La comunicación digital se ha convertido en la columna vertebral de la vida moderna, materializándose en una sociedad que se muestra cada vez más integrada. El impacto puede percibirse de modo natural, aún más cuando consideramos las nuevas generaciones que están creciendo en este mundo globalizado. La simplicidad y la practicidad del uso del teléfono celular permean las relaciones, el tiempo, y la administración de la vida personal y profesional; facilitan el acceso a un volumen incalculable de informaciones y distracciones; y cambian la formación académica y la forma de consumir entretenimiento.

    Algunos pensadores de la comunicación prevén que, en un futuro próximo, vendrán más cambios, dentro de un proceso de desarrollo de nuevas herramientas. “Siendo que la comunicación eficiente es una característica fundamental de la raza humana, la transformación de la comunicación afecta todos los niveles de la vida y, tal vez, con el tiempo, lleve a cambios en nuestras conexiones cerebrales”.[1]

    La tecnología –tanto el proceso como el resultado–, así como las redes de comunicación que son administradas de modo personal, moldea el proceso de movilización y, consecuentemente, el de cambio social. El ascenso de las redes de comunicación digital como forma principal de interacción humana crea una nueva estructura social en el centro de la composición de la sociedad en red, en la se están formando los movimientos sociales del siglo XXI.

Impacto social

    En 2008, con la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, muchos especialistas en tecnología señalaron que su gran triunfo se debió a que consiguió atraer a los electores jóvenes, pues supo de qué modo conquistarlos e involucrarlos en su campaña. Su ascenso, así como el uso de la comunicación digital durante sus ocho años de mandato, se volvieron objeto de varios estudios.

     “La transformación más importante en la comunicación en los últimos años fue la transición desde los medios masivos hacia la intercomunicación individual, proceso de comunicación interactiva que también tiene potencial para alcanzar una audiencia masiva, en la cual la producción del mensaje es autogenerada, la recuperación del mensaje es autodirigida, y la recepción y la recombinación del contenido oriundo de las redes de comunicación electrónicas son autoseleccionadas”.[2]

    El propio Obama explicó el uso estratégico de la comunicación en ese momento de cambio: “La tecnología y las redes sociales permiten hoy gestionar una campaña presidencial del mismo modo que gestioné mi primera elección, para el comité escolar, hace veinte años: barrio a barrio, hablando con alguien aquí, pidiendo a otro que hablé con un amigo allí. Esto va a cambiar, para siempre, la forma en que se hacen las campañas”.[3]

Necesidad de adaptación

    A medida que Internet se expande para convertirse en el principal medio de comunicación de la era digital, ocurre el fenómeno en el que los medios convencionales también se amoldan a las plataformas móviles de comunicación.

    La tecnología de las redes digitales permite que personas y organizaciones gestionen su propio contenido y alcancen públicos específicos. Esto no significa una sustitución de medios, sino una acomodación que abre nuevos mercados, especialmente con las nuevas generaciones. Así, redes horizontales y las formas tradicionales de comunicación lineal, como la televisión, la radio y los medios impresos, están cada vez más mezclados, y forman un sistema de comunicación híbrido que utiliza la flexibilidad de la tecnología para distribuir y entregar su contenido al mayor número de personas posible.

    Además, las posibilidades también se multiplicaron con el avance y la popularización de la comunicación digital móvil. La principal característica de esta comunicación sin cables no es tan solo la movilidad, sino la conectividad continua, por medio de la promoción de planes de conexión económicos que expanden el acceso a las informaciones en los medios digitales.

    Ante los avances tecnológicos, las alteraciones de comportamiento y los cambios de forma de los medios de comunicación, la Iglesia Adventista en Sudamérica ha procurado adaptarse a los nuevos tiempos para aprovechar al máximo las oportunidades de evangelismo que surgen. Esta adecuación no está relacionada solamente con las nuevas herramientas, sino que lidia también con los nuevos patrones de conducta advenidos con las nuevas tecnologías.

Red de personas

    Internet no puede ser vista tan solo como una red de computadoras, pues es mucho más que eso. Es una red de personas que usan computadoras, celulares o tablets para comunicarse unas con otras. Detrás de cada dispositivo hay una persona, y es con ella que buscamos contactarnos porque el objetivo de la iglesia es la predicación del evangelio a toda tribu, nación, lengua y pueblo. Debemos estar donde las personas están. En la comunicación digital, necesitamos una estrategia claramente definida y acciones claras de acuerdo con la necesidad de los usuarios, a fin de establecer un vínculo entre las personas y el mensaje bíblico.

    Por eso, la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica ha trabajado directamente en la atención a las personas en las redes de comunicación digital en todas las plataformas, abriéndose al diálogo, y ofreciendo oración intercesora, estudios bíblicos, respuestas a dudas bíblicas y consejería, todo dentro de un proceso pensado para crear una experiencia positiva. De este modo, cada usuario encuentra atendidas sus necesidades personales y espirituales.

Números interesantes

    Los números justifican la necesidad de una atención digital especializada. En primer lugar, porque la Iglesia Adventista, por medio de todas sus instituciones, posee más de 15 millones de seguidores en Facebook y, en el último año, tuvo un aumento del 44 % en seguidores en Instagram y un 75 % en YouTube.

    Además, cada año la iglesia ha aumentado el número de iniciativas digitales (sitios, aplicaciones, redes sociales, etc.), y ha despertado, de este modo, un gran número de interesados en saber más sobre el mensaje bíblico. Entre ellos, se encuentran ex adventistas y simpatizantes de la Iglesia Adventista que aún no se sienten cómodos en buscar una congregación local.

    Finalmente, la expansión del acceso a Internet demuestra el tamaño del campo misionero virtual que tenemos ante nosotros. Actualmente, el 51 % de la población mundial tiene acceso a la red. En el Brasil, cerca del 65 % de la población se comunica por WhatsApp, lo que resulta en 120 millones de usuarios aproximadamente. Utilizando esta plataforma, la Iglesia Adventista está entregando contenidos misioneros y, así, ampliando el contacto con las personas. Las ventajas de la interacción son muchas. Entre ellas, las principales son:

     Foco en las necesidades del internauta y segmentación de contenido. Utilizamos distintos abordajes para responder a cada tipo de público. Estas iniciativas son puestas a disposición semanalmente por medio de lives vía Facebook (https://www.facebook.com/adventistasbrasiloficial), YouTube e Instagram, o por el portal de videos Feliz 7 Play (www.feliz7play.com), donde se encuentran disponibles series, música, sermones y películas con contenido cristiano para niños, jóvenes y adultos.

Relaciones individualizadas y de largo plazo. Mantenemos contacto con las personas semanalmente y enviamos contenidos relacionados con las profecías, la familia, la salud, estudios bíblicos, consejería y crecimiento espiritual. Esto se concreta con un equipo de profesionales.

Nutrición constante y automática. Por medio de un robot, Esperanza, enviamos contenidos relevantes y de manera automatizada, atendiendo a los usuarios por medio de la inteligencia artificial y guiándolos a los materiales de su mayor interés, en el momento que los desee o necesite.

Atención misionera

    El gráfico que aparece a continuación refleja el flujo de seguimiento que es utilizado en los canales de la Iglesia Adventista:

    El proceso se inicia con la producción de contenidos que captan la atención de un número considerable de personas. Cada material publicado o transmitido tiene por objeto una interacción intencional para abrir un canal de diálogo, que lleva al segundo paso: la relación. Al estrechar la relación, se sugiere la realización en un estudio bíblico y, luego, una atención personal por alguien designado por la iglesia más próxima al internauta. De este modo, el fin del proceso ocurre cuando la persona es recibida en una de nuestras iglesias, de tal modo que la relación digital se convierte en una relación presencial.

Perspectivas a futuro

    ¿Qué posibilidades se abren con todo esto? ¿Por qué la Iglesia Adventista seguirá invirtiendo en esta estrategia? Los siguientes puntos justifican las iniciativas de la iglesia:

    Personalización. La personalización trata a la persona como un ser único, considerando su necesidad presente. De este modo, se espera que el usuario alcanzado logre solucionar sus dudas, solicitar aclaraciones o incluso encontrar más contenidos que aborden el mismo tema.

    Atención. El usuario es atendido en la plataforma a la que está acostumbrado; es decir, sin necesidad de que cambie de plataforma virtual.

    Conocimiento. El contenido es estratégicamente producido de acuerdo con las preguntas realizadas por los usuarios y sus intereses.

    Relaciones. La amistad con el usuario tiene por objetivo llevarlo a ver en la iglesia un punto de apoyo y auxilio constante, más allá de su necesidad inmediata.

    Rapidez. Es posible atender a la persona en el momento en que tenga disponibilidad o cuando surge la necesidad.

    Automatización. Por medio de la inteligencia artificial, es posible enviar sistemáticamente estudios bíblicos y otros materiales, según la publicación de nuevos contenidos en los canales oficiales.

    Convergencia. Siendo que en el mundo digital no existen barreras geográficas, las iniciativas de evangelismo de cualquier región se potencian para alcanzar a las personas que están en las redes, sin importar dónde vivan.

    El futuro es ahora. Las nuevas iniciativas son confirmadas por la voz profética. Elena de White escribió: “En esta obra se utilizarán algunos métodos que serán diferentes de los empleados en el pasado, pero que ninguna persona, a causa de esto, bloquee el camino mediante la crítica”.[4] Así, la Iglesia Adventista avanza con seguridad, haciendo de la revolución digital una oportunidad para revolucionar la predicación del evangelio.

Sobre el autor: Director comunicación para la Iglesia Adventista en América del Sur.


Referencias

[1] Manuel Castells, O Poder da Comunicação (San Pablo: Paz e Terra, 2013), p. 35.

[2] Ibíd., p. 29.

[3] Alexandre Soares, “Números e tecnologia: O segredo da vitória de Obama”. Disponible en https://veja.abril.com.br/mundo/numeros-e-­tecnologia-o-segredo-da-vitoria-de-obama/.

[4] Elena de White, El evangelismo (Florida, Bs. As.: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1994), p. 105.