Las disciplinas esenciales para el desarrollo de un pastorado eficaz
El asunto del éxito pastoral es realmente una cuestión crítica, porque el cristianismo enfrenta desafíos en varias partes del mundo y los especialistas en crecimiento de iglesia están de acuerdo en declarar que el éxito de una iglesia depende de su liderazgo eclesiástico.
En mayo de 2015, el periódico The Washington Post publicó el resultado de una investigación que manifestó que, en los Estados Unidos, el cristianismo había decrecido entre todas las etnias, regiones y niveles educativos. El estudio verificó que el 10 % de la población había abandonado el cristianismo durante los últimos años. Eso hace caer, aproximadamente, a un 71 % la cantidad de cristianos en el país, entre 2008 y 2015.[1] Esta tendencia de caída ha mantenido un patrón continuo a lo largo de los últimos 60 años, pero se ha intensificado en los últimos diez.[2]
De acuerdo con otra investigación, realizada por el Instituto Hartford en más de 32 mil iglesias, la frecuentación promedio a las iglesias estadounidenses disminuyó de 129 personas, en 2005, a 80, en 2015.[3] Si el número promedio de participantes continúa en caída en la misma proporción, en los próximos diez años la frecuencia podría caer a ¡50 personas!
Pasión y persistencia
Frente a este preocupante cuadro, especialistas en crecimiento de iglesia han realizado estudios minuciosos sobre pastores exitosos y sus congregaciones. Estas investigaciones han intentado explicar cada detalle de “cómo hacer”, y han presentado métodos para implementar programas de éxito. Promueven eventos y entrenamientos para el pastorado, y aun así la tendencia a la disminución continúa.
Cuando, a pesar de todo, encontramos pastores que están superando este diagnóstico negativo, nos vemos inducidos a preguntarnos: ¿qué es lo que han hecho? En mi tesis de doctorado busqué respuestas para esta inquietud. Mi investigación confirmó que un factor que ellos comparten es su pasión por servir a Dios y a su pueblo. Uno de los pastores que entrevisté me impresionó tremendamente. Su iglesia creció de 400 miembros a 3 mil,
en los últimos 20 años. Yo esperaba que hablara sobre acontecimientos milagrosos para alcanzar tal éxito; sin embargo, el diálogo con ese siervo de Dios, su comportamiento y sus prácticas personales y ministeriales me mostraron que fue embargado por el sentido de servicio abnegado y persistente. No son los métodos ni las técnicas los que los transforman en pastores exitosos. La pasión por el ministerio es lo que los impulsa.
Pregunté a esos pastores sobre el origen de su pasión y cómo la alimentaban o la sustentaban. También indagué sobre las demandas que esa pasión les exige personalmente. Me sorprendí cuando descubrí que el secreto del éxito ministerial proviene del ejercicio y la práctica de cinco disciplinas que alimentan su pasión.
Sentido de llamado
En las entrevistas, les pedí que describieran su llamado: lo que los llevó a creer que Dios deseaba que sirvieran como pastores. La clara percepción de sentirse llamados fue uno de los descubrimientos más inesperados de mi investigación. Esperaba que los pastores que respondían haber recibido un llamado milagroso tuvieran una convicción mucho mayor que aquellos cuyo llamado no había sido tan “milagroso”. Sin embargo, ese no fue el caso. Todos expresaron certeza absoluta sobre su llamado, y también relataron que diariamente experimentaban la sensación de estar siendo llamados al ministerio nuevamente.
Las entrevistas también revelaron que los pastores que no tenían un fuerte sentido de su llamado ejercían el pastorado durante períodos más breves. A pesar de tener casi la misma edad, eran transferidos, en promedio, cada cuatro años, mientras que los pastores exitosos tenían un promedio mucho mayor: aproximadamente, de catorce años.
La conclusión a la que llegué es que lo más importante para transformarse en pastores más eficientes en el ministerio es suplicar cada día que el Señor reafirme en nosotros el sentido de la seguridad del llamado divino.
Relación con Dios
Esta disciplina es imprescindible para desarrollar un ministerio fructífero y bendecido. Los pastores exitosos revelaron que diariamente nutren su relación con Dios orando y pasando tiempo con él y con su Palabra. También quedé sorprendido al descubrir que se sentían espiritualmente motivados al percibir al Espíritu del Señor que actuaba en la vida de los miembros de sus iglesias. Uno de los pastores dijo que observar a Dios trabajando sutilmente, día a día, en su ministerio era tener la oportunidad de contactarse con eventos a los que él llama “vislumbres de la gloria”. Se invita a cada miembro que siente esa actuación divina a testificar en una reunión semanal.
Descubrí que esos pastores creen que su pasión para servir se fortalece cuando sienten que el Señor también está operando en las pequeñas cosas de su trabajo. Uno de ellos comentó: “Lo que me motiva es ver personas que ponen su fe en acción. Veo el resultado en las vidas transformadas”.
Comparado con el escuchar al Espíritu de Dios o el tener una vislumbre de la gloria, ver a alguien que pone su fe en acción puede parecer una experiencia de menor intensidad espiritual, pero para esos pastores tales acontecimientos son como maná, alimento espiritual que nutre su pasión por el ministerio.
Los beneficios de mantenerse en una relación próxima con Dios son fáciles de apreciar en estos pastores. Respondieron que sus experiencias espirituales han influido positiva y profesionalmente en su ministerio. Esta intimidad con Cristo y con su Palabra ha contribuido a que permanezcan en el pastorado, compartan el amor de Cristo y dediquen su vida enteramente a la causa de Dios. De las cinco disciplinas, reservar tiempo diariamente para el Señor es la que requiere mayor esfuerzo y autodisciplina; sin embargo, invertir en la comunión con Dios es fundamental para el éxito y la pervivencia en el ministerio.
Cuidado de la salud
Otro resultado sorprendente de mi investigación fue verificar que esos pastores gozan de buen estado físico y disposición mental. Son altamente intencionales y diligentes en cuidar de sí mismos y de cada aspecto de su existencia: cuerpo, mente, espíritu y emociones.
En la disciplina anterior vimos lo que hacen para cuidar de su espiritualidad. Pero lo que más me impresionó fue la constatación de que los pastores están comprometidos en cuidar de su salud por medio de ejercicios físicos regulares. Se ejercitan varias veces por semana. Algunos me dijeron que les gustaría perder peso, ¡pero ninguno de ellos es obeso! Todos mencionaron que el ejercicio físico, además de aliviar las presiones del ministerio, también honra a Dios; pues nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Cor. 3:16, 17; 6:19).
Esos pastores están comprometidos en perfeccionar sus conocimientos ejercitando la mente. Su hambre por más conocimiento se observa mediante el consumo intenso de libros, artículos y publicaciones on line. Sienten que necesitan mantenerse disciplinados en la larga trayectoria del perfeccionamiento. Uno de ellos me dijo: “¡Un líder es un lector!” Me mostró un estante con más de 30 libros que había leído en los últimos dos años, relacionados con el ministerio pastoral. Otro me mencionó que había leído, en su Kindle, 35 libros en 35 semanas. En relación con la Palabra de Dios, el 100 % de ellos lee la Biblia semanalmente y el 92 % la lee diariamente.
Otro descubrimiento significativo fue la preocupación que estos ministros tienen por la salud mental. Todos, sin excepción, forman parte de alguna red de soporte emocional. Esa red de apoyo es ligeramente diferente para cada uno de ellos, pero todos están conectados de una u otra manera con un colega de ministerio, un grupo pequeño de pastores o un mentor, consejero o terapeuta.
Me contaron que encontraron fuerzas para las demandas y los desafíos del pastorado por medio de esas conexiones. Eso los hace sentir que no están solos en el ministerio. Sin embargo, el mayor beneficio es que mientras reciben apoyo emocional están siendo, al mismo tiempo, desafiados a permanecer comprometidos con las otras disciplinas.
Aplicación de programas consolidados
Al responder las preguntas de la investigación, citaron libros y se refirieron con frecuencia a lo que han aprendido del ministerio de algunos pastores exitosos. Todos demostraban un buen conocimiento de las obras publicadas por especialistas en crecimiento y administración de iglesia.
Como era de esperarse, tienen preferencias diferentes por autores y emplean distintas prácticas en su ministerio. Sin embargo, en las entrevistas todos atribuyeron su éxito a la utilización de programas de liderazgo ministerial reconocidos y aprobados.
Todos ellos intentan 1) adaptar e implantar técnicas que observan en otros pastores de éxito; 2) fortalecer sus iglesias por medio de prácticas ministeriales consolidadas; y 3) alimentar a los miembros de sus congregaciones con sermones espirituales y de calidad.
Compromiso con la Gran Comisión
Durante las entrevistas, varios de ellos mencionaron que los dos grandes Mandamientos ordenados por Cristo (Mat. 22:36- 40) impulsan su pasión por el ministerio y dirigen sus actividades pastorales.
Por amar a Dios por encima de todas las cosas, se sienten compelidos a amar y a ayudar a los perdidos. Por amar a los demás, desean que estos conozcan al Dios que ellos conocen. De esa manera, por amar a Dios, se sienten enteramente comprometidos con la Gran Comisión (Mat. 28:18-20) y deseosos de hacer discípulos por toda la Tierra.
Conclusión
Por medio del relevamiento de datos de mi tesis doctoral, pude constatar que los pastores exitosos y eficaces son apasionados por el ministerio. Su pasión por servir a Dios y a su pueblo es lo que los motiva a desempeñar de manera eficiente las diversas tareas y a cumplir las demandas ministeriales. Su pasión viene del amor profundo por Dios y por sus semejantes. Eso los lleva a mantener una relación íntima con Cristo, cerciorándose cada día de su llamado, y a practicar las demás disciplinas mencionadas.
Por su parte, la práctica de las disciplinas aumenta su pasión por servir a Dios. No puedo prometer que aplicar estas cinco disciplinas hará que todo pastor sea exitoso; sin embargo, puedo decir que todos los pastores exitosos que entrevisté siguen cada una de estas disciplinas. También puedo afirmar que existe una íntima relación entre la pasión del pastor por el ministerio y la permanencia en el servicio que realiza: el éxito en el ministerio y la satisfacción general del pastor, de su familia y de la iglesia a la que sirve.
Sobre el autor: pastor de la Iglesia Metodista Unida de Oakhurst, Florida, Estados Unidos.
Referencias
[1] Sarah Pulliam Bailey, “Christianity faces sharp decline as Americans are becoming evenless affiliated with religion”, The Washington Post, 12/5/2015. <https://goo.gl/APUubG>.
[2] Tobin Grant, “The Great Decline: 60 years of religion in onegraph”, Religion News Service, 27/1/2014,<https://goo.gl/9FhfFe>.
[3] David A. Roozen, “American Congregations 2015: Thriving and Surviving”, Faith Communities Today, <https://goo.gl/Y4cZk4>.