán suspicacias, celos y falsedades, aunque usted no haya dado ocasión para ello. Si no es cuidadoso, acarreará un oprobio sobre la causa de Dios que después no podrá borrar. Usted puede pensar; como sé que ha pensado, que, si no va a vivir junto a su esposa, le gustaría sentirse libre de ella. Se siente inquieto, ansioso y alterado. Satanás está tentándolo para hacer de usted un necio. Ahora es el tiempo para que demuestre que es un hombre y exhiba la gracia de Dios mediante paciencia, entereza y valor…

            Peligro de los confidentes. – Usted debería consagrarse a Dios y no vivir espaciándose en sus problemas. Sea cuidadoso cuando es tentado a hacer de mujeres sus confidentes, o permitirles que ellas hagan de usted su confidente. Manténgase alejado de la compañía de mujeres tanto como le sea posible. Usted puede correr peligro. Recuerde que estamos viviendo en medio de los problemas de los últimos días. Casi todo está echado a perder y corrompido.

            Mire hacia Dios y ore; sí, ore como nunca antes lo ha hecho para ser mantenido por el poder de Dios mediante la fe. Permaneciendo en Dios puede mantenerse incorruptible, sin mancha ni tacha. Afírmese en Dios. Mírelo con fe para llegar a ser participante de su naturaleza divina; huya de la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia. Dios lo hará victorioso si vive una vida humilde de oración y dependencia confiada. – Carta 23,1871.

            Sin gusto por la Palabra de Dios. – Su caso me fue presentado en la última visión que tuve. He estado aguardando para comprobar si usted tiene una conciencia compasiva, sensible o endurecida. Lo que sigue lo he tenido escrito por mucho tiempo, pero sé que debía aguardar hasta que usted diera el primer paso. Me ha sido mostrado que usted no ha estado viviendo a la altura de la luz que ha tenido. Se ha separado de la luz. El Señor lo ha amonestado con reprobaciones y consejos con el propósito de preservarlo de la ruina de su propia alma y evitar que cause oprobio a la causa. Me ha sido mostrado que usted ha retrocedido en vez de avanzar y crecer en la gracia y el conocimiento de la verdad…

            Usted ha hecho de las mujeres el tema de su pensamiento en vez de centrarlo en la Palabra de Dios. Su mente está desasosegada e insatisfecha cuando no puede ocuparse de mujeres jóvenes y mayores. No siente gusto por el estudio de la Palabra de Dios; en cambio, sus pensamientos han estado ocupados en asuntos que guerrean contra el alma. No tiene excusas para su vida insensata.

            Ministro con mente desdoblada. – Por lo que me ha sido mostrado, usted es un transgresor del séptimo mandamiento. ¿Cómo puede su mente armonizar con la preciosa Palabra de Dios, con sus verdades, que lo cortan en cada recodo de su vida? Si hubiera sido traicionado inconscientemente por la insensatez, sería más excusable, pero no lo fue. Usted ha sido advertido, reprobado y aconsejado. Aparentemente aceptó -no de corazón- la instancia a morir a la mente camal. Pero no se ha determinado a erradicar el mal. Pronto perdió la sensación del dolor vivo del castigo de la vara del Señor, y se apresuró hacia necedades mayores que antes, como un tonto se apresura hacia el cepo. Su amor por la complacencia propia ha llegado a constituirse en su estrategia concupiscente.

            A usted le gusta la compañía de mujeres jóvenes y mayores. Durante una serie de reuniones permitió que su mente planeara e ideara cómo podía relacionarse con señoritas y mujeres mayores, y a la vez no traicionar sus sentimientos. Usted será conducido a la tentación porque no tiene poder moral para resistirla. Su mente está permanentemente impura, porque la fuente nunca ha sido purificada. No ha encontrado deleite en la investigación cuidadosa y diligente de las Escrituras…

            Carencia de castidad en pensamiento y acción. – Dios ha levantado la barrera de los testimonios como una valla a su alrededor; para guardarlo de caer bajo los engañosos ardides del enemigo, pero usted la ha derribado y ha arremetido contra todo para seguir sus propias inclinaciones. Su pesar por sus pecados se asemeja al de los que antiguamente rasgaban sus vestiduras para expresar su dolor; pero no afligían sus almas. Usted no tiene una comprensión correcta de lo que es pecado. No ha sentido el grave carácter de la carencia de castidad del pensamiento y la acción. Su mente es continuamente camal. Si realmente hubiera sentido tristeza por sus pecados, si hubiera tenido una comprensión correcta de sus errores, habría experimentado el arrepentimiento del cual no hay que arrepentirse.

            Más perjuicio que ayuda a la causa. – Me gustaría establecer algunos hechos. Me ha sido mostrado que su vida y sus labores en la causa de Dios durante algunos años han sido más perjudiciales que beneficiosos para la verdad presente. Si usted no hubiera tenido parte en esta obra y se hubiera mantenido totalmente separado de ella, les habría ahorrado mucha tristeza a los que aman la causa de Dios; también les habría ahorrado mucho trabajo, el que usted los forzó a realizar para contrarrestar su mala influencia.

            Si el esfuerzo requerido para corregirlo y evitar que causara desgracias a la obra, hubiera sido empleado para convertir las almas del error a la verdad -y los obreros no hubieran tenido nada que hacer en relación con su persona-, el interés y la robustez de la causa de la verdad presente serían mejores hoy tanto en California como en el este.

            Influencia de un ministro transgresor. – Satanás lo ha hecho su agente para llevar adelante los planes de su mente. La gran agitación y excitación que usted ha causado en las discusiones esporádicas, y el éxito aparente que ha tenido, lo ha mantenido erguido en su justicia propia. Que se le haya permitido trabajar como se le ha permitido, cuando su corazón no era recto para con Dios, lo ha perjudicado mucho. Usted no se ha puesto a escudriñar su propio corazón ni ha afligido su alma delante de Dios. Ha sentido muy livianamente sus terribles errores del pasado. Se ha hecho todo lo posible para salvarlo de una desgracia y ruina completas. Usted ha sido soportado con paciencia y, cuando inepto del todo para la obra sagrada, se le permitió continuar en el trabajo, con el propósito de lograr la salvación de su alma, algunos corazones gemían de dolor bajo la carga de su proceder insensato y pecaminoso.

            Si hubiera sido abandonado a su suerte hasta que hubiera dado evidencia de que Dios estaba realmente con usted y de que era un hombre totalmente reformado, ahora podría ser usado en esta obra solemne. Pero vi que habíamos arriesgado todo y demasiado al animarlo a trabajar en la conversión de los pecadores a Cristo, cuando sus caminos estaban contaminados delante de Dios y su corazón estaba manchado de pecados. Se ha emitido juicio acerca de los auténticos siervos de Dios que son como usted. No se le debería permitir que desfigure más la obra de Dios con su corazón corrupto y camal, representando así miserablemente la causa de la verdad presente.

            El éxito no es evidencia de la aceptación de Dios. – Para que usted pueda obrar bien, debe vivir una vida nueva, en armonía con Dios. Su naturaleza perversa no ha sido transformada. Usted no está en paz con Dios, ni con usted mismo. Esta bajo la esclavitud del gran adversario de las almas, sujeto al viejo hombre de pecado. No es un hombre libre en Cristo, llene que producirse un cambio antes que Dios pueda obrar en su persona. Usted puede argumentar que tiene éxito en sus labores. Eso sucede con muchos: están en guerra con Dios, pero tienen alguna medida de éxito. Si hay quienes abrazan la verdad por medio de sus argumentos convincentes, eso no es una evidencia de que Dios acepta su conducta presente.

            Una vida de conocido pecado mental. – Si tan sólo hubiera parado allí… pero no paró. Por un corto tiempo advirtió su mal proceder, pero no se dio cuenta plenamente de que había sido engañado e infatuado por Satanás y nunca fue quitada de sus ojos la niebla que lo cubría. Usted humilló su corazón delante de Dios, y él aceptó su humillación. Pero pronto comenzó a ser descuidado otra vez, y permitió que su mente se llenara de fantasías vanas e impuras. Usted se tomó un poco más cuidadoso, pero estaba totalmente engañado. Su mente volvió a estar activa para inventar medios para alcanzar su objetivo…

            Su gran pasión ha sido una apología del vicio. Su vida ha sido una vergüenza; no hay en ella nada de lo cual gloriarse. Usted caía en una gran depresión si no hacía todo lo posible para lograr alguna excitación, o no tenía una muchacha o una mujer que lo atrajera y lo escuchara contar las aflicciones relacionadas con su esposa. Vergüenza; la vergüenza debería alcanzarlo por su proceder. – Carta 52,1876.

            Conversión diaria para una obra sagrada. – Dios me ha mostrado tan bien su caso que no me atrevo a dejarlo seguir adelante en el engaño acerca de su real condición. Temo mucho que usted malogre su vida eterna, que luego de haber predicado a otros acerca de la obligatoriedad de las demandas de la ley de Dios, falle en cumplir en su propia vida los principios de esa ley, y abandone la fe.

            Usted está tan absorto en usted mismo que, a menos que se consagre a Dios, tenga una fe viva y diaria en él, y obtenga su gracia y poder, se constituirá en un estorbo para el avance de la verdad. No puedo soportar que la obra de Dios sea dañada y sufra a causa de su ineficiencia y sus errores ciegos. Usted tiene que convertirse diariamente, de lo contrario se tomará inepto para la sagrada obra en la cual se ocupa. Yo sé mucho más de su temperamento peculiar y de sus peligros de lo que otros pueden saber.

            Apelación a la simpatía de las mujeres. – Sus problemas con las hermanas han surgido como consecuencia de atraer su simpatía. Usted les cuenta sus pruebas y logra de ellas lástima, pues piensan que usted es un gran sufriente. Entonces se rinde a sus sentimientos, y da la apariencia de que está sobrellevando una vida casi de martirio. Así las conduce a prestarle servicios y atenciones que no son apropiados, y asume una actitud que lo expone fácilmente a la tentación. Usted debería haber aprendido, por la experiencia de sus pruebas del pasado, a evitar cualquier actitud que tuviera la más mínima apariencia de familiaridad con las hermanas, casadas o solteras. Permita que sus afectos tengan como su centro a Dios. Dependa de él para lograr apoyo más que de la simpatía humana.

            Usted es muy débil en este sentido, pero la causa de Dios no debe ser dañada por sus flaquezas e indiscreciones. Este es su peligro, y usted es vencido; entonces se produce una herida a la causa de Dios que nunca podrá ser plenamente curada. – Carta 53,1876.

            Después que se le quitó la credencial. – Estimado señor He estado muy atribulada en relación con su caso; sin embargo, no sé qué decirle. He vacilado mucho por temor a expresar palabras que podrían desanimarlo, pues conozco el gran pesar que el desánimo puede acarrear al alma. Pensé que, al no ser renovadas sus credenciales, usted formalizaría su vida en su casa, y se retiraría voluntariamente. También pensé que, si usted estaba en regla con la razón, la religión y la gran necesidad de obreros, recibiría sus credenciales. Pero no podía usar mi influencia para favorecer esto.

            En la última visión que tuve, me fue presentado el gran trono blanco con el juez de toda la tierra dictando sentencia para una multitud congregada. El libro mayor del cielo fue abierto, y los que estaban congregados alrededor del trono fueron juzgados de acuerdo con los hechos llevados a cabo en el cuerpo de la congregación.

            Su nombre indicaba que había sido pesado en balanza y hallado falto. Estaba registrado como un transgresor de los mandamientos de Dios.

            Oportunidad de redimir el pasado. – En su gran misericordia, Dios le dio oportunidad de redimir el pasado. Cuando manifestó arrepentimiento, él tuvo misericordia de usted… Fue puesto en buen campo de labor, y si se hubiera conducido como debería hacerlo un cristiano, habría experimentado el arrepentimiento del cual no hay que arrepentirse.