La amenaza de mi amigo pastor en el teléfono parecía verdadera y rotunda “Omar, ¡estoy por renunciar al ministerio!” Continuó hablando sobre el estrés y las frustraciones de ministrar a su iglesia, su congregación, su familia y el mundo.
Respondí gentilmente: “Suena como si estuvieras agotado, o a punto de estarlo”.
Lo que dije tomó por sorpresa a mi amigo. Admitió que nunca había considerado que ese fuera su problema. Durante los siguientes minutos, hablamos sobre hacer algunos cambios cruciales en su vida espiritual, emocional, social, familiar y en su ministerio, que, finalmente, asegurarían su continuidad en un ministerio fructífero, gozoso y efectivo para Dios con muchos años por venir.
ESTRATEGIAS SIMPLES
Cada mes, aproximadamente entre 1.700 y 1.800 pastores dejan el ministerio.[1] La razón principal es el agotamiento.[2] “Según un artículo del New York Times [..] el 40% de los pastores y el 47% de las cónyuges de los pastores están sufriendo agotamiento, horarios agitados y/o expectativas poco reales. Y el 45% de los pastores afirma haber sufrido depresión o un agotamiento tal que necesitaron solicitar una licencia del ministerio”.[3]
Las estadísticas son alarmantes y sorprendentes, ¡pero no tienes que ser uno de ellos! Aquí hay nueve maneras de ser proactivo y protegerte contra el agotamiento.
- Ten el concepto correcto de Dios. Muchas veces los pastores se olvidan de que solo pueden servir dentro del poder y los límites que Dios ha establecido para ellos. Tienden a querer hacer cosas con su propio poder, en lugar de hacer uso del poder que Dios ya les ha prometido y les ha dado. Se olvidan de que Dios llama, continúa, capacita y completa la obra del ministerio.
- Ten el concepto correcto de ti mismo. Tener el concepto correcto de Dios les permite a los pastores colocarse en una perspectiva apropiada. Entonces pueden tener una visión honesta sobre sus habilidades específicas, dones espirituales y talentos. Pablo, que había sido un individuo muy autosuficiente y de convicciones férreas, escribió: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Rom. 12:3).[4] Cuando los pastores tienen expectativas irreales sobre sí mismos, pueden terminar en situaciones difíciles. Tales expectativas pueden surgir de compararse con otros pastores o de su propio deseo de mejorar su desempeño. En conclusión: 1as expectativas deben adaptarse para ser realistas.
- Ten períodos regulares de soledad. Algunos pastores se sienten presionados en sus trabajos toda la semana, muchas horas cada día. Simplemente, no encuentran tiempo para ellos mismos o sus familias. No se espera que un pastor trabaje las 24 horas del día, los siete días de la semana. Para ser un pastor exitoso y satisfecho, es necesario apartar tiempo deliberadamente para ocuparse de las necesidades personales y familiares: para estudiar, para la oración, el ejercicio, el descanso, la recreación y la unidad familiar. La verdad es que rara vez habrá tiempo si no lo planificas. Dios, tu familia y tu feligresía esperan lo mejor de tu ministerio. Sé de pastores que se toman un tiempo, por 1o menos una vez a la semana, para estar en soledad, estudiar y orar; tal vez en un parque de la localidad, en la biblioteca o en una oficina, sin interrupciones. Esa clase de soledad puede usarse para estudiar la Biblia, escribir en un diario personal, leer, o simplemente anotar pensamientos para un sermón futuro. Dedica tiempo en forma regular al rejuvenecimiento, la restauración y el replanteamiento.
- Ten un matrimonio sólido. Al lado de tu relación personal con Dios, tu relación con tu cónyuge es el factor decisivo más grande de tu éxito en el ministerio. Tú cónyuge puede tanto ayudar como entorpecer tu eficacia y tu productividad a largo plazo para Dios. Por lo tanto, debes reconocer la importancia de dedicar tiempo para abordar, de manera apropiada, todas las facetas de tu relación con tu cónyuge. Cuando estás ocupado con tareas estresantes, descubrirás que es fácil volverte descuidado en la relación con tu cónyuge. Hace muchos años, recibí una llamada de emergencia de un pastor que había pasado por un año difícil de ministerio. Al final de aquel año, su esposa le presentó los papeles del divorcio. Al principio, estaba perplejo. No podía entender lo que estaba pasando y por qué. No obstante, durante el período de separación obligatoria, después de dedicar tiempo para evaluar honestamente su parte en la situación, admitió que poco después de que se casaron comenzó el ministerio de tiempo completo y, lentamente, con el paso de los años, había permitido que su relación con su cónyuge se debilitara. El año extremadamente difícil de ministerio del que acababa de salir sirvió para deshacer los últimos vestigios de su matrimonio ya derrumbado. Él y su esposa recibieron aconsejamiento, y ahora él hace que sea una prioridad pasar diariamente tiempo con su esposa, y la invita a salir semanalmente.
- Aprende a perdonar. Un pastor puede tener un punto ciego sobre un determinado asunto y no estar perdonando a otros y/o a él mismo. Todos vivimos en un mundo pecaminoso y fracturado, y vivimos en familias que a veces pueden lastimarnos en lugar de ayudar. Una cosa que he aprendido sobre las relaciones humanas es que la gente que es lastimada, en realidad, después sale a lastimar a otros. De cualquier manera, la falta de comprensión que un pastor pueda tener sobre este asunto puede dañar su sensibilidad espiritual. Jesús nos ha dado este consejo poderoso en relación con el perdón: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero sr no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas” (Mat. 6:14, 15).
- Haz amigos. Nadie pasa por la vida solo. Todos necesitan a alguien con quien establecer relaciones, con quien entenderse y hablar. En las palabras de Pablo: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” (Gá1. 6:2). Lamentablemente, muchos pastores son lobos solitarios. No tienen amigos con quienes relacionarse de manera personal. Pero tu vida y tu ministerio como pastor serán mucho más fáciles y más ricos si existe un vínculo con otras personas con ideas afines que puedan amarte y aceptarte incondicionalmente, sin juzgarte, y con quienes puedas hacer lo mismo.
- Habla con alguien. Encuentra a alguien con quien puedas hablar abierta y honestamente sobre tus luchas, problemas y altibajos. “El hierro se afila con e1 hierro, y el hombre en el trato con el hombre” (Prov. 27.17). Esa persona no tiene que ser un consejero profesional o un terapeuta. Encuentra un tiempo consistente y regular para hablar con esa persona sobre el deseo más profundo de tu corazón, y aquellas heridas espirituales y/o emocionales, necesidades insatisfechas y expectativas.
- Establece límites. Aprende a decir “No” cuando lo consideras necesario. Tus feligreses y tus amigos pueden acercarse con muchos pedidos, pero tienes tus propias limitaciones y no puedes hacerlo todo. No descuides el tener tiempo de calidad con tu cónyuge y tus hijos. Aprende a delegar las tareas administrativas menos importantes a tus ancianos, diáconos y líderes de departamento.
- Cultiva intereses variados. Toma tiempo para encontrar, desarrollar y determinar un pasatiempo o interés. Haz algo que te llene emocional, espiritual o físicamente, y te restaure. Puede ser algo tan simple como leer un buen libro no relacionado con el trabajo, escuchar música que te agrade por varios minutos al día, o trabajar en tu jardín. Dedica regularmente algún tiempo libre a cultivar estos intereses que no se relacionan con e1 trabajo, y cosecharás resultados positivos.
Las demandas del ministerio en el siglo XXI pueden ser verdaderamente desafiantes y agotadoras, incluso para el siervo de Dios más dedicado y eficaz. No obstante, el discernimiento y el uso sabio de estrategias como las que se han mencionado aquí pueden permitirte evitar el agotamiento y darle a Dios lo mejor en el ministerio por y para él durante toda la vida. Nuestras vidas son cartas abiertas para que otros lean sobre quién es Dios de verdad. Asegurémonos de que 1o que la gente está leyendo lo magnifique, y no lo minimice.
Sobre el autor: director de Insight Ministries, Plainville, Georgia, Estados Unidos.
Referencias
[1] “About Us lnformation”, Standing Stone Ministry, consultado el 29 de diclembre de 2013, wvwv.standingstoneministryorg.
[2] “Top 2 Causes for Pastors Leaving Ministry and More Statistics”, Standing Stone Ministry, ibíd.
[3] George Stahnke, “Dealing With Burnout (Part 1 of 2)”, Thriving Pastor, www.thrivlngpastor.org.
[4] A menos que se indique lo contrario, las referencias bíblicas provienen de la Nueva Versión Internacional.