En el último congreso mundial de la Iglesia Adventista, realizado en julio de 2000 en la ciudad de Toronto, Canadá, se eligió un nuevo secretario asociado de la Asociación Ministerial para la División Sudamericana. Se trata del pastor Jonas E. Arrais de Matos, que estuvo al frente de la Iglesia Central de Curitiba, Paraná, Brasil, durante casi cuatro años.

            Hijo de un colportor que hace 44 años desempeñaba con fidelidad su trabajo, el pastor Arrais recibió su educación primaria y secundaria en escuelas adventistas en la ciudad de Santos, San Pablo y en el Instituto Adventista de San Pablo (lASP). A esas instituciones, juntamente con la influencia de SUS padres, atribuye dl su desarrollo en la iglesia, como asimismo el hecho de que hoy sea pastor. “No sería lo que soy ahora si no fuera por la influencia de la educación y de un hogar cristianos”, nos asegura. Sus actividades ministeriales comenzaron en 1984, poco después de terminar sus estudios de Teología en el Instituto Adventista de Ensino, en San Pablo, Brasil, como pastor distrital de Guaruyá, en el interior del estado de San Pablo.

            Posteriormente fue transferido a la región de Taboao da Serra, para seguir en la Iglesia Central de Santo André. Después de tres años allí, se hizo cargo de la Iglesia Central de Porto Alegre, Río Grande del Sur.

            De la capital de ese estado, donde permaneció tres años más, viajó a los Estados Unidos, donde estudió en la Universidad Andrews para alcanzar su licenciatura y su doctorado en Ministerio, con énfasis en ministerio pastoral. Concluida esa etapa de sus estudios, regresó al Brasil, para asumir la dirección de la Iglesia Central de Curitiba.

            El pastor Arrais se casó hace 18 años con Raquel Queiroz da Costa, a quien describe como alguien que “tiene una visión muy amplia acerca de todo lo que se relaciona con el ministerio pastoral”, incluso porque también es hija de pastor. La profesora Arrais estudió pedagogía y Teología; este último título también lo obtuvo en Andrews. “Ha sido el brazo derecho de mi ministerio”, dice el pastor Arrais. El matrimonio tiene dos hijos, Santiago y Andrés, estudiantes del Instituto Adventista Paranaense.

            En ocasión de una visita que hizo a la Casa Publicadora Brasileira el nuevo secretario asociado de la Asociación Ministerial de la División Sudamericana compartid sus planes de trabajo con la revista Ministerio. A continuación, presentamos los principales tramos de la entrevista.

            Ministerio: ¿Cuándo y en qué circunstancias se sintió usted llamado a ser pastor?

            Pastor Jonas Arrais: La confirmación del llamado para el ministerio pastoral fue un momento muy especial en mi vida. Cuando estaba terminando el segundo grado en el IASP, el pastor Joel Sarli, durante un discurso que pronunció ante los estudiantes, puso énfasis en lo que significa ser pastor y cómo llama Dios a jóvenes para esa tarea. En ese momento yo no había tornado esa decisión porque creía que cuando Dios llama a alguien para el ministerio lo hace por medio de sueños, una señal especial o mediante una experiencia extraordinaria en la vida de esa persona. Durante su discurso, el pastor Sarli destacó el hecho de que nadie necesita sentir algo así. Recalcó que Dios podría estar llamando a algunos jóvenes al posibilitar la recepción de una educación cristiana, preparándolos para servirlo. Entonces entendí que Dios tiene diferentes maneras de preparar y llamar a alguien para el ministerio pastoral. En esa ocasión sentí la fuerte impresión de que el Espíritu Santo me estaba llaman- do, sencillamente porque yo era fruto de un hogar cristiano y de la educación cristiana. Por eso decidí estudiar Teología.

            Ministerio: Además de esa circunstancia, ¿ha habido algún otro dirigente cuyo trabajo o estilo de vida le sirvieron de inspiración para tomar esa decisión?

            Pastor Arrais: Sí; mi suegro, el pastor Antenor Cruz. Fue un incentivo y una inspiración por me­dio de su ejemplo de humildad y dedicación exclusiva a las cosas de Dios. Su vida pastoral siempre fue un estímulo para mí, desde cuando era estudiante e incluso después de ser pastor. Sin duda alguna, él contribuyó mucho a la confirmación de mi llamado.

            Ministerio: ¿Que hechos señalaría usted como destacados en su ministerio pastoral?

            Pastor Arrais: Me gustara resaltar tres aspectos. El primero es el desafío mismo de pastorear Igle­sias grandes, mediante el desarrollo de un trabajo personalizado en todas las áreas, en especial la atención a los miembros. El segundo es el entrenamiento de los dirigentes de la iglesia, la concientización de los miembros en el sentido de que cada uno es responsable de un ministerio que se debe desarrollar en el contexto de la iglesia local, de acuerdo con sus dones espirituales. Finalmente, destaco la constante preocupación de alimentar a la congregación con buenos mensajes, para motivarla a comprometerse con la misión de la iglesia y participar en ella.

            Ministerio: Usted fue pastor de iglesias grandes. ¡Hay algún secreto o alguna habilidad especial para dirigirlas con éxito y para motivarlas con el fin de que participen en las actividades misioneras?

            Pastor Arrais: Uno de los secretos consiste en dirigir con el corazón. Los miembros necesitan saber que el pastor es un ejemplo de espiritualidad y que es capaz de dirigir. Otros aspectos importantes son el entrenamiento de los miembros y la delegación de responsabilidades en ellos, porque es imposible que el pastor haga solo todo el trabajo. También creo que la iglesia necesita ofrecer diferentes servicios y proyectos misioneros atrayentes que despierten el interés de los miembros y los induzcan a comprometerse.

            Ministerio: ¿De qué manera lleva a cabo usted las visitas pastorales, tomando en cuenta el hecho de que los miembros de las iglesias de ese tamaño no siempre están disponibles, y frente a sus actividades profesionales y su estilo de vida?

            Pastor Arrais: Las grandes congregaciones exigen diferentes métodos para atender a los miembros según sus peculiaridades. El ideal consiste en dividir a los miembros por barrios o zonas y dedicar cierto día de la semana para visitarlos. Las visitas se pueden organizar previamente, o se pueden decidir por teléfono e incluso por medio de un contacto personal después del culto. A veces he visitado a los miembros en su lugar de trabajo. El aspecto negativo de esto es que no nos encontramos con toda la familia. Otra estrategia que he usado y que ha producido buenos resultados es enviar cartas a los que cumplen años y orar con ellos por teléfono. Pero creo que nada sustituye el contacto personal.

            Ministerio: El hecho de que usted no haya sido secretario de la Asociación Ministerial ni en un campo ni en una Unión, ¿le preocupo cuando lo nombraron para desempeñar ese cargo en la División?

            Pastor Arrais: La preocupación siempre nos invade cuando se nos pone frente a un nuevo desafío. Pero cuando me llamaron para desempeñar el cargo que tengo ahora entendí que la División Sudamericana estaba buscando a alguien que hablara el idioma de la iglesia local, que proviniera de esa iglesia y que estuviera vinculado con la obra pastoral, dándole así un nue­vo enfoque a la Asociación Ministerial.

            Ministerio: Aparte de eso, ¿cuán importante fue para usted este nombramiento?

            Pastor Arrais: Estuve presente en el Congreso de la Asociación General en Toronto, en calidad de visita. No era delegado. Nunca me imaginé, jamás soñé o pensé en formar parte del personal de la División para ejercer la función que ahora tengo. El momento fue de gran sorpresa, algo que me sacudió emocionalmente y puso en evidencia mis limitaciones. Pero creo que cuando Dios llama a alguien lo capacita para la obra que debe desarrollar.

            Ministerio: ¿Cuáles serán, definidamente, sus actividades en la Asociación Ministerial?

            Pastor Arrais: Nuestro trabajo está directamente vinculado con los pastores, los ancianos y sus es- posas. Y entre las metas que se deben alcanzar está el incentivo para la vida espiritual del pastor y de SU familia, el entrenamiento para la obra evangélica, la organización y la promoción de cursos de Educación Continua, cursos de entrenamiento para ancianos, la producción de la revista Ministerio, la promoción de seminarios de acercamiento con pastores de otras denominaciones y la promoción de la obra del área femenina de la Asociación Ministerial, o sea, AFAM. En fin, estaremos a las órdenes para ayudar a los pastores y a los dirigentes voluntarios de las iglesias en la planificación y la ejecución de las tareas que se les han confiado.

            Ministerio: ¿Está el aspecto de la evangelización también bajo su responsabilidad?

            Pastor Arrais: Sí, porque una de las metas de la Asociación Ministerial es ensenar a evangelizar, promover y llevar a cabo la obra de evangelización. Entiendo que todos los departamentos de la iglesia deben estar comprometidos con esta actividad.

            Ministerio: ¿Qué lugar ocupa la evangelización pública pastoral tradicional en el programa de evangelización integral?

            Pastor Arrais: La evangelización publica tradicional siempre será un apoyo y un complemento de la evangelización integral. En los lugares que todavía no han sido evangelizados o en otras circunstancias desempeña un papel muy importante. Es un estilo de evangelización que cuando se lo adapta como corresponde ocupa un lugar de gran importancia. Por otra parte, la evangelización integral produjo una nueva concepción, una nueva dinámica y una nueva mentalidad en el contexto de las actividades misioneras de la iglesia. Como resultado de este nuevo enfo­que, más gente esté dando estudios bíblicos y se están llevando a cabo más bautismos. También notamos que han mejorado los índices de conservación de nuestros miembros.

            Ministerio: ¿Cuál es su idea acerca del anciano y la tarea que debe llevar a cabo en la iglesia?

            Pastor Arrais: Tengo un profundo y especial respeto y admiración por la obra que llevan a cabo en SUS respectivas iglesias los ancianos y demás dirigentes. Una de las razones es que además de sus actividades profesionales todavía encuentran tiempo para dedicarse a servir a la iglesia. En el territorio de la División Sudamericana tenemos actualmente 1.761.524 miembros; eso hasta el segundo trimestre del año 2000. Esos hermanos se reúnen en 14.293 iglesias y congregaciones, distribuidas en 1.648 distritos pastorales. Eso significa que casi el 90 % de nuestras congregaciones funcionan cada fin de semana bajo el cuidado de esos dirigentes voluntarios. Por eso, no estará fuera de lugar decir que esas iglesias caminan hoy con los pies de esos fieles hermanos. ¿Cómo no reconocer la importancia que tienen para la iglesia? Por eso, por medio de la Asociación Ministerial queremos apoyar y entrenar ese ejército de voluntarios que Dios esté usando tan poderosamente.

            Ministerio: ¿le parece a usted la idea de extender a los ancianos de las iglesias la oportunidad de celebrar bautismos?

            Pastor Arrais: Entiendo que es una buena idea cuando es necesario. Me imagino que cuando caiga en profusión la lluvia tardía, y se produzcan miles de conversiones en un día, la cantidad de pastores ser insuficiente para bautizar a tanta gente en diferentes lugares. El anciano está bíblicamente calificado para ejercer la función pastoral, pero la iglesia sigue ciertos criterios para el desempeño de esa tarea. El Manual de la Iglesia dice que el anciano puede celebrar una ceremonia bautismal bajo ciertas condiciones y de acuerdo con los dirigentes del campo.

            Ministerio: ¿Cuáles son, según su punto de vista, los mayores peligros y desafíos que enfrenta hoy el pastor?

            Pastor Arrais: Recuerdo la forma como mi padre expresaba su preocupación por mi vida espiritual cuando yo era adolescente. Nunca me pregunté si estaba consumiendo drogas, si iba al cine, si decía palabras de grueso calibre, si estaba bebiendo o si estaba cometiendo alguien otro tipo de pecado. Su pregunta siempre era: “Hijo, ¿cómo anda tu comunión con Dios?”. Lo que él quería saber con seguridad acerca de mí lo revelaría mi respuesta. ¿Cuál es el mayor peligro que amenaza al pastor en estos días? La falta de comunión con Dios. Por lo tanto, ¿cuál es el mayor desafío? Mantener una comunión real y significativa con el Señor. De esos dos factores depende el éxito o el fracaso del pastor (en el caso de que se descuide esa comunión).

            Ministerio: ¿Le gustaría aprovechar esta entrevista para enviar un mensaje a los lectores o extenderles una invitación especial?

            Pastor Arrais: Me gustara compartir con los lectores del Ministerio cuatro importantes conceptos que me han ayudado mucho. El primero se refiere a una profunda amistad con Dios. Es la clave de una vida cristiana victoriosa. En segundo lugar, le diría a cada lector que acepte el desafío de seguir creciendo, porque cuando uno deja de aprender también deja de crecer. El tercer concepto: cuide lo que es precioso a los ojos de Dios, y él cuidará de lo que es precioso a sus ojos. Sea fiel a su llamado y a su vocación. Finalmente, el cuarto concepto: conserve su visión de eternidad. Si no la conserva, la vida no tendrá ningún sentido. Espero que estos conceptos lo ayuden a comprender la diferencia que existe entre una tarea llevada a cabo rutinariamente y la que se hace para Dios y su causa.

Sobre el autor: Jonas E. Arrais, Secretario asociado de la Asociación Ministerial de DSA. Zinaldo A. Santos. Editor asociado de la Revista Adventista, edición portuguesa.